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lunes, 21 de enero de 2008

Ochoa

Memo Ochoa y sus sueños de gigante

México siempre ha sido tierra de porteros legendarios. Antonio Carbajal, Jorge Campos y Oswaldo Sánchez han sido grandes nombres -entre muchos otros- que han dejado huella con el Tricolor en el panorama mundial. Pero el presente azteca tiene un nombre propio que amenaza con eclipsar a todos sus predecesores: Francisco Guillermo Ochoa.

Titular indiscutible del equipo mexicano con sólo 22 años y referente absoluto del América de México, Ochoa es considerado en su país como uno entre los mejores del mundo. Pero, además de tener extraordinarias cualidades dentro del campo, es sencillo y amable fuera de él. Y todo, pese a ser un ídolo de masas en su país. Por ello, el joven guardameta aceptó con agrado hablar de su pasado, presente y futuro para FIFA.com.

Señor Ochoa, para empezar resolvamos una duda, ¿Cómo le gusta que lo llamen: Francisco, Guillermo o con algún apodo?
Todos me dicen Memo, Memo Ochoa. De chico me decían así, sólo cuando estaban enojados mis papás me decían Guillermo (risas). No me gusta ninguno de los apodos que me han puesto, porque ninguno tiene que ver con mi vida o algo que me identifique.

Es famosa la anécdota de cómo fue descubierto por Leo Beenhakker cuando tenía 17 años, ¿cómo fue realmente esa historia?
En realidad yo empecé a entrenar con el equipo de primera desde los 15 años cuando el técnico era Alfio Basile. Pero fue hasta que llegó Beenhakker que hice la pretemporada completa y me puso como segundo portero. Me fui ganando su estima y coincidió en que Adolfo Ríos se lesionó en un entrenamiento y me dio la confianza para debutar en la liga y en la Libertadores en mi segundo partido.

¿Sigue estando agradecido con el entrenador holandés?
Por supuesto. No es normal que se la haya jugado conmigo con sólo 17 años, sobre todo con el América, un equipo en el que la presión es al máximo y está en la mira todos los días. Antes de entrar a la cancha me preguntó qué era lo que siempre había querido y le contesté que jugar con el América en Primera. Y me dijo, 'pues ahí lo tienes, ahora disfrútalo'.

Su carrera ha sido meteórica, titular a los 17 años con su equipo, muy rápidamente se hizo figura y con 22 ya es el número uno de la selección mexicana, ¿Cuál es su receta?
(Risas) Voy poco a poco, mejorando a lo largo de los partidos. Es algo que te va dando la vida de futbolista, con la prensa, los aficionados, los compañeros. Siempre me había tocado ser el más chico. Desde los 15 años convivía con jugadores que tenían el doble de edad. Poco a poco uno va aprendiendo lo bueno, deja a un lado lo malo, y siempre queriendo más.

En 2006 vivió su primera experiencia en una Copa Mundial de la FIFA como tercer guardameta de México, ¿qué recuerdos le dejó ese torneo?
Algo bonito. Enfrentamos a Portugal, a Argentina y a todas sus figuras. El ambiente fue maravilloso. Claro que tenía ganas de jugar, pero sabía que no era mi momento, que yo no había sido el titular en ese proceso, pero eso me estimuló a hacer las cosas mejor, a aprender. Y en ese momento me dije a mí mismo 'yo vuelvo en 2010 pero en la cancha, ya no en la banca'.

Un año más tarde, ya era titular y figura de México en la Copa América Venezuela 2007. ¿Cómo soportar la presión de ese primer torneo dentro del campo?
Tratando de no pensar en ella. Tengo muy claro que soy el heredero de grandes guardametas que han dejado huella y que es la hora de empezar a escribir mi historia. Obviamente tengo nervios antes de los partidos, pero una vez que piso la cancha se me olvida y me concentro en mi trabajo.

Ese torneo fue la primera gran participación de la selección de Hugo Sánchez, ¿cuál es su opinión del actual técnico del Tri?
Es una persona que proyecta grandeza, triunfos, el querer siempre más dentro de la cancha y buscar ser el mejor en cualquier cosa que hagamos.

Ahora, para el año que comienza, el objetivo será, obviamente, el Torneo Olímpico de Fútbol de Pekín...
Sí, claro, pero hay que calificar primero, algo que no es nada fácil. La gente en México está muy entusiasmada y la entiendo porque creo que tenemos mucha calidad. Y lo mismo que en Alemania 2006, también estuve en Atenas 2004 sin jugar y para mí va a ser muy importante estar en la cancha peleando por una medalla.

Varios de los jugadores mexicanos que podrían disputar ese torneo ya están en Europa y usted aún no. ¿Cuál es la razón?
Se ha hablado mucho recientemente de una transferencia, pero hasta ahora no se ha concretado nada. La verdad es que no tengo prisa y quiero ir a un equipo importante. Siempre seguí a escuadras como Juventus, Milan, Bayern, Manchester, Real Madrid o Barcelona, y me gustaría jugar en uno de ellos. Además, en este momento estoy en un grande como es el América en donde aún tengo muchos objetivos que cumplir, como la próxima Copa Libertadores.

Pasando a otros temas, cuando era niño, ¿tenía algún ídolo en la portería?
Peter Schmeichel, sin duda. Era impresionante, capaz de atajarlo todo en un partido. Siempre fue mi ejemplo a seguir. Y ahora, curiosamente, me he convertido en un portero de características muy distintas a las suyas.

Usted es uno de los pocos futbolistas que estudian aún la universidad, ¿lo considera algo importante?
De diez futbolistas estudia uno (risas). Yo lo hago por mí, no por los demás, lo hago por mi futuro. La carrera de futbolista dura muy poco y hay que estar preparado para lo que sigue. Durante la vida uno se encuentra con ex futbolistas que no hacen nada después de retirarse, y yo no quiero acabar así.

Si repitiéramos esta entrevista dentro de 5 años, ¿cómo le gustaría verse?
Jugando en Europa, en un equipo grande. Habiendo obtenido una medalla en los Juegos Olímpicos. Participar en la Champions y ganarla. Y, por supuesto, en Sudáfrica 2010, como campeón del mundo. Mi sueño es una final contra Brasil, que nos vayamos a penales y yo detenga el último... No, mejor aún, que vayamos ganando 1-0 y que yo pare el penal en el último minuto (risas).

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