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lunes, 14 de enero de 2008

Retorno

El retorno de Confucio

Apenas entran a la diminuta escuela, un apartamento renovado en una torre de la ciudad de Wuhan en el centro de China, los niños se visten con su kimono gris abrochado en la espalda con una moderna tira de velcro.
En la cabeza llevan un gorro negro, cuadrado, que en algunos casos es tan grande que les llega a tapar los ojos.

Los niños, de entre tres y seis años, han venido a tomar clases durante el fin de semana para familiarizarse con las enseñanzas del antiguo filósofo chino Confucio.
En cada sala hay un retrato suyo.
La maestra les enseña a juntar las manos e inclinar la cabeza ante su imagen al comienzo de cada lección.
En algunas clases cantan y juegan. En otras, los maestros les muestran letreros con complejos caracteres chinos para que repitan las frases del gran maestro.
"En un grupo de tres personas, una de ellas se convertirá en mi maestro", recitan con sus voces agudas.
Muchas de estas frases exaltan las virtudes de la armonía, la humildad y la cortesía.

Cuestión de equilibrio
Esta pequeña escuela fue establecida el año pasado. Desde entonces, se han inscrito en sus clases unos cien alumnos.
"La cultura tradicional tiene muchas ventajas, cosas que no pueden aprenderse con la educación moderna", asegura Yu Fang, madre de una estudiante de tres años.
"Pone énfasis en virtudes como la bondad y la auto disciplina. Eso es muy bueno para mi hijo y muy bueno también para la sociedad china".
Otra mamá, Wang Ching, agrega: "Éste es un mundo materialista, la gente aspira a un mejor nivel de vida y se centra en los bienes materiales, no en lo espiritual".
La China moderna, con sus ansias de crecimiento económico, necesita más equilibrio y más del orden social y de la cortesía de la que hablaba Confucio, añade.

Nuevas vías
Todo esto puede parecer inocuo, pero en la China de hoy esta ideología se está abriendo un nuevo camino.
El confucianismo y el comunismo nunca se han llevado muy bien que digamos.
En los años 60, en pleno auge de la Revolución Cultural, Confucio fue vilipendiado.
Mao y sus seguidores lo criticaron, calificándolo de feudal y de formar parte del pensamiento jerárquico y burgués del pasado.
Todos los resabios del tradicionalismo deben ser destruidos, argumentaban.
Los comunistas también se sentían amenazados por la reverencia acordada a Confucio por sus seguidores, que podía asemejarse a la adoración religiosa.
Incluso hoy en día, las autoridades se mantienen vigilantes.
Recientemente, se abrieron algunas escuelas confucianas de tiempo completo, pero fueron cerradas meses después.

Éxito de ventas
No obstante, en la cambiante y caótica sociedad china de hoy, existe claramente un mercado para esta sabiduría antigua.
Para muchos es un antídoto necesario contra la globalización y la creciente influencia de la cultura occidental en las nuevas generaciones.
Un libro moderno sobre pensamiento confuciano simplificado para que sea accesible al público en general, se ha convertido sorpresivamente en un éxito en el país, con unos cuatro millones de ejemplares vendidos.
El fundador de la escuela confuciana de fin de semana en Wuhan, Li Guang-bing, ya ha abierto otras siete escuelas en todo el país.
Su objetivo en el futuro es abrir otras cien, tanto en China como en el resto del mundo.
"Los estudiantes de hoy están apasionados por la cultura oriental", dice.
"Debemos combinar la cultura tradicional china con lo mejor de Occidente".
El entendimiento que había sobre su filosofía se perdió en los años 60, pero gradualmente China está redescubriendo su cultura tradicional, incluyendo sus enseñanzas.
"Creo que la actitud del gobierno es cada vez más positiva. El movimiento hacia la incorporación y la difusión del pensamiento confuciano está creciendo".
Sin embargo, Li Guang-bing sabe que rehabilitar las ideas de Confucio tomará tiempo. "Es un proceso, algo que podemos hacer pero no de golpe, sino lentamente, paso a paso".

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