Cómo atraer y fidelizar a los
clientes
El Economista - viernes, 19 de
febrero de 2016
Sin clientes no somos nada, así
que ¿quién hay más importante para nuestro negocio que los clientes? Conseguir
uno cuesta mucho y fidelizarle mucho más. Pero ¡todo es posible! Por supuesto
que hay otras personas fundamentales para que un negocio se mantenga en pie,
pero sin clientes no somos nada. Como he dicho en otras ocasiones, las empresas
están formadas por cadenas humanas -clientes, trabajadores, accionistas,
proveedores, etc.- y cada eslabón es necesario.
Posiblemente porque lo haya
mamado desde siempre, pero lo de respetar y complacer a los clientes lo tengo
grabado casi a fuego. Cuando yo era niño evidentemente no existían los clientes
digitales, o sea los usuarios, pero el concepto creo que sigue siendo el mismo,
aunque tu cliente se encuentre a miles de kilómetros y no le vayas a conocer
nunca personalmente.
Recuerdo cuando en la taberna de
mis abuelos, El Bocho, jugaba con mi hermano y mis primos entre las mesas.
Enseguida oíamos una voz, "estaros quietos que estáis molestando a
fulanito", o cuando me decían "corre al quiosco y trae el periódico
para menganito, que está esperando a su amigo", etc. Estos pensamientos me
trasladan a un tiempo que ahora me parece muy lejano, pero que no lo es tanto,
y a recordar que acciones para tener contenta a la clientela han existido
siempre.
Hoy en día hablamos mucho de lo
importante que es colocar a los usuarios en el centro de la organización e
interesarnos por sus experiencias, pero realmente llevamos toda la vida
investigando qué les gusta a nuestros clientes para complacerlos y que sigan
siéndolo.
Eso sí, hoy tenemos una serie de
ventajas que nos facilitan esta labor. Para empezar, la posibilidad de poder
medir las repercusiones de nuestras acciones por Internet. Hoy en día si
hacemos algo que a nuestros usuarios les gusta -en el caso de la escuela: sacar
un nuevo curso, compartir contenido interesante, emitir un webinar?- los
usuarios lo compartirán en sus redes sociales o pondrán un "me
gusta". De igual forma, si la acción que hacemos no les gusta, también
dejarán constancia de ello.
Cada empresa debe de trasladarlo
a su sector. Nosotros, por ejemplo, analizamos si las opiniones de nuestros
alumnos son buenas o no, qué es lo que nos recomiendan que cambiemos, quitemos
o ampliemos, si recomendarían nuestros cursos, qué profesores son los que les
gusta y quiénes no, cómo ven la plataforma, qué utilidad hacen de los chats de
cada curso, etc. Hay muchas acciones que llevamos a cabo con ellos, creemos que
sin saturarlos, para mejorar las cosas.
Experiencia del usuario
Cuando hablamos de experiencia de
usuario, o de usabilidad, nos referimos a la facilidad que tienen las personas
para entrar en una web y que puedan usarlas sin problemas, tanto en su
funcionamiento, como en la comunicación (documentos comprensibles), en la
facilidad de la navegación (que existan y funcionen los hipervínculos) y en el
diseño visual. Si lo comparamos con un negocio físico, diríamos que es un
negocio usable si cuando entramos lo vemos todo en armonía, bien colocado, con
carteles informativos que no lleven a equivocaciones, en el que veamos la
puerta de salida?
Pero creo que es un concepto que
abarca un terreno mucho más amplio. Entiendo por experiencia de usuario, aparte
de todo lo anterior, el "buen o mal sabor" que se le queda a un
visitante, haya consumido o no alguno de nuestros productos o servicios.
Antiguamente, si un cliente no volvía a aparecer por nuestro negocio o bien no
le había gustado o bien no vivía cerca como para poder volver.
Hoy hay muchos mecanismos para
seguir manteniendo relaciones con ellos, aunque de momento no nos compren:
posibilidad de suscribirse a nuestro newsletter, al blog, mandarnos correos,
seguirnos en alguno de los canales sociales como Facebook, Twitter, Instagram?
y nosotros tenemos herramientas para saber qué es lo que más les atrae de
nuestra web, qué sección es la que más se consulta -o qué producto- a qué otra
no le hacen ni caso; incluso podemos saber si abren nuestros newsletter o no
cuando se las enviamos. Pero éste es un tema que os contaré otro día.
La conclusión es que tanto antes
como hoy, como lo será en el futuro, una empresa no tiene sentido sin los
clientes. Por eso, siempre existirán modos, herramientas, mecanismos que nos
hagan conocer qué les interesa/importa/gusta/satisface/quieren/rechazan?
nuestros clientes.
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