Brasil 2014: España y el peso de
la estrella
Associated Press - miércoles,
9 de abril de 2014
Entre Sudáfrica 2010 y Rusia
2018, España tiene un problema: Brasil 2014. Un Mundial en el que convivirán
dos excelentes generaciones de futbolistas. Pero ninguna en su mejor momento.
La campeona del Mundo defenderá título
en plena transición y con dudas. Nadie cuestiona el talento de la Roja. Sin
embargo, sus debilidades son cada vez más evidentes, como demostró la goleada
por 3-0 que le endosó Brasil en la final de la Copa Confederaciones el año
pasado.
El salto cualitativo de España le
ha etiquetado como eterna aspirante. Pero el propio técnico Vicente del Bosque
reconoce que será muy difícil hilvanar un inédito póker de triunfos
consecutivos de Eurocopa, Mundial, Eurocopa y otra vez Mundial en seis años.
Hasta la fecha, solo Italia, en
1934 y 1938, y Brasil, en 1958 y 1962, lograron ganar dos mundiales
consecutivos. Del Bosque lleva meses renunciando públicamente al papel de
favorito. Puede ser que esté preparando a la plantilla y a todo un país,
acostumbrado últimamente a ganar, para la derrota. Pero también es verdad que
el entrenador español es experto en vestir al lobo con piel de cordero para
restar presión.
"Lo más normal es que no
quedemos campeones del mundo. Espero que este grupo de jugadores, que han
sabido ganar, el día que nos toque la derrota, lo sepamos asimilar", dijo
Del Bosque hace unos meses.
"Es un gran reto defender el
Mundial en Brasil, volver a ganarlo sería una locura", agregó el central
Sergio Ramos.
Para ser vigente campeona y
cabeza de serie, no se puede decir que España saliera muy beneficiada del
sorteo. Encuadrada en el Grupo B, debutará frente a Holanda el 13 de junio, en
una reedición de la final del pasado Mundial. Posteriormente se medirá a Chile
y cerrará frente a Australia, teórica cenicienta de la primera fase.
Cualquier tropiezo le emparejaría
previsiblemente con la anfitriona Brasil, favorita del Grupo A.
Pero los rivales no son el único
quebradero de La Roja.
España vive un momento de
recambio. Del Bosque busca la tecla que le permita equilibrar una plantilla en
la que conviven la generación más laureada del fútbol ibérico, ya veterana, y
una nueva hornada de joven talento.
La derrota de la Confederaciones
y una clasificación mediocre para el Mundial han marcado un punto de inflexión.
Pero no una revolución.
El entrenador ha inyectado
juventud en sus últimas convocatorias. Y es más habitual ver a figuras
consagradas como Xavi Hernández junto a futbolistas de proyección como Thiago
Alcántara.
Sin embargo, la base de España
sigue siendo la de 2010. Así lo indican las pistas que ha ido dejando Del
Bosque. La más importante en la victoria por 1-0 ante Italia en el amistoso de
marzo, último partido antes de la convocatorio mundialista.
"Los convocados ante Italia
serán la base para el Mundial", afirmó el entrenador.
Jugadores como los madridistas
Isco Alarcón y Jesé Rodríguez que vienen despuntando deberán esperar a 2018.
Mientras que, si las lesiones lo permiten, Xavi, Andrés Iniesta, Iker Casillas
y Xabi Alonso se despedirán de los mundiales en Brasil, junto a compañeros como
Ramos, Pedro Rodríguez, Gerard Piqué, Cesc Fábregas y Sergio Busquets, que por
edad todavía tienen carrera por delante y la posibilidad cierta de Rusia.
Eso hace a España tan previsible
para sus rivales, como igualmente peligrosa. El juego de toque de España
desarbola cualquier defensa, pero es una lección aprendida por muchos. El
equipo no domina los partidos como antes, padece una endémica falta de gol y
sufre en las salidas al contrataque.
Del Bosque acostumbra a
introducir una novedad táctica en cada torneo importante. En el Mundial de
2010, fue el doble pivote defensivo Busquets-Alonso. En la Euro 2012, jugó sin
delantero neto y situó a Fábregas de falso nueve.
¿Cuál será el cambio en Brasil?
El técnico español no ha enseñado
sus cartas. Todo hace pensar que sí habrá delantero, el hispano-brasileño Diego
Costa. El artillero del Atlético de Madrid ha explotado como goleador esta
temporada. Costa, de 25 años, renunció a jugar con su país de origen y eligió
España, donde ha desarrollado toda su carrera.
Brasil es un país con cierta
mística para La Roja. Hasta la victoria en Sudáfrica, la mejor actuación de
España en un Mundial se remontaba a Brasil 1950. Aquella generación de
futbolistas de un país empobrecido por las consecuencias de la guerra civil (1936-1939)
alcanzó la ronda final del torneo —no había semifinales— y se clasificó cuarta.
España encadenó 60 años de
sinsabores desde entonces. Nunca superó los cuartos de final hasta el triunfo
de 2010.
"Todos los jugadores
cargamos con alguna desilusión", recordó Ignacio Eizaguirre, arquero de
aquella selección fallecido a los 92 años en 2013. "Hemos aprendido a
perder con dignidad, con respeto. Ahora más que nunca estamos aprendiendo a
ganar con la misma dignidad, pero con más pasión si cabe", añadió en el
documental "El alma de la Roja" sobre los éxitos recientes de España.
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