Así se asciende en una Big Four,
según sus empleados (y no suben los más capacitados)
El Confidencial - febrero de 2016
Las cuatro grandes consultoras
pertenecen a esa serie de empresas que se han dado en llamar KIF
(Knowledge-Intensive Firms), en las que el conocimiento posee un papel
decisivo, tanto a la hora de generar ingresos para las compañías como de
asegurar que las personas mejor dotadas intelectualmente tengan una buena
trayectoria profesional. Desde una perspectiva ortodoxa, quien en estas firmas
exhiba un notable desempeño técnico y cuente con dotes relacionales tendrá el
éxito al alcance de la mano.
Pero el estudio 'Making sense of
a career in a Big Four Accounting Firm', realizado por Frank Mueller y Chris
Carter (Universidad de St. Andrews) y Anne Rose-Smith (Universidad Macquarie),
que investiga las condiciones de trabajo y las perspectivas de mejora
profesional en una de estas grandes firmas, a la que dieron el nombre ficticio
de Sky Accounting para proteger la privacidad de los testimonios y de la
empresa, muestra unas conclusiones muy diferentes de las creencias
establecidas.
El estudio analiza qué tipo de
habilidades recompensa la organización y qué comportamientos son los más
valorados. En ese aspecto, señalan los investigadores, esperaban que el trabajo
duro y el cumplimiento de los objetivos previstos fuesen algo imprescindible,
en tanto elementos objetivos de mérito, para ganarse un ascenso. Sin embargo,
solo una entrevistada mencionó estos aspectos como importantes. El resto de
respuestas quedan sintetizadas en la que les dio Sarah, una directora de la
empresa: “Todo tiene que ver con la exposición..No se trata de vender lo que
Sky Accounting hace, sino de venderte a ti mismo. Esa es la clave”.
Lo que realmente funciona
No solo en las entrevistas que
tuvieron lugar para el estudio aparecieron estas ideas; en las conversaciones
informales con el personal de la firma se reflejaron aún con más fuerza. Lo que
importa no son las horas trabajadas, sino saber hacerse visible: “Ese es el
asunto real, el que de verdad funciona” (Anne).
La mayoría de los mánagers
entrevistados utilizaron expresiones como “saber venderte”, “jugar el juego de
las relaciones públicas”, “vender tu marca” o “hacer ruido” para definir lo que
convertía a un empleado en exitoso en Sky Accounting. A pesar de ello, muchos
mánagers preferían construir su realidad en torno a un concepto ambiguo de
“resultados”, en el que incluían tanto la consecución de los objetivos como
esta tarea de "jugar el juego". Pero esa definición quedaba
invalidada por la práctica, porque no es algo realista: “No puedes ser muy
bueno en tu trabajo, muy bueno en la relación con los clientes y que nadie sepa
quién eres. La gente tiene que saber quién eres. Y para eso
tienes que contribuir
regularmente a alguna de esas iniciativas que te hacen visible para ellos, para
los socios. Tienes que ser conocido por los socios” (Sarah).
Juegos políticos
Para llegar a a los socios, y más
aún para llegar a ser socio, hay que ser muy hábil, insiste el estudio, en
estos juegos políticos: “Es una combinación de factores: debes mostrar
verdadera dedicación y compromiso y una verdadera pasión por lo que haces, pero
también tienes que señalar qué es lo que te diferencia de los demás. De modo
que has de asegurarse de que te vendes bien y de que tu marca personal es
conocida por las personas adecuadas, de manera que los que tienen el poder de
tomar decisiones sean conscientes de quién eres” (Jenny).
Tener un buen rendimiento pasa a
significar que comprendes al público a que te diriges y que actúas ante la
audiencia correcta: “Hay que trabajar para los socios adecuados. Si lo haces
para las jóvenes estrellas, ellos hablarán de lo bueno que eres y terminarás
siendo promovido sin ayuda” (Sarah). Y si quieres que te asciendan rápido,
“tienes que ser de esa clase de personas que son conscientes de que las cosas
están cambiando y se mueven mucho en la oficina en lugar de simplemente
sentarse allí y hacer un trabajo muy bueno, muy técnico. Son esas personas las
que suben” (Sarah).
¿Pasa en todas partes?
En resumen, que los entornos de
competitividad y de obtención de resultados, que son los que dominarían en las
KIF, necesitan ser entendidos de otra manera, apuntan los investigadores. No
son el desempeño técnico y el trabajo duro las aptitudes y las habilidades que
resultan rentables a quienes las emplean, porque “las empresas de conocimiento
intensivo no parecen tener en cuenta el conocimiento mismo; tampoco el
aprendizaje parece jugar un papel importante ('no es lo que sabes, sino a quién
conoces') y la cultura de la excelencia es a menudo una cultura de la política
interna. En resumen, que esta supuesta expresión máxima del 'management'
sistemático no es sistemática en absoluto”.
Pero más preocupante aún que sus
conclusiones lo es el hecho de que los investigadores dan a entender, basándose
en estudios previos de las KIF, que este tipo de actitudes se han convertido en
parte esencial de las trayectorias profesionales contemporáneas para cualquiera
que opere en un sector donde el conocimiento sea esencial.
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