El falso clonador de embriones
gana una patente en su búsqueda de redención
EFE - domingo, 23 de
febrero de 2014
El científico surcoreano Hwang
Woo-suk engañó al mundo hace ahora una década con su supuesta clonación de
embriones humanos, un experimento que con el tiempo se demostró falso, pero que
aún así acaba de ser patentado en Estados Unidos.
La patente número 8.647.872 de la
Oficina de Patentes de Estados Unidos, emitida el pasado 11 de febrero,
reconoce el trabajo de Hwang, que provocó uno de los mayores escándalos
científicos que se recuerdan.
El genetista surcoreano publicó
en febrero de 2004 un artículo en la prestigiosa revista científica
"Science" en el que proclamó haber conseguido clonar un embrión
humano y desarrollar células madre a partir de él.
Lo rompedor de su descubrimiento
sembró las dudas entre muchos de sus colegas, que no se detuvieron hasta
obligarle a reconocer que había manipulado sus experimentos.
Su pretendida investigación le
valió la admiración internacional en un primer momento y después, cuando se
supo de su falsedad, la humillación ante la opinión pública, el desprecio de la
comunidad científica e incluso una condena de prisión en su país.
Porque si su trabajo trascendió a
los círculos especializados para copar las portadas de los periódicos y abrir
los informativos de radio y televisión, mayor repercusión aún desató el
descubrimiento de que eran erróneos.
En apenas 20 meses, Hwang pasó de
ser el nuevo héroe de la ciencia a su villano más odiado.
Ahora, cuando se cumple el décimo
aniversario del inicio de aquella revolución científica que acabó en fraude, el
científico surcoreano ha recibido desde Estados Unidos un regalo en forma de
patente.
Hwang llevaba años tratando de
que su fallida investigación fuera reconocida. Lo intentó en más de 20 países
y, de hecho, Estados Unidos es el tercer país que accede, puesto que antes lo
hicieron Australia, en 2008, y Canadá, en 2011.
En concreto, la patente
"Línea de células madre embriónicas humanas preparada por transferencia
nuclear de una célula somática en un ovocito humano enucleado" corresponde
al primero de los artículos que Hwang publicó en "Science", en
febrero de 2004 -meses más tarde la revista divulgó otro, y al final se
retractó de ambos-.
Que el contenido de las patentes
sea cierto o no en realidad no importa para la Oficina de Patentes de Estados
Unidos, dado que la entidad presupone la buena fe de los inventores y su
conducta tiende más a la confianza que a la desconfianza.
El profesor de Derecho de la
Universidad de Maryland James Grimmelmann explicó que la Oficina de Patentes
actúa con una "presunción de validez", en declaraciones al diario
"The Washington Post".
Así como los tribunales asumen
que las patentes son válidas hasta que se pruebe lo contrario, podría darse la
paradoja de que, si Hwang demandara a alguien por infringir la que acaba de
obtener, sería el supuesto infractor quien tendría que demostrar su falsedad.
Es un escenario poco probable,
puesto que se sabe de antemano que es un experimento fallido, aunque para
Hwang, tener la patente no es una cuestión menor.
Su persistencia en que se acepten
sus falsos hallazgos sólo se explica por su convicción en la validez de su
línea de investigación sobre las células madre, la misma que le llevó al
descrédito.
Tras caer en desgracia y ser
despedido de la Universidad Nacional de Seúl, el genetista no abandonó la
ciencia, sino que siguió trabajando en el sector privado.
Después planeó la creación de un
centro de investigación en Libia con el beneplácito de Muamar al Gadafi, un
proyecto que tuvo que abandonar después de la revolución del país africano de
2011 y la muerte del dictador.
En septiembre de 2012 anunció que
había iniciado un proyecto dirigido a lograr la clonación de una especie de
mamut extinguida hace 4.500 años; y tampoco sus aspiraciones acaban ahí.
Pese al escepticismo de la
comunidad científica, Hwang está decidido a probar que sus experimentos eran
correctos y, entre tanto, se ha encontrado una patente en Estados Unidos que
supone un espaldarazo en su camino hacia la redención.
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