La ‘guerra’ contra el efectivo disparará al
oro y la plata
FORBES- 29 de Febrero 2016
Mal haría quien les creyera a los
burócratas que esta guerra se trata de acabar con la delincuencia, cuando en
realidad atacan el uso de efectivo.
Que en el mundo existe una guerra
abierta y total contra el uso de dinero en efectivo, no hay ya duda alguna. En
este espacio hemos llamado la atención sobre que esta acción global representa
una amenaza contra la libertad de las personas.
Bajo el pretexto de la lucha
contra el crimen, las autoridades de todo el planeta se han embarcado en esta
guerra que, de ganarla, significaría además la eliminación de la privacidad de
todas las transacciones entre particulares.
Aquí hemos subrayado que si el
argumento es que se busca atacar delitos como el “lavado” de dinero,
terrorismo, narcotráfico, etc., no tienen por qué pagar justos –la abrumadora
mayoría– por pecadores –la ínfima minoría de gente que delinque–. Siempre se
debe presumir inocencia.
Mal haría quien les creyera a los
burócratas que se trata de acabar con la delincuencia. En realidad, ahora
atacan el uso de efectivo por algo de fondo: contener la huida de la gente
hacia los billetes físicos –insuficientes para cubrir la oferta monetaria– en
un clima en que las tasas de interés negativas comienzan a cundir por el mundo.
Como le conté hace poco, este año
podrían ser abolidos los billetes de 500 euros por parte del Banco Central
Europeo (BCE). A propósito, al día siguiente de que esto se supo, apareció en
The Washington Post un artículo de Larry Summers, ex secretario del Tesoro de
Estados Unidos, pidiendo la eliminación del billete de 100 dólares, el más
popular.
En México, la llamada Ley
Antilavado ha hecho lo propio en la limitación del uso de efectivo, atendiendo
las recomendaciones del GAFI, órgano internacional encargado de operar
(imponer) estas acciones coordinadas a escala global.
Pero el intervencionismo de los
gobiernos –que, como lo advirtió Ludwig von Mises en múltiples ocasiones, nos
conduciría hacia un peligroso dominio estatal sobre los habitantes de la
Tierra– ha encontrado el momento y la justificación perfectos para sus movimientos:
hace falta “estimular” la economía. Otra mentira.
El mundo entero se aproxima hacia
una inevitable recesión, y la sinrazón de los bancos centrales y gobiernos
–guiados por equivocadas ideas y teorías económicas– los empuja a implementar
más de las mismas acciones que nos trajeron hacia el desastre: impresión
monetaria, expansión de la deuda, del crédito y el consumo. ¡No saben qué más
hacer que cavar más hondo!
Es falso que sus políticas
traerán crecimiento, pero cierto que la crisis que van a provocar hará que la
mayoría de la gente corra hacia los brazos del Estado pidiendo “protección”.
¿Será ése su objetivo? De cumplirse, la libertad de las personas quedaría
borrada.
Como resultado de su novedosa
política de “estímulo” con tasas de interés negativas hay una huida hacia el
efectivo.
La gente reaccionará cada vez de
la misma manera: si van a ser castigados nominalmente por prestarle su dinero
al banco, preferirán guardarlo ellos mismos “debajo del colchón” o donde sea,
que en una cuenta bancaria.
Ya hay reportes del propio Wall
Street Journal (WSJ) de que en Japón –uno de los países en implementar ya los
absurdos y perjudiciales tipos negativos– la demanda de cajas de seguridad se
ha disparado al punto de la escasez. La gente busca proteger su efectivo.
En Suiza, según el mismo WSJ, la
circulación de billetes de 1,000 francos se disparó en 17% el año pasado, como
consecuencia de la misma política de tasas negativas del banco central suizo.
Aquí hemos advertido que la
limitación y prohibición al uso de efectivo no tardará en reforzarse en México.
También que ante las
restricciones se reducen las opciones de refugio financiero, algo que
beneficiará a las “materias primas” monetarias por excelencia: el oro y la
plata, dinero real.
Con nuestra postura coincide
James Saft, columnista de Reuters, quien en su artículo “War on cash to pump up
silver, wine, art, gold” señaló la semana pasada que la guerra contra el
efectivo hará que los inversores busquen nuevos depósitos de valor. Entre ellos
están los SWAG, acrónimo para referirse a la plata (silver), vino (wine), arte
(art) y al oro (gold).
Sí, la política monetaria nos
conduce, pues, de nuevo a la inflación/explosión de nuevas burbujas –como en
mercados bursátiles, bonos, divisas, etc.–, que traerá más de la devastadora
deflación de activos.
Un gran favor nos harían los
banqueros centrales y gobernantes si se hicieran a un lado y dejaran que el
mercado –o sea, la libre interacción de las personas en sus intercambios–
hiciera los ajustes necesarios.
No hacen falta los consejos de
“notables” que pretenden saber más de qué queremos, buscamos o necesitamos
todos los seres humanos en conjunto y en constante cambio.
Inflar burbujas para que rebote
la economía no es lo mismo que crecer sostenidamente, sino una forma de hacerla
caer desde mayor altura. Nada de esto comprenden los perdidos bancos centrales,
que, como afirma el gurú de Wall Street, Jim Rogers, no tienen idea de lo que
están haciendo.
Guillermo Barba-Economista de la
Escuela Austríaca y periodista mexicano, autor del blog Inteligencia Financiera
Global. Experto en mercados de oro y plata y comentarista de TV en Proyecto 40
No hay comentarios:
Publicar un comentario