China está a punto de convertirse
en la mayor economía del mundo
El Cronista - viernes, 2 de
mayo de 2014
Según los últimos cálculos hechos
por el Programa de Comparación Internacional (ICP), auspiciado por el Banco
Mundial, China está a punto de superar a EEUU como la mayor economía del mundo
este año, desplazando a EEUU de un puesto que ha mantenido desde 1872.
Esto sucede varios años antes de
lo previsto por todas las estimaciones y refleja cuán importante ya es la
economía china para el resto del mundo.
Desde la crisis financiera, China
ha contribuido aproximadamente el 25 por ciento del crecimiento global y,
aunque se está desacelerando, esa contribución probablemente seguirá
aumentando, teniendo en cuenta el gran tamaño que ha alcanzado su economía.
Probablemente la noticia será
recibida con regocijo por parte del Presidente Xi Jinping, quien colocará el
título de "mayor economía del mundo" en la vitrina de trofeos
dedicada a su campaña para el "gran rejuvenecimiento de la nación
china".
Pero mientras China como país
podrá muy pronto ocupar el primer lugar, el nivel de vida del ciudadano chino
promedio es muy inferior al nivel de vida de muchos otros países en desarrollo,
sin mencionar a los países occidentales.
Antes de los últimos cálculos, la
economía china se ubicaba en el puesto 93 en cuanto a paridad de poder adquisitivo
(PPA) per cápita, según el Fondo Monetario Internacional. Eso ubica a China por
delante de Turkmenistán y Albania, pero bien atrás de Libia, Azerbaiyán y
Suriname.
Lo cual significa que en promedio
1.3 mil millones de habitantes chinos probablemente no alcanzarán el nivel de
vida occidental por muchas décadas.
Los últimos cálculos del ICP se
basan en la paridad del poder adquisitivo, la cual intenta ajustar el tamaño de
una economía basándose en la suposición de que los precios de los bienes y
servicios no comercializables (como un corte de pelo) son mucho menores en los
países más pobres.
Los resultados pueden variar
mucho según como se ajusten esos precios y las conclusiones del ICP muy
probablemente serán controversiales entre los economistas.
El primer problema es cómo se
valora el bien o servicio más allá del precio que se paga por él.
Una persona puede cortarse el
pelo por una miseria en Beijing, pero probablemente no obtendrá la misma
satisfacción o el mismo valor
percibido por su corte rapado en dos minutos que una persona que paga $100 en
Nueva York o, incluso, en una peluquería cara en Beijing. De la misma forma, un
consumidor puede comprar un tostador o reproductor de DVD barato en Beijing,
pero si quiere uno que dure más de un par de meses, pagará mucho más que su
contraparte en Occidente, donde las leyes de protección al consumidor son mucho
más robustas.
Otro gran problema en el caso de
China es la calidad de los datos subyacentes.
En un país tan vasto, controlado
por un reservado gobierno autoritario que a veces manipula los datos con fines
políticos, medir el verdadero tamaño de la economíaa es muy difícil.
Según algunos cálculos, la
economía china podrá ser al menos 20 por ciento mayor que lo que muestran las
cifras oficiales, gracias a la gran cantidad de "ingresos no
declarados" ilegales e incontables, como los que provienen de los actos de
corrupción.
Agreguemosle a eso una gran y
floreciente industria sexual, numerosos vendedores callejeros ilegales y otros
sectores de servicios que no se cuentan en las estadísticas oficiales y es muy
probable que la economía china haya superado a la economía estadounidense hace
ya varios años.
Por otra parte, los funcionarios
del gobierno local a menudo exageran las cifras de crecimiento para mejorar sus
posibilidades de ascenso, distorsionando de este modo los datos en el sentido
contrario.
La pregunta de cuándo exactamente
China superará a EEUU en cuanto a la PPA es menos controversial cuando se
reconoce que esto seguramente sucederá, incluso tomando en cuenta el tipo de
cambio real, dentro de los próximos cinco o diez años.
Probablemente la principal
cuestión es la calidad del crecimiento y el impacto real que tiene en la vida
de las personas ordinarias.
Antes de la crisis financiera, el
crecimiento de China dependía extraordinariamente de la inversión, pero en los
últimos cinco años, la inversión como proporción del PIB ha subido casi 10
puntos porcentuales y ahora representa aproximadamente la mitad del PIB total.
La mayor parte de esa inversión
se financia con créditos y se invierte en infraestructura, especialmente en la
infraestructura relacionada con los bienes raíces, que ahora representa
aproximadamente el 16 por ciento del PIB.
Además de ser insostenible, el
crecimiento de este tipo también tiene un valor limitado si no se traduce en un
mayor consumo y mejores niveles de vida en algún momento en el futuro.
En las últimas tres décadas, los
niveles de vida promedio en China se han incrementado claramente para la mayor
parte de las personas, pero los beneficios del crecimiento también se han
distribuido de forma muy dispareja.
Hoy en día, la desigualdad en
este país nominalmente socialista es mucho peor que en EEUU, el epÃtome de un
país capitalista. El nivel y la disponibilidad de servicios sociales como la
salud, pensiones y prestaciones dedesempleo son proporcionalmente mucho menores
que en EEUU y muchos otros países en desarrollo.
Uno de los resultados más
notables del rápido crecimiento económico en China durante las últimas tres
décadas ha sido el deterioro de la calidad de vida a causa de los impactantes
niveles de contaminación del agua, aire y suelo.
En las repletas megaciudades
chinas, los ciudadanos comunes se preguntan de qué les sirve el mayor PIB si no
pueden respirar el aire ni beber el agua y si una visita al doctor o comprar un
apartamento puede llevar a la familia entera a la quiebra.
Muchos chinos, incluyendo al
Presidente Xi, prefieren mandar a sus hijos a estudiar a Occidente y, si
cuentan con esa opción, aún prefieren ser ciudadanos comunes en países ricos
que ciudadanos ricos en un gran país pobre como China.
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