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miércoles, 30 de enero de 2019

el Brexit


¿Cómo les afectará el Brexit a las universidades?



FORBES- 31 de enero de 2019
Actualmente, hay más de 450.000 alumnos extranjeros estudiando en universidades de Reino Unido, lo que representa ingresos para el PIB británico de en torno a 14.000 millones de libras.

Durante la campaña anterior al referéndum del Brexit, una mayoría de stakeholders de la educación superior, incluidos 103 presidentes de universidades, el 56% de estudiantes universitarios y también Jo Johnson, antiguo secretario de educación británico –y hermano de Boris Johnson, crítico conservador de la primera ministra May– expresó su preferencia de permanecer en la Unión Europea (UE).

Dos años más tarde, la mayoría de académicos confirma todavía su posición pro-UE y esperan que, pase lo que pase, Reino Unido no se desconecte del continente. Comprensiblemente, la incertidumbre y las probables consecuencias negativas, particularmente si no hay acuerdo, generarán menoscabos para las universidades británicas. Por otro lado, no puede pensarse en términos de juego de suma cero, porque los perjuicios para las universidades británicas no beneficiarían necesariamente a otras universidades del Continente, como algunos creen equivocadamente.

Cabe esperar, en primer lugar, que el número de estudiantes de pago de la UE en el Reino Unido caerá significativamente, incluso teniendo en cuenta la depreciación de la libra esterlina, que se traduciría en un descenso en el precio de la matrícula, así como en gastos de vivienda y mantenimiento.


Actualmente, hay más de 450.000 alumnos extranjeros estudiando en universidades de Reino Unido, lo que representa ingresos para el PIB británico de en torno a 14.000 millones de libras y un impacto de más de 20.000 puestos de trabajo. La razón fundamental para esta caída es la preocupación entre estudiantes de la UE por obtener visados de trabajo para después de su graduación en Reino Unido, que actualmente no son requeridos.

Posibles fusiones

El impacto en las universidades británicas más prestigiosas será probablemente mínimo. Sin embargo, las universidades con menos reputación tendrán que hacer frente a dificultades y considerarán la posibilidad de fusionarse junto con otras instituciones educativas o crear alianzas o consorcios para ganar economías de escala y mejorar su atracción y exposición internacional. Las universidades privadas, aun siendo minoría en Reino Unido, dependen mayormente de alumnos internacionales y serán las más afectadas.

Al mismo tiempo, los programas de intercambio entre universidades de la UE y de Reino Unido, así como los dobles grados y titulaciones conjuntas, no se verán afectados, independientemente del acuerdo del Brexit que se adopte, ya que se trata de acuerdos privados.

Respecto a la atracción del claustro académico, veremos también una caída significativa en el número de solicitudes de profesionales de la UE, para posiciones docentes y de investigación en universidades de Reino Unido, como consecuencia de la incertidumbre acerca de la necesidad de visas de trabajo.

Otras partes interesadas temen el indeseado ambiente xenófobo creado por los brexiteers. Sin embargo, este receso será compensado por un aumento de solicitudes por parte de países no miembros de la UE.

Malos tiempos para los fondos de investigación

Los fondos para investigación se verán también afectados. A largo plazo, los académicos del Reino Unido tendrán que retirarse de los proyectos de cooperación en investigación entre universidades europeas, que son parte del presupuesto de la UE.

Los proyectos en marcha patrocinados por el programa Horizonte 2020 tampoco se verán afectados y continuarán hasta su conclusión.

Al mismo tiempo, dada la calidad de la investigación llevada a cabo en universidades de Reino Unido, es muy probable que sus homólogos en la UE sigan contando con ellos para iniciativas de investigación conjuntas. Una consecuencia mayor puede ser que las universidades británicas pierdan el liderazgo en estos proyectos.

También cabe esperar recortes presupuestarios y aplazamiento de planes de inversión en universidades de Reino Unido. La pronosticada desaceleración en la economía británica tras el posible Brexit traerá probablemente un menor gasto en educación por parte del gobierno. Esto podría provocar que algunas universidades del país suban el precio de sus matrículas. Sin embargo, la mayoría de presidentes de universidad han manifestado su voluntad de aplicar el mismo precio de matrícula para estudiantes tanto de Reino Unido y la UE.

Estabilidad a largo plazo

Pero incluso teniendo en cuenta las –previamente mencionadas– consecuencias negativas durante los próximos años, creo que la situación se estabilizará a largo plazo.

Las dos razones más importantes para esto son:

Primero, el pragmatismo prevalecerá. Actualmente, todo el mundo tiene dudas sobre la solución que el Parlamento Británico adoptará, y sobre si será avalada por la UE y sus estados miembros. No obstante, mi intuición es que el resultado más probable será mantener el status quo en educación e investigación, dos áreas mucho menos polémicas que comercio e inmigración.

En segundo lugar, la educación superior es ahora un sector global. Este proceso de globalización es irreversible, dada la integración internacional de prácticas educacionales, el impacto de tecnología y el libre caudal de intercambio de personas e ideas. Las universidades británicas juegan un papel fundamental en este escenario de educación global, un escenario en el que la lengua franca es, por descontado, el inglés.

Independientemente del modelo institucional y regulatorio adoptado, las relaciones actuales entre universidades continuarán. Además, en muchos casos, estas relaciones están basadas en acuerdos bilaterales o multilaterales entre diferentes universidades y no requieren ni marco regulatorio ni reconocimiento gubernamental.

Es deseable que las iniciativas de líderes en organizaciones educativas continúen construyendo puentes más allá de las fronteras y creando nuevos programas internacionales de colaboración basados en el reconocimiento mutuo sin la necesidad de apoyo del Reino Unido ni de las autoridades de la UE.

Espero que las universidades británicas y de la UE contribuyan a reparar las divisiones que el Brexit ha generado, de la misma manera que continúen desarrollando e impulsando la diversidad, la tolerancia y el sentido de ciudadanía global, valores que residen en el origen de las mismas universidades. La esperanza de muchos es, todavía, que Brexit no llegue a implementarse.

martes, 29 de enero de 2019

nacen o se hacen?


 ¿Los mejores negociadores nacen o se hacen?



FORBES- 29 de enero de 2019
Hay quien puede tener menos disposición por genética y circunstancias, pero con intención, disciplina, enfoque y práctica, logra desarrollar las habilidades que hacen a un buen negociador.

“Fulana es una negociadora nata” o “soy malísimo para negociar”. Estas y otras frases parecidas son tan comunes como falsas… o al menos parcialmente, porque a negociar se aprende. Los mejores negociadores se preparan y practican las técnicas de negociación y de comunicación. Así que negociadores ni los hay natos (solo hay gente con ciertas habilidades) ni los hay malos (solo falta aprender y practicar).

Cuando hablamos de negociación, nos referimos a un proceso social en el que las personas se comunican para buscar obtener algo deseado que está en control de un tercero. Tradicionalmente, a la negociación se le ha visto como un proceso combativo y adversarial que resulta en relaciones dañadas o destruidas. No obstante, en esta era de la colaboración, es cada día más común reconocer a la negociación como un proceso dinámico en el que un buen negociador puede obtener lo que desea sin dañar sus relaciones. A esta forma de ver la negociación se le ha llamado de varias maneras, como negociación integrativa, negociación colaborativa, negociación “ganar-ganar” o negociación para crear valor.

De esta forma, la negociación integrativa o colaborativa aglutina una serie de habilidades y destrezas que, al identificar individualmente, podremos valorar y reconocer que todas pueden ser desarrolladas y practicadas para tener un mejor desempeño como negociador. A continuación, mencionamos cinco de esas habilidades y destrezas que hacen a un buen negociador:


Comunicación verbal: Para ser un gran negociador, es fundamental no solo tener claro el mensaje que queremos transmitir y las razones y criterios detrás del mismo, sino sobre todo ser capaz de que ese mensaje sea entendido por la otra persona. La selección del vocabulario propositivo y no violento es fundamental para lograr ser más persuasivo y también es muy útil usar técnicas como el parafraseo o replanteo que bien ejecutadas logran la conexión adecuada con nuestro interlocutor.

Comunicación no verbal: Existen múltiples técnicas de comunicación no verbal que han demostrado ser poderosas cuando se trata de persuadir y convencer. El reflejo o mirroring, la sonrisa, la mirada atenta, la apariencia, la proxémica, entre otras muchas formas de comunicación no verbal, son todas cosas en las que alguien puede trabajar y por lo tanto hacer un mejor uso de dichas herramientas para tener mejores resultados en su negociación.

