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viernes, 11 de abril de 2008

Entrevista

“Se engaña a sí mismo quién piense que es posible configurar un escenario político en Iraq sin la resistencia”
Entrevista al líder del Ejército Islámico de Iraq
'Al Hayat'


La presente entrevista publicada en el diario árabe al-Hayat es la primera concedida por el máximo dirigente (emir) del Ejército Islámico (EI, al-Yish al-Islami) de Iraq [1], cuyo nombre se mantiene en el anonimato. El EI es la formación militar considera más importante de las organizaciones armadas anti-ocupación de filiación islamista no takfirista, es decir, no vinculado a la red Al-Qaeda en Iraq. El pasado 11 de octubre, seis grupos armados islamistas anunciaron la formación de su propio frente militar, Frente de la Yihad y la Reforma, que incluye, además de al EI, al Ejército de los Muyahidines, a Ansa al-Sunna, al Ejército de al-Fatihín, al Frente Islámico para la Resistencia Iraquí (Jami) y a Hamás. Este frente ha constituido su propia estructura política, el Consejo Político de la Resistencia, al que se refiere el dirigente del EI en sus declaraciones.

Las Brigadas de la Revolución de 1920 (Kataib Zaurat al Aashrín) —organización también predominantemente islamista— han quedado fuera de este frente, tras varias escisiones internas provocadas por la participación de algunas de sus unidades en operativos contra Al Qaeda en coordinación con tropas de EEUU, por ejemplo en Diyala, los denominado Consejos del Despertar o al-Sauha, en los que también se han visto implicados cuadros y destacamentos del EI en la provincia de al-Anbar y en Bagdad.

Por su parte, con anterioridad, el día 2 de octubre medios árabes informaban de la unificación de otros 22 grupos de las corrientes nacionalistas y vinculadas al Partido Baaz en el denominado Alto Mando de Combate y Liberación de Iraq [2].

Si bien el discurso del máximo líder del EI está marcado por constantes referencias islámicas, sus respuestas confirman posiciones que son comunes al conjunto de la resistencia iraquí: su compromiso con la continuación de la lucha armada contra ocupación y su condena de toda negociación encubierta o colaboración con los estadounidenses, su rechazo del proceso político impuesto por EEUU y su condena del sectarismo, y su rechazo al uso político de la religión y su apoyo a un proyecto integrador y democrático para su país. [IraqSolidaridad.]

‘Al-Hayat’ (P): Las informaciones afirman que el mapa de los grupos armados iraquíes hoy se compone de dos frentes principales: uno fiel a Al-Qaeda y otro contrario a ella, el cual, además, se divide en dos facciones: una liderada por el Ejército Islámico y la segunda liderada por las Brigadas de la Revolución de 1920. ¿Cuál es vuestro lugar en ese mapa?

Ejército Islámico (R): Nosotros hablamos del Ejército Islámico en Iraq y no de las otras facciones. La posición del Ejército Islámico dentro del mapa de los grupos yihadistas es tan clara que no deja lugar a dudas para este tipo de preguntas. Usted obtendrá la misma respuesta de boca de amigos y enemigos.

En cuanto a la segunda parte de su pregunta, lo que ha ocurrido es que Al-Qaeda se ha quedado aislada —debido a su política errónea— no sólo de las facciones y de los grupos yihadistas sino también del entorno social. Las Brigadas de la Revolución de 1920 formaban parte del proyecto del Consejo Político de la Resistencia pero decidieron retirarse el día en que se anunció su constitución, llevándose con ellos al Ejército de los Ortodoxos (Yish al Rashidín) tras formar su propio frente, el Frente del Yihad y el Cambio (Yibhat al Yihad wal Taquir).

P: ¿Cómo valoran la constitución del Consejo Político de la Resistencia? ¿Podría considerase este hecho como un preámbulo para preparar el cambio de la acción militar a la política?

R: El anuncio del Consejo Político de la Resistencia es una consecuencia lógica tras cinco años de yihad. La acción política no es incompatible con la acción militar sino más bien parte de ella. Ya lo decía Clausewitz: “La política es la guerra, pero con medios no violentos y la guerra es la política con medios violentos”. El concepto correcto y legítimo de política podría definirse como “toda acción que acerque a la gente al bien y la aleje de la corrupción, aunque esas acciones no hayan sido legisladas por el Profeta (la paz de Dios sea con él) ni reveladas a través de un ángel, y siempre que no contradiga lo articulado por la ley islámica”. De acuerdo con esa definición, no vemos que hablar de política sea un cambio de postura en absoluto.

Debe quedar claro que la constitución del Consejo Político de la Resistencia no significa entrar en el proceso político [actual] de ningún modo. Nosotros no reconocemos el proceso político creado por el ocupante y controlado por él.

P: De todos modos, ¿esa transición se circunscribe exclusivamente a los planes de retirada de las tropas de ocupación o continuarán ustedes esgrimiendo sus armas si no tienen un reconocimiento oficial?

R: La yihad y la acción militar son nuestra opción estratégica. Ahora nadie habla de deponer las armas, ya que el escenario está repleto de desafíos militares y quien deponga sus armas dictaminará su propia muerte.
La resistencia islámica frente a Al-Qaeda

P: ¿Podría explicarnos cuáles son sus puntos de desacuerdo con Al-Qaeda? Ustedes, por ejemplo, utilizan el término “resistencia nacional” frente al proyecto transnacional y a la proclamación de un Estado Islámico en Iraq por parte de Al-Qaeda.

R: Nuestro rechazo del término “Estado Islámico” se basa en la jurisprudencia islámica, y no en un capricho o un deseo de disputa. Hemos reiterado que los términos legales no se pueden manipular, como tampoco se puede legislar sobre algo que no existe sólo por el mero hecho de anunciarlo bajo un nombre grandilocuente. No es legítimo designar a las cosas con nombres distintos de lo que son [porque] las palabras son los moldes del significado. Si el término fuera veraz y legítimo le habríamos dado la bienvenida. No fuimos nosotros quienes pusimos el nombre de Al-Qaeda, sino que fueron ellos quienes así se denominaron. Ellos han deformado con sus hechos la brillante imagen de la yihad en Iraq. Nuestra diferencia con Al-Qaeda no es política, sino metodológica y de jurisprudencia islámica.

El término resistencia nacional debe entenderse en un sentido amplio. Si con él se quiere decir adherencia a ultranza a la patria, y que ésta adherencia se antepone a posibles consideraciones del Derecho Islámico, y si no implica solidaridad con los musulmanes de otros países islámicos, entonces resultaría un término infame y censurable. Nosotros rechazamos esta acepción [de resistencia nacional]. Ahora bien, si el término resistencia nacional abarca a los musulmanes del país, además de apelar a quienes son solidarios con el prójimo a fin de contribuir a la lucha contra el enemigo agresor que ha invadido el país, entonces es un término legítimo. Nosotros apoyamos a los musulmanes donde quiera que estén; nuestra postura hacia la causa de los musulmanes está meridianamente clara, aunque ello no signifique necesariamente enviar tropas o soldados. […]

En cuanto al proyecto transnacional de Al-Qaeda, como usted dice, es algo que únicamente se refleja en los atentados que han tenido lugar en diversos países. Esto no significa que exista un proyecto, salvo que ese proyecto fueran los atentados en sí mismos.

P: ¿Quién es Abu Omar al-Bagdadi, presidente del Estado Islámico de Iraq? ¿Creen que es un personaje real o bien un personaje ficticio, como mantienen los estadounidenses?

R: No nos importa si Abu Omar es un personaje real o ficticio. Lo que nos importa es la política y las prácticas sobre el terreno.

P: ¿Cómo valora los enfrentamientos militares que han librado ustedes contra Al-Qaeda? ¿Cuáles son las principales zonas donde se han librado esos enfrentamientos y las causas?

R: Lamentablemente, aquellos enfrentamientos ocurrieron entre nuestro grupo y Al-Qaeda tras agotarse nuestros recursos para protegernos y proteger a la gente de la corrupción. El grupo tuvo que repeler la arremetida de Al-Qaeda y sus injustificados ataques contra el pueblo en general y contra nuestro grupo en particular. No queremos reabrir heridas. Les apelamos a que regresen a lo justo y a que se limiten al diálogo legítimo y al consejo preceptivo, sin extralimitarse con medios contrarios al Derecho Islámico.

P: ¿Podría concretar a qué escuela islámica pertenecen ustedes, y si ésta es compatible con las revisiones doctrinales elaboradas recientemente sobre los métodos del ‘yihadismo salafista’ en Egipto?

R: Nosotros pertenecemos a la escuela del Corán y a la Sunna (la tradición del Profeta, la paz de Dios sea con él), así como a la normativa de los imanes y ulemas posteriores. […] En cuanto al término yihadismo salafista consideramos que se trata de un término reciente e incorrecto. Porque si existe un yihadismo salafista entonces existirían otros tipos de yihadsimo. Pero la religión no admite compartimentación; la yihad forma parte de la religión y es obligado para todo musulmán, tal como lo detallan los tratados de los ulemas. Es [un término] más amplio que el de simple “lucha”, porque abarca la lucha por medio de las armas, la palabra, el corazón y los [cinco] pilares [del islam].

P: ¿Existen datos sobre las diferencias entre ambas partes acerca de los arsenales de armas?

R: No vemos utilidad de contestar a esta pregunta.

Negociaciones con EEUU

P: ¿Cuál es la verdad sobre los contactos llevados a cabo, directamente o por mediación, en algunos casos árabe y según informes estadounidenses, con interlocutores de EEUU o gubernamentales iraquíes?

R: Por principio, los estadounidenses no son dignos para dialogar, y menos aún para llegar a un acuerdo. No ha habido ningún diálogo directo ni indirecto con los estadounidenses. Ya hemos negado este extremo en más de una ocasión. Sin embargo, puede que se lleve a cabo un diálogo entre ellos y personas que digan ser representantes del Ejército Islámico en Iraq o de otros grupos y facciones. Es posible, pero eso solo es achacable a la propia estupidez del gobierno estadounidense.

P: ¿Es cierto que se ha producido un descenso de las operaciones armadas contra las tropas estadounidenses en Iraq? Y sí es así, ¿significa esto que vuestra posición negociadora se ha debilitado respecto a hace unos meses?

R: La acción resistente es una acción acumulativa que se basa, fundamentalmente, en desgastar al enemigo. El objetivo de la yihad y de las operaciones militares no es la negociación. Los objetivos están claros, empezando por la expulsión del ocupante.

Nosotros no negociamos por el simple hecho de negociar; más aún, no negociamos, y si esto ocurriese sería en el caso de que viéramos que es un medio adecuado para restituir los derechos [de los iraquíes] y para expulsar al ocupante.

Sobre el Ejército Islámico

P: ¿Podría contarnos algún detalle sobre las circunstancias de la formación del Ejército Islámico y sus mecanismos de actuación? ¿Era realmente una facción especializada en misiles?

R: Antes de la guerra, el análisis político indicaba que la ocupación de Iraq se iba a producir al igual que la incapacidad del ejército iraquí para resistir frente a la maquinaria bélica estadounidense, sobre todo cuando ésta contaba con un ilimitado apoyo regional, árabe e iraní. Por ello, unos tres meses antes del inicio de la guerra se diseñaron unos planes para la creación de un grupo que sería el encargado de asumir el deber legítimo de resistir. Esperábamos que se formase un solo grupo en Iraq, y por eso aplazamos la declaración de la constitución del Ejército Islámico. Posteriormente el 2 de mayo de 2003 —el mismo día en que [George W.] Bush anunció el fin de la guerra— realizamos nuestra declaración interna.

Habíamos combatido en varias batallas antes de la ocupación de Bagdad, y varios de nuestros muyahidín [combatiente] cayeron prisioneros, algunos de los cuales aún siguen en las cárceles de la ocupación —como el hermano Muaz al-Dilemi, apresado el 7 de abril de 2003 a raíz de un desembarque aéreo estadounidense). Otros de nuestros combatientes murieron en aquellos días. Más tarde, la acción continuó y mejoró, con la ayuda de Dios.

En junio de 2003 apareció en las televisiones el primer comunicado sobre las operaciones militares, que llevaba por título “El infierno de los estadounidenses en Iraq”. Por aquel entonces fue el primer comunicado de su género que se colgó en internet. Luego se sucedieron las emisiones de vídeos.

En nuestra lucha contra los estadounidenses hemos empleado todos los recursos disponibles: planes, logística y tácticas militares; hemos sacado provecho de todas las experiencias anteriores así como de la gran riqueza que tiene nuestro país en personas cualificadas. En cada ocasión empleamos el arma adecuada. […] Nuestras operaciones se han caracterizado tanto por la diversificación del armamento y el buen manejo de éste, como por la precisión en el lanzamiento de misiles y el manejo de los artefactos explosivos, unido a los francotiradores, que han quitado el sueño a los ocupantes.

P ¿Cuál son vuestras vías de financiación? ¿Tenéis contactos con mandos políticos en otros países? ¿Cómo valoráis la postura árabe ante lo que sucede en Iraq?

R: La yihad está en Iraq y la riqueza está en Iraq. Somos una nación desprendida, generosa y de gente noble que ofrecen sus vidas —cuando no su dinero y sus bienes—de manera altruista. Para mí, [el mundo] árabe está moribundo. Todo lo que pedimos a los hermanos árabes es que alivien la presión sobre los muyahidín, los apoyen y tomen buena nota del famoso dicho “Cuando las barbas de tu vecino…”. EEUU no tendrá piedad con ellos y, entre tanto, Irán ya se está preparando. [Los países árabes] Tienen que reconocer, además, que la resistencia es la representante legítima de Iraq. Deben evitar limpiar la imagen de los traidores, de los criminales y de los verdugos en el gobierno de la ocupación y sus esbirros. Asimismo, deben dejar que los pueblos islámicos expresen su postura favorable a nuestra causa.

Reitero aquí que todo aquel que piense que es posible configurar un escenario político aceptable en Iraq sin la resistencia, no hace más que engañarse a sí mismo.

Consejos del Despertar

P: ¿Cuál es su postura hacia los Consejos al-Sauha (Consejos del Despertar), sobre todo cuando algunas de estas formaciones tienen carácter tribal, otras están circunscritas a áreas concretas y una tercera parte surgió al abrigo de grupos armados, como es el caso de Abu al-Abd, ex comandante bajo su mando en Bagdad?

R: Lo que hoy en día se llama Sahauat (Despertares) se divide en cinco categorías: a) traidores que mantienen turbias relaciones con los estadounidenses desde los primeros días de la ocupación hasta la actualidad; b) gentes que habían perdido su poder, como algún cabeza de tribu o prócer tribal y que buscan ahora su momento de gloria aun a costa de colaborar con los ocupantes; c) los que buscan dinero “hasta en el bolsillo de Satanás”; d) personas agraviadas que repelen la agresión venga de donde venga; y 5 los que no tenían trabajo, a quienes les atrajo la moda del Despertar y se apuntaron para tener algo que llevarse a la boca.

Al principio, EEUU no contaba con las tribus, pero tras las experiencias ocurridas en Ramadi [capital de la provincia de al-Anbar], a los estadounidenses se les hizo la boca agua al apuntarse al carro de las tribus. El proyecto es ahora un proyecto estadounidense y no tiene nada que ver con el proyecto de la resistencia.

Nosotros exhortamos a nuestras nobles y orgullosas tribus a que se den cuenta de los designios estadounidenses. Tienen que protegerse a sí mismos y sus zonas contra cualquier agresión; pero han de enfrentarse a la ocupación, no a quiénes tienen por objetivo [luchar contra] la ocupación y no contra ellos.

P: ¿Ha habido alguna interferencia entre sus formaciones regionales, sobre todo en Bagdad, al-Anbar y Diyala, y los grupos de ‘al-Sahua’?

R: El proyecto de nuestro grupo es un proyecto para combatir la ocupación y expulsarla del país por todos los medios; no es un proyecto del tipo de al-Sahua. Pueden existir comportamientos individuales, pero éstos no tienen incidencia en el proyecto del grupo.

P: ¿Podríamos considerar su pragmática postura hacia los Consejos ‘al-Sahua’ como un cambio táctico para atender las exigencias políticas temporales?

R: Nuestro grupo se ha guiado por unas políticas de las cuales la más importante es acotar el círculo del conflicto y neutralizar a los enemigos tanto como sea posible. Estamos en una yihad defensiva que tiene sus preceptos legales. Nuestra política tiene por objetivo repeler al atacante. No estamos en una yihad de conquista.
El conflicto interno y el fin de la ocupaciónan>

P: ¿Mantenéis relaciones con sectores tribales shiíes? ¿Estáis dispuestos a pactar con sectores o tribus de otras confesiones distintas a la vuestra?

R: Apoyamos cualquier consenso social que redunde en beneficio de la religión y del país mediante la expulsión de los ocupantes y acabe con el agravio que sufre el pueblo [iraquí]. Apelamos a los árabes shiíes a que rechacen la ocupación en todas sus formas y a que no se dejen llevar por las aspiraciones de los safávidas persas.

Damos la bienvenida a las tribus shiíes árabes que se han movilizado y levantado contra los safávidas, quienes se han apropiado de la opinión y de la libertad de la gente. Las movilizaciones tribales que se están viendo en el sur de Iraq van en la dirección correcta.

P: ¿Cuál es su visión respecto al periodo posterior a la retirada estadounidense? ¿Cómo se posicionan ustedes ante hechos tales como el federalismo y el asunto de Kirkuk?

R: Uno de nuestros objetivos es afianzar la identidad islámica y árabe de Iraq, así como combatir cualquier intento de dividirlo y de fragmentarlo. Nos oponemos con firmeza al proyecto estadounidense de dividir Iraq conocido como el Proyecto del Gran Oriente Medio.

Kirkuk es una ciudad iraquí, no kurda. Las nacionalidades en nuestro país tienen sus identidades propias, sobre todo la kurda y turcomana. Las tratamos según el método islámico que garantiza a cada uno sus respectivos derechos.

En cuanto a la cuestión federal, ¿a qué clase de federalismo nos estamos refiriendo? Hay decenas de clases, pero lo que se quiere para Iraq es un federalismo de división, y no un régimen administrativo como el que existe en otros países. [El federalismo] Se ha utilizado como lema para destruir Iraq.

Además, el país está bajo el yugo de la ocupación y privado de su voluntad. ¿Cómo podrá su gente elegir lo que es adecuado, en estas circunstancias?

P: ¿Cuáles cree usted que son las bases para un gobierno iraquí, tanto durante la ocupación como tras su retirada?

R: Hoy en día no hay un gobierno legítimo en Iraq. Nosotros no reconocemos ningún gobierno que haya sido impuesto por los ocupantes. Si hubiera un gobierno legítimo, entonces su primer deber sería expulsar a los ocupantes, salvaguardar las riquezas nacionales y fomentar la justicia entre los ciudadanos. Nosotros no creemos en el sectarismo político. Todo gobierno que no se base en la justicia y no dé a cada uno sus derechos es un gobierno fracasado.

El Consejo Político de la Resistencia planteó la formación de un gobierno sobre criterios profesionales y no sobre criterios confesionales y en línea con los objetivos de la yihad; un gobierno que administre los asuntos del país hasta que vuelvan las aguas a su cauce; un gobierno que no tendría derecho a firmar ningún acuerdo relacionado con el destino y la soberanía de Iraq.

Sin embargo, hoy en día los estadounidenses y sus secuaces están jugando con fuego. Únicamente utilizan el lenguaje del fuego y del hierro. Por ello, hemos de hablarles en su mismo lenguaje, salvo si la situación cambia ya que habrá entonces utilizaremos un lenguaje distinto.

P: Existen planteamientos que sostienen que el atrincheramiento y el partidismo confesional son producto de la mezcla de los conceptos religiosos con la toma de decisiones políticas. ¿Cuál es su valoración sobre esos planteamientos, ya que ustedes son, al fin y al cabo, un grupo político?

R: Ha sido la ocupación y sus secuaces fueron quienes inventaron el confesionalismo. La religión no es confesionalismo; no ha sido el componente religioso de los partidos lo que ha ayudado a la ocupación a hacer vales sus designios […]. Los partidos que actualmente están en el poder [en Iraq] no representan al islam sino a su propia ‘confesión’, a su propia ‘religión’, que no es nada más que su visión particular y [la expresión de] sus propios intereses políticos.

P: ¿Cuál es su opinión sobre el concepto de participación política?

R: Lo que algunos llaman participación política en Iraq sigue la línea estadounidense de propagada del gobierno actual, que ha traído las calamidades a nuestro pueblo. Sin embargo, nuestra tragedia no es la única en el mundo: también está en Afganistán y en Somalia, y sigue su curso en Kenia.

[…]

P: ¿Cree que Iraq ha vivido, o está viviendo, una guerra civil?

R: Lo que ustedes llaman “guerra civil” tiene solo un origen: las milicias y el gobierno [colaboracionista] que las apoya mediante sus aparatos de seguridad, y todo ello, ante la mirada impávida y la ayuda de la ocupación. El objetivo [de las milicias] es la resistencia y su entorno, hecho que ha mermado el proyecto de resistir frente a la ocupación, ya que las facciones y los grupos de la resistencia se han visto obligados a defender la vida de la gente, sus bienes y honor frente a [los ataques de] las milicias.

Pero lo que la ocupación no tuvo en cuenta fue el volumen de sus bajas y de sus pérdidas políticas, económicas y militares, que durante 2007 han sido muy elevadas en comparación con los años anteriores. El número de los voluntarios que se han sumado a la yihad ha alcanzado un record sin precedentes.

Irán, Iraq y el federalismo

P: ¿Cuál es su postura sobre la política iraní en Iraq?

R: La política iraní se basa en la intervención directa y en el control sobre la toma de decisiones en los ámbitos político, económico, y de seguridad, además del saqueo de las riquezas de Iraq.

P: ¿Cómo valora la experiencia kurda?

R: Los kurdos están totalmente separados del gobierno central desde principios de la década de 1990. Antes de eso tenían un gobierno autónomo. Una lectura geopolítica indica que no pueden establecer un Estado independiente. Lo máximo a que podrían aspirar es a una región dependiente de un Estado federal, y lo han conseguido en medio de estas circunstancias excepcionales. Pero si los kurdos siguen aferrados a su política separatista lo perderán todo. Que estudien la Historia.

P: Bagdad es un eje principal para la solución en Iraq, ¿Tienen ustedes un plan específico para la luchar por Bagdad?

R Las milicias y los partidos en el gobierno han llevado a cabo operaciones de desplazamiento forzoso por razones confesionales. En lo que nos atañe, el Ejército Islámico ha puesto en marcha desde hace unos meses un plan para proteger las zonas y hacer regresar a los desplazados a sus hogares. Esta tragedia no se repetirá, con la ayuda de Dios Todopoderoso. Seguimos implementando nuestro plan, no puedo decir más.

P: Pero, ¿han desplazado ustedes a familias shiíes de las zonas en las que operan?

R: Nosotros defendemos a todas las personas agraviadas y vulnerables contra quien sea. Nuestra yihad es un imperativo de autodefensa. Tenemos que distinguir entre un criminal y un inocente. No deben pagar justos por pecadores. Quienes conocen nuestras zonas saben que muchos shiíes siguen viviendo en las zonas controladas por el Ejército Islámico. Más aún, algunos de los shiíes han encontrado en nuestras zonas más seguridad que en las zonas bajo control de las milicias shiíes. Algunas zonas [shiíes] han llegado a pedir auxilio a nuestro grupo para liberarse del dominio de las milicias.

P: La provincia de al-Anbar ha experimentado transformaciones en su articulación y algunos hablan de una “Federación sunní”.

R: Los sunníes en general no aceptan la división del país bajo ningún concepto. No se dejarán embaucar por el espejismo de la democracia divisoria traída por los ocupantes.

P: Según vuestros comunicados, vuestras operaciones últimamente se centran en el asesinato de policías y milicianos. ¿Cuáles son vuestros criterios para emitir una orden de asesinato?

R: En lo que a mí me respecta, yo ejerzo mis tareas en calidad de dirigente general del grupo, mediante políticas generales y no con órdenes e instrucciones cotidianas. Entre las líneas políticas generales acordadas por el grupo está la de apuntar hacia todos los tentáculos de la ocupación estadounidense y de la ocupación [persa] safávida.

La labor ejecutiva diaria recae sobre el Consejo Ejecutivo del Ejército Islámico, que opera de acuerdo al control que emana del Derecho Islámico, el cual obliga a alejarse de los inocentes ——estén donde estén— y a ser extremadamente respetuoso con la vida de las personas, sus bienes y su honor. Más aún, mantener la seguridad de las personas es una de nuestras prioridades.

Esas operaciones fueron una respuesta a las agresiones criminales de las fuerzas de seguridad y a las inhumanas violaciones y atrocidades cometidas. Ya saben ustedes que la gente, tras los sucesos de Samarra, si uno de sus familiares había caído prisionero de los estadounidenses era optimista y mantenían la esperanza de volverlo a ver pero, en cambio, si su allegado había sido capturado por los cuerpos de seguridad se lanzaban a buscar el cadáver, mutilado y desfigurado.

P: Ustedes fueron de los grupos que legitimaron los primeros casos de secuestro de periodistas. ¿Acaso tienen ahora, tras cinco años de ocupación, una lectura distinta respecto a la política de atacar a los periodistas y los medios?

R: Es política general del grupo no atentar contra profesionales tales como los periodistas, médicos y personal de instituciones de ayuda humanitaria, así como contra aquellos que no llevan a cabo una acción hostil, o no sirven a los ocupantes. Es una política acordada por el grupo desde su fundación y siempre se ha mantenido.

Sin embargo, estamos en un campo de batalla abierto. Y cuando recaen las sospechas sobre alguno de esos profesionales, el grupo le investiga y puede que le retenga y le someta a un interrogatorio. Si se llega a la conclusión de que es inocente, entonces se le trata bien y se le devuelve su dignidad. Las tropas estadounidenses y los sucesivos gobiernos de la ocupación son quienes han matado periodistas y se han ensañado con ellos; quienes han cerrado sus oficinas, confiscado sus carretes y equipos a fin de desinformar y ocultar al mundo, especialmente al pueblo estadounidense, la verdad de lo que sucede en Iraq.

Damos la bienvenida a los equipos de la prensa y al personal de las organizaciones de la sociedad civil, así como a todas las misiones de ayuda humanitaria. Estamos dispuestos a proporcionarles protección para que puedan transmitir la verdad al mundo y prestar sus servicios a la gente.

P: Han anunciado que no reciben combatientes extranjeros en sus filas, ¿por qué han tomado esa decisión?

R: Nosotros no infravaloramos ningún apoyo —sea de la índole que sea— que nos llegue de la noble Nación árabe y de cualquiera. Pero entre nosotros no hay ningún hermano que no sea iraquí por muchas razones, entre ellas por la abundancia de muyahidín y de combatientes iraquíes, de gente cualificada, por las difíciles circunstancias y el gran número de enemigos dentro de nuestro país, además de la necesidad de proporcionarles [a los combatientes no iraquíes] un amplio apoyo logístico, en comparación con lo que requieren sus homólogos iraquíes que son gente que conoce el terreno.

Los enemigos, además, quieren desviar la causa de nuestros objetivos y pueden utilizar la presencia de combatientes no iraquíes como pretexto para justificar la ocupación, como están ustedes viendo.

P: ¿Cuál es su postura hacia el Baaz como partido político?

R: Los baazistas no tienen peso en el campo militar de la yihad. Algunos de ellos pretenden reivindicar para sí los esfuerzos de los demás. No nos negamos a hablar con ellos, pese a nuestras diferencias intelectuales e ideológicas. Estamos contra la política de exclusión, aunque el partido Baaz siguió de hecho esa política con nosotros cuando estaba en el poder.

Una larga batalla

P: Todos los dirigentes de las facciones armadas utilizan apodos. ¿Podría decirnos al memos cuál es su alias como líder del Ejército Islámico?

R: El anuncio de cualquier dato nuevo está marcado por las exigencias pragmáticas y por las necesidades del grupo, de modo que anunciar algo por el mero hecho de anunciarlo sin conseguir nada de importancia a cambio no es procedente ni acertado. La batalla es larga y diversa. Quizás en un futuro cercano anunciemos algo a ese respecto.

P: ¿Es cierto que usted es un ex mando militar?

R: No voy a responder a esa pregunta.

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