La nanotecnología revolucionará
la cura del cáncer
Infobae - jueves, 4 de febrero de
2016
Los tratamientos que existen hoy
son tan tóxicos para el hombre como lo son para el tumor. Sin embargo, los
avances tecnológicos permitirán atacar con mayor precisión, certeza y eficacia
a la enfermedad, sin dañar al cuerpo con la toxicidad de los tratamientos
convencionales
La nanotecnología es un campo
multidisciplinario que vino a cambiar la escala con la que se mira al mundo.
Acceder a esos fragmentos diminutos de la naturaleza abre gigantescas posibilidades
a distintas industrias, a la medicina y al tratamiento de ciertas enfermedades.
Infobae visitó el Instituto de
Nanosistemas de la UNSAM, presidido por Galo Soler Illia, quien adelantó cuáles
serán los grandes desarrollos que esta tecnología traerá al campo de la salud.
—Hay información sobre algunas
investigaciones en curso para aplicar nanotecnología a la salud, por ejemplo en
tratamientos contra el cáncer. ¿Cuál la dimensión que tienen estos desarrollos?
—"En salud el tratamiento
que se está haciendo es revolucionario. Lo que pasa es que para que algo pueda
aplicarse a la salud tienen que pasar un montón de años y etapas de
experimentación (de fase uno, fase dos, etc.), en las cuales hay que demostrar
que lo que estás haciendo es un medicamento, que no genera trastornos, y luego
pasar a las pruebas en animales y humanos. Es complejo, pero igualmente a lo
que apunta la nanotecnología es a hacer medicina personalizada, en el sentido
de que, cada vez, se conocen más y más las bases moleculares de muchísimas
enfermedades. De allí que en estos momentos se estén construyendo nanonaves o
nanosistemas con las cuales se puede mejorar mucho, no la droga que le
suministra al paciente, sino la forma en la que ésta llega al lugar específico
de la enfermedad".
Se trata de partículas ínfimas
cuyo tamaño es mil veces inferior al diámetro de un cabello. Estos dispositivos
tiene la particularidad de ser autopropulsados, es decir, que pueden moverse
por sí solos, con energía propia. Aunque se las llame "nanonaves" o
"nanorobots" lo cierto es que poseen geometrías muy simples. Son
pequeñas bolitas o cilindros que podrán ser inyectados en nuestras venas para
que viajen por el torrente sanguíneo y mover fármacos por el cuerpo, para
curarnos desde adentro.
Se buscan aplicaciones y lugares
a donde los métodos actuales no pueden llegar
Otra particularidad es que deben
ser inteligentes, saber a dónde ir –por ejemplo, en cáncer o en partes dañadas,
advertir cambios de PH, o de temperatura, o de la composición química del
tumor- poder detectarlos y saber que es allí en donde tienen que aterrizar. Una
vez ubicados en el lugar exacto, hay varias formas de librar el fármaco. Como
explica Soler Illia: "En el cuerpo tenemos millones de células, algunas de
ellas pueden estar enfermas, crecer descontroladamente, no recibir suficiente
irrigación, etc. En ese caso, yo puedo tomar nanocápsulas en las cuales meto el
remedio adecuado y le pongo sensores (anticuerpos, biomoléculas). Esas
biomoléculas, reconocen determinado tipo de tejido, de órgano, o de célula que
está enferma, porque por ejemplo, expresa alguna señal en la parte externa.
Entonces con eso, yo puedo hacer que 'aterrice' directamente en la célula
adecuada. Pero además, esa nanonave está cargada con 'explosivos'. Sobre esa
nanopartícula puedo poner un control remoto o activarla desde afuera con un
rayo láser o con una descarga (magnética o eléctrica). Por ejemplo, puedo tener
una partícula de oro que, cuando es irradiada con un rayo láser o un
infrarrojo, vibra, se calienta localmente y puede expulsar moléculas".
Ya se han hecho pruebas que
permitieron entrar a células cancerígenas y de tejido, pero por ahora sólo
dentro del ámbito del laboratorio
Los tumores están formados por
varias capas, como una cebolla. Lo que hacen los fármacos actuales es matar las
células exteriores, las capas más superficiales, con la consecuencia no deseada
de dañar también a las células sanas. Pero estas nanonaves son potentes y
tienen la capacidad de penetrar en el tumor y de acceder, no sólo a nivel de la
capa externa, sino de meterse dentro, lo que daría una solución ideal contra el
cáncer y bajaría enormemente los efectos secundarios tan agresivos de las
terapias convencionales. "De esta manera, no estás tomando un remedio
normal, sino que estás ingresando un medicamento en el cuerpo y luego le decís,
por control remoto, a dónde debe llegar y a dónde librarse, y evitar así un
montón de efectos secundarios".
Se calcula además que esta
tecnología podría reducir cien veces los costes de este tipo de tratamientos.
Pero quedan algunos desafíos por resolver, especialmente en torno a qué tipo de
energía, de combustible, usar para que se autopropulsen, que el mismo no se
agote ni sean dañino para el cuerpo. ¿Cuánto tiempo pasará hasta poder ver esta
tecnología en los consultorios? Nadie lo sabe con certeza. Sin embargo, si bien
se trata de un desarrollo que ya lleva 10 años, los científicos que trabajan en
el tema calculan que aún se está a mitad de camino de las verdaderas
posibilidades que abren estos adelantos de la ciencia y la tecnología al campo
de la salud.
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