Manejo de emociones: Como dice la sabiduría popular, “lo cortés no quita lo valiente”, y esto es fundamentalmente cierto en una negociación. Es natural que en una negociación sobre algo que apreciamos mucho, las emociones estén a flor de piel. Sin embargo, a medida que podamos controlar esas emociones para que la negociación se mantenga en el carril, y sepamos reconocer que las ofensas y agresiones no nos llevarán a donde queremos, seremos mucho mejores negociadores.

Empatía: Una máxima importante en la negociación es entender la perspectiva del otro, aunque no estemos de acuerdo con ella. Entender desde dónde viene el otro y “ponernos en sus zapatos”, ayuda mucho a destrabar bloqueos, y debemos procurarlo en todo momento. Es importante no asumir que sabemos todo y buscar ver las cosas desde la perspectiva del otro.

Creatividad: Algo muy dañino en una negociación es llegar a ella asumiendo que debe haber un resultado único y previamente estructurado. Al contrario, la mente creativa y abierta suele tener mucho mejores posibilidades en una negociación: entre más opciones de solución a la negociación, más posibilidades de éxito para satisfacción de todos los involucrados.

Todas las habilidades enlistadas y brevemente reseñadas arriba se pueden aprender y ejercitar para mejorar. Y al hacerlo, como resultado natural, uno se vuelve mejor negociador.

Es cierto que una persona puede nacer y crecer con las habilidades enlistadas más fortalecidas gracias a sus genes y contexto de vida y por ello puede ser bueno para relacionarse y negociar naturalmente. Sin embargo, depende de lo que haga para alimentar dichos talentos, si sus habilidades se desarrollan o se estancan. Por lo contrario, hay quien puede tener menos disposición por genética y circunstancias, pero con intención, disciplina, enfoque y práctica, logra desarrollar las habilidades que hacen a un buen negociador, mejor incluso que en el otro escenario. Así que el buen negociador no nace, se hace.

precariato en Davos?


 ¿Por qué se habla sobre el precariato en Davos?



FORBES- 29 de enero de 2019
El precariato es un tema serio. Muchos de quienes lo integran son profesionistas que no tienen posibilidad de empleo y desempeñan labores por las que no reciben una contraprestación.

Parece que la reflexión que se lleva a cabo en Davos, Suiza ya había ocupado la mente de la Humanidad. El trabajo y las condiciones laborales son temas que preocupan al Ser Humano. Tanto a finales del siglo XVIII, como a lo largo del XIX el pensamiento intentaba figurar cómo se resolvería el empleo si las máquinas eran más precisas que la mano de obra, si era más barato producir en masa y si un aparato no se enferma, no exige prestaciones y no necesita descansar. La ley de oro en economía —hacer más con menos— obligaba a preferir una máquina que a un trabajador. Hoy, nos planteamos una pregunta similar, ¿será posible que un robot nos sustituya? La cuestión que pareciera salida de una novela de ciencia ficción, hoy es el tema de discusión en la reunión que convoca a las personas más poderosas del mundo. ¿Y eso, cómo nos atañe personalmente?

Ganarse el pan con el sudor de la frente fue el destino de la Humanidad al abandonar el Paraíso Terrenal, nos narra el Génesis. Trabajar es el motor de la Economía, sostiene John Maynard Keynes. Pero, emplearse se ha vuelto complicado. Conseguir un puesto de trabajo es una tarea ardua ya que se trata de un bien escaso. Contar con una posición en la que se cumplan con todas las condiciones de idoneidad —un sueldo justo, prestaciones de ley, respeto al descanso, derecho a un fondo de retiro, etc.— se está convirtiendo en una rareza. Muchas empresas están prefiriendo entregar sus operaciones a aparatos con inteligencia artificial, la ley de oro se impone y los avances tecnológicos no se pueden parar.

Algunos de los efectos de esta combinación de máxima eficiencia y progreso científico son gloriosos. Hay soluciones rápidas y baratas, hay posibilidades médicas que son menos invasivas y más exitosas, hay mayor precisión y mejores resultados. También se han abierto ventanas de oportunidad para que empresas tecnológicas crezcan como la espuma, con márgenes de utilidad altísimos, minimizando sus costos y llevando sus gastos operativos a una cifra cercana a cero. ¿Podríamos imaginar un mejor escenario? El problema es que estas condiciones han devenido en situaciones que no son tan ventajosas: la precariedad laboral.

El término precariato se refiere al conjunto de trabajadores, que viven una condición general de trabajo de incertidumbre. En sociología y economía, el término se entiende como una clase social formada por personas que sufren por una condición laboral sin seguridad que afecta tanto al bienestar material como al equilibrio psicológico. Específicamente, el precariato sufre la condición de falta de certeza laboral y este factor lo desestabiliza todo. Es decir, hablamos de empleo intermitente o empleo insuficiente, escaso, mal remunerado o no remunerado que provoca una situación frágil en las personas. Son trabajadores que no reciben el apoyo social en tiempos de necesidad por la destrucción de las estructuras básicas del estado de bienestar.


A diferencia de la clase social denominada proletariado que definía a los trabajadores industriales en los siglos XIX y XX, porque carecían de medios de producción propios y por lo tanto vendían su trabajo para vivir —y que en aquellos días resultaba terrible de imaginar—, hoy los miembros del precariato están peor porque están parcialmente involucrados en el trabajo. Es decir, no tienen un trabajo estable y, por ello, deben emprender muchas actividades no remuneradas que son esenciales para conservar el acceso al empleo y a ingresos decentes.  El surgimiento de esta clase social se ha atribuido a sistemas que no lograron una distribución justa de la riqueza. Se concentró mucho en muy pocas manos y poco en muchas. El ochenta por ciento de la riqueza de la Humanidad está en unas cuantas manos.

El término precariato se relaciona directamente con el subempleo. Son oportunidades laborales que se toman, dadas las circunstancias de escasez de empleo. Nos topamos con médicos, ingenieros, abogados, contadores que manejan un taxi y cuyo empleador real es una aplicación electrónica. Sin embargo, no existe una relación laboral pues el chofer no trabaja para la aplicación, trabaja con la aplicación. Eso lo deja fuera de cualquier exigencia de prestaciones.

Estos modelos de negocios propician dos cosas: grandes utilidades y oportunidades de empleo que antes no existían. Es cierto, pero generan una clase social desposeída que pasa muchas horas trabajando, ganan relativamente poco, tienen capacidades superiores para la labor que desempeñan y son una franja social que crece a velocidades vertiginosas. Por eso, en Davos, se habla de ello. ¿Qué vamos a hacer para resolver el tema del empleo en condiciones justas?

No se trata de estar obsesionados con las clases sociales, se trata de hacernos cargo. Tradicionalmente, se definían tres: clase alta, media y trabajadora. Pero en la sociedad ya se distinguen hasta siete clases sociales.  La cadena BBC incluye una “calculadora” para que respondiendo a un cuestionario uno pueda identificar a qué clase pertenece. Según La BBC, el antiguo esquema de tres clases sólo sirve para clasificar a un 39% de la población actual. Antes, la clase se definía por el nivel de empleo, riqueza y educación. Este esquema ha sido rebasado. Hoy, la clase social tiene una dimensión tridimensional económico, social y cultural. Las siete clases identificadas por el estudio hecho por la BBC son:

Elite. El grupo más privilegiado. Se diferencia por su riqueza. Saca la máxima nota en todos los parámetros (económico, social y cultural).


Clase media establecida. Es el grupo más gregario, tiene un trabajo estable, tiene competencias intelectuales, vive cómodamente y es una franja que está desintegrándose rápidamente.


Clase media técnica. Un grupo pequeño y nuevo que se distingue por ser económicamente próspero, pero puntúa bajo términos sociales y culturales. Se distinguen por ser socialmente aislados y apáticos culturalmente.


Nueva clase trabajadora rica. Una nueva clase muy activa cultural y socialmente y con una riqueza económica moderada.


Clase trabajadora tradicional. Puntúa bajo en todos los parámetros, pero no llega a estar desposeída.
Trabajadores de servicios. Una clase emergente, urbana, joven, que es relativamente pobre económicamente, pero puntúa alto en lo social y cultural.


Precariato, o proletariado precario. La clase más pobre, desposeída y que puntúa muy bajo en todos los parámetros. No cuenta con seguridad laboral y trabaja sin recibir prestaciones. En ocasiones, no reciben pago por el fruto de su trabajo. Su precariedad es tal que el empleador ni siquiera tiene que despedirlos, con dejar de convocarlos es suficiente.


El precariato es un tema serio. Muchos de quienes lo integran son profesionistas que no tienen posibilidad de empleo y desempeñan labores por las que no reciben una contraprestación. Cuando alguien no recibe una paga por su trabajo, cuando el esfuerzo no se ve compensado y las condiciones de vida de un ser humano se comprometen, es tiempo de empezar a reflexionar. ¿Qué hacemos para resolver este tema?

Davos



 Davos: ¿El mundo se encuentra fuera de control?



FORBES- 29 de enero de 2019
Un reporte difundido en Davos muestra que en el mundo hay grandes divisiones y que está entrando en una nueva fase en la cual los Estados están centrados en políticas nacionalistas.

Al iniciar la reunión anual de Foro Económico Mundial en Davos y se da a conocer el Reporte de Riesgos Mundial 2019, bajo una premisa preocupante: los riesgos globales se están intensificando y parece que no hay voluntad colectiva para enfrentarlos.

Dicho reporte muestra que en el mundo hay grandes divisiones y que está entrando en una nueva fase en la cual los Estados están centrados en políticas de corte nacionalista, lo que hace que diferentes países estén cuidando en extremo sus intereses nacionales, esto pone en riesgo la resolución de los problemas globales.

En una de las secciones del reporte está dedicada a la perspectiva de riesgo a corto plazo, los encuestados opinan que existen riesgos mundiales que se pueden incrementar: el 91% piensa que puede haber confrontaciones/fricciones económicas entre los grandes poderes mundiales, el 88% opina que se van a erosionar los acuerdos y las reglas comerciales, mientras que el 85% considera que pueden existir confrontaciones/fricciones políticas entre los poderes del mundo.

El siguiente bloque de las preocupaciones de los encuestados está relacionado con los ciberataques: el 82% considera alto el riesgo de que sigan los ataques y el robo de identidad y dinero y un 80 % piensa que estos ciberataques puedan dañar la infraestructura y las operaciones de las empresas o gobiernos.


En el siguiente bloque hay temas variados, vinculados con la vida diaria de los países. El 73% opina que se puede dar un rompimiento de los acuerdos de seguridad colectiva; el 72%, que pueden crecer el populismo y las agendas que afecten al mundo y a las regiones; el 69%, que puedan incrementarse las “noticias falsas” y el eco de éstas en los medios; el 67%, que se incremente la polarización política en los países; para terminar con los rubros más importantes, el 64% está temeroso del robo de identidad.

Respecto a los cinco riesgos más importantes en términos de probabilidad, el reporte marca en el 2019, en primer lugar, posibles eventos y riesgo relacionados con el agua; en segundo término, fallas en la adaptación y mitigación de eventos del cambio climático; en tercer lugar, la manifestación de desastres naturales; le siguen los fraudes y el robo de datos; finalmente, se encuentran los ciberataques.

En lo que respecta a los cinco riesgos más importantes en términos de impacto, el reporte nos marca que el primer lugar lo ocupa la creación de armas de destrucción masiva; en segundo lugar, fallas en la adaptación y mitigación de eventos del cambio climático; en tercero, posibles eventos y riesgo relacionados con el agua; en cuarto, crisis de agua; finalmente están los desastres naturales.

El reporte presenta un mapa de interconexión de los riesgos, que hace que veamos con gran preocupación la confluencia de estos riesgos mundiales, y lo muestra de esta manera: existe una profunda inestabilidad social que en algunos casos genera grandes migraciones, mientras que, al fallar la infraestructura, y el fallo de la gobernabilidad de las naciones, tiende a incrementar la polarización de las sociedades.

En el otro extremo se encuentran los eventos relacionados con el cambio climático, los colapsos en la biodiversidad más los desastres naturales y eventos relacionados con el agua, así como el fallo de la adaptación de la mitigación sobre el clima y el colapso de sistemas y pérdida de biodiversidad, siguen manteniendo este tema del clima como uno de los grandes riesgos mundiales.

En resumen, el panorama mundial no es nada halagüeño y las voluntades políticas no están alcanzando para generar acuerdos.

Inteligencia Emocional


Inteligencia Emocional: creadora de resultados



FORBES- 29 de enero de 2019
¿Es la Inteligencia Emocional la que nos hace conseguir mejores resultados? Es esta la pregunta que se están haciendo los grandes analistas del comportamiento humano, y su respuesta es ¡sí!

El día de hoy, observamos que es la Inteligencia Emocional, la que abre las puertas a directivos a ser promovidos; la que en ventas ancla en ocasiones la oportunidad de una nueva compra; y la que, muchas veces, acerca a las personas y las hace permanecer unidas. Simple y sencillamente porque los seres humanos nos vinculamos de mejor manera con aquellas personas que saben responder de forma correcta a sus emociones y por consiguiente saben tratarse y tratarnos de mejor manera.

Es clara la importancia de tener un conjunto de habilidades y características que te permitan de una forma asertiva, prudente y cercana, relacionarte, vender y conectar con otros.

En esto se están diferenciando los líderes el día de hoy. Y distinguirá con mayor profundidad y escala a mejores líderes el día de mañana.

Hoy las personas se entrenan sus habilidades y crean estructuras que les permiten conectar de mejor manera con el otro. Hoy hay estudios del arte de conectarse a nivel emocional a partir de metodologías y el desarrollo de habilidades comunicativas para hacer que tu propio poder emerja.


Autores como Goleman, John C Maxwell, David R. Caruso y Peter Salovey están generando distintas metodologías y dando a los ejecutivos y a las personas de negocios oportunidades para elevar su propia Inteligencia Emocional.

En el caso de los últimos dos autores, en su libro “El directivo emocionalmente inteligente: Cómo desarrollar y utilizar las cuatro técnicas emocionales claves del liderazgo” ellos relacionan las habilidades específicas para el desarrollo de la inteligencia emocional en cuatro pasos (la relación descrita debajo de cada uno de los pasos, es propia):

Identificar las emociones. Este es quizá el más difícil, pues las emociones no son siempre claras entre las personas por ejemplo, sabemos que debajo del enojo muchas veces se esconde tristeza o decepción. Una correcta identificación de las emociones que tenemos y sobre todo de la forma de gestionarlas nos llevará a  tener una inteligencia emocional elevada.


Utilizar las emociones. No es sólo lo que siento sino cómo lo utilizo. Se puede, por supuesto, usar emociones negativas a favor cuando se tiene una forma de conducir positivamente esa energía, comprendiéndonos como agentes de transformación. Sabemos que no es algo simple pero es muy poderoso el lograrlo.


Comprender las emociones. No es sólo lo que las emociones nos hacen sentir sino todo lo que ellas implican en la relación personal y con terceros. Comprender el antes y el después de una emoción, lo que hay debajo o detrás es propio de personas sabias y de trato maravilloso.
Manejar las emociones. Para que estas den resultados en mí y en los demás se deben manejar. Desde mi perspectiva más que controlarlas sería conducirlas, darles un cauce para que esas energías favorezcan los resultados.


En mi personal punto de vista, el poder de una persona tiene que ver con su manejo de las emociones, tanto las propias como las de terceros de ahí que la Inteligencia Emocional, sea clave en muchos ámbitos y que la detección y el manejo en  publicidad, mercadotecnia y hasta en ventas, sea importantísimo.

Los mejores líderes, aquellos que tengan y manejen a favor una Inteligencia Emocional elevada, siempre tendrán los mejores resultados, y serán las personas con mayor poder, porque sabrán detectar, conducir o manejar las emociones propias y de terceros, y eso siempre será algo muy poderoso, en la medida que más se conozca, analice, estudie, comprenda y se aplique la inteligencia emocional y sus posibilidades, en esa medida veremos a personas más poderosas en distintos ámbitos.

domingo, 27 de enero de 2019

los Millennials en los deportes


El impacto de los Millennials en los deportes



FORBES- 27 de enero de 2019
Sus hábitos de consumo son distintos. No es que el deporte esté perdiendo fans, sino que está sujeto a períodos más cortos de atención de los aficionados y habrá que lidiar con ello.

Los Millennials, Generación del milenio o Generación Y, son las personas nacidas entre 1981 y 1999, que actualmente tienen una edad entre 19 y 37 años. Se trata de un grupo que se caracteriza por haber crecido con un marcado apoyo de sus padres, acceso a información, capaces de cualquier cosa, adopción de tecnologías digitales, así como un alto valor atribuido al respeto, integridad, honestidad y logro de sus intereses individuales. En consecuencia, su personalidad tiende a ser la de personas versátiles, seguras de sí mismas, multipropósitos, que buscan gratificación instantánea, se enfocan en logros personales y que usualmente poseen una sobrecarga de estímulos en las ofertas de entretenimiento que les provoca limitada capacidad de concentración en una actividad (aclaro, no de inteligencia).

En el deporte, para los espectadores millennial, una pantalla de televisión no es la única pantalla de entretenimiento que demanda su atención, están las pantallas de la computadora, del celular, de la tableta, cuestión que se traduce en una clara sobreoferta de contenido; además existen múltiples apps que ofertan contenido como Netflix, Instagram, Twitter, Snapchat, Facebook y otras que compiten por el tiempo de cada individuo de esa generación, ahora hay más cosas en las que poner atención. Al día de hoy a los Millennials les gusta usar su tiempo en el momento que ellos quieran y es por ello que los programas o series On Demand se han vuelto su entretenimiento favorito. El tener que ajustarse a un horario específico para ver algún deporte les incomoda o les cuesta trabajo atender.

De manera adicional, el simple hecho de tener alcance a un dispositivo digital como el celular durante un evento deportivo, ha provocado que las personas estén atendiendo fuentes alternativas de información; de hecho, aunque esta no es una realidad exclusiva de los Millennials. Dave St. Peter, presidente de los Minnesota Twins, admite que él mismo es incapaz de observar un partido de béisbol completo sin hacer algo más, “Y no me disculpo por ello, tengo mi teléfono y puedo revisar si algo está sucediendo y luego regresar al juego, pienso que eso está sucediendo en otros deportes profesionales también”.


Esta realidad ha transformado la industria deportiva. Los últimos Juegos Olímpicos de Londres 2016 fueron vistos en promedio por tres millones menos televidentes que en el evento Olímpico del 2012. Esta es una tendencia en todos los eventos deportivos profesionales. Por ello la oferta deportiva actual busca satisfacer los requerimientos de ser corta, rápida, espectacular buscando mantener y aumentar el número de fanáticos y en consecuencia subir su rating. Tal es el caso de la NBA que modificó este año sus reglas de contacto para hacer el juego más ofensivo y atractivo. En adición, cada pausa en el juego lleva consigo una serie de activaciones para entretener a todo tipo de público que va; desde bailes con porristas, clavadas de canastas, mascotas, magos, concursos, regalos de camisas etc. Es decir, la NBA se ha encargado de entretener a todo tipo de público que asista a sus juegos sin importar la edad o género. Lo mismo con las nuevas reglas del golf (PGA) que salieron en este mes de enero que buscan hacer el juego más rápido más divertido y espectacular como lo afirmó el jugador Tommy Fleetwood.

En contraste con lo anterior, las organizaciones deportivas que no han desarrollado estrategias pensando en el nuevo perfil de fanático, han visto una caída en sus ratings, tal como ha sucedido con la NFL que más bien, ha modificado sus reglas a fin de proteger la integridad física de sus atletas pero no para mejorar el espectáculo, o bien la MLB que, sus nuevas reglas tienen por objetivo hacer más cortos los partidos lo cual no basta y no han logrado más atractivo el espectáculo para sus seguidores.

No obstante, lo anterior, la generación del milenio registra una menor presencia a los estadios en comparación con generaciones anteriores (70% menor según la Asociación Nacional de Directores Deportivos Universitarios, NACDA por sus siglas en inglés); y, cuando asisten, su atención al partido es altamente disuadida por actividades no relacionadas con el uso de sus celulares.

Probablemente el mayor impacto que esta generación millennial ha tenido en el deporte profesional, se está manifestando en el propio espacio y la propia vida al interior de los equipos y puntualmente en los atletas. Como declaró al Wall Street Journal Jim Tomshula, entrenador de los Washington Redskins “Pienso, ¡Dios mío!, usualmente tenemos reuniones de dos horas con los jugadores, ¿me estás diciendo que después de 27 minutos nadie está escuchando nada?”

Los entrenadores se quejan de que los atletas actuales hacen demasiadas preguntas, tienen expectativas de trabajo poco realistas, se les dificulta tratar con figuras de autoridad y mantienen una sobre dependencia de la tecnología;  a propósito de este último punto, es relevante mencionar que otro factor que aqueja a los entrenadores, es el fenómeno de la llamada “viralidad” ocasionada por las tecnologías de la información disponibles y los grandes beneficios económicos que la explotación de los mismos traen aparejados, mismos que ocasionan que los atletas que adquieren cierto reconocimiento del público, encuentren más atractivo dedicar tiempo y esfuerzos en construir su imagen pública que darle prioridad a su rendimiento atlético-deportivo.

Kyle Keller, Entrenador de la Universidad de Stephen F Austin, tras perder en el torneo de la NCAA ante el equipo de Texas Tech, expresó su frustración ya que, en su opinión, sus jugadores “ni siquiera conocían al equipo contrario porque no ven partidos, pasan todo el tiempo en sus celulares.”





En la NBA una parte de la opinión mediática culpó a los jugadores millennial por el pobre espectáculo en el partido de las estrellas de 2017 a lo que Charles Barkley, estrella de los Houston Rockets retirado en el 2000, declaró en el Tonight Show con Stephen Colbert, que los jugadores de esta generación “están echados a perder y no aprecian nada, pelean por descansos.”





En el tenis, Roger Federer (37 años), recientemente declaró que su generación (Djokovic, Nadal, Murray) sigue siendo dominante a pesar de que ya ha superado la edad del desempeño óptimo de un tenista profesional; asimismo, el jugador alemán Alexander Zerev (21 años), número 3 del mundo, reconoció que aún intenta ser mejor que Roger Federer y Rafael Nadal, quitando importancia a la edad de sus contrincantes; el caso de Serena Williams (37 años) es similar. Nick Kyrgios tenista de Australia que se pensaba sería la nueva revelación millennial ha dejado de ser protagonista por su actitud rebelde y apática en cada torneo.









Lo mismo sucede en otros deportes como en el golf donde el ranqueado como número 1 de la PGA es Justin Rose (38 años) o en la NFL en donde, a falta de talento joven, los últimos partidos de campeonato de conferencia fueron disputados por mariscales de campo veteranos, en la conferencia nacional por Drew Brees (40 años) de los Santos de Nueva Orleans; y en la conferencia americana, por Tom Brady (41 años) de los Patriotas de Nueva Inglaterra.





No es de extrañar casos como lo ocurrido en la misma NFL donde se han experimentado circunstancias nunca vistas en la que los jugadores Millennials renuncian a seguir jugando en su mejor momento como atletas; es el caso de Chris Borland (29 años) y Patrick Willis (33 años) de los 49´s de San Francisco.





Otros ejemplos destacables de cómo personas con talento de sobra tiran sus carreras profesionales por la borda debido a las tendencias de la personalidad millennial como son, en el box, Julio Cesar Chávez Jr. (32 años); y en el futbol, los hermanos Dos Santos (Giovani 29 años Jonathan 28 años). El primero, enfocado solamente a presumir su dinero en redes sociales, renunciando al sacrificio, disciplina y duro entrenamiento para lograr ser un verdadero campeón; y los segundos que tenían un futuro prometedor tanto en la Selección Mexicana como en cualquier equipo de calidad en Europa prefirieron la comodidad y la vida de Hollywood en Los Ángeles con la MLS.







Hace unos años el Wall Street Journal publicó un artículo acerca de cómo los 49s de San Francisco entonces bajo la dirección de su entrenador en jefe Jim Tomsula han realizado cambios a su estilo de entrenamiento para conectar mejor con sus jugadores jóvenes, ofreciéndoles manuales digitales de jugadas, juntas de 30 minutos con descansos de 10 para que los jugadores puedan atender sus teléfonos, cambiando el calendario impreso de entrenamientos por alertas digitales, entre otras cosas.

Hablando del consumo de entretenimiento deportivo que realizan los Millennials, es relevante destacar que, en realidad, los Millennials continúan disfrutando del deporte, es sólo que sus hábitos de consumo son distintos a los que tuvieron generaciones pasadas; es decir, no es que el deporte esté perdiendo fans, es que el deporte está sujeto a períodos más cortos de atención de los aficionados y habrá que lidiar con ello.

En conclusión, las organizaciones deportivas tienen el reto de lograr una sinergia entre lo que es la esencia del deporte y su tradición adaptándose a los nuevos tiempos y hábitos de consumo donde se debe conjugar lo mejor de la cultura millennial con lo consuetudinario o tradicional. Es tiempo de fomentar y de encausar los valores y hábitos positivos de ambas generaciones; en el fondo, nuevos valores, otras formas de comunicación hacia aficionados y atletas, junto con la evolución de las reglas de cada deporte pueden resultar en un increíble espectáculo integrado por atletas de esta nueva generación potencializados por las aportaciones de las generaciones anteriores.

sábado, 26 de enero de 2019

La digitalización


 La digitalización hacia las empresas inteligentes


FORBES- 26 de enero de 2019
Las nuevas plataformas digitales de inicio a fin son la base para construir empresas inteligentes y crear un camino acelerado e innovador para las cadenas de suministro.

Un panorama cada vez más complejo es al que se enfrentan las cadenas de suministro que se están transformando en empresas inteligentes para satisfacer las necesidades de los consumidores actuales.

Las tecnologías digitales están revolucionando los modelos de negocios, el ambiente competitivo, la velocidad del comercio y las relaciones comerciales, incrementando los retos de las compañías tradicionales que buscan seguir los pasos de las empresas nativas digitales y ágiles, quienes alcanzan y superan las necesidades de sus consumidores de una manera rápida y más conveniente.

De acuerdo con el reporte “Transformación de Cadenas de Suministro en Empresas Inteligentes: Impulsando Nuevo Crecimiento”, las cadenas de suministro del futuro necesitan transformar sus modelos lineales de negocio e implementar una red de suministro inteligente, la cual conectará perfectamente a todos los socios en un motor de crecimiento enfocado en entregar valor a través de las etapas de diseño, planeación, producción, servicio y búsqueda de datos.


Actualmente, los líderes de cadenas de suministro las ven como una función de soporte y un motor de eficiencia de costos, sin embargo, para el 2020 aseguran la reinvención de éstas, como habilitadores de capacidades diferenciadoras y crecimiento.

El 76 % de los líderes ven principalmente dos tipos de demandas de los clientes del futuro: “productos y servicios más personalizados” y “tiempos de cumplimiento de pedidos más rápidos”. Y para satisfacer estas demandas, el 79 % cree que la cadena de suministro debe ser adecuada para esas expectativas.

Para dar el paso hacia este nuevo tipo cadenas de suministro se necesitan nuevas capacidades empoderadas de nuevas tecnologías para impulsar las empresas inteligentes.

La implementación de automatización es uno de los pasos, aplicado a las funciones de rutina de los trabajadores les permite dedicar su tiempo a análisis estratégicos y la innovación, logrando una red de suministros inteligente, conectada, ágil y en constante aprendizaje.

Las empresas inteligentes pueden alcanzar este nuevo crecimiento a través de plataformas digitales como Accenture myConcerto, herramienta que trabaja orquestando tecnologías con las capacidades centrales de los negocios, con gran potencial para transformar las cadenas de suministro.

¿Cómo pasar de lo tradicional y lineal hacia un motor de crecimiento adaptativo? Existen tres áreas clave en las que las organizaciones deben enfocarse para comenzar esta transformación:

Automatización: Nuevos sistemas de inteligencia están emergiendo para habilitar una cadena de suministro automática basada en Inteligencia Artificial, machine learning, Big Data, IoT, analítica y blockchain, que monitorean y analizan datos continuamente para realizar decisiones autónomas. Las cadenas de suministro podrán obtener valor sin precedentes de los datos, apoyar la automatización eficiente de procesos, desbloquear nuevos modelos de negocios y re imaginar procesos mediante la integración de cadenas de suministro, finanzas, interacciones del consumidor, experiencia de la fuerza laboral, entre otras.


Escalabilidad: Desbloquea la innovación dinámica de las cadenas de suministros ágiles e innovadoras a través de ideas de negocios con tecnologías que permitan el intercambio de información colaborativa entre empresas, la cuales ayudan a generar la mentalidad de “startup” que piensa en grande, hace prototipos rápidos, se ejecuta a gran velocidad y simplifica el mantenimiento.


Segmentación: Empodera una cadena de suministro adaptativa y enfocada en el cliente, habilitada en tiempo real, impulsada por la demanda, que se inclina hacia lo nuevo en la adaptación, respuesta, sincronización y diferenciador.


Una evolución de un modelo tradicional, linear, inestable e impulsado por el pronóstico, a una cadena de suministro estratégica, desacoplada, impulsada por una demanda estable, que mejorará los niveles de servicio, los turnos de inventario y reducirá capital de trabajo.

Las nuevas plataformas digitales de inicio a fin son la base para construir empresas inteligentes y crear un camino acelerado e innovador para las cadenas de suministro, que permitirán su crecimiento y diferenciación, entregando los servicios personalizados que sus clientes digitales esperan.

el ridesharing


 ¿Hasta cuándo será rentable el ridesharing?


FORBES- 26 de enero de 2019
2019 será clave para las plataformas de ridesharing, ya que la maduración del mercado, el incremento regulatorio y la necesidad de liquidez pondrán a prueba su modelo de negocio.

Una industria ‘nueva’, pero madura

Pedir un auto por el celular se ha convertido en algo tan sencillo e integrado a la vida cotidiana que a veces olvidamos dos factores fundamentales: aún se están librando las guerras del ridesharing y dicha cruzada hace que los inversionistas subsidien a los usuarios. Es por ello que, a diez años de que dicho modelo de negocio explotara alrededor del mundo, vale la pena preguntarse, ¿cuándo será rentable el ridesharing?

En primer lugar, esta industria es un mercado con efectos de red a dos avenidas: el aumento de, ya sea la oferta o la demanda, incrementa el valor a los demás usuarios. Por tanto, un nuevo conductor en la plataforma les traerá valor a los pasajeros; y un usuario más solicitando un viaje, les aportará valor a los conductores.

En segundo lugar, las plataformas se enfocaron con visión muy acotada a una sola industria y de naturaleza tradicional, lo cual implica pocas barreras de entrada y que el producto pudiera ser copiable. Así, el mercado se considera un commodity, pues un viaje entre dos puntos con un conductor se puede reemplazar fácilmente con otro, la única diferencia es el tiempo para recoger al cliente.


La aparición de empresas como Uber, Didi Chuxing, Lyft, Cabify, Easy, entre otras variaciones del sector, revolucionó una industria otrora dormida: los viajes podían ser más baratos que los taxis, la conexión oferta-demanda y el pago eran automáticos, y el servicio era tanto de mayor calidad como más rápido.

El sector y sus problemas

La regulación tradicional de los taxis, cuyos gobiernos buscaron ‘estandarizar’ hace décadas –con estándares de la época que hoy son anacrónicos-, hizo que la industria de la siguiente manera:

Pre-Regulación: Bajas barreras de entrada, altos costos variables y alta competencia en función del precio
Post-Regulación. Altas barreras de entrada –número limitado de placas-, costos de operación y precios de servicio estables.
Para irrumpir en el modelo, estas compañías le apostaron a usar las nuevas tecnologías en favor de acaparar economías de escala y efectos de red –base fundamental de sus valuaciones-; mientras las primeras han tenido buenos resultados, los segundos han tenido un alcance limitado, ya que dichos efectos de red están acotados a áreas metropolitanas como máximo. De forma integral, Didi ha retenido China, mientras que Uber tiene gran tamaño en EU, pero no ha logrado consolidarse en mercados emergentes como China, India y Brasil, aunque sí en México.

Lo anterior ha derivado en que las comisiones de las plataformas, que van del 10% al 30% en general, pudieran perjudicar a los conductores, quienes otorgan el servicio al usuario final, y que ahora tienen que trabajar más horas o buscar clientes en zonas más alejadas, sin que puedan disfrutar de las economías de escala que disminuyan costos por unidad como seguro, mantenimiento, costo de combustible, entre otros.

2019, un año clave para la industria

En el caso de México, la agresiva entrada de Didi, ha cambiado el tablero de juego. Por un lado, la compañía ha tenido que subsidiar viajes para atraer usuarios, y establecer fuertes incentivos para atraer a conductores de Uber. Lo anterior tuvo un efecto de disminuir el número de conductores disponibles en Uber, lo que incrementó las tarifas dinámicas y el descontento de los usuarios –especialmente en diciembre, uno de los meses de más tráfico del año-. Ahora hay gran cantidad de conductores que dan servicio a ambas plataformas. Igualmente, Easy y Cabify juntaron esfuerzos para pedir autos de la primera plataforma a través de la segunda.

Esto ha creado un valor enorme a los consumidores, quienes se han beneficiado de descuentos relevantes, subsidios y hasta la opción de considerar a las compañías intercambiables, buscando el mejor precio. Esto disminuye el impacto que las tarifas dinámicas han tenido históricamente, además de que los costos de adquisición tanto de usuarios como de conductores se incrementan. Todo esto podría volverse una espiral interminable de inversiones requeridas para seguir jugando, mientras se compra tiempo en lo que aparecen los autos autónomos que sustituyan a los conductores.

Es posible que, previo a una complicación económica a partir de 2020, compañías como Uber y Lyft busquen debutar en la bolsa este año, lo cual incrementará el escrutinio sobre la viabilidad de los modelos de negocio. Hasta el momento, ninguna empresa ha logrado eliminar la debilidad del modelo, por lo que las iniciativas que están explorando para mostrar viabilidad son interesantes. Entre ellas se pueden destacar:

La apuesta de Uber por generar unos cinco canales adyacentes que al final sirvan a mil millones de personas. Uber Eats, con crecimiento del 200% anual, sería el primero de ellos.
Mejorar los perfiles de los conductores a efecto de incrementar los costos de intercambio. Los historiales no se pueden migrar entre plataformas.
Buscar incentivos alternativos para reclutar conductores. Didi tiene menor comisión para los conductores y les asignó un tag para uso en vías de cuota.
Curiosamente, aún les falta ahondar una vieja receta: ofrecer mayores beneficios a los conductores, tanto financieros como a nivel persona, a efecto de lograr un mejor servicio e incentivar su retención. Si los conductores dan un mejor servicio, los usuarios tendrán más razones para ser leales a una marca y las transacciones de los negocios tendrán más recurrencia.

Pero en lo que llegan los siguientes eventos de liquidez, y se cumplen los tiempos para lograr que el modelo sea rentable –tres años, los más optimistas-, en el corto plazo, serán los inversionistas quienes tendrán que seguir subsidiando pérdidas que ascienden a los miles de millones de dólares por año para las dos compañías más grandes.

oportunidades


En 2019: Menos optimismo; más oportunidades



FORBES- 26 de enero de 2019
Las oportunidades de crecimiento se presentarán en la medida que las organizaciones mejoren sus capacidades y, para este objetivo, la tecnología y el desarrollo de las personas serán decisivos.

2019 empieza con un horizonte muy diferente al que muchas empresas globales vislumbraban a principios de 2018. De acuerdo con la 22 Encuesta Anual de CEO de PwC, 42% de los ejecutivos encuestados piensa que la economía a nivel global mejorará en los próximos 12 meses, un porcentaje menor que el arrojado en la encuesta de 2018 (57%).

Cabe destacar que el porcentaje de líderes de negocio que estima que la economía irá a la baja durante este año es considerablemente mayor: 28% en 2019 contra 5% en 2018.

Asimismo, el optimismo en el crecimiento de las organizaciones es menor: solo 35% de los CEO tiene “mucha confianza” en el aumento de ingresos de sus empresas en los próximos 12 meses (42% en 2018), mientras que un 36% respondió lo mismo para un plazo de tres años (45% en 2018).


Este sensible declive en el optimismo de los empresarios puede entenderse si se atienden las perspectivas globales de este año. Hay incertidumbre por una posible desaceleración en Estados Unidos a finales de 2019, por las consecuencias de la guerra comercial de EU y China y los cambios regulatorios.

Los líderes de negocios parecen tener menos certeza de dónde dirigir sus inversiones en 2019. Para un 27% de los encuestados, EU es el principal destino de inversión (46% en 2018), le sigue China con 24% de preferencias (33% en 2018). Un 15% dijo que no sabe dónde enviar sus inversiones, un porcentaje mucho más alto que el año anterior (8%).

México vuelve al Top 10 de inversión

No obstante, pese al menor optimismo a nivel global, las perspectivas para México en el exterior mejoraron con respecto a nuestra encuesta de 2018, pues el país volvió al Top 10 de los países más atractivos para invertir en 2019, ubicándose en el lugar nueve, cuatro escaños arriba que el año pasado, cuando se colocó en la décimo tercera posición.

México mantuvo el mismo porcentaje de preferencia para invertir que en 2018 (4%), mientras que Japón, Canadá, Rusia y Hong Kong bajaron en la lista al obtener menos respuestas respecto al año pasado.

Nuestro país está en el cuarto sitio de los territorios más importantes para el crecimiento de las empresas estadounidenses, con 11% de las respuestas de los CEO, después de China (39%), Reino Unido (16%) y Alemania (12%).

Sin duda, un factor que contribuyó de manera importante en las perspectivas de México fue la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), renombrado ahora como T-MEC o USMCA, por sus siglas en inglés. La modernización de este acuerdo (pendiente de aprobarse en los congresos de los tres países) trae certidumbre al conservar su formato trilateral y también nuevos retos y oportunidades con los capítulos que se agregaron.

Mejores datos para mejores decisiones

Un tema que estuvo presente en las respuestas de los CEO es la brecha que existe entre la información que producen sus organizaciones y su capacidad para aprovecharla para mejorar sus tomas de decisiones, desarrollar nuevos productos o encontrar oportunidades de negocio.

La información sobre preferencias y necesidades de clientes y consumidores es la más importante y crítica para el éxito de los negocios, de acuerdo con las respuestas a nivel global. En segundo lugar, están los datos que facilitan la elaboración de proyecciones financieras, y la tercera “fuente de la verdad” más relevante está en los datos sobre la marca y reputación de la compañía.

No obstante, menos de la mitad de las empresas a nivel global considera que está obteniendo información de calidad para tomar decisiones. En el caso de México, solamente un 34% dijo recibir información adecuada sobre sus clientes y consumidores, 32% para proyecciones financieras y 18% sobre su reputación de marca.

Por otro lado, la gran mayoría de las organizaciones indica que la inteligencia artificial (IA) cambiará la forma de hacer negocios en los próximos cinco años. México también coincide con esta visión (86% de las respuestas), pero solamente 38% de los CEO de nuestro país dijo que introducirán una iniciativa de IA en los próximos tres años.

Indudablemente la fuerza laboral es clave para obtener mejor información y aprovecharla, así como para implementar la IA en sus operaciones. Ante este desafío, la primera opción de las empresas es reentrenar a su personal para cerrar la brecha de habilidades.

México y el mundo comienzan este año con grandes retos en un entorno menos favorable si se compara con 2018, pero las oportunidades de crecimiento se presentarán en la medida que las organizaciones mejoren sus propias capacidades y, para este objetivo, la tecnología y el desarrollo de las personas serán factores decisivos.

jueves, 24 de enero de 2019

regulación de las redes


4 puntos para debatir la regulación de las redes



FORBES- 25 de enero de 2019
Los datos personales se han convertido en uno de los bienes más valiosos para las empresas de tecnología y aunque los usuarios no estén conscientes del valor que tienen.

Los diferentes intentos por regular las redes sociales en todo el mundo de ninguna manera son homogéneos, por el contrario, tienen objetivos tan diversos que van desde la legitima protección de la seguridad de los infantes, el uso y comercialización de los datos personales y la seguridad de grupos vulnerables, hasta el intento de poner límites a las empresas tecnológicas o censurar los contenidos, sobre todo aquellos de carácter político.

Por ello, tanto gobiernos de diferentes países, como ONG han tratado de construir marcos legales en torno a las actividades digitales. No obstante, el debate sobre la regulación de los medios sociales gira en torno a estos 4 puntos.

1) Protección de datos personales. Francia recién utilizó el Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea para demandar a Google por 50 millones de euros debido a que el sistema operativo Android no es claro respecto de cómo se utilizan los datos de los usuarios y cómo se monetizan. Por su parte, se ha especulado que Rusia pueda bloquear Facebook y Twitter debido a que no han acatado la normativa respecto del uso de datos personales en su territorio.

Los datos personales se han convertido en uno de los bienes más valiosos para las empresas de tecnología y aunque los usuarios no estén conscientes del valor que tienen, existen esfuerzos en todo el mundo para transparentar y regular la forma en la que las empresas de TI recopilan, usan, comercian y monetizan los datos de las personas, particularmente al usar redes sociales, visitar sitios web e instalar aplicaciones.


2) Comunicación digital y elecciones. Los algoritmos de distribución de contenidos en las redes sociales son también una poderosa arma para la distribución de noticias falseadas y la construcción de burbujas de información en ciertos segmentos de la ciudadanía. Estados Unidos y la Unión Europea siguen tratando de poner límites al poder de las redes, aunque sin éxitos contundentes. Guatemala, por su parte, ha decidido prohibir a los partidos políticos pagar para tener mayor alcance en redes sociales, debido a que ninguna empresa que prestaba el servicio se inscribió debidamente como proveedor de servicios.

Los procesos electorales se han visto afectados por el uso de cuentas automatizadas y semiautomatizadas que impulsan o detienen flujos de información entre segmentos de usuarios digitales. Sin embargo, hasta el momento no se ha podido clasificar la metodología para la construcción de dichas burbujas informativas y, por consiguiente, tampoco se ha podido crear un marco normativo adecuado que proteja a los electores.

3) Libertad de expresión. En 2017, en Nogales, Sonora, un ciudadano fue bloqueado en redes sociales por el alcalde de la entidad al que no le gustaba ser cuestionado, sin embargo, un juez ordenó al edil que lo incluyera de nuevo, puesto que el funcionario utilizaba sus cuentas para informar sobre sus actividades públicas. Posteriormente, circuló en redes sociales un video donde presuntamente el alcalde de Juárez, Nuevo León, fue a la casa de una ciudadana y la amenazó por hacerle comentarios en Facebook. En ambos casos, los ciudadanos ejercían su derecho a la libre expresión y al derecho a la información frente a servidores públicos que son, a su vez, sujetos obligados de leyes que salvaguardan el derecho a opinar, incluso si los ciudadanos ejercen la libertad negativa de las redes sociales.

4) Regulación de contenidos. Si bien la importancia de salvaguardar la libre expresión en las redes sociales es de vital importancia, también lo es proteger a grupos vulnerables o a personas cuya intimidad ha sido expuesta. No obstante, existe aún ambigüedad en cuanto a la protección de las personas y el interés público, puesto que, aunque existen leyes que protegen a las personas del acoso cibernético y situaciones similares, ese mismo principio puede interpretarse como censura cuando el mismo principio se aplica a servidores públicos.

Regular las redes sociales no necesariamente implica prohibir, por el contrario, la importancia radica en la creación de normas que permitan el ejercicio de los derechos digitales con libertad y evitar abusos. Se antoja complicado, ya que por una parte existe una élite que ha visto a la comunicación digital como un lastre, caótico y difícil de controlar y, por otro lado, es que todos los usuarios de las TIC tengan leyes que permitan ejercer sus libertades y derechos.

miércoles, 23 de enero de 2019

globalización


 En el umbral de una nueva era de globalización



FORBES- 24 de enero de 2019
En lugar de fortalecer el neopopulismo, el proteccionismo y los discursos nacionalistas, se debe promover la creación de un nuevo pacto social, que devuelva seguridad y confianza al ciudadano.

La Cuarta Revolución Industrial (4RI) nos ha alcanzado, sin importar lo preparados que estemos para enfrentar los cambios económicos, políticos y sociales que requiere.

Los cambios tecnológicos se han desencadenado a un ritmo vertiginoso, llevando una absoluta transformación en todos los ámbitos de las actividades humanas. Sin embargo, la respuesta ante esos cambios no ha logrado desarrollar con la misma velocidad nuevos esquemas de cooperación nacional e internacional; los nuevos modelos educativos, comienzan a complementar programas específicos para enseñar nuevas habilidades a los estudiantes, sobre todo en la incorporación de avances en robótica e Inteligencia Artificial, pero poco se hace desde los planes de estudio para fortalecer el cuidado de las sociedades y sus individuos.

Este parteaguas en el desarrollo tecnológico ha planteado preguntas importantes sobre el estado actual de la gobernanza global. En un primer sentido, es cada vez más frecuente ver cambios en los escenarios políticos locales con sociedades en las que los votantes buscan “recuperar el control” de las manos de las “fuerzas globales” (neoliberales), pero en realidad, el gran reto es la restauración de la soberanía en un mundo que necesita un ambiente de absoluta cooperación.

Por un lado, se debería considerar que, en lugar de fortalecer el neopopulismo, el proteccionismo y los discursos nacionalistas, se debe promover la creación de un nuevo pacto social, que devuelva la seguridad y la confianza al ciudadano para que se desarrolle libremente al interior de su país y eso, pueda permitirle permanecer nuevamente abierto al mundo en general. Al fallar en el establecimiento de un ambiente de desarrollo seguro en lo nacional, la continua desintegración del tejido social provoca el colapso de la democracia, situación que hoy es cada vez más frecuente en diferentes escenarios regionales.


Los desafíos vinculados a la 4RI están directamente relacionados con la urgencia del replanteamiento de esquemas sustentables y ambientales que respondan a la crisis ecológica actual, fortalecimiento el multipolarismo a pesar de la creciente desigualdad.

Estas condiciones están generando el comienzo de una nueva era de globalización; que únicamente mejorará la condición humana si la gobernanza corporativa, local, nacional e internacional se puede adaptar en tiempo a estos nuevos escenarios.

En este mismo marco, en los últimos años se han fortalecido los esquemas de cooperación público-privada en el mundo. Lo que ha permitido el desarrollo de un crecimiento económico, a partir de las aportaciones del sector privado, favoreciendo los esquemas de inclusión social y sustentabilidad.

A pesar de estos esfuerzos por fortalecer el ámbito público a partir de lo privado, no se ha logrado vencer el paradigma sobre la desigualdad, pues el origen de esta se sigue dando desde el mercado.

Los esquemas de desarrollo en la Cuarta Revolución Industrial llevan a una Cuarta Globalización; en la que se incrementa la competencia al interior de los mercados nacionales de bienes y servicios, capitales y trabajo, y entre los países en cuestión de comercio e inversión, ampliando las brechas de desigualdad y crecimiento.

reflexión


El poder del silencio como un signo de reflexión



FORBES- 24 de enero de 2019
Es materialmente imposible digerir datos, evaluar opciones y decidir con solvencia si hay que hablar diariamente. El mero objetivo mediático no es plausible si provoca incertidumbre.

Muchas veces nos preguntamos cómo es que debemos actuar ante los retos de la vida. Sin temor a equivocarme puedo decirles que, con el tiempo, lo que más hemos aprendido es que hay que pensar bien antes de actuar (reflexión puntual y no definir al calor del momento). Por ello, ante los problemas que se presentan en el camino, nada suple el tiempo de análisis, la reflexión en grupo, la revisión de mejores alternativas, y al final del día, tomar decisiones como resultado de haber auscultado todas las consecuencias que se puedan generar y la forma de mitigar posibles daños. Parte del reto es lograr un equilibrio entre el lapso de revisión y la necesidad de actuar, pero procurar no actuar por impulso o inercia sin haber hecho un diagnóstico apropiado. La pauta de un silencio entre retos y acciones es deseable.

Lo antes expuesto parece bastante obvio; sin embargo, parece ser que, en la actual administración, la dinámica de actuación es distinta. En lugar de que haya espacio de reflexión y de guardar prudencia antes de tomar decisiones, se ha optado por la estridencia, la intolerancia y un alud de declaraciones diarias que empiezan desde muy temprano. Y es que, quizá sea esa propensión a iniciar el día con conferencias de prensa el culpable de que, en forma, prácticamente permanente, haya esta necesidad de declarar algo. De manera exacta, lo contrario al silencio necesario. Es materialmente imposible digerir datos, evaluar opciones y decidir con solvencia si hay que hablar diariamente. El mero objetivo mediático no es plausible si provoca incertidumbre, desorden e imposibilidad de priorizar tareas de mediano y largo plazo.

Ejemplos de malas implementaciones y peores análisis son visibles en temas tan sensibles como lo es la presunta cancelación del aeropuerto de Texcoco, el diseño y regulación de la Guardia Nacional, y la estrategia de ataque al robo de combustibles. En todos los casos, nadie cuestiona lo importante que es buscar el mejor aprovechamiento de recursos públicos, agotar las causas que generan injusticia, impunidad y violencia, así como parar el robo de combustible y afectación a Pemex. Sin embargo, lo que no es aceptable es que, ante grandes retos y problemas, se tomen decisiones que no sopesan todas las posibles alternativas, que no se consulte a los expertos en la materia, y que, sin la participación de los principales actores se ejecuten acciones que no apuntan a soluciones de largo plazo. Las decisiones correctas son aquellas que sean medibles y auditables, que gocen de solvencia técnica y operativa, y al final del día generen las consecuencias óptimas en la materia.

En los ejemplos puestos, el caso del aeropuerto de Texcoco es un verdadero insulto porque no existe una sola razón técnica, operativa, financiera, aeronáutica o lógica que justifique su cancelación y la alternativa de Santa Lucía es verdaderamente inaudita en cuanto a sus inconvenientes, costos excesivos, carencia de autorizaciones locales o internacionales, amén de un impacto al erario público de más de 200,000 millones de pesos literalmente tirados a la basura. Si el temor es que en la ejecución del aeropuerto de Texcoco o en la compra de terrenos aledaños hubo corrupción, lo que procede es procesar a los responsables y, en dado caso, expropiar los inmuebles, pero no castigar al país ante lo que puede y debe ser una obra de enorme impacto en el desarrollo económico para temas de turismo, carga, transportación, logística, comercio exterior, etcétera.


En materia de Guardia Nacional hemos insistido sobre la importancia de no militarizar la seguridad pública y de cómo la excusa de que las policías están mal capacitadas y/o entrenadas no es sino la confesión del propio Estado de que no ha cumplido con sus obligaciones en la materia. Pero la solución no está en matar al paciente, lo que se requiere es darle plena vigencia a un esquema que privilegie el que las instituciones policiacas civiles se hagan fuertes, sean bien entrenadas, coordinadas entre sí, y que tengan un énfasis en materia de prevención del delito, investigación científica, y una vocación total a protección de derechos humanos.

En lo que toca a robo de combustible se debe eliminar la impunidad, castigar a los responsables, y asegurar la no repetición de los hurtos. Caiga quien caiga. Para ello debemos señalar que en absoluta congruencia tendría que, igualmente, actuarse con la misma severidad a quienes atenten contra otras fuentes patrimoniales del Estado, como lo son cualesquier abusos por robos a peajes en carreteras de cuota, el no pago de cuentas de luz con los famosos diablitos, y cualquier otro hecho por el cual se tiene acceso ilícito a recursos del erario público.

Es por todas estas razones que le pedimos al gobierno en turno que ejerza la enorme virtud del silencio. Que se piensen las cosas con mucha mayor profundidad antes de actuar. Que no se opte por esta diatriba declarativa diaria que tanto daño hace en perder de foco las grandes prioridades del país por coyunturas mediáticas mañaneras. Cuando el país debería de estar hablando de cómo asegurar inversiones, implementar reales esquemas de pacificación e impartición de justicia (para abatir la impunidad) de cómo fortalecer su capacidad turística y de transporte (por ejemplo, a través del aeropuerto de Texcoco), de cómo asegurarnos un papel en la revolución digital, y otros temas análogos, estamos en el limbo de muchas cuestiones que no están siendo atendidas o con enormes deficiencias. Nada de refinerías obsoletas, ni de trenes sin sustento ambiental u operativo.

En fin, que el silencio es oro. Declaraciones solamente cuando sean necesarias. Y siempre y cuando se haya hecho la tarea completa para tener soluciones reales, duraderas y solventes.

P.D.: El silencio no se logra con espacios sin diálogo o pausas cuando se habla con intermitencia. No nos referimos a ese silencio, sino a uno que implique realmente profundidad de análisis y de diagnóstico antes de actuar. Requerimos seriedad y no demagogia.

martes, 22 de enero de 2019

Reflexiones éticas


 Reflexiones éticas de comunicación corporativa


FORBES- 22 de ene. de 19
El comportamiento ético en torno a la comunicación corporativa es un determinante de la efectividad. El mundo profesional siempre representa desafíos y los ejecutivos conocen su esencia.

Un ingrediente básico en la receta para conformar un buen líder es que sea un comunicador efectivo, es decir, que sea una persona que sepa transmitir un mensaje con claridad y que sea capaz de algo que hoy parece algo casi imposible de lograr: que escuche. Para ser un comunicador eficiente, además de conocer los lineamientos del proceso comunicativo se debe poner atención en la claridad con la que comunicamos las ideas, entender cuál es el verdadero objeto de la comunicación, analizar el entorno al que vamos a estar comunicando un mensaje, analizar el marco en el que ocurrirá la transmisión del mensaje, cuidar la comunicación no verbal, ser coherente y consistente. Sin embargo, estos elementos que nos sirven para mejorar nuestra habilidad de comunicarnos mejor no son los únicos, existe un factor que tendemos a descuidar y es la reflexión ética en torno al mensaje que queremos transmitir.

Las redes sociales han transformado la forma en que las personas nos comunicamos creando comunidades cibernéticas y numerosas corporaciones han descubierto que su ventaja competitiva viene, precisamente, de la capacidad que sus equipos de trabajo tienen para usar la información en tiempo real lo que aumenta su capacidad de respuesta. Esta habilidad para utilizar los datos disponibles ayuda a agilizar la toma de decisiones lo cual es una maravilla que se puede convertir en una preeminencia, aunque, sabemos que también puede ser un arma de doble filo sumamente punzante si no se utiliza con ciertos límites y sometida a ciertos parámetros.

La inmediatez con la que podemos poner a circular un mensaje puede ayudarnos a comunicar un mensaje en forma rápida y efectiva, así como, liberar información falsa o revelar una actitud agresiva que puede ser perjudicial y dañina para el desempeño profesional. El uso ético de la tecnología en el proceso de comunicación es un tema de preocupación que ha llevado a varias asociaciones a reflexionar sobre el tema. The Computer Ethics Institute con sede en Washington, D.C. fue constituido para generar un código de conducta en el uso de las tecnologías de información y ha presentado un decálogo que se recomienda seguir.

Son diez edictos que denominan Ética en el uso de las tecnologías que nos brinda la posibilidad de evaluar nuestro quehacer frente al proceso comunicativo hoy en día y nos brindan parámetros para un desempeño correcto en torno a mensajes de texto, derechos de autor, mensajes de correo electrónico que son aplicables en todo el mundo. Muchas corporaciones, escuelas y organizaciones hacen hincapié en la creación de conciencia de estos temas y en la difusión de este decálogo ante el crecimiento exponencial de los medios, su inmediatez y la falta de sensibilidad y criterio para clasificar aquello que divide el ámbito personal del privado, o, peor aún, del personal al corporativo.


Aunque algunas de estas sugerencias resultan obvias, vale la pena conocer estas diez reglas de urbanidad y reflexionar en torno a ellas. El decálogo dice:

No usar la tecnología para perjudicar a otros.
No interferir en el trabajo de otros.
No entrometerse en los archivos de otros.
No usar la tecnología para robar.
No usar la tecnología para presentar un falso testimonio.
No copiar ni usar software con derechos reservados del que no se tenga licencia o autorización —es decir, no usar aquello por lo que no se ha pagado un permiso—.
No usar los recursos de otros sin autorización.
No apropiarse de la producción intelectual de otros.


Pensar en las consecuencias sociales de los programas que se diseñen o de las tecnologías que se liberen.


Usar la tecnología de modo que se muestre consideración y respeto por sus congéneres.
Las características de las tecnologías de información y de los aparatos que utilizamos dan lugar a que surjan muchas consideraciones éticas, seguramente muchas de ellas ni siquiera están listadas en el decálogo propuesto por The Computer Ethics Institute. No obstante, reflejan el inicio de una reflexión en torno a la necesidad que tenemos los individuos del siglo XXI de asumir actitudes y de emprender acciones que apuntalen un comportamiento ético en torno al uso de la tecnología.

Este decálogo me parece sumamente interesante ya que constituyen una especie de estatutos de comportamiento ético para situaciones que todavía no están contempladas en las leyes y que están adquiriendo una importancia relevante ya que cada vez somos más las personas que tenemos acceso a información y tecnología que antes se consideraba privada.

No hay duda, el comportamiento ético en torno a la comunicación corporativa es un determinante de la efectividad. El mundo profesional siempre representa desafíos y los ejecutivos conocen su esencia y la de sus desafíos. Cuando los equipos de trabajo no se desempeñan como se supone que deben de hacerlo, el decálogo también nos sirve como una especie de examen inicial para ver en qué y cómo es que se está fallando.

Según Don Hellriegel, cuando los equipos de trabajo no tienen una forma de desempeño alineada con parámetros éticos hay síntomas que podemos detectar: el equipo no tolera la dirección del líder, la atmosfera del equipo es poco armónica, las reglas y procedimientos generales se adaptan a las conveniencias personales y aumenta la probabilidad de que algunos integrantes del equipo sean parásitos. Entonces, debiéramos hacer un alto y ponernos a pensar.

Las deliberaciones en torno a un proceder ético pueden llegar a ser interminables y confusas. Por eso, tener un punto de inicio siempre es útil y puede llevarnos a empezar en forma sencilla y dar pie a profundizar las reflexiones. Un ingrediente básico en la receta para conformar un buen líder es que sea un comunicador efectivo, pero no basta, también tiene que ser una persona comprometida con el proceder correcto. El reto empieza en primera persona y se traduce en exigencia ética a su equipo.