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jueves, 20 de febrero de 2014

ADN

¿Cómo influye el ADN en nuestra inteligencia?

larazon.es
Científicos identifican un gen que vincula el espesor de la materia gris con la capacidad intelectual
Cientificos del King College de Londres han identificado por vez primera un gen que relaciona el espesor de la materia gris del cerebro con la inteligencia.

El estudio, que se publica en la revista Molecular Psychiatry, podría ayudar a entender los mecanismos biológicos que subyacen a algunas formas de deterioro intelectual.

La sustancia o materia gris corresponde a aquellas zonas del sistema nervioso central de color grisáceo integradas principalmente por somas neuronales, dendritas y células glíales. En la superficie de nuestro cerebro, esta materia se dispone formando la corteza cerebral, que es la organización más compleja de todo el sistema nervioso.

Los investigadores se centraron en esta área del cerebro, que constituye la capa más externa de éste, y juega un papel clave en la memoria, la atención, la percepción, el pensamiento, el lenguaje y la conciencia, para tratar de comprender la relación entre genes e inteligencia, informa Tendencias 21.
Estudios anteriores habían demostrado que el espesor de la corteza cerebral, o 'grosor cortical', se correlaciona estrechamente con la capacidad intelectual, pero aún no se habían identificado los genes implicados, publica el King College en un comunicado.

¿Gen de la inteligencia?
Sylvane Desrivières, autora principal del estudio explica: «Queríamos saber cómo las diferencias estructurales del cerebro se relacionan con diferencias en la capacidad intelectual. La variación genética que hemos identificado está relacionada con la plasticidad sináptica» (la forma en que se comunican las neuronas o células cerebrales entre sí).

«Esto puede ayudarnos a entender lo que ocurre a nivel neuronal en ciertas formas de deficiencias intelectuales, en las que la capacidad de las neuronas para comunicarse de manera efectiva se ve comprometida de alguna manera».

Para lograr su objetivo, los científicos analizaron muestras de ADN e imágenes del cerebro obtenidas por resonancia magnética de un total de 1.583 adolescentes sanos, de 14 años. Los jóvenes fueron asimismo sometidos a una serie de pruebas para determinar su inteligencia verbal y no verbal. En total, fueron analizadas más de 54.000 variantes genéticas posiblemente involucradas en el desarrollo del cerebro.
Se descubrió así que, como media, los adolescentes que llevaban una variante genética particular tenían una corteza más delgada en el hemisferio cerebral izquierdo, sobre todo en los lóbulos frontales y temporales; y peores resultados en las pruebas de capacidad intelectual.

Dicha variación genética afecta a la expresión del gen NPTN, que codifica una proteína que actúa en las sinapsis neuronales, y que por tanto afecta a la comunicación interneuronal.
El estudio sugiere que algunas diferencias en las capacidades intelectuales podrían ser el resultado de una función disminuida de la NPTN génica, en concreto, en determinadas regiones del hemisferio izquierdo del cerebro. Pero sólo representaría, según estimaciones, un 0,5% de la variación total de la inteligencia.

Por eso, Desrivières puntualiza: «Es importante señalar que la inteligencia se ve influida por muchos factores, genéticos y ambientales. El gen identificado sólo explicaría una pequeña proporción de las diferencias en la capacidad intelectual, por lo que es de ninguna manera puede denominarse 'gen de la inteligencia».
El hallazgo aún así resulta importante porque podría tener implicaciones para la comprensión de los mecanismos biológicos que subyacen a varios trastornos psiquiátricos, como la esquizofrenia o el autismo, que afectan a la capacidad cognitiva.

Genes, encéfalo e inteligencia
En 2012, científicos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), en el transcurso de una investigación para desarrollar un mapa de los genes humanos que aumentan o dificultan la resistencia encefálica a distintos trastornos neurológicos y mentales, encontraron genes a los que también podían atribuirse diferencias individuales en la inteligencia.
Descubrieron más concretamente que una variante de un gen denominado HMGA2 influye en el tamaño del encéfalo y, también, en la inteligencia. Nuestro ADN cuenta con cuatro bases nitrogenadas: A, C, T y G. Según los resultados arrojados por este estudio, aquellas personas en las que el gen HMGA2 presenta C en lugar de T, presentan encéfalos mayores y obtienen mejores resultados en pruebas de cociente intelectual estandarizadas.

Relación entre genes e inteligencia, a lo largo de la vida
Como ha quedado demostrado con estas investigaciones, los genes pueden condicionar en cierta medida nuestra inteligencia. Un tercer estudio llevado a cabo en 2012 por científicos de la Universidad de Edimburgo (Escocia), sugirió que, de hecho, los genes podrían provocar casi un cuarto de los cambios en los niveles de inteligencia de las personas, a lo largo de sus vidas.
El análisis, que ofreció las primeras estimaciones sobre la influencia de los genes en este aspecto, reveló que las diferencias genéticas suponen un 24% de las variaciones en la calidad de la salud mental en la vejez.
Fue realizado a partir de una base de datos de 1.940 individuos no emparentados, cuya inteligencia fue medida desde que tenían 11 años, y hasta que tenían 65, 70 o 79 años. Los participantes también proporcionaron muestras de sangre para los análisis del ADN.
Los investigadores aplicaron a todos estos datos una novedosa técnica estadística, con la que buscaron las asociaciones entre los genes y los cambios en los niveles de inteligencia de los individuos a lo largo de los años.

Sus resultados sugieren que los genes podrían explicar en parte porqué el envejecimiento del cerebro afecta más a la inteligencia de unas personas que a la de otras, independientemente de los factores ambientales.

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