El visionario Steve Jobs
Forbes - miércoles, 19 de
febrero de 2014
Ser visionario implica ver “algo” que los
demás no, y en lugar de descartarlo, darle forma y vida, planear de lo más
grande hacia lo más inmediato.
Viendo todo lo que los medios
revivieron acerca de la historia de Jobs con motivo del cumpleaños 30 de la
Mac, me hizo reflexionar en lo que es tener una visión o ser un visionario.
Jobs no sólo revolucionó la
industria con la idea de tener una computadora personal con una interfaz
completamente amigable (por dentro y por fuera), sino que estaba viendo mucho
más allá: dominar la era de la información.
Y con este objetivo, durante los
siguientes años fue sumando devices a esta misma visión.
Si vemos hoy en día un iPhone, no
es sólo un celular, de hecho creo que es lo que menos es. En realidad es la
versión to go de nuestra computadora. Y creo que nunca fue su intención entrar
a competir con los celulares, sino crear un ecosistema donde todos los devices se
interconectaran dándonos el acceso a esta era de la información, conforme otras
tecnologías lo han ido permitiendo.
Es muy impresionante ver hoy
hacia el pasado y descubrir cómo fue uniendo los eslabones de manera siempre
anticipada y casi impecable. Y digo casi porque hubo algunos intentos fallidos,
tal vez demasiado anticipados a la época, como la Newton.
Seguramente hay otros ejemplos en
otras industrias de visionarios de este nivel. Y mi reflexión es que estos
personajes no tienen un “tope” en sus ambiciones o pasiones.
Ven “algo” que los demás no, y en
lugar de descartarlo, le dan forma y vida. Planear de lo más grande hacia lo
más inmediato suena interesante.
Y esto no significa inventar
todo, si vemos la historia de Mac, lo que Jobs hizo en gran parte fue juntar
una serie de tecnologías ya existentes pero que estaban en ámbitos separados.
También me hace pensar en las
nuevas generaciones de jóvenes-cuasi-niños que están revolucionando con
proyectos hechos con una computadora en su cuarto. Será que gracias a su edad
no tienen los topes de los más adultos, no le temen a experimentar y no les
importa que no pase nada (o sí), por lo que ponen en marcha planes ambiciosos,
grandes, nuevos y disruptivos que cambian al mundo. Porque eso es lo que quieren,
cambiar al mundo.
Cuántas veces no hemos tenido un
pensamiento, una idea fugaz o hasta un sueño (literal), que damos por
descartado antes de siquiera aclararlo a nivel mental. O al revés, cuántas
veces “planeamos” con una miopía que nos lleva al cortoplacismo o a lo normal,
por no llamarle mediocre.
Ya sé que no todos somos Steve
Jobs o Vin Cerf, que seguro es lo que están pensando, pero no nos acercaremos
ni a su sombra si no nos forzamos a ver más allá.
No hay comentarios:
Publicar un comentario