Pesimistas, cada vez menos
brasileños confían en los beneficios del Mundial
LaNacion - miércoles, 9 de
abril de 2014
"No habrá Copa",
aseguraban a los gritos y con carteles miles de manifestantes que participaron
de las protestas del año pasado en Brasil . Cuando faltan apenas 64 días para
que comience aquí el Mundial de fútbol , todo indica que, pese a demoras ,
sobreprecios y otros problemas, sí habrá Copa, aunque la mayoría de los
brasileños cree que no dejará un buen legado.
Según un sondeo de Datafolha
publicado ayer por el diario Folha de S. Paulo, el 55% de los brasileños piensa
que el Mundial generará más perjuicios que beneficios para el gigante
sudamericano. Y apenas un 36% de los encuestados tiene fe en que el megaevento
deportivo será provechoso para Brasil.
En un esfuerzo por mantener vivo
el entusiasmo de la población, el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff
repite una y otra vez que este Mundial será "la Copa de las Copas" y
que servirá para que el país modernice su infraestructura aeroportuaria, de
movilidad urbana y hotelera, con lo que continuará en alto la imagen positiva
de Brasil. Sin embargo, los brasileños parecen no estar muy convencidos.
En junio del año pasado, cuando
estallaron las masivas manifestaciones en reclamo de mejores servicios
públicos, en contra de la corrupción y en rechazo al despilfarro de dinero
público en la construcción de los estadios mundialistas, ya el apoyo a la Copa
había comenzado a cambiar. Entonces, el 48% de los brasileños creía que el
Mundial traería más beneficios que prejuicios, mientras que el 44% sostenía lo
contrario.
"Incluso ahora, fuera del
clima de las protestas, esa crítica a la realización de la Copa creció. Ése es
el resultado importante, ya que anteriormente la población estaba
dividida", dijo a Folha de S. Paulo Mauro Paulino, director general de la
encuestadora Datafolha.
En 2007, cuando Brasil fue
elegido por la FIFA sede del Mundial de fútbol de 2014, el gobierno de Luiz
Inacio Lula da Silva había presupuestado un gasto de unos 1100 millones de
dólares para la construcción o renovación de estadios en las 12 ciudades sede;
hoy, la cuenta asciende a 3712 millones de dólares. Y hay tres estadios que
todavía están en obras: el de Curitiba, el de Cuiabá y el de San Pablo, este
último donde se realizará el partido inaugural, entre Brasil y Croacia, el 12
de junio.
"El brasileño no es bobo.
Cambió de vino para agua lo que fue prometido en 2007. No se imaginaba que
habría tantos problemas con el presupuesto, con la reducción brutal de la
inversión en movilidad urbana, por ejemplo. No hay legado", apuntó
Fernando Ferreira, director de Pluri Consultoria, consultora especializada en
marketing deportivo.
Justamente el legado para la
población fue la bandera que defendió en todo momento el gobierno para impulsar
el Mundial, pese a que para cuando empiece a rodar la pelota todavía habrá muchos
proyectos de transporte público en construcción, algunos ni siquiera salidos
del papel, como el sistema de buses de carril exclusivo en la amazónica Manaos.
Siempre según la encuesta de
Datafolha, este último sondeo, efectuado la semana pasada, también refleja por
primera vez que el apoyo a la celebración del Mundial fue inferior al 50%: hoy
es el 48% de los brasileños que todavía respaldan la realización del campeonato
internacional. La popularidad de la Copa ha caído en picada desde noviembre de
2008, cuando el 79% de los brasileños la apoyaba; en junio de 2013 la cantidad
se redujo a 69%, y en febrero de este año, a 52%. Paralelamente, el grupo de
quienes hoy están en contra del Mundial suma 41%, la mayor cifra desde 2008,
cuando los "negativos" eran apenas 10%.
Son números que preocupan al
gobierno, sobre todo cuando tres meses después del final del Mundial -el 13 de
julio- se realizarán los comicios generales, en los que Rousseff buscará la
reelección.
55% pesimismo
Más de la mitad de los brasileños
cree que el Mundial causará perjuicios al país.
79% apoyo
Fue el pico que tuvo el respaldo
a la organización de la Copa, en 2008.
3712 millones de dólares
Fueron los fondos destinados a la
construcción o renovación de estadios; el presupuesto original había sido de
US$ 1100 millones.
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