3 claves para salir vencedor en
la Cuarta Revolución Industrial
FORBES- viernes, 5 de febrero de 2016
Esta revolución no se vislumbra
como un reto fácil, pero puede ser la oportunidad para que tu organización se
instale de forma definitiva en la era digital.
La tecnología es un habilitador
para las personas. En este espacio hemos hablado ya de cómo ésta da pero
también quita, brinda conectividad pero resta privacidad, por citar tan sólo un
ejemplo. Sin embargo, poco hemos abordado el ámbito global: las empresas, los
países y la economía. ¿Cómo afecta este binomio de toma y daca a gran escala?
La tecnología ya cuenta con una
revolución en su haber: la revolución tecnológica. Esto no es poca cosa
considerando que no se detiene y, a la par, detona miles de batallas. De hecho,
el impacto a nivel global se perfila de grandes magnitudes; no por nada los
líderes políticos y empresariales del mundo discutieron el tema en la última
convención en Davos, Suiza: la llamada Cuarta Revolución Industrial.
Ésta implica la masificación de
la tecnología a nivel industrial, conectando las cosas como vía de
automatización. Contempla la sustitución total de la mano de obra y de
cualquier intervención humana, por el uso de drones, inteligencia artificial,
realidad virtual e impresión 3D. El internet aplicado a cada entorno, proceso,
actividad y sector. Desde contar los pasos que uno camina y la entrega de
mercancía a través de drones, hasta la operación virtual de plantas de
producción que reduzca de forma significativa el uso del espacio físico
(inventarios) y de personal. Lo que los especialistas llaman el internet de las
cosas (IoT).
Tres aspectos clave
La tecnología es un habilitador
de la economía y de las organizaciones. Sin embargo, saber capitalizarlo es el
reto. La Cuarta Revolución Industrial es una oportunidad, que si bien no se
vislumbra del todo fácil, puede significar la clave para instalarse de forma
definitiva en la era digital. Algunas claves para subirse a esta ola de
innovación se basan en tres ejes principales:
Desarrollo de habilidades
El Foro Económico Mundial estima
la pérdida de 7.1 millones de empleos en los próximos cinco años en las
principales economías del mundo. Sin embargo, esta baja de empleos trae consigo
la apertura de 2 millones de plazas nuevas que requerirán personas con
diferentes habilidades. Sector público y privado deben apelar al cambio de
manera urgente, iniciando por fomentar en las personas las habilidades que el
mismo Foro recomienda: la resolución de problemas complejos, la capacidad de
pensamiento crítico y la creatividad. El reto, por parte del gobierno, radica
en romper con los esquemas tradicionales de educación, y en el ámbito
empresarial, modificar los esquemas de contratación y capacitación.
Cultura digital empresarial
Por muy lejano que parezca, las
tecnologías antes mencionadas son una realidad. La cultura digital implica
romper los mitos de accesibilidad, costos y seguridad de ésta. Se debe
propiciar un ambiente de confianza para invertir en la tecnología. Esto sólo se
logra a través de la información; de la implementación de prácticas exitosas a
nivel mundial; de un cambio de pensamiento orientado hacia la evolución a
través de la innovación. Las empresas necesitan certezas para operar, y la
explosión de información, los mitos y los servicios de mala calidad generan
cierto hermetismo; además, la operación cotidiana parece ser una barrera o un
pretexto para la innovación. Hoy en día, el cambio es la única constante en las
organizaciones. No usar tecnología no es sinónimo de que ésta no avance, es
sinónimo de rezago y falta de competitividad.
La masificación de la tecnología
de punta
La masificación de la tecnología
es un factor que la vuelve accesible. Los grandes inventos comienzan como una
serie de experimentos aplicables a grandes encomiendas; a partir de la
comprobación, su uso comienza a masificarse. Para que la interconexión y automatización
que promete la Cuarta Revolución Industria no nos alcance, el gobierno y las
empresas deben adentrarse en el mundo de la alta tecnología. De esta forma, su
proliferación se verá acelerada. Esto, sin duda, va de la mano con el punto
anterior: si no existe una cultura que propicie de manera certera el uso de la
tecnología, ésta no llegará –al menos en los países en vías de desarrollo– a la
masificación. La dependencia de las grandes potencias se volverá eterna.
Estamos ante una revolución que
demanda innovación, y la única forma de ganarla es así: innovando.
Lucía I. Zamora Rivera-Emprendedora y curiosa de la
vida. Una mezcla original de comunicación, marketing y tecnología. Mi círculo
virtuoso es aprender enseñando y en este espacio quiero enseñar y compartir
algo de mi mundo.
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