FORBES- 17 de Febrero de 2016
Hay 2 visiones encontradas en
torno de las políticas económicas de China, que cobran relevancia no sólo para
el país asiático, sino para el futuro de la economía mundial.
La economía mundial está en un
momento caracterizado por una gran incertidumbre sobre el crecimiento económico
global. En la actualidad, pequeños cambios en las expectativas de crecimiento
de la economía de China ocasionan fuertes volatilidades en las bolsas de
valores alrededor del mundo, además de impactar drásticamente en las tasas de
cambio de distintas monedas, en especial de aquellos países exportadores de
materias primas.
La economía de China no es el
motor económico que era antes. Su tasa de crecimiento se ha reducido en los
últimos años, lo que ha disminuido significativamente la demanda de bienes como
el petróleo, contribuyendo, entre otros factores, a la baja en el precio de
este bien.
En este
contexto, el futuro de la política económica de China cobra relevancia, no
solamente para este país, sino para la economía mundial. Esta economía se
encuentra en transición de un tipo de cambio controlado por el gobierno a un
tipo de cambio flexible y en función de las condiciones de mercado (tal como el
que tiene la economía mexicana desde 1994).
Actualmente existen 2 puntos de
vista encontrados entre quienes apoyan y quienes critican las políticas
económicas de China.
La visión a favor señala que esta
economía se encuentra en un esfuerzo plausible por liberalizar su economía,
después de un pasado diametralmente opuesto. Y que con ello se ha abandonado la
estabilidad del yuan, para permitir cierta flexibilidad económica en la
política monetaria.
Por otro lado, existe la teoría
de que devaluar la moneda china es meramente una estrategia para incentivar las
exportaciones, ya que esto reduce el costo relativo de los productos chinos en
el exterior. Adicionalmente se ha señalado la falta de políticas para
fortalecer el consumo interno. Ante ello se ha indicado la urgencia de una
estrategia de estímulo masivo a la demanda interna, señalando la conveniencia
de reducir los impuestos al consumidor en China. La lógica económica detrás de
ello es: si el problema es la falta de demanda interna, es necesaria una
reducción en la carga fiscal en el consumo, a pesar de que ello implique
reducir el presupuesto para la inversión pública en infraestructura.
Además de la política monetaria y
fiscal, una variable clave para el futuro de la economía china será su apuesta
por la innovación. Durante el final del siglo pasado, esta economía impulsó su
crecimiento, en su mayoría, por la producción industrial, caracterizada por sus
bajos costos y salarios. Actualmente, la economía china es un mosaico: si bien
existen ciudades sostenidas por la industria manufacturera, también se
encuentran otras como Shenzhen, donde el principal motor de la economía se da
en el sector financiero y tecnológico.
Esta región ha aumentado de
manera sostenida su crecimiento económico, registrando casi un 9% de
crecimiento el año anterior. En esta localidad han surgido empresas
innovadoras, basadas en la creación de nuevas tecnologías, como Huawei, que
solamente en esta ciudad tiene más de 50,000 empleados. El reto para China será
fomentar este modelo de crecimiento en otras zonas del país.
Próximamente todos los
reflectores estarán puestos en China. En septiembre de 2016 será el anfitrión
del G-20 (Grupo de los 20), el foro que congrega a los principales jefes de
Estado del mundo, representando a las 19 economías más importantes, más la
Unión Europea.
Las reuniones preliminares para
este G-20 ya comenzaron. En los últimos meses, los think tanks más
representativos de estas economías se han reunido en China para comenzar a
delinear la agenda que se llevará a cabo.
Derivado de estos foros se tiene
que uno de los principales temas que se tratarán en el G-20 de este año será
cómo estabilizar la volatilidad en la economía internacional y cómo regresar la
confianza al mercado, y, por ende, el reto de esta edición del G-20 será
reforzar la cooperación internacional para reducir la incertidumbre económica.
La liberalización de la moneda
china será un proceso gradual y de largo plazo, así que se seguirá observando
su efecto en los mercados internacionales.
Adicionalmente, de acuerdo con
las tendencias económicas y poblacionales, la importancia de las economías
asiáticas irá aumentando progresivamente, ganando terreno a la economía de
Estados Unidos. Consecuentemente, las políticas económicas del gobierno de
China irán cobrando mayor relevancia en el rumbo económico mundial.
CIDAC-Centro de Investigación
para el Desarrollo AC. Think tank independiente, sin fines de lucro, dedicado
al estudio e interpretación de la realidad mexicana y presentación de
propuestas para cambiar a México.
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