Cómo definir y defender tú marca
Forbes - jueves, 20 de febrero de 2014
Protege tu marca como si fuera tu
esposa, constrúyele reputación como si fuera tu hijo y valórala como a tu
madre.
Se han encontrado tanto tablillas
y papiros originarios de Babilonia y en Pompeya, que registran el uso de
algunos nombres particulares para describir algunos productos, como vinos,
joyas y pan. En la antigüedad se utilizaban los nombres de las regiones o bien
de los dueños o fabricantes para identificar los productos, mismos que se
vociferaban en los puertos cuando los barcos llegaban, con tal de atraer la
atención de los comerciantes y ambulantes.
Sin embargo, es durante la
revolución industrial, en Estados Unidos e Inglaterra, cuando realmente se
populariza la creación y uso de marcas por la necesidad de diferenciar no sólo
los productos fabricados por una empresa en particular, sino los estilos de
estos productos. Era tal la explosión de la producción que era necesario
clasificar y comunicar fácilmente las diferencias de cada producto tanto para
los distribuidores o comerciantes como para los clientes o usuarios.
Desde entonces (finales 1700) a
la fecha, los objetivos de acuñar un nombre para un producto o servicio han
sido:
En años recientes, con la
explosión del internet y las redes sociales, y su uso como medios de
comunicación, promoción y venta, a estos objetivos se les ha sumado uno
adicional:
Las marcas pueden tomar su inspiración
de los lugares más inusuales hasta los más convencionales.
El publicista, apenas aprendiz en
aquel momento, Caroline Davidson le propuso un nuevo logo a Phil Knight
(fundador de Nike, en aquel momento llamada Blue Ribbon Sports), el cual estaba
inspirado en las alas de la diosa griega Nike (la que simbolizaba la victoria).
Phil, quien al principio rechazó la propuesta, poco a poco se fue convenciendo
del valor del logo conforme fue conociendo la historia detrás de la diosa, y
más cuando alguien le propuso homologar el logo con el nombre y llamar a la
misma empresa Nike.
Mientras que otras, como IBM,
siglas de International Business Machines, o AT&T, siglas de American
Telegraph & Telephone, tienen un origen menos rebuscado.
Para nombrar modelos de autos se
han utilizado fuentes de inspiración, desde el número de diseño vinculado a la
empresa, ciudades, planetas, animales, plantas, dioses, semidioses, ríos y
hasta toros de lidia.
Que exista una historia detrás de
tu marca o nombre es algo sumamente valioso, detona la imaginación, construye
reputación, le da un valor emocional y simbólico a éste.
Cuando creas un nombre o marca
para el producto que vas a lanzar, tienes que considerar que será un activo de
por vida que poseerás, que eventualmente tendrá un valor per se. ¿Por qué valen
las marcas? te preguntarás. Porque se han ganado un espacio en la mente de
miles, millones o billones de consumidores, porque son fácilmente reconocidas,
porque son memorables emocionalmente, pero, sobre todo, porque hacen sonar la
caja registradora.
Por ello, protege tu marca como
si fuera tu esposa, constrúyele reputación como si fuera tu hijo y valórala
como a tu madre.
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