Lo que ocurre cuando vuelves a la
vida, según quienes lo han experimentado
El Confidencial - jueves, 18 de
febrero de 2016
Las historias de personas que han
estado clínicamente muertas y han vuelto a respirar en pocos minutos, ayudan a
entender qué hay antes de esa famosa luz al final del túnel
Ya seas de los que creas que te
reunirás con tus seres queridos en un lugar paradisíaco o estés convencido de
que, una vez fallecemos, solo queda la nada, lo que sucede realmente después de
la muerte sigue siendo uno de los grandes misterios de la vida.
Miles de personas a lo largo de
la historia han relatado lo que se conoce como Experiencias Cercanas a la
Muerte (ECM) experimentadas cuando su cuerpo se queda sin vida durante unos
minutos para volver al momento a la vida, pero todavía no queda nada claro qué
significan esas sensaciones ni por qué ocurren. Sólo nos quedan los relatos de
sus protagonistas. Un buen número de quienes aseguran haberlas experimentado
tras ser devueltos a la vida después de haber sido declarados clínicamente
muertos, explican lo que realmente se siente al morir y regresar a la vida en
el sitio web Quora, y sus historias ayudan a entender qué hay antes de esa
famosa luz brillante al final del túnel.
Descanso eterno 'interruptus',
pero descanso
Las historias de muchos se
amoldan a la idea clásica del 'descanso eterno', pero literal. Aunque en estos
casos apenas durase unos segundos, aluden a sensaciones de paz y a no tener
ningún sentimiento de miedo. “Me sentía feliz, serena, emocionada, tranquila y
relajada”, asegura Megan, quien aún no ha encontrado la palabra precisa que
describa “lo verdaderamente maravilloso que se siente uno en ese momento”.
Curioso es el caso de otra de las
participantes, Barbara, quien asegura que no sólo ha tenido una ECM: debido a
una extraña intolerancia a un fármaco, su corazón se ha detenido al menos tres
veces durante varias operaciones. Como otras tantas personas han relatado en
otras ocasiones, Barbara asegura que antes de quedarse inconsciente podía
escuchar perfectamente el monitor, las ruedas del carro en el que le llevaban y
cómo los médicos hablaban a su alrededor. “A medida que me iba durmiendo, me
encontraba fresca y relajada. No sentía la necesidad de respirar, pero no me
alarmé por ello ni tenía dolor de ningún tipo, todo era paz. Noté cómo llegaba
la oscuridad. Y entonces me revivieron”, recuerda.
Un encuentro con seres del pasado
En ese 'impasse' entre la vida y
la muerte, no son pocos los que aseguran haberse reunido con personas y
familiares que habían fallecido años atrás. Lori es otra de las personas que,
al igual que Barbara, ha tenido más de una experiencia relacionada con su
muerte, y cuenta que fue un momento agradable en el que no se sintió sola:
“Morí a la edad de seis en la mesa de operaciones durante un procedimiento
quirúrgico pero me resucitaron a los 10 minutos. Recuerdo sentirme en paz,
cómoda, como si no estuviese sola”, asegura.
Descanso eterno 'interruptus', pero descanso
Las historias de muchos se
amoldan a la idea clásica del 'descanso eterno', pero literal. Aunque en estos
casos apenas durase unos segundos, aluden a sensaciones de paz y a no tener
ningún sentimiento de miedo. “Me sentía feliz, serena, emocionada, tranquila y
relajada”, asegura Megan, quien aún no ha encontrado la palabra precisa que
describa “lo verdaderamente maravilloso que se siente uno en ese momento”.
Curioso es el caso de otra de las
participantes, Barbara, quien asegura que no sólo ha tenido una ECM: debido a
una extraña intolerancia a un fármaco, su corazón se ha detenido al menos tres
veces durante varias operaciones. Como otras tantas personas han relatado en
otras ocasiones, Barbara asegura que antes de quedarse inconsciente podía
escuchar perfectamente el monitor, las ruedas del carro en el que le llevaban y
cómo los médicos hablaban a su alrededor. “A medida que me iba durmiendo, me
encontraba fresca y relajada. No sentía la necesidad de respirar, pero no me
alarmé por ello ni tenía dolor de ningún tipo, todo era paz. Noté cómo llegaba
la oscuridad. Y entonces me revivieron”, recuerda.
Un encuentro con seres del pasado
En ese 'impasse' entre la vida y
la muerte, no son pocos los que aseguran haberse reunido con personas y
familiares que habían fallecido años atrás. Lori es otra de las personas que,
al igual que Barbara, ha tenido más de una experiencia relacionada con su
muerte, y cuenta que fue un momento agradable en el que no se sintió sola:
“Morí a la edad de seis en la mesa de operaciones durante un procedimiento
quirúrgico pero me resucitaron a los 10 minutos. Recuerdo sentirme en paz,
cómoda, como si no estuviese sola”, asegura.
"Había 'otros' a los que no
podía ver"
Entre las más de 948.000
experiencias relatadas en Quora, la de Vera ha sido una de las más comentadas.
Su experiencia data de cuando tenía 11 años y vivía junto con su madre en la
antigua Unión Soviética. La pequeña Vera sufrió un envenenamiento por monóxido
de carbono proveniente de un calentador de agua defectuoso y estuvo
clínicamente muerta durante más de 15 minutos. “Empecé a adormecerme y vi como
la muerte me cubría con su invisible y pesado manto. A continuación sentí que
mi corazón se aceleraba, como si tuviese una colmena de abejas dentro de la
cabeza y como si hubiera dos cuchillos clavados en cada lado de mi cabeza.
Sabía que iba a morir en ese preciso instante”, relata Vera. Mientras luchaban
por salvar su vida aferrándose a la conciencia, ambas trataron de pedir ayuda,
pero la pequeña y su madre terminaron por perder el conocimiento. “Nos
estábamos muriendo. Y nadie, nadie en el mundo podía oírnos”, recuerda.
“A continuación, recuerdo haber
visto algo así como un plasma de colores a mi alrededor, con una perspectiva
visual muy extraña. Al principio parecían como nubes que se deshacían, algo así
como las imágenes que se ven a través de un telescopio cuando miras la galaxia,
y se fusionaban con los colores mientras me rodeaban. Me pareció que era muy
hermoso. Sentí que me elevaba, mi cuerpo era como un enorme pulmón que se
llenaba de aire. Y, de repente, una liberación instantánea de la existencia de
gravedad”. Vera explica que mientras tenía aquella sensación de estar flotando
trató de mirar hacia su cuerpo, pero ya no estaba allí.
"Había 'otros' a los que no
podía ver"
Entre las más de 948.000
experiencias relatadas en Quora, la de Vera ha sido una de las más comentadas.
Su experiencia data de cuando tenía 11 años y vivía junto con su madre en la
antigua Unión Soviética. La pequeña Vera sufrió un envenenamiento por monóxido
de carbono proveniente de un calentador de agua defectuoso y estuvo
clínicamente muerta durante más de 15 minutos. “Empecé a adormecerme y vi como
la muerte me cubría con su invisible y pesado manto. A continuación sentí que
mi corazón se aceleraba, como si tuviese una colmena de abejas dentro de la
cabeza y como si hubiera dos cuchillos clavados en cada lado de mi cabeza.
Sabía que iba a morir en ese preciso instante”, relata Vera. Mientras luchaban
por salvar su vida aferrándose a la conciencia, ambas trataron de pedir ayuda,
pero la pequeña y su madre terminaron por perder el conocimiento. “Nos
estábamos muriendo. Y nadie, nadie en el mundo podía oírnos”, recuerda.
“A continuación, recuerdo haber
visto algo así como un plasma de colores a mi alrededor, con una perspectiva
visual muy extraña. Al principio parecían como nubes que se deshacían, algo así
como las imágenes que se ven a través de un telescopio cuando miras la galaxia,
y se fusionaban con los colores mientras me rodeaban. Me pareció que era muy
hermoso. Sentí que me elevaba, mi cuerpo era como un enorme pulmón que se
llenaba de aire. Y, de repente, una liberación instantánea de la existencia de
gravedad”. Vera explica que mientras tenía aquella sensación de estar flotando
trató de mirar hacia su cuerpo, pero ya no estaba allí.
Lo que quedaba por hacer
Pero no todas las personas
disfrutan de esa sensación de paz y tranquilidad. “El momento en que me di
cuenta de que estaba a punto de morir fue triste. Sobre todo porque yo era
consciente de que mi madre estaba en la sala viendo cómo los profesionales médicos
hacían todo lo posible por mantenerme vivo”, explica Scott, quien recuerda
haber sentido culpa, vergüenza y una profunda decepción por no haber logrado
sus objetivos vitales: “En cierto modo, en aquellos minutos, acepté mi destino.
Las sensaciones físicas eran casi inexistentes. No tenía miedo, pero estaba
decepcionado”.
Bryan, por su parte, relata que durante
aquellos minutos su único pensamiento era “la cantidad de recuerdos increíbles,
ideas, amores, pasiones y cosas por aprender” que había tenido, y lamentarse al
ser consciente de que no tendría parecido nunca más.
Como vemos, no todas las
experiencias hablan de sensaciones positivas, y hay quienes lo pasan
verdaderamente mal durante los minutos en los que estuvieron muertos y
recuerdan a la perfeccción: “No había nada ni remotamente emocionante a mi
alrededor. De hecho, ni siquiera veía nada. No hay luz, no hay esperanza, no
hay nada. Sólo oscuridad y soledad. Ni siquiera sentí miedo, sólo una infinita
tristeza”, confiesa Emmanuel.
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