Se avecina la gran transformación
de la industria petrolera
FORBES- 17 de Febrero de 2016
La sobreoferta de crudo que mantiene los
precios tan bajos orilló a recortar personal y proyectos de las grandes
compañías en todo el mundo. Las empresas están sufriendo, sobre todo las
medianas y pequeñas, y en el futuro puede haber quiebras, fusiones y adquisiciones.
Pero la historia de los petroprecios no termina todavía.
Desde que comenzaron a caer –sin
freno– los precios internacionales del petróleo en la segunda mitad de 2014,
todo el mundo espera una reversión de la tendencia en función de los países
productores, algo que no ha ocurrido.
Lo más cercano que ha pasado es
la propuesta de Arabia Saudita y Rusia, hecha ayer (16 de febrero de 2016), de
estabilizar –pero no recortar– la producción de petróleo a niveles de enero de
este año. El acuerdo sólo avanzará si los integrantes de la Organización de
Países Exportadores de Petróleo (OPEP) también se comprometen a congelar su
producción. El optimismo se desvaneció pronto en los mercados y los precios del
WTI y el Brent cayeron por debajo de los 30 dólares por barril.
Los petroprecios bajos no han
reducido considerablemente la producción ni la sobreoferta, pero las empresas
sufren en sus balances. Cuando alcanzó su pico de 9.6 millones de barriles
diarios en junio de 2015 y hasta la primera semana de febrero de 2016, la
producción de petróleo crudo de Estados Unidos sólo ha bajado 5.2%, es decir,
menos de 500,000 barriles diarios, de acuerdo con datos de la Administración de
Información Energética de EU (EIA, por sus siglas en inglés).
Arabia Saudita, el tercer
productor de crudo más grande del mundo (y el que tiene los costos más bajos de
operación), alcanzó su pico en el verano pasado al extraer 10.5 millones de
barriles diarios. Para este año se prevé que mantenga la producción promedio en
10.3 millones de barriles por día, según estimaciones de Credit Suisse.
La sobreoferta de crudo que
mantiene los precios tan bajos orilló a recortar personal y proyectos de las
grandes compañías en todo el mundo, aunque eso no significa, ni mucho menos, su
desaparición. Pero las empresas están sufriendo.
“Para las grandes compañías, si
bien es un problema de capitalización, van a poder sobrevivir con ciertos
cambios y cancelación de proyectos. También será la oportunidad para que se
deshagan de activos”, dice Alexandro Padrés, socio de la firma estadounidense
Sherman & Sterling.
Pero las medianas y pequeñas,
muchas de ellas protagonistas de la revolución del shale oil en Estados Unidos,
están al borde de la quiebra o ahorcadas por la deuda.
De 500 empresas globales de
exploración y producción, 175 están en riesgo de caer en quiebra en 2016, de
acuerdo con un reporte de Deloitte.
Firmas estadounidenses que
extraen shale oil y shale gas con fracking, como Samson Resoruces y Hercules
Offshore, se declararon insolventes en 2015, y otras como Goodrich Petroleum y
Halcon Resources, no tienen muchas posibilidades de sobrevivir este año sin
recurrir a la bancarrota.
A pesar de este panorama oscuro,
estas empresas también encontrarán oportunidad de reestructura o abrir la
puerta a las fusiones y adquisiciones, dice Padrés.
En medio de esta coyuntura, ¿qué
pasa con México y los contratos que acaban de ganar las empresas privadas en
las tres primeras fases de la Ronda Uno? Los primeros frutos de la reforma
energética se verán en tres años, de acuerdo con declaraciones del comisionado
presidente de la Comisión Nacional de Hidrocarburos, Juan Carlos Zepeda, el 15
de diciembre de 2016 al anunciar los ganadores de la fase tres.
Esto daría tiempo para una
recuperación del precio del barril de petróleo al que apuestan muchas de las
compañías. ¿Cuándo subirán los precios? Si se ven las reservas que tienen los
países más importantes, parece que aún falta mucho tiempo. Pero los precios
bajos no destruirán la industria, sólo la transformarán. El problema no es el
precio, sino qué tanto tiempo se prolongue así.
Compañías en problemas, pero la
producción sigue
La caída de los precios
internacionales también se ve en la cantidad de pozos en operación. En Estados
Unidos, al 29 de enero de 2016 había 619 plataformas petroleras en operación,
924 menos que en la misma fecha de 2015, de acuerdo con la firma de análisis
Baker & Hughes.
En el caso de México, Petróleos
Mexicanos (Pemex) perforó 274 pozos de exploración y producción durante 2015,
49% menos de los 538 que operaba en 2014, de acuerdo con la base de datos de la
empresa productiva del Estado.
