Viena, una meca para los
estudiantes de música hispanos
EFE - domingo, 6 de abril
de 2014
Cada año, cientos de jóvenes
músicos de todo el mundo aterrizan en Viena atraídos por el prestigio y la
calidad de sus escuelas, pero también por unos precios que la hacen más
económica que estudiar en España o Latinoamérica.
Según los datos facilitados a
Efe, en el Conservatorio de Viena, una entidad privada, el 55 por ciento de sus
855 alumnos son extranjeros, mientras que el 47 por ciento de los 1.488
estudiantes de la Universidad de Música y Arte Dramático de Viena (MDW) tampoco
son austríacos.
Uno de estos jóvenes es Diego
Villegas, un estudiante de canto colombiano afincado en Viena desde 2011,
cuando consiguió plaza en un conservatorio privado que le sirvió de trampolín
para estudiar lírica donde siempre había querido: en la prestigiosa MDW.
Como tantos otros, Villegas llegó
a Viena con la intención de labrarse un camino en el mundo de la música, una
carrera que requiere de mucho esfuerzo, pero también de mucha suerte.
Las pruebas de selección no son
fáciles, y cada año solo entre el 5 y 10 por ciento de los aspirantes consigue
matricularse.
La historia de Villegas, que
decidió abandonar sus estudios de física en Colombia para dedicarse al canto,
no es muy diferente de la de Joseph Ávila, quien interrumpió sus estudios de
piano en la Universidad Experimental para las Artes de Venezuela para mudarse a
la capital austríaca.
"Participé en un concurso en
Andorra y me di cuenta de que, en el contexto internacional, no tenía que
mostrar nada más allá de mi amor por la música, en lo profesional me vi
atrasado en comparación con lo que personas de mi edad hacían aquí",
explica Ávila a Efe.
Tanto Ávila como Villegas
coinciden en destacar que lo que diferencia a Viena del resto de ciudades es
"el respeto que se tiene por la música, por los músicos y por la cultura
en general".
Diana González Castel llevaba
nueve años estudiando en el conservatorio de Terrassa (España) cuando decidió
que era el momento de alzar el vuelo, porque en España se estaba
"ahogando".
Desde hace tres años estudia
violín en el Vienna Conservatory, otra institución musical de gestión privada.
Otro de los atractivos que ofrece
esta ciudad, desde hace siglos considerada como la capital mundial de la
música, es, aparte de la calidad educativa, su bajo coste.
Para un estudiante de fuera de la
Unión Europea (UE), un semestre en la Universidad de Música de Viena cuesta 750
euros (unos 1.000 dólares), mientras que para un comunitario cuesta solo 17
euros (23,3 dólares).
En las privadas, los precios
oscilan entre los 1.000 y los 1.500 euros (entre los 1.370 y los 2.055 dólares)
al año, muy poco en comparación con otras instituciones educativas privadas,
sean en Europa o América.
"Les cuesto menos a mis
padres estando aquí que allí. Si estuviera en España no podría estudiar
música", asegura Diana González Castel.
Realizar los mismos estudios en
la Escuela Superior de Música de Cataluña o en el Liceo de Barcelona cuesta al
menos 3.000 euros (unos 4.100 dólares) al año, recuerda.
Aunque Ávila reconoce que en
Venezuela hay una enorme red de orquestas y escuelas públicas, el venezolano
destaca que Viena le ofrece la posibilidad de relacionarse y crecer de una
forma que no habría sido posible en su país.
"Viena me aporta
perspectiva, estando allá (en Venezuela) uno no puede conocer a profesionales
de su área, no es como aquí, que hay personas de tu edad que se dedican a lo
mismo y te dan otra visión del oficio", apunta Ávila.
Para Villegas, seguramente sirvan
de inspiración historias como la del tenor mexicano Carlos Osuna, quien con 30
años ya ha firmado su segundo contrato con el elenco fijo de la afamada Ópera
de Viena.
Hace casi dos años, Osuna pasó
las pruebas para entrar en la compañía como tenor y lo aceptaron para un
contrato de dos años, que le permite realizar pequeños y mediados papeles.
Osuna, que está teniendo muy
buenas críticas en sus actuaciones, se muestra muy agradecido por la
oportunidad que le dieron.
Es consciente del lugar en el que
trabaja: la Ópera de Viena, una de las más importantes del mundo, donde se
ponen en escena más de cincuenta óperas por temporada, mientras que en otras
salas solo se programan diez.
Con todo, el tenor asegura que la
suya es una carrera de fondo que requiere de mucho esfuerzo diario y de mucho
trabajo en equipo.
"Uno tiene que estar
preparado para demostrar, pero siempre sin soberbia", cuenta en
declaraciones a Efe.
Formar parte del elenco fijo de
la Ópera le ha dado la oportunidad de pisar los mejores escenarios del mundo.
Así, en marzo de este año han
representado "Salomé" en el prestigioso Carnegie Hall de Nueva York.
"En el canto hay mucha
soberbia, a veces los más famosos no son los que tienen las mejores voces, sino
los que han sido tenaces y trabajan más duro que el que canta mejor",
destaca el joven colombiano, quien define el ambiente en la Ópera de Viena como
"bueno y relajado".
"Entrando por la puerta del
teatro, todos los cantantes son iguales, no hay ninguna pose. Los que tienen
más nivel que tú te entienden y te apoyan, te dan consejos; y los que están a
tu mismo nivel te respetan, en la Ópera (de Viena) toman las decisiones según
las habilidades y nadie está celoso", asegura.
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