Asia, gran mercado para el lujo y
gran inversionista
Forbes - martes, 4 de marzo
de 2014
Hoy son frecuentes los ejemplos
de marcas de lujo en manos de capital chino, indio o árabe. ¿Voltearán pronto a
ver a Latinoamérica?
Shanghai Tang, una de las marcas
de Richmont desde 1998, nació en Hong Kong en el año 1994 de la mano de Sir
David Tang. El emprendedor chino anticipó que a raíz de la transferencia de la
soberanía de Hong Kong de Gran Bretaña a China en 1997, muchos ciudadanos de la
ex colonia querrían recrearse en su pasado. Tang se inspiró en la festiva
Shanghái años 20 para desarrollar una marca conocida por su colorista tienda en
la calle Pedder y las numerosas y atractivas reinterpretaciones del “quipao”,
el vestido tradicional chino. Fue la primera marca global de lujo de capital
asiático.
Hoy son frecuentes los ejemplos
de marcas de lujo en manos de capital chino, indio o árabe. Otra familia de
Hong Kong, los Fang, compraron en el año 2000 la centenaria Pringles of
Scotland, conocida por su “twinsets” de cashmere y la colección de jerséis de
rombos que llevaron con entusiasmo los mejores golfistas británicos en los años
80 y 90.
Unos años después, la inversora
taiwanesa Wang Shaw compró la marca parisina casi caída en el olvido Lanvin en
el 2001. Una historia de éxito. La combinación de Alber Elbaz y Paul Deneve
como Director Creativo y CEO respectivamente, consiguieron despertar esta marca
dormida y ponerla en el centro de la atención de medios y clientes, además de
hacer despegar ventas y beneficios.
Christina Ong de Singapur
adquiría la británica Mulberry en 2003. Esta marca, que pasó a ser la favorita
de las “celebrities” en Reino Unido, está ahora reinventando su liderazgo con
la ambición de jugar no sólo en primera división, sino también de poder ganar
la copa de los líderes internacionales del sector.
De origen indio, la familia
Mittal, con una fortuna hecha en la industria siderúrgica, adquirió Escada en
2009, después de que la compañía alemana de PAP se declarara en quiebra en el
2008.
No sólo inversionistas
individuales y familias. El fondo de inversión IDG Capital Partners de capital
chino establece una estructura en Europa en el 2009, con el objetivo de
invertir en marcas europeas con potencial de crecimiento en China.
El Grupo Fung, también de Hong
Kong, unió fuerzas con un ex ejecutivo de LVMH para crear First Heritage Brands
en 2011. Entre sus adquisiciones están las francesa Robert Clergerie y la belga Delvaux, además de Sonia Riquiel.
Más recientemente, la compra de
la marca Georg Jensen por parte de Investcorp en 2012 sucede a las inversiones
que el grupo de Bahrein había hecho en Tiffany y Gucci. En este caso,
Investcorp se alía con el empresario chino David Yu, fundador de Nautica, quien
se incorpora como Presidente y Director Creativo. La centenaria empresa danesa
conocida por algunos productos emblemáticos, como el reloj Vivianna, tiene como
prioridad fortalecer la marca en Asia y desarrollar allí el negocio.
En 2013, el brazo inversor de
Qatar “QIA”, anunció que incrementaba su participación en el capital de Tiffany
del 8.7% al 11.3%. Se especula, además, sobre la compra incipiente de los
grandes almacenes parisinos Printemps.
Todos estos ejemplos muestran que
ya no son casos puntuales. Inversionistas chinos, indios o de oriente medio
compiten ahora por participar en la industria del lujo, sobre todo,
considerando que gran parte del crecimiento vendrá de su lado del mundo.
La relación comercial entre Asa y
Latinoamérica ha estado marcada hasta ahora por un patrón de materias primas
por productos manufacturados. Sin embargo, el incipiente desarrollo de marcas
premium y lujo en Latinoamérica puede convertirse también en objeto de deseo de
inversionistas asiáticos si ven potencial de crecimiento en sus mercados
locales.
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