Los turistas chinos conquistan el
mundo
Deutsche Welle - sábado, 1 de
marzo de 2014
Con la prosperidad económica,
aumenta también el deseo de viajar. Eso ocurre también en China, cuyo mercado
turístico se desarrolla cada vez más.
“Me dio mucho gusto andar en
bicicleta en Stuttgart y en los Alpes, bajo un cielo azul, pasando por paisajes
maravillosos. Simplemente fue fantástico”, dice Miao Lilong, de 32 años, quien
visita por segunda vez Europa. Disfruta del aire limpio y la atmósfera de las
ciudades. Miao puede costearse un viaje al exterior, al igual que cada vez más
compatriotas suyos. Cerca de 97 millones de chinos viajaron al exterior en
2013, según la Oficina Nacional de Turismo China, que cuenta con que este año
se supere la marca de los 100 millones.
Crece el turismo individual
“Dado que puedo hablar inglés
medianamente, por lo general me las arreglo bien en los viajes… salvo cuando
pido algo de comer. En ocasiones no sé bien qué es lo que he comido”, dice
Miao, riéndose. Eso no le parece terrible. Por el contrario, piensa que así
experimenta de forma auténtica una cultura ajena.
“La barrera idiomática es todavía
un gran problema en los viajes a Europa. Por eso, la mayoría de los chinos
prefiere viajar con un guía”, dice a DW Jiang Yiyi, jefa de la sección de
turismo internacional de la Academia China de Turismo. No obstante, también
Jiang ha constatado que cada vez más chinos intentan organizar sus viajes por
cuenta propia. “Estos turistas intercambian sus experiencias en las redes
sociales.”, indica. Además, entretanto existen numerosas aplicaciones para
teléfonos inteligentes con las que la gente puede darse a entender
rudimentariamente en cualquier parte,
En busca de vivencias
Aparte del turismo clásico,
muchos chinos buscan sobre todo experiencias exóticas. Quieren esquiar, ir a un
partido de la Bundesliga o andar por una autopista. “Andar en auto en Alemania
es una vivencia especial para muchos chinos; hay autopistas sin límites de
velocidad y uno puede probar un auto de lujo de BMW o Mercedes”, explica Jiang.
Esta tendencia la percibe también Georg Arlt, director del China Outbound
Reaserch Institute, que analiza la forma de viajar de los turistas chinos.
“Los chinos no toman vacaciones
en Alemania. La mayoría quiere vivir la mayor cantidad de cosas en el menor
tiempo posible”, indica Arlt. Una simple foto de la torre Eiffel ya no
impresiona a nadie en los sectores adinerados e ilustrados de la sociedad
china. Tomar un curso de cocina o de baile en el extranjero, en cambio, reporta
prestigio en la patria. “Pero esas actividades no deben ser muy prolongadas”,
subraya Arlt.
“Billeteras ambulantes”
En su mayoría, los chinos tienen
poco tiempo para viajar. Pero suelen disponer de abundante dinero. Ya en 2012,
los chinos destronaron a los alemanes como campeones mundiales de turismo.
Según las autoridades chinas, gastaron cerca de 102 mil millones de dólares en
el exterior, es decir, casi un 20 por ciento de dinero más que los germanos. En
algunos sitios ya los llaman “billeteras ambulantes”. También Miao Liong se fue
de compras, porque recibió muchos encargos de amigos y familiares. Debido a los
altos impuestos aplicados en China, los productos de marca resultan más baratos
en Europa. Unos 458 euros diarios gastó en promedio cada turista chino en
Alemania en 2012, de acuerdo con estadísticas de la Central Alemana de Turismo.
No extraña pues que en grandes
multitiendas como KaDeWe, en Berlín, o en el aeropuerto de Fráncfort se haya
contratado ya a personal especial para atender a la nueva clientela china.
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