La simplicidad en los negocios
Forbes - martes, 1 de abril
de 2014
Existen oportunidades de mejora
para que una empresa genere el mismo ingreso o incluso mayor, con mucho menos
esfuerzo y, al mismo tiempo, con un mejor ambiente de trabajo.
La importancia de las personas,
el trabajo en equipo y la simplicidad de las formas de llevar a cabo sus
actividades diarias, es uno de los retos de las organizaciones actuales ante lo
dinámico de un mundo globalizado.
Es claro que uno de los
principales objetivos de las empresas u organizaciones es el obtener los
resultados y beneficios para los que fue creado el negocio y, sin embargo, esto
no se podrá lograr si los equipos de todos los niveles en la organización no
logran trabajar de una forma coordinada y dentro de un ambiente que facilite la
participación, la comunicación y los procesos prácticos y efectivos.
Claro que podemos encontrar
compañías que han podido llegar a un cierto nivel de éxito, si definimos éxito
sólo como ingresos mayores que sus gastos. Sin embargo, esto no asegura que el
esfuerzo aplicado para ese éxito no sea mucho mayor o simplemente
desequilibrado dentro de las funciones diarias de los equipos participantes.
Para estos casos no es complicado encontrar que existen oportunidades de mejora
para generar el mismo ingreso o incluso mayor, con mucho menos esfuerzo y
generar al mismo tiempo un mejor ambiente de trabajo.
Podemos ver que cada vez que
encontramos estas oportunidades nuestro análisis, de acuerdo con muchos libros,
se basa en dos pilares: el duro o hard (sistemas, infraestructura, procesos,
métricas, evaluaciones, equipamiento, políticas, etc.) y el suave o soft
(habilidades, sentimientos, relaciones interpersonales, personalidades, etc.).
Y debido a esta combinación se debe tener cuidado de considerar el tema de
simplicidad en la forma de implementar y ejecutar, además de la cultura de la
cooperación e interacción con las personas que llevan a cabo todo ese mundo de
procesos y herramientas.
Definir un objetivo muy pero muy
smart, puede ser complejo pero muy efectivo, incluso no complejo e igual de
efectivo, todo depende en el sentido en el que busquemos esa solución.
Tal vez si buscamos una solución
muy básica, podremos analizar la forma en cómo las partes trabajan en conjunto,
sus conexiones e interacciones, buscando una forma inteligente de su
adaptabilidad. Cuando las personas trabajan en conjunto, los esfuerzos se
reducen y los ambientes se mejoran.
A las personas que cooperan en
estas oportunidades e iniciativas se les debe de reconocer e incentivar para
continuar con esa cooperación, pero a las personas que no participan se les
debe de cuestionar y no es con el sentido de afectar, sino con el sentido de
que ellos mismos lleven a cabo un análisis de su actuación. A las personas que
no han recibido ayuda habrá que preguntarles o preguntarse uno mismo, quién es
responsable de brindarles su apoyo y a las personas que no han solicitado
ayuda, habrá que cuestionarles por qué. Mucho de la batalla está en nosotros
mismos.
No es sólo que las personas se
lleven bien, debe de existir reciprocidad y corresponsabilidad, fomentar la
comunicación para que cada una de las partes conozca sus obligaciones,
responsabilidades, cómo sus resultados afectan a la cadena productiva y cuáles
son sus factores de evaluación que le permiten evidenciar su crecimiento y
buscar por consecuencia sus beneficios personales.
Entonces, líderes, emprendedores,
dueños de negocio, gerentes, alta dirección, etc. debemos de conocer y entender
qué es lo que hacen nuestros equipos de trabajo, fomentar desde lo alto el
ambiente de trabajo adecuado que nos permita que nuestros equipos trabajen en
conjunto con un alto grado de cooperación, mucha comunicación, confianza en sus
propuestas, en sus habilidades y con una autoridad basada en autocrítica,
ejemplo y apoyo para tomar decisiones.
Encontraremos que hay una serie
de habilidades que no conocíamos y otras que ya habíamos experimentado y
aprovechado, pero la decisión y responsabilidad de ubicar esas habilidades en los
lugares correctos es de estos líderes. Hace ya muchos años, en uno de mis
primeros empleos, me comentaron que no existen malos empleados, solo malos
líderes, porque los buenos líderes no permiten que existan estos malos
empleados.
Tengo muy claro que la parte dura
o hard debe de existir y debe de optimizarse como cualquier otro recurso.
Buscar la simplicidad podría permitir que esta serie de activos que las
empresas ahora tienen, sean de una verdadera utilidad y valor para sus
objetivos y el cumplimiento de estos les corresponde a las personas. Estas
personas tienen sobre sí mismas la parte soft donde se involucran temas más
complicados que sólo instalar un equipo o un proceso nuevo.
Por eso, como líderes, hagamos un
análisis de nuestros equipos de trabajo, conozcamos lo que hacen y cómo lo
hacen, participemos como parte de ese grupo, seamos ejemplo y no sólo autoridad
sin bases. Las propuestas de mejora o de solución pueden venir de cualquiera de
estos participantes; las decisiones, el balanceo de expectativas y la visión
tendrán que ser de los líderes en sus respectivos niveles.
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