Putiencuestas
César Hildebrandt
No le creo una palabