¿Cómo influye el ADN en nuestra
inteligencia?
larazon.es
Científicos identifican un gen
que vincula el espesor de la materia gris con la capacidad intelectual
Cientificos del King College de
Londres han identificado por vez primera un gen que relaciona el espesor de la
materia gris del cerebro con la inteligencia.
El estudio, que se publica en la
revista Molecular Psychiatry, podría ayudar a entender los mecanismos
biológicos que subyacen a algunas formas de deterioro intelectual.
La sustancia o materia gris
corresponde a aquellas zonas del sistema nervioso central de color grisáceo
integradas principalmente por somas neuronales, dendritas y células glíales. En
la superficie de nuestro cerebro, esta materia se dispone formando la corteza
cerebral, que es la organización más compleja de todo el sistema nervioso.
Los investigadores se centraron
en esta área del cerebro, que constituye la capa más externa de éste, y juega
un papel clave en la memoria, la atención, la percepción, el pensamiento, el
lenguaje y la conciencia, para tratar de comprender la relación entre genes e
inteligencia, informa Tendencias 21.
Estudios anteriores habían demostrado
que el espesor de la corteza cerebral, o 'grosor cortical', se correlaciona
estrechamente con la capacidad intelectual, pero aún no se habían identificado
los genes implicados, publica el King College en un comunicado.
¿Gen de la inteligencia?
Sylvane Desrivières, autora
principal del estudio explica: «Queríamos saber cómo las diferencias
estructurales del cerebro se relacionan con diferencias en la capacidad
intelectual. La variación genética que hemos identificado está relacionada con
la plasticidad sináptica» (la forma en que se comunican las neuronas o células
cerebrales entre sí).
«Esto puede ayudarnos a entender
lo que ocurre a nivel neuronal en ciertas formas de deficiencias intelectuales,
en las que la capacidad de las neuronas para comunicarse de manera efectiva se
ve comprometida de alguna manera».
Para lograr su objetivo, los
científicos analizaron muestras de ADN e imágenes del cerebro obtenidas por
resonancia magnética de un total de 1.583 adolescentes sanos, de 14 años. Los
jóvenes fueron asimismo sometidos a una serie de pruebas para determinar su
inteligencia verbal y no verbal. En total, fueron analizadas más de 54.000
variantes genéticas posiblemente involucradas en el desarrollo del cerebro.
Se descubrió así que, como media,
los adolescentes que llevaban una variante genética particular tenían una
corteza más delgada en el hemisferio cerebral izquierdo, sobre todo en los
lóbulos frontales y temporales; y peores resultados en las pruebas de capacidad
intelectual.
Dicha variación genética afecta a
la expresión del gen NPTN, que codifica una proteína que actúa en las sinapsis
neuronales, y que por tanto afecta a la comunicación interneuronal.
El estudio sugiere que algunas
diferencias en las capacidades intelectuales podrían ser el resultado de una
función disminuida de la NPTN génica, en concreto, en determinadas regiones del
hemisferio izquierdo del cerebro. Pero sólo representaría, según estimaciones,
un 0,5% de la variación total de la inteligencia.
Por eso, Desrivières puntualiza:
«Es importante señalar que la inteligencia se ve influida por muchos factores,
genéticos y ambientales. El gen identificado sólo explicaría una pequeña
proporción de las diferencias en la capacidad intelectual, por lo que es de
ninguna manera puede denominarse 'gen de la inteligencia».
El hallazgo aún así resulta
importante porque podría tener implicaciones para la comprensión de los
mecanismos biológicos que subyacen a varios trastornos psiquiátricos, como la
esquizofrenia o el autismo, que afectan a la capacidad cognitiva.
Genes, encéfalo e inteligencia
En 2012, científicos de la
Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), en el transcurso de una
investigación para desarrollar un mapa de los genes humanos que aumentan o
dificultan la resistencia encefálica a distintos trastornos neurológicos y
mentales, encontraron genes a los que también podían atribuirse diferencias
individuales en la inteligencia.
Descubrieron más concretamente
que una variante de un gen denominado HMGA2 influye en el tamaño del encéfalo
y, también, en la inteligencia. Nuestro ADN cuenta con cuatro bases
nitrogenadas: A, C, T y G. Según los resultados arrojados por este estudio,
aquellas personas en las que el gen HMGA2 presenta C en lugar de T, presentan
encéfalos mayores y obtienen mejores resultados en pruebas de cociente
intelectual estandarizadas.
Relación entre genes e
inteligencia, a lo largo de la vida
Como ha quedado demostrado con
estas investigaciones, los genes pueden condicionar en cierta medida nuestra
inteligencia. Un tercer estudio llevado a cabo en 2012 por científicos de la
Universidad de Edimburgo (Escocia), sugirió que, de hecho, los genes podrían
provocar casi un cuarto de los cambios en los niveles de inteligencia de las
personas, a lo largo de sus vidas.
El análisis, que ofreció las
primeras estimaciones sobre la influencia de los genes en este aspecto, reveló
que las diferencias genéticas suponen un 24% de las variaciones en la calidad
de la salud mental en la vejez.
Fue realizado a partir de una
base de datos de 1.940 individuos no emparentados, cuya inteligencia fue medida
desde que tenían 11 años, y hasta que tenían 65, 70 o 79 años. Los
participantes también proporcionaron muestras de sangre para los análisis del
ADN.
Los investigadores aplicaron a
todos estos datos una novedosa técnica estadística, con la que buscaron las
asociaciones entre los genes y los cambios en los niveles de inteligencia de
los individuos a lo largo de los años.
Sus resultados sugieren que los
genes podrían explicar en parte porqué el envejecimiento del cerebro afecta más
a la inteligencia de unas personas que a la de otras, independientemente de los
factores ambientales.
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