La creciente homogeneidad de la
dieta mundial crea riesgos para la alimentación
EFE - marzo de 2014
La creciente homogeneidad de los
suministros mundiales de alimentos presenta graves riesgos para la agricultura
y la alimentación, dijo a Efe el investigador Colin Khoury, del Centro
Internacional para la Agricultura Tropical (CIAT).
"Más personas consumen más
calorías, proteínas y grasas y dependen de un conjunto cada vez más reducido de
cultivos como el trigo, el maíz y la soja, junto con la carne y los productos
lácteos para la mayor parte de su dieta", señaló Khoury en diálogo
telefónico desde la ciudad de Cali, Colombia, donde tiene su sede el CIAT.
La difusión mundial de una dieta
estándar ha puesto a disposición de más poblaciones más comidas pero a costa de
la diversidad de los cultivos locales y esta uniformidad aumenta el peligro de
crisis alimenticias debidas al cambio climático o la propagación de pestes de
los cultivos.
Khoury y Luigi Guarino, el otro
autor del estudio y científico del Fondo para la Diversidad Global de Cultivos,
publicaron sus conclusiones hoy en la revista Proceedings of the National
Academy of Sciences.
"Para entender lo que ocurre
con los cultivos en todo el mundo analizamos cuáles se están convirtiendo en
más importantes y cuáles decrecen, y qué come la gente en todo el mundo",
explicó Khoury.
Los científicos estudiaron cuáles
son los productos agrícolas básicos en la dieta a nivel nacional y encontraron
que, entre 1961 y 2009 las dietas se han tornado cada vez más similares.
Los cultivos ahora predominantes
en las dietas en todo el mundo incluyen algunos que ya eran importantes medio
siglo atrás, como el trigo, el arroz, el maíz y la papa.
Pero el estándar emergente de
suministro alimenticio global consiste también de alimentos con alto contenido
de energía como la soja, y los aceites de girasol y de palma.
El trigo es un cultivo básico
mayor en el 97,4 por ciento de los países y el arroz en el 90,8 por ciento,
dijo Khoury. La soja se ha convertido en un alimento significativo en el 74,3
por ciento de los países.
"En cambio muchos cultivos
considerados de importancia regional, como el sorgo, el mijo y el centeno, al
igual que cultivos como la patata dulce, la casava y la batata (o boniato) han
perdido terreno", añadió.
La mayor parte de los cambios en
la agricultura, para atender la creciente globalización de una "dieta
occidental" con elevado contenido de calorías, ocurre en Asia y en África,
pero aún en Colombia, por ejemplo, ha habido una disminución de los cultivos de
banana, plátano y casava", dijo Khoury.
Esta evolución de la dieta global
"tiene implicaciones para la agricultura en la producción, y para la
nutrición".
"Creemos que cuando más
gente consume una dieta globalizada más se extiende la cosecha de unos pocos
cultivos en todo el mundo y disminuye la diversidad en los sistemas de
producción", continuó el investigador.
La uniformidad hace que la
agricultura sea más vulnerable a las enfermedades de las plantas, y a los
efectos del cambio climático, como las sequías, que afectarán a más gente en
todo el planeta.
Desde el punto de vista de la
nutrición, señaló Khoury, la creciente dependencia en unos pocos cultivos
también puede acelerar el incremento global de la obesidad, las enfermedades
cardiacas y la diabetes, males afectados por los cambios dietéticos y que se
han convertido en grandes problemas de salud pública.
"Los países que experimentan
cambios dietéticos rápido también ven incrementos rápidos en las enfermedades
asociadas con la sobre abundancia", apuntó Khoury.
Sin embargo Khoury añadió que hay
algunas tendencias positivas como el caso del norte de Europa "donde hay
indicios de que los consumidores tienden a comprar más cereales y vegetales y
menos carne, aceites y azúcar".
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