Por otro lado, la producción de
gas shale en Estados Unidos ha caído solamente 8%, pero si se ve la producción
por el número de equipos, se ha desplomado 64%.
“La estrategia de producción es
mantenerla con reparaciones e incrementar el factor de recuperación de pozos”, dijo
Ramses Pech, especialista del sector energético en Caraiva y Asociados.
Hasta ahora la mayoría de los
productores de gas shale en EU ha sobrevivido a los bajos precios desde que
Arabia Saudita aumentó sus niveles de producción hasta llevarlos a 10.5 millones
de barriles diarios en el verano de 2015.
Pese a que el precio del WTI se
mantiene por debajo de los 30 dólares, la mayoría de los ‘frackers’ siguen
operando debido a que el gas shale sigue siendo más barato que el petróleo y
continúa la demanda por el mismo. Pero las compañías, sobre todo las medianas y
pequeñas, enfrentan presiones financieras.
“Los productores de shale son
chiquitos, algunos tan pequeños que producen un barril diario. Muchos de los
productores han desarrollado sus instalaciones con crédito y tienen un nivel
alto de endeudamiento”, comentó Jorge Suárez-Vélez, socio fundador de SP Family
Office en reunión con periodistas el pasado 21 de enero.
Bajo este contexto, muchos
productores tienen que entrar a una carrera de resistencia para soportar la
crisis de precios bajos. Pero la meta parece estar aún muy lejos; con el
regreso de Irán al mercado y la baja demanda de China, los precios pueden
permanecer bajos por un tiempo más, sin tomar en cuenta que Arabia aún tiene
margen para incrementar su producción.
“La mayor fuente de sorpresas
incrementales sigue siendo, a nuestro juicio, Arabia Saudita por su
flexibilidad y escalabilidad de producción”, dijo Credit Suisse en un análisis
publicado el 26 de enero.
Si los precios no suben, la
industria se adaptará
Bank of America Merrill Lynch
prevé en un análisis publicado el 9 de febrero que los precios del crudo Brent
y WTI se recuperen entre los 75 y 80 dólares en el largo plazo. En los próximos
cinco años, el precio podría oscilar entre 25 y 50 dólares por barril.
¿Los productores sobrevivirán a
estos precios? No todos, pero eso abrirá la puerta a otras oportunidades,
considera Alexandro Padrés, socio en Sherman & Sterling.
“Las grandes compañías van a
poder sobrevivir, con ciertos cambios y suspensiones de proyectos. Además, es
la oportunidad para que se deshagan de activos.”
Para las pequeñas y medianas
seguramente habrá incumplimientos en sus pagos de deuda, pero eso también dará
paso a las reestructuras y posibles fusiones y adquisiciones, confirmó el
especialista de la firma con sede en Nueva York.
Pese a todo, las compañías siguen
invirtiendo en tecnología para abaratar costos y hacer la industria más
rentable con estos precios, indica BofA Merril Lynch.
“Dicho de otra manera, aquí
suponemos que la tecnología ha planteado de forma permanente la capacidad de la
industria para desarrollar nuevas fuentes de suministro a un costo mucho más
bajo.”
Una apuesta a largo plazo
Bank of America también plantea
en su análisis que debido a la sobreoferta en el mundo, el suministro de
petróleo ya no es una limitante para el crecimiento global. Los países que
resienten más la caída de los petroprecios son los que aún dependen del oro
negro para balancear sus presupuestos.
Los ingresos del petróleo
representan alrededor del 45% de los ingresos del sector público en Rusia, el
21% en Malasia, 18% en México, 17% en Colombia y el 11% en Indonesia, según
BofA.
México sigue en el camino de
despetrolizar sus finanzas mediante recortes presupuestales y más recaudación
por otras vías, y a la vez realizó tres subastas de campos. En la última, las
15 áreas de extracción licitadas fueron entregadas a compañías privadas. La
otra pregunta que surge es, ¿sigue siendo rentable para las compañías operar
estos campos a los precios actuales?
“Le están apostando a que suba el
precio. Invierten para recuperar en el mediano plazo”, dice Alexandro Padrés,
aunque recuerda que las compañías están sujetas a condiciones contractuales
para comenzar su producción en determinado momento.
El panorama actual no es nada
halagüeño para la industria de hidrocarburos, y aunque no significa su
destrucción, sí vendrá una transformación de la misma. Así lo ve el especialista
de Shearman & Sterling.
“El horizonte se ve un poco
oscuro. Estamos en una época de transición y no hay que perder de vista que las
inversiones son a largo plazo.”
Francisco Muciño-Editor Web Jr.
de Forbes.com.mx. Hay que hurgar en los números para descubrir una historia que
merezca ser contada. Sólo necesita un café y algo en que escribir.
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