Cómo Gmail cambió las reglas del
juego
BBC Mundo - abril de 2014
El 1 de abril de 2004, en pleno
Día de los Inocentes en el mundo anglosajón, Google sacó Gmail al mercado.
Más de uno pensó que el gigante
de internet estaba gastando una broma; pocos se dieron cuenta de que con su
llegada el buscador estaba cambiando las reglas del juego.
Hasta entonces el correo
electrónico en la web se encontraba dominado por Hotmail y Yahoo! Correo que
ofrecían algunos megabytes de alojamiento gratuito a cambio de mostrar
publicidad en banners o ventanas.
Pero Gmail se estrenó con
características que lo hicieron diferente desde un principio.
Para empezar contaba con una caja
de búsqueda que permitía encontrar mensajes rápidamente en ese gigabyte de
almacenamiento que ofrecía gratis.
Y como en el lejano 2004 un
gigabyte era una barbaridad, Google anunció que su nuevo producto no requería
de un botón para borrar mensajes, todo se podía ir guardando pues de cualquier
modo se encontraría fácilmente.
El spam o mensajes no deseados
que plagaban a otros servicios parecía casi inexistente en Gmail, el primer
servicio en filtrarlo en forma efectiva.
Pero todas estas características
que lo diferenciaban de su competencia lo situaban en una posición de
innovador, no de revolucionario.
Lo que realmente marcó un antes y
un después en la era del correo electrónico fue el modelo de negocios del
servicio: tu privacidad a cambio de un producto sin costo.
Google no mostraría brillantes
anuncios animados o estorbosas ventanas comerciales. En su lugar los 'robots'
del buscador escanearían tus mensajes en busca de palabras claves por medio de
las cuales, después, te mostrarían anuncios relevantes a tu estilo de vida.
Muchos grupos de defensa de la
privacidad se enojaron mucho en su momento y trataron de frenar ese nuevo
intercambio. Pero la realidad es que a la mayoría de los usuarios pareció no
importarles mucho la nueva transacción en la que sus datos privados, gustos e
intereses se convirtieron en la divisa más fuerte en internet.
A nivel tecnológico Gmail también
fue revolucionario gracias al empleo de Ajax, una técnica de JavaScript que
permite recargar datos dentro de una página en un navegador, sin abandonarla.
En términos terrestres significaba que no había que volver a cargar una página
para saber si teníamos nuevo correo; el correo lo hacía en forma automática por
nosotros.
Gmail siempre fue visto como una
aplicación dentro de un navegador, como hoy se piensan y diseñan las
aplicaciones para teléfonos móviles.
Y aunque sólo aquellos con una
invitación tenían acceso al correo, cuando Gmail por fin abrió sus puertas a
todos los usuarios, sus números comenzaron a crecer. Sin embargo fue hasta 2012
que el correo de Google conquistó el trono del mercado superando al extinto
Hotmail (ahora Outlook.com) y a Yahoo! Correo.
Su victoria fue también el inicio
de un camino incierto. Es cierto que a través de los años Gmail ha sufrido
cambios para intentar mantenerlo siempre a la vanguardia, pero el mercado no es
el mismo.
La gente usa cada vez más redes
sociales para comunicarse. Facebook tiene 1.200 millones de usuarios activos,
Gmail cuenta con 500 millones. A eso sumen las apps de mensajería instantánea
como Whatsapp o Snapchat que hacen ver al correo electrónico como algo
irrelevante.
Los números, sin embargo, quieren
defender al correo electrónico. El año pasado contaba en el mundo con 2.200
millones de usuarios. Un análisis del Radicati Group en Londres estima que
aunque el tráfico entre cuentas de correo electrónico personales se reducirá en
los próximos tres años, el número de cuentas de correo electrónico
empresariales crecerá hasta alcanzar los 1.100 millones de buzones en 2017.
La explosión de los teléfonos
inteligentes también ha dotado al correo electrónico de un aliado y un enemigo.
Nunca como ahora había sido tan fácil estar en contacto con nuestros buzones,
pero al mismo tiempo nunca como ahora había tenido el correo electrónico tanta
competencia en el mismo dispositivo.
El correo electrónico se está
convirtiendo en un artículo de fondo. Cuando hay que tomarse el tiempo para
explicar las cosas con más palabras, para expresar ideas más formales o
desarrolladas se usa el buzón. Para todo lo demás están las redes sociales y
las apps.
Google lo sabe y está tratando de
lograr que Gmail se convierta en nuestra identidad a través de redes sociales
(¿han oído hablar de Google+?) y dispositivos móviles.
Y mientras con una mano enarbola
ese estandarte, con la otra lucha contra los defensores de la privacidad,
aquellos que con las filtraciones de Edward Snowden han encontrado nuevos
argumentos para reiniciar una batalla apuntando a una debilidad del sistema de
confianza.
Gmail querrá cumplir otros diez
años aunque quizá, si lo logra, no sólo su rostro sino su esencia habrán cambiado
radicalmente.
Acerca de este blogUn rincón del
ciberespacio en BBC Mundo para hablar sobre tecnología y esta vida digital que
nos tocó vivir.
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