Brasil, el gran favorito que busca
no sucumbir a la presión
Reuters - lunes, 5 de mayo
de 2014
Con una multitud apasionada dando
todo su respaldo, un experimentado entrenador a la cabeza y un equipo asentado
que disfruta de un gran presente, Brasil es el gran favorito para levantar su
sexta Copa del Mundo de fútbol a mediados de julio.
Después de su derrota en los
cuartos de final de Sudáfrica 2010 ante Holanda, el técnico Dunga fue
reemplazado por Mano Menezes, quien rearmó al equipo e hizo debutar en la
"verdeamarela" a jugadores jóvenes como Neymar, Oscar, Paulinho y
Fernandinho.
Pero los resultados no
acompañaron a Menezes, quien fue reemplazado por Luiz Felipe Scolari en
diciembre de 2012. El hombre que guió a Brasil a su quinta Copa del Mundo en el
2002 agregó fiereza y orden táctico a un equipo con indiscutible calidad.
Scolari recuperó la confianza del
equipo y de los aficionados en sólo seis meses y transformó el grupo de
jugadores inexpertos de Menezes en un conjunto sólido que parece ser capaz de
lograr grandes cosas.
La manera en que Brasil ganó la
Copa Confederaciones el año pasado, venciendo a Uruguay e Italia en su camino a
derrotar 3-0 al campeón mundial España en la final, fue inolvidable y pareció
despertar a un gigante dormido por más de una década.
Brasil ha ganado siete partidos
consecutivos y 13 de sus últimos 14, por lo que los aficionados ya no se
preguntan si podrán celebrar el título mundial el 13 de julio, lo esperan.
Sin embargo, la mayor
preocupación es si Brasil ha alcanzado su mejor nivel demasiado pronto.
Ningún equipo ha ganado la Copa
del Mundo después de levantar la Copa Confederaciones un año antes. Brasil
obtuvo el torneo en 2005 y 2009, pero luego sufrió duras decepciones.
Otra tema es cómo responderán sus
jóvenes futbolistas a la presión de jugar un Mundial en casa frente a hinchas
apasionados y con hambre de éxito.
Si bien cada miembro de la lista
de 23 jugadores tiene experiencia en el competitivo fútbol de Europa, pocos han
debido lidiar con este nivel de expectativas sobre sus hombros.
"Es diferente", dijo
Juninho, un ex mediocampista de Vasco da Gama, Atlético Madrid y Middlesborough
que ganó con Brasil el Mundial de 2002 en Corea del Sur y Japón. "Hay
mucha más presión. Representar a tu país es más importante".
La vez anterior que Brasil fue
sede de la Copa del Mundo en 1950, el conjunto local perdió sorpresivamente 2-1
ante Uruguay en el recordado "Maracanazo".
CICATRICES
Esa derrota dejó cicatrices en el
país y la enorme presión de tener que levantar finalmente el trofeo en el estadio
Maracaná podría ser un problema si Brasil no protagoniza un buen debut en el
Mundial ante Croacia. El local enfrentará luego a México y Camerún.
Pero hasta ahora, por lo menos,
los jugadores no parecen intimidados.
La buena racha los ha llenado de
confianza, y con razón: Brasil anotó 25 goles en sus últimos siete partidos, en
los que recibió sólo dos. De estos siete rivales, cinco están clasificados para
el Mundial.
"Hemos terminado esta fase
de preparación a la perfección", dijo el capitán Thiago Silva después del
último amistoso, una goleada 5-0 ante Sudáfrica en marzo.
"Ganamos invictos la Copa
Confederaciones (...) y estoy seguro de que haremos un gran trabajo en la Copa
del Mundo", agregó.
Scolari ha declarado en repetidas
ocasiones que Brasil ganará la Copa del Mundo y las casas de apuestas más
grandes del mundo dan al anfitrión como favorito.
Ahora, una nación entera aguarda
que el balón empiece a rodar.
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