El País - febrero
de 2016
La multinacional desplaza los
beneficios que consigue en Europa a Irlanda y desde allí los traslada a un
paraíso fiscal vía Holanda
El mayor buscador de la Red,
Google, envió 10,7 millones de euros desde su sede europea en Holanda a
Bermudas, un territorio considerado como un paraíso fiscal, para eludir
impuestos en 2014. La operación forma parte del complejo plan de operaciones
que la multinacional estadounidense desarrolla para que la mayor parte del
impuesto sobre las ganancias obtenidas en el extranjero quede sin tributar. De
hecho, según la información financiera de la filial holandesa, el buscador solo
pagó 2.8 millones de euros en impuestos en Holanda.
Google paga en impuestos solo el 8,3% de su
beneficio fuera de EE UU
Las grandes tecnológicas esquivan a la
Hacienda española otro año más
Reino Unido lanza un ‘impuesto Google’ para
las multinacionales
Las cuentas de Google Holanda
Holdinds BV, que ni siquiera tiene empleados, fueron publicados el pasado
jueves. Sus estados financieros muestra que esta filial europea transfiere casi
todos sus ingresos, principalmente royalties y cánones procedentes de una
afiliada irlandesa llamada Google Ireland Holding, a una delegación del grupo
con sede en Bermudas. Esta estrategia es conocido como "doble
irlandés" y "sandwich holandés".
Con esta estructura tributaria,
Google que ahora está integrada en Alphabet, logra eludir los impuestos
estadounidenses por la repatriación de beneficios, así como de las retenciones
en la Unión Europea, que representa la mayor parte de los beneficios del grupo
fuera de EE UU. Esta estrategia permite al grupo disfrutar de una tasa efectiva
del impuesto de sociedades de tan solo el 6% de los beneficios obtenidos fuera
de Estados Unidos.
Un portavoz de la compañía se
limitó a señalar que la compañía cumple con la regulación fiscal de todos los
países en los que opera.
Bajo el foco de las autoridades
europeas
La lucha contra evasión fiscal de
las grandes compañías es actualmente uno de los principales puntos de la agenda
de las instituciones europeas. Precisamente Google ha estado sobre el foco de
estas instituciones que la han presionado por su planificación fiscal agresiva.
Los directivos de Google tuvieron
que declarar la semana pasada en el comité de fiscalidad del Parlamento
Británico. Tras una investigación que se ha prolongado durante seis año, la
compañía estadounidense alcanzó un acuerdo con la Hacienda británica por el que
pagará unos 172 millones de euros en concepto de impuestos atrasados por los
beneficios obtenidos en Reino Unido entre 2005 y 2015.
El gigante tecnológico se
comprometió a tributar en las islas por todos los ingresos que obtenga por la
publicidad de compañías radicadas en suelo británico. El acuerdo sienta un
precedente para que otros Estados puedan exigir lo mismo a Google, así como a
otras multinacionales igualmente criticadas por su agresiva política fiscal.
El doble irlandés y el sandwich
holandés
Las grandes corporaciones se
sirven de múltiples técnicas de ingeniería tributaria para esconder sus
beneficios al control del fisco. Algunas multinacionales como Apple o Google,
que trasladan sus ganancias a las islas Caimán, solo pagan cerca del 3% de sus
beneficios mediante complejas estructuras societarias desplegadas por varios
países, sirviéndose de paraísos fiscales para ello.
Las dos técnicas más comunes son
conocidas bajo el nombre de doble irlandés y el sándwich holandés, términos con
los que los expertos fiscales se refieren a este tipo de prácticas. El doble
irlandés consiste en que una multinacional crea dos sociedades filiales en
Irlanda, cuyo impuesto de sociedades es solo del 12,5%.
Una de estas firmas se domicilia
en Dublín (A) y la otra, por ejemplo, en las islas Bermudas (B), jurisdicción
con la que Irlanda tiene un convenio especial. La matriz traslada las patentes
y los derechos sobre su propiedad intelectual a la sociedad domiciliada en
Bermudas (B). La filial europea radicada en Dublín (A) factura al resto de
Europa pero carga los beneficios contra la sociedad de las Bermudas (B), que le
factura cantidades millonarias por los derechos de propiedad convenientemente
inflados, a través de los royalties. El siguiente paso sería aplicar el sándwich
holandés, que consiste en constituir otra sociedad en Holanda (C), país con un
tratamiento especial para los holdings de empresas y que tiene suscritos
multitud de acuerdos de doble imposición con algunos paraísos fiscales.
En paralelo se crea una cuarta
sociedad, otra filial de la matriz, en las Antillas Holandesas (D), ni siquiera
requiere tener una plantilla ni una organización administrativa. Solo requiere
el nombre de un administrador. Como el traspaso de dividendos y plusvalías está
exento desde Irlanda a otro país europeo, la sociedad de Dublín (A) traspasaría
los pocos beneficios que le quedan tras pagar los royalties a la sociedad de
Bermudas (B) a la filial de Ámsterdam.
Las autoridades holandesas
permiten trasladar los beneficios al paraíso fiscal mediante un acuerdo con el
que al final solo se paga cerca del 2% de impuestos. "Con esta estructura
los millonarios beneficios por la propiedad intelectual se irían a Bermudas y
los dividendos se trasladan a las Antillas", explica José María Peláez,
inspector de Hacienda.
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