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viernes, 2 de mayo de 2014

Conocimiento

Conocimiento accesible y horizontal, las claves de la educación del futuro


Infobae - ‎viernes‎, ‎2‎ de ‎mayo‎ de ‎2014
Las últimas investigaciones de las ciencias cognitivas aplicadas a la educación superior están dirigidas a reformular el formato del aprendizaje tradicional donde el maestro imparte el conocimiento.

Con los ojos puestos en este -aún flamante- nuevo siglo ya se puede hablar de una nueva situación en el aula y de un nuevo contrato de acceso al conocimiento entre maestros y alumnos.

Uno de los cambios principales es que el conocimiento esté accesible, más horizontal y que una de las columnas vertebrales de ese intercambio sea la revolución que planteó en este tiempo internet. Es decir que el rol de la tecnología interactiva será una de las claves fundamentales.

Parte del conservadurismo que aún se ve en las aulas se debe al método tradicional que prevalece en los maestros. Las universidades que están tan pendientes de la innovación les cuesta cambiar e impulsar nuevas formas de enseñar.

Stephen Kosslyn es un neurocientista norteamericano considerado uno de los mayores investigadores de ciencias cognitivas del mundo. Hace treinta años que se dedica a sus investigaciones en el marco de la Universidad de Harvard y por eso se interesó particularmente por la educación superior del siglo XXI. ¿Cómo potenciarla? ¿Cómo mejorarla? ¿Cómo amplificarla?

Kosslyn estudia las ciencias cognitivas que combinan la psicología, la neurociencia y los sistemas informáticos para comprender cómo el cerebro procesa la información. En 2013 aceptó dirigir un ambicioso y fascinante proyecto de educación en Internet : MIVERVA, una universidad pensada totalmente online por un cónclave de jóvenes y no tanto de tecnológicos de Silicon Valley y financiada por los mismos capitales de Twitter y ebay.

La idea es ofrecer excelencia académica como la brindan los grandes claustros de las mejores universidades de los Estados Unidos como Harvard; Stanford; MIT; Yale ; Brown; Columbia, todas pertenecen al grupo de élite académica Ivy League pero la idea es transformarlas en accesibles y online.

Kosslyn se dedicó a estudiar este modelo que plantea la enseñanza desde otro ángulo: pensar un modelo de educación superior basado en la revolución que provocó internet en este siglo XXI

Stephen Kosslyn le dijo a la revista Veja desde su escritorio de San Francisco, California: "La inteligencia humana puede ser dramáticamente ampliada. Un frente de investigación fundamental en el área de las neurociencias cognitivas se está ocupando de encontrar caminos para ejercitar lo que podríamos llamar "los músculos mentales".

Dice Kosslyn en su entrevista con Helena Borges: "El papel de la educación superior no es sólo presentar los libros; en cambio, sí es enseñar a aplicar el conocimiento que estos proporcionan"

Tecnología interactiva, la clave

Según Kosslyn algunos videojuegos pueden ser útiles para ejercitar la mente. Por ejemplo el Tetris, un clásico que ayuda a potenciar la noción del espacio.

Los videogames ayudan a ejercitar la mente, según las investigaciones de Kooslyn, porque dividen la atención del jugador entre objetos diferentes: los que exigen la memorización de secuencias y aquellos que requieren de la absorción gradual de información. Con su ayuda se logra estimular en el laboratorio sistemas neuronales específicos.

Para el neurocientista, en general toda actividad interactiva con la tecnología tiene un efecto positivo sobre la inteligencia. A medida que la línea divisoria entre el procesamiento de información del cerebro y los dispositivos electrónicos se va volviendo más fina, más sutil, más tenue, la capacidad mental aumenta.

La repetición para fijar un contenido, idea o fórmula aún se la enseña como una técnica de estudio válida. Mucho se habla que cuando una persona más piensa en una cosa, más se acordará de eso. Al respecto, explica Kooslyn: "Los chicos poco aprenderán si solo repiten teoremas y fórmulas y no desarrollan un pensamiento crítico acerca de lo que leen y estudian . La reflexión sobre un tema desencadena una asociación de ideas muy positivas".

"Cuanto la persona más reflexiona sobre un asunto, cuanto más profundamente procesa una información más fácil será recordarla porque la reflexión creará asociaciones mentales entre aquel asunto y lo que ya está almacenado en la memoria".

El profesor del futuro

Dice Kosslyn que el profesor ya no es hoy sólo un mero transmisor de conocimiento. Necesita tener un aula diferente con un aprendizaje activo e integrando a los alumnos. Esto requiere entrenamiento continuo y mucha habilidad interpersonal.

Las aulas tradicionales son expositivas, lo que es bueno para enseñar porque en relativo poco tiempo el profesor alcanza diversos niveles de profundidad sobre un tema. Pero es muy malo para aprender porque el alumno no ejercita su capacidad de abstracción.


La tecnología será la clave de todo. Y la mayor parte del conocimiento será de acceso gratuito. Así explicó Kosslyn sobre Minerva: "Todo lo que las personas quieran aprender o conocer estará disponible en plataformas tecnológicas a distancia, así será la lógica de las nuevas escuelas superiores".

Esta evolución tecnológica va a resultar en un cambio significativo del papel de las universidades que en vez de ser sólo transmisoras de conocimiento, enseñarán a razonar y a colocar ese conocimiento en la práctica".

Kosslyn dispara un futuro de la enseñanza polémico: cree que la educación online va a prevalecer sobre la física, la que exige asistencia. Ve el agrupamiento de un conjunto de jóvenes en un campus como algo cada vez menos importante.

"Los estudiantes universitarios se van seguir juntando para estudiar y eso es bueno, sobre todo para los más jóvenes que necesitan integrarse. Pero los grupos serán reducidos. Como definió el antropólogo inglés Robin Dunbar: "para que todo el mundo se conozca dentro de un grupo , no puede tener más de 150 integrantes. Así se logra una socialización efectiva, amigos y se crean lazos afectivos".

La universidad del futuro no está fundamentada en los libros sino en las herramientas cognitivas que le dan a los alumnos el bagaje intelectual para que puedan adaptarse, crecer y ocupar cualquier cargo en su vida profesional. Las escuelas de elite norteamericanas no se sienten amenazadas por internet porque ellas continúan imprescindibles en otro papel: en ser formadoras de redes de contactos.

Imaginar es fundamental

La imaginación es esencial para desarrollar la comprensión de los símbolos, como comprobaron los matemáticos y físicos de la imaginación fértil: como Albert Einstein. La imaginación se coloca entre los límites de la percepción, la memoria, raciocinio y las emociones.

El alumno del futuro formado en los márgenes de la ciencia cognitiva desarrollará un intenso espíritu crítico y pasará la vida aprendiendo. En el proyecto Minerva se parte de la premisa: ¿qué van a hacer los alumnos luego de recibirse?

Parte de la respuesta a esta pregunta es el camino que plantea la ciencia cognitiva: formar líderes globales, que sean innovadores, que tengan la mente abierta para ampliar sus horizontes intelectuales; que sepan adaptarse a un mercado volátil y que sean ciudadanos del mundo. Así están planteadas las premisas de la educación del siglo XXI.

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