https://www.facebook.com/wilber.carrion.1 - Twitter: @wilbercarrion  
  Su apoyo es bienvenido, cuenta: BBVA Continental- 0011 0175 0200256843  

jueves, 10 de abril de 2008

River

Bajo la lupa

River, el puntero del Clausura y candidato en la Copa, analizado línea por línea

BUENOS AIRES -- Es difícil escribir y expresar lo que se siente cuando se observa el funcionamiento de un equipo que, por el plantel que cuenta, deja a uno con apetito.

Hace una semana, caminando por Palermo, me crucé con un hincha y, como era de esperar, nos pusimos a conversar de fútbol. Me decía, entre otras cosas, que veía muy bien a la defensa de River, a lo cual yo le respondí que nunca es muy bueno que la figura del equipo sea el arquero.

A las 48 horas, me llamó por teléfono para decirme que tenía razón en mi opinión. No fue casual: River había perdido entre una y otra conversación con el América por 4-3. En esa segunda charla no dije nada, porque francamente no me interesaba tener razón y mucho menos en esta ocasión, dado que tres de los cuatro goles que los mexicanos le convirtieron a los argentinos fueron de pelota parada, es decir una circunstancia ocasional. Con esto quiero decir que una cosa son los goles que llegan por tiros libres y otra muy diferente son los que se sufren durante el juego. En estos últimos sí hay que atender a cuestiones de organización y sentido táctico.

En estos momentos se hace complicado trabajar un equipo cuando se deben armar diferentes formaciones y cuando se compite cada tres o cuatro días. Hay lesionados y suspendidos que impregnan las decisiones. Y a eso le sumamos que estamos hablando de Simeone, un entrenador que asumió su cargo hace sólo tres meses.

Por la calidad y las condiciones de sus jugadores de River, el sistema defensivo terminará dando satisfacciones cuando se sistematicen y se sincronicen los movimientos, algo que tiene mucha importancia en el trabajo defensivo.

Por otra parte, Simeone no siempre juega con el mismo sistema, ya que algunas veces utiliza a cuatro defensores y otras a tres, sumando en este último caso a volantes-marcadores, o como se los desee llamar.

En la mitad de la cancha vemos que las parejas cambian de un partido a otro. Algunas veces están Ahumada y Abelairas, otras Ponzio y Ahumada y también ingresan Ponzio y Abelairas. Rara vez juegan los tres juntos y el entramado se completa con atacantes- volantes, tales los casos de Rosales, Archubi, Buonanotte, Sánchez u Ortega, quienes tratan de desequilibrar por afuera o por adentro, como lo muestran los dos últimos goles en las victorias contra Arsenal y Lanús: Archubi y Buonanotte definieron entrando por el carril izquierdo, por adentro, y con sendos zurdazos.

Hay que destacar que la vocación ofensiva del medio hacia adelante es digna de elogiar, por la presión para reconquistar el balón perdido y por la mira puesta en el arco de enfrente después de la recuperación.
Esto último que marcamos llega asociado a una suerte de apresuramiento en la construcción del ataque, lo que puede dar la impresión de que se apuesta a la invención de cada componente de la ofensiva. Este último aspecto, algunas veces, viene acompañado de cierto individualismo por la confianza que se tienen en el uno contra uno o por elecciones erróneas en el último pase, para colocar a un compañero mejor ubicado de cara al gol.

Un punto a favor es el sacrificio que ponen los puntas para ayudar a los volantes, retrocediendo 20 o 30 metros, para que a los recuperadores del medio no les resulte tan ancho el campo, más si tenemos en cuenta que sólo son dos jugadores (la mayoría de las veces).

Se podrá pensar que River no es un equipo equilibrado, pero hay que decir que cuando se quieren imponer ciertas prioridades -como en este caso es el ataque-, es lógico que se pierda en otros sectores del campo.

Hay que decir que River trata de jugar muy rápido, dejando de lado el juego pausado, pensado, estético. Todo es para llegar lo más rápido posible al arco de enfrente.

River debe ser el equipo, junto a Boca y Lanús, que crean más situaciones de gol. Lamentablemente se desperdician un gran porcentaje por culpa de la ansiedad ofensiva que esta instalada en todos sus jugadores.

Luego de contarles los puntos a favor y en contra, se me hace difícil ser más puntilloso con un equipo que seguramente terminará primero de su grupo en la Copa Libertadores y que está puntero del Clausura.

River es serio candidato a las dos competiciones, pero insisto que no es bueno que Carrizo siga siendo la figura con actuaciones muy por encima de lo común para un arquero.

Pero no quiero dejar de afirmar que es muy importante la actitud ofensiva que le da Simeone a todos los componentes del equipo.

En mayo llegará la hora de las definiciones, con partidos donde el que se equivoca, paga. Simeone tiene un mes para perfeccionar lo que pretende. Y si lo consigue, River no estará lejos de cumplir sus objetivos.

Carlos Bianchi es el octavo goleador de la historia del fútbol mundial y el técnico que más títulos ganó en el fútbol argentino. Surgió como jugador en Vélez Sarsfield de su país, donde fue campeón en 1968, para luego destacarse en distintos clubes de Francia. Allí inició su carrera como técnico, antes de volver a la Argentina para ganar 15 títulos locales e internacionales, seis con Vélez y nueve con Boca Juniors. También dirigió a la Roma de Italia y al Atlético de Madrid de España y es eterno candidato a conducir a la Selección Argentina. Ha escrito para diversos medios de prensa y también se ha desempeñado como comentarista televisivo en distintos canales de Latinoamérica y del mundo

No hay comentarios: