¿Es hora de lanzarse al refugio dorado?
Finanzas.com - febrero
de 2016
Los mercados parecen indomables y
el nerviosismo de los inversores ha quedado patente en los últimos meses, en
los que ningún activo se ha librado de las turbulencias. Es cierto que hay
productos que sirven para beneficiarse y sacar partido de un escenario de este
tipo, como los fondos que invierten en volatilidad, pero si el perfil de riesgo
aguanta pocas complejidades, siempre hay una opción conservadora a la que
acudir: el oro.
Precisamente, a este refugio
dorado han acudido los inversores con especial fuerza en las últimas semanas,
lo que hace que las perspectivas sobre su precio empiecen a dispararse. Tanto
los fondos que invierten en compañías relacionadas con el metal precioso como
los ETFs que replican su evolución están recibiendo nuevos capitales. Según los
últimos datos de Morningstar, que contemplan la evolución de fondos que
invierten en acciones de compañías relacionadas con el metal, de gestoras como
Amundi, BlackRock, Deutsche AWM, Edmond de Rothschild, Franklin Templeton o
Invesco, las carteras han ofrecido rentabilidades positivas en el mes de enero,
altamente volátil (con pocas excepciones) y los fondos han visto suscripciones
netas en la mayoría de los casos (ver cuadro).
Y es que el actual escenario
macroeconómico, marcado por altos niveles de deuda en el mundo, tipos de
interés cero en la mayoría de economías de los países desarrollados,
desaceleración económica en China y caída en los precios de petróleo -que pone
a las fuerzas deflacionistas en primer plano-, favorece a activos como el bono
estadounidense a 10 años o el metal precioso. «Creo que veremos más compras de
oro como refugio a medida que vaya transcurriendo el año», comenta Alfonso Roa,
presidente del Comité de Acreditación y Certificación de EFPA España. Entre
otras cosas porque los estudios académicos demuestran que mantener un 4 por
ciento de la cartera en oro físico (ETFs) sirve para minimizar su varianza.
«Las fuertes turbulencias que
estamos viendo en la renta va riable y el mercado de petróleo desde comienzos
de 2016 están apoyando la recuperación del oro. La lucha del sector del crudo y
el gas en Estados Unidos ha sido un contribuyente importante a la
desaceleración del crecimiento durante el último trimestre de 2015, que ahora
está dando lugar a un cambio entre los políticos de la Reserva Federal»,
comenta Ole Hansen, jefe de estrategia en materias primas de Saxo Bank,
convencido de que la Fed este año hará dos o tres subidas de tipos, y no más. Y
esa actitud están ayudando «a que el oro se dirija hacia los máximos de tres
meses antes de que encuentre resistencia en su media móvil de 200 sesiones en
niveles de 1.131 dólares por onza, con el siguiente nivel interesante siendo
1.136 dólares», dice. El inversor deberá fijarse en el siguiente nivel de 1.200
dólares, dice Roa, y, en el caso de que lo supere, «podríamos decir que
estaríamos en el principio de un mercado alcista del oro».
«Si prevalece la aversión al
riesgo en los mercados financieros, debería beneficiar al oro a corto plazo, si
bien a largo plazo solo habrá revalorización en caso de una mayor crisis
global», comenta Warren Kreyzig, analista de materias primas en Julius Baer.
Así, ve con buenos ojos que los inversores más conservadores tengan algo de oro
en sus carteras como cobertura.
Desde Union Bancaire Privéé
(UBP), la analista Névine Pollini señala como causas del mayor atractivo actual
del oro la amenaza del terrorismo, las mayores tensiones geopolíticas entre
Arabia Saudí e Irán, los informes de que Corea del Norte impulsa su arsenal
nuclear... «Estos eventos desestabilizadores han llevado a unos inversores
preocupados a comprar oro como refugio. Aunque no ha jugado un papel como
cobertura frente a estas turbulencias recientemente, creemos que podría hacerlo
si la situación empeora», explica, sin olvidar la volatilidad en la renta
variable, las preocupaciones sobre el crecimiento mundial (con China a la
cabeza) y los riesgos de impago en compañías energéticas como impulsos
adicionales.
Bill McQuaker, parte del equipo
de gestión multiactivos de Henderson Global Investors, explica que
históricamente el oro ha sido una cobertura útil contra los activos de riesgo,
como la renta variable, y cree que sus cualidades persistirán en el actual
entorno, por lo que es una atractiva oportunidad que añaden a sus carteras
multiactivo. «Encaja ahora porque el apetito por el riesgo está bajo presión,
aumentando la demanda de buenas coberturas. Además, la política monetaria está
en puntos extremos en muchos lugares del mundo y, en algunas circunstancias,
podría llevar a los inversores a diversificar con respecto a las mayores
divisas. Por último, los mercados empiezan a pensar que quizá estamos cerca del
final del actual ciclo alcista de tipos en EE.UU., lo que debilitaría al dólar
y eso ayudaría al precio del oro», explica.
Pero cree su precio es muy
difícil de predecir, puesto que no hay cash flows que analizar, como ocurre con
las acciones. «Su valor hoy es más un acto de fe por parte de los inversores,
que han mostrado esa fe durante miles de años, similar a la del papel dinero a
pesar de ser simplemente papel. En el febril clima monetario existente, esto no
acabará y creo que el oro seguirá siendo un protector efectivo del poder
adquisitivo en los próximos años».
Flujos positivos
Así, el dinero ha llegado tanto a
ETFs que siguen la evolución del oro como a fondos que invierten en empresas
relacionadas. «Los inversores también han regresado a los productos negociados
en bolsa, y Bloomberg ha registrado un flujo de 1.800 millones en ETPs de oro
en lo que va de año», dice Saxo Bank. El mayor flujo de entrada ha sido en el
SPDR Gold Shares (GLD) con 1.400 millones. Estos flujos se parecen a los que
vimos el mismo período del año pasado, cuando las primeras cinco semanas de
2015 arrojaron un repunte de las tenencias totales de 84 toneladas en
comparación con 71 toneladas en lo que va de año.
Y también los flujos hacia los
fondos que invierten en acciones relacionadas con el oro han sido muy
positivos, sobre todo en los últimos meses más volátiles, desde las
turbulencias iniciadas en China en el mes de agosto.
«El oro se ha encontrado bajo
presión durante y después de la subida de tipos que hizo la Fed en diciembre,
pero desde entonces, la perspectiva para las otras clases de activos se ha
deteriorado de forma dramática», explican en Saxo Bank. En este contexto, los
hedge funds se han visto obligados a modificar la dirección de sus apuestas de
futuro: «Después de cuatro semanas consecutivas de compras, la apuesta
especulativa en los futuros del oro ha pasado de un récord de cortos a un
máximo de tres meses recientemente», explican en Saxo Bank.
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