Latinoamérica se olvida por unos
días de sus penurias y se entrega al Carnaval
EFE - martes, 4 de marzo de
2014
Como suele ocurrir cada año por
estas fechas, en varios países de Latinoamérica como Brasil, Venezuela,
Colombia, Bolivia, Ecuador y Panamá intentan olvidar los problemas políticos,
sociales o económicos para entregarse en cuerpo y alma a diferentes carnavales.
Sin lugar a dudas el mayor de
estos espectáculos se da en Brasil, en lugares como Salvador, capital de Bahía,
y Olinda, vecina a Recife (Pernambuco), pero especialmente en Río de Janeiro,
que desde anoche vive su apogeo con los multitudinarios y lujosos desfiles de
las escuelas de samba cariocas, el espectáculo más esperado de esta fiesta que
paraliza todo el país.
Seis escuelas de samba, cada una
con entre 3.000 y 5.000 integrantes con disfraces elaborados, bailaron y
cantaron hasta bien entrada la mañana de hoy en el sambódromo, una avenida
flanqueada por tribunas, que estos días se convierte en el epicentro del
carnaval brasileño, hasta la elección del ganador el próximo miércoles.
A esto se sumó el carnaval
callejero carioca, una alegría generalizada que, sin embargo, no logra hacer
olvidar del todo meses de protestas sociales de diversa índole tal como lo
atestigua el enorme rastro de basura que quedó al paso de las comparsas, porque
parte de los barrenderos de Río están en huelga desde el pasado sábado en
demanda de mejorías salariales.
En Colombia, la fiesta se
concentra en Barranquilla, que ayer tuvo en su segundo día de Carnaval el
multitudinario y colorido desfile de la Gran Parada de Tradición, con comparsas
como las tradicionales danzas del Garabato, del Congo y del Paloteo.
Así, los barranquilleros y buena
parte de los habitantes de la Costa Caribe siguen celebrando a la espera al
entierro simbólico mañana de "Joselito Carnaval", un personaje que
según la leyenda muere por los excesos cometidos durante los días de fiesta
pero revive al año siguiente.
Ya después habrá tiempo para
preocuparse de cosas como las elecciones legislativas del próximo domingo, en
las que se elegirán a los nuevos miembros del Congreso que acompañará al
próximo Gobierno, a escogerse en mayo, y todavía en medio de un proceso de paz
con las FARC que sigue dividiendo a buena parte del país.
Justamente consciente de que este
tipo de fiestas son un paliativo para las penurias políticas fue que el
presidente venezolano, Nicolás Maduro, decidió ampliar a seis los días de
inactividad laboral por el carnaval, que en principio solo tenía como festivos
hoy y mañana.
En medio de la efervescencia
política que se vive desde el 12 de febrero y que ya ha dejado por lo menos 18
muertos, gracias a este largo "puente" festivo miles de venezolanos
se han desplazado hacia las playas y otros lugares de recreación.
Incluso, el domingo Maduro mostró
fotografías playeras y carnavalescas en la red social Twitter para
"decretar la victoria de los carnavales" y asegurar que Venezuela
vive un clima de calma pese a que, y aunque han tenido una menor intensidad que
en los días anteriores, las marchas y protestas siguen en buena parte del país.
En Bolivia, con estas
festividades también se intenta olvidar, así sea momentáneamente, el drama que
se vive desde octubre por culpa de las intensas lluvias que ya han dejado 59
muertos, 60.000 familias damnificadas y pérdidas millonarias.
Y aunque numerosos municipios
suspendieron las celebraciones de Carnaval, buena parte de las regiones lo
celebran desde el fin de semana y hasta mañana, con desfiles de disfraces y
bailes típicos, con el de Oruro, Patrimonio Oral e Intangible por la Unesco,
como máxima expresión del folclore boliviano.
Al evento, realizado el sábado,
concurrieron unos 35.000 bailarines y 10.000 músicos intérpretes de danzas
folclóricas bolivianas, además de miles de turistas, pero esta edición se tiñó
de luto con la muerte de cuatro personas y decenas de heridos al desplomarse
una pasarela durante el desfile.
Uruguay, por su parte, todavía en
medio de las vacaciones de verano y tras un mes de Carnaval, considerado el más
largo del mundo, parece haberse olvidado de discusiones como la aprobación de
la marihuana y hasta ahora empezar a prestar atención a la campaña para las
elecciones de octubre próximo.
Mientras que las dos semanas que
restan de esta celebración se viven en el país como un período de descanso
familiar, el lunes y martes de Carnaval tan solo se vive en una localidad, La
Pedrera (costa atlántica), con una gran fiesta popular que congrega a miles de
turistas, casi todos jóvenes y uruguayos.
En Panamá, por estos días tampoco
interesan mucho las elecciones generales de mayo próximo, con la capital y
parte del interior del país disfrutando desde el viernes pasado y hasta la
madrugada del miércoles próximo de las fiestas del Rey Momo.
En Ciudad de Panamá, donde se
realiza la actividad más grande, se calcula que unos 25.000 turistas en total
acudirán para ver a unos 120 artistas como el Gran Combo de Puerto Rico y Cheo
Feliciano, a quien mañana se le hará un homenaje.
En Ecuador ya también parece cosa
del pasado la aireada reacción del presidente Rafael Correa tras el triunfo
electoral hace una semana de la oposición en las principales ciudades del país,
incluida Quito, y más de un millón de personas se han movilizado para disfrutar
de desfiles alegóricos, el tradicional juego con agua y la celebración indígena
por las primeras cosechas.
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