Comunica, comunica, comunica
FORBES - lunes, 22 de febrero de 2016
El problema de muchas empresas
familiares es la cultura del secreto. La comunicación en la empresa debe ser
operativa, formal y explícita, si no no es comunicación.
La falta de comunicación efectiva
genera conflictos en las relaciones familia empresa. Esto sucede cuando en las
empresas el dueño habla poco, explica poco y dice cosas diferentes a distintas
personas, impidiendo así la generación de una información clara y completa.
La falta de comunicación crea una
serie de problemas, tanto para los miembros de la siguiente generación en
proceso de incorporación a la empresa, como a los directivos no familiares que
participan en la gestión.
Las empresas familiares
participan de una doble naturaleza, ya que contienen a la familia y a la
empresa. No es fácil combinar una institución basada principalmente en los
sentimientos, como el amor y el perdón, con otra basada específicamente en
intereses económicos, generados por las personas que la integran y la actividad
que realizan.
Los padres se comunican con sus
hijos a través del afecto, pero cuando padres e hijos comienzan a trabajar
juntos en la empresa, resulta necesario que empiecen a comunicarse con un
sistema que sea más racional y menos afectivo. Una familia se convierte en
factor de riesgo para su empresa cuando no identifica, evalúa, equilibra y
formaliza las interacciones entre familia y empresa.
Por eso, la comunicación es un
proceso vital en las empresas. Cuando hay poca comunicación o se utiliza un
proceso no adecuado, seguramente aparecen los conflictos que se materializan en
malos entendidos, rumores, discusiones y malas relaciones personales.
El proceso del bien decir
Lograr una buena comunicación
requiere, en primer lugar, la atención para analizar y determinar si la misma
es buena y adecuada, y en segundo lugar, que se le dedique tiempo para
eventualmente aprender las técnicas necesarias para mejorarla.
Las diferencias más
significativas de la comunicación en la familia y la empresa son:
La comunicación en la familia: Es
afectiva, informal, implícita, está definida por la historia familiar y se basa
en una jerarquía natural por roles (padres, hijos, hermanos).
La comunicación en la empresa: Es
operativa, formal, explícita, está condicionada por la cultura de la empresa y
la profesionalidad, y se basa en jerarquías y competencias.
El proceso de comunicación tiene
dos elementos esenciales: el verbal y el no verbal. Por ello resulta
conveniente conocer algo sobre las técnicas de comunicación.
La empatía es ponerse en el lugar
del otro para entender lo que piensa o cómo se siente. Es una capacidad muy
importante para los miembros de una empresa familiar, ya que ayuda a mejorar y
mantener una buena y eficiente comunicación.
También es muy importante formar
y entrenar a los miembros de la familia para que sepan escuchar y manifestar
sus opiniones en los foros adecuados temas familiares en la familia y
empresariales en la empresa de una manera adecuada y oportuna, teniendo en
cuenta que muchas veces cambiar la personalidad es imposible, pero modificar la
conducta es perfectamente factible.
Se ha comprobado que la buena
comunicación y el respecto de la individualidad de las personas es el pegamento
más sólido e indestructible de la familia. Por eso debe fomentarse que el
respeto a las opiniones de los demás y comunicación fluya entre todos los
integrantes de la familia; de lo contrario, las posibilidades y el número de
conflictos aumentan y la posibilidad de que la empresa de la familia
desaparezca se incrementa.
La gran mayoría de los casos de
desaparición de empresas familiares se debe a dificultades y problemas
derivados de conflictos familiares que no se han sabido resolver a tiempo por
la falta de transparencia en la comunicación. Por eso el centro de los
problemas generalmente está en la familia y no en la empresa.
También es importante la
clarificación de los papeles o roles que puede haber dentro de la familia y la
empresa, para poder entender mejor el papel que desempeña cada uno.
Se trata de aprender a expresar
lo que uno siente sin que nadie se escandalice o sorprenda, de crear unos
canales de comunicación por los que puedan circular de forma regular, las
opiniones y sentimientos.
Esta posibilidad de comunicación
resulta importante para que cada miembro de la familia tenga un espacio y
cuente con el apoyo para construir su visión personal y contribuir a la de la
empresa. En la empresa familiar, la construcción de la misión y visión es
fundamental para su supervivencia a mediano y largo plazo. La empresa familiar
necesita hacer compatibles la existencia de la visión compartida de la familia
empresaria, con el desarrollo del sueño personal de cada uno de los individuos
que la componen.
El papel comunicador del
Protocolo Familiar
Por ello resulta necesario
aprender a comunicarse antes de tomar decisiones importantes y establecer
reglas escritas en un Protocolo Familiar que regule las relaciones entre la
familia y la empresa.
Las habilidades de comunicación
positiva, como la empatía o la escucha activa, permiten a los familiares
compartir abiertamente sus necesidades y preferencias. La comunicación
negativa, con dobles mensajes, o críticas destructivas, disminuye la habilidad
de una familia para compartir sus sentimientos y por lo tanto lograr la
permanencia y trascendencia de su empresa de generación en generación
principalmente a la muerte de su fundador.
Comunicación, transparencia,
compromiso y visión: he aquí los cuatro acuerdos con los que las empresas
familiares deben afrontar el futuro.
Mario Rizo Rivas-Socio Director
de Salles, Sainz – Grant Thornton, S.C., en Guadalajara y Puerto Vallarta.
Contador Público Certificado por el IMCP. Conferencista, autor de los libros
'El Sucesor' y 'Todos Ganan', y maestro en Impuestos.
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