Las propuestas de los economistas
para ‘arreglar’ las citas en línea
The wall street journal -domingo, 21 de febrero
de 2016
No hay interacción humana que
Internet no puede hacer aún más alienante que la de encontrar pareja. Pero
quizás una manera de lograr que las citas en línea sean menos tensas sea
tratarlas con el tipo de desprendimiento clínico que permite a los seres
humanos calmar sus emociones engañosas y tener éxito en emprendimientos
comparables, desde el corretaje de acciones hasta contratar a los mejores
empleados.
“Los mercados de citas son un
buen ejemplo de mercados de emparejamiento”, dice Alvin Roth, que ganó el
Premio Nobel de Economía en 2012 por el estudio de este tipo de mercados. “Para
que funcionen bien [las citas en línea] tienen que superar todos los problemas
que los mercados deben superar”.
Roth ha diseñado mercados para
emparejar a donantes de órganos con pacientes que los necesitan, médicos con
hospitales y estudiantes con escuelas. Y aunque aún no haya diseñado un sitio
de citas en línea, le sobran las opiniones sobre la manera de hacerlos más
eficaces.
La primera cosa que un sitio de
citas en línea tiene que hacer es crear un mercado que sea “abundante”, dice
Roth. En la jerga de los economistas, ese adjetivo se refiere a un mercado en
el que hay un gran número de personas buscando conectarse. Conseguir un montón
de gente que se inscriba en un sitio de citas es la parte fácil. En línea al
menos, “siempre hay un mercado abundante para las personas que están en busca
de alguien más”, dice Paul Oyer, un colega de Roth en la Universidad de
Stanford y autor de Everything I Ever Needed to Know about Economics I Learned
from Online Dating (algo así como Todo lo que necesitaba saber sobre economía
lo aprendí de sitios de citas en línea).
La popularidad de las
aplicaciones de citas, dice Roth, conduce a lo que los economistas llaman
“congestión”, el término con que describen los cuellos de botella en un sistema
de intercambio. Para dar sólo un ejemplo, la congestión es lo que sucede cuando
los hombres saturan de mensajes a cada mujer con la que coinciden en Tinder,
algo sobre lo cual las mujeres que usan la aplicación se quejan a menudo. Este
comportamiento es perfectamente racional, dice Roth, dada la estructura de
Tinder, que le permite a un usuario coincidir sin límite. Las soluciones a este
tipo de congestión de mensajes es el concepto de la “señalización”, que es el
estudio de las formas en la que los actores en cualquier mercado pueden ser
obligados a enviar mensajes caros y por lo tanto honestos sobre ellos mismos o
sus intenciones.
Un experimento reciente llevado a
cabo por los economistas Soohyung Lee y Muriel Niederle para mejorar los sitios
de citas en línea a través de mecanismos de señalización dio a los miembros de
un sitio de Corea del Sur un número limitado de rosas virtuales, con las cuales
una persona podía expresar su interés especial en otra. Estas rosas virtuales
podían incluirse con los mensajes a posibles parejas. El resultado fue que hubo
más probabilidades de que la gente respondiera a quienes enviaron una rosa,
porque sabían que su interés era sincero o que al menos iba más allá del
impulso de una fracción de segundo para ver si respondían.
Muchos servicios de citas en
línea han implementado algo similar. Tinder ofrece a cada usuario un “súper
like” por día, para que el usuario indique que está especialmente interesado en
alguien. Hinge, una aplicación de citas que conecta a las personas con dos o
tres grados de separación de un amigo común en Facebook, sólo permite 10
conexiones por día.
Otro problema con las citas en
línea es lo que Oyer llama “discriminación estadística”, en otras palabras, los
estereotipos. Al leer los perfiles en línea, todos inferimos cosas sobre
alguien que podrían o no ser ciertas. Y a veces es el propio medio por el cual
nos comunicamos el que puede transmitir esa información implícita.
Whitney Wolfe, presidenta
ejecutiva y fundadora de la aplicación de citas Bumble y cofundadora de Tinder,
ha hecho un esfuerzo por solucionar este problema. Bumble permite a las mujeres
iniciar el contacto con los hombres, pero no a la inversa. “En una gran
cantidad de aplicaciones de citas, si es la mujer la que da el primer paso, la
percepción no es correcta”, dice Wolfe. Bumble, argumenta, permite a sus
usuarias evitar este estereotipo haciendo que este comportamiento sea la única
opción.
Una cosa que las citas en línea
no pueden resolver, dice Roth, es el proceso de averiguar si a uno le gusta o
no la persona con la que se ha puesto en contacto. Este proceso lleva mucho
tiempo. Señalar que a uno le gusta alguien puede llevar un segundo, pero salir
a cenar con alguien implica una suerte de congestión del mercado que es
simplemente inevitable. Una solución podría ser buenos algoritmos. Si Netflix
puede descifrar qué película le gustaría ver a continuación, ¿por qué no
podrían las aplicaciones volverse mejores para averiguar a quién le gustaría
conocer?
Sea cual sea el sitio de citas en
línea que una persona esté utilizando, Oyer sugiere que la clave para evitar el
“desempleo romántica” es el “análisis de costo-beneficio”, lo que es una forma
delicada de hacer hincapié en que, a veces, la clave para encontrar pareja es
un poco de resignación. De hecho, un estudio reciente de 1.000 parejas que se
conocieron en Hinge luego de dos meses de haberse afiliado al sitio encontró
que las mujeres en estas parejas fueron 20% menos exigentes que el promedio.
(Los hombres en estas parejas fueron en promedio 12% más exigente en promedio).
En última instancia, explica Jon
Birger, autor de Date-onomics: How Dating Became a Lopsided Numbers Game (algo
así como La economía de las citas: cómo las citas se convirtieron en un juego
numérico sesgado), lo mejor que uno puede hacer para mejorar la experiencia de
citas en línea es cambiar el mercado subyacente. Al igual que la Fed o la SEC,
podemos manipular los mercados todo lo que queramos, pero con el tiempo, la
economía “real” de parejas potenciales define nuestro comportamiento. Dada la
relación desfavorable entre mujeres y hombres con educación universitaria en
casi todas las ciudades, su consejo es “la geografía importa”. Y por ese lado,
la cultura de la tecnología es excepcional de esta manera: Silicon Valley es
uno de los pocos lugares en EE.UU. en donde la población de personas solteras
con educación superior es en su mayoría femenina.
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