El día que el 'Gabo' perdió
"el sentido del rídiculo", gracias al fútbol
AFP - viernes, 18 de abril
de 2014
Gabriel García Márquez, Premio
Nobel de literatura fallecido el miércoles, confesó en cierta ocasión que una
visita a un partido de fútbol le ayudó a perder "el sentido del
rídiculo" y a mirar la vida desde otra óptica.
En la que es probablemente la
única crónica deportiva en toda su obra escrita, García Márquez describió para
el diario El Universal, en un artículo titulado "El Juramento", cómo
a insistencia de dos amigos, Alfonso Fuenmayor y Germán Vargas, se atrevió a
visitar por primera vez un estadio de fútbol.
El 14 de junio de 1950, el 'Gabo'
pisó por primera vez un estadio de fútbol, gracias a la insistencia de dos
amigos, que lograron arrastrarlo a un partido de la liga colombiana entre el
Junior de Barranquilla y el Millonarios.
"Alfonso y Germán no tomaron
nunca la iniciativa de convertirme a esa religión dominical del fútbol, con
todo y que ellos debieron sospechar que alguna vez me iba a convertir en ese
energúmeno, limpio de cualquier barniz que pueda ser considerado como el último
rastro de civilización, que fui ayer en las graderías del municipal. El primer
instante de lucidez en que caí en la cuenta de que estaba convertido en un
hincha intempestivo, fue cuando advertí que durante toda mi vida había tenido
algo de que muchas veces me había ufanado y que ayer me estorbaba de una manera
inaceptable: el sentido del ridículo".
Desde entonces, el autor de
"Cien Años de soledad" se convirtió en hincha apasionado del Junior,
y en varias ocasiones, a su paso por Colombia, visitó la cueva del equipo
"Tiburón".
Ese dia el Junior derrotó 2-1 al
poderoso Millonarios, bautizado como los "Dorados" por contar con
varios de los mejores jugadores del planeta, como los argentinos Alfredo Di
Stéfano, Adolfo 'El Maestro' Pedernera, Néstor Rossi y Julio Cozzi.
Observador agudo, el 'Gabo' le
tentó el pulso al partido, pese a confesar años después que su conocimiento del
fútbol entonces era bien escaso.
"En primer término, me
pareció que el Junior dominó a Millonarios desde el primer momento. Si la línea
blanca que divide la cancha en dos mitades significa algo, mi afirmación
anterior es cierta, puesto que muy pocas veces pudo estar la bola, en el primer
tiempo, dentro de la mitad correspondiente a la portería del Junior. (¿Qué tal
va mi debut como comentarista de fútbol?)", apuntó el escritor colombiano
en su poco conocida crónica.
Aquella visita, cuando perdió
"el sentido del ridículo" y comenzó a ver el mundo con la óptica de
un hincha ajeno a los disparates del deporte, marcó el estilo del incipiente
escritor, y le nutrió con las salvas imaginativas de sus novelas.
"No creo haber perdido nada
con este irrevocable ingreso que hoy hago 'públicamente' a la santa hermandad
de los hinchas", escribió en su crónica.
'Gabo' no fue nunca un
practicante activo del deporte. De hecho, en el Instituto San José, de
Barranquilla, al que ingresó con 10 años, sus compañeros le bautizaron como
"El Viejo", por su seriedad y su firme renuencia a practicar
deportes.
Ni su gran amigo Fidel Castro,
con todo y su poder de convencimiento, fue capaz de arrastrarlo a un partido de
béisbol en el estadio Latinoamericano, el templo de ese deporte en Cuba.
Lo más que consiguió, según
testigos, fue llevarlo a una que otra pesquería en los cayos cubanos.
Pero el 'Gabo', en vez de
carrete, anzuelos y carnadas, disfrutaba más "pescando" las palabras
de Castro, o armando el entramado de alguna jugada política, como hacer de
mensajero personal del Comandante al presidente Bill Clinton y al líder
panameño Omar Torrijos.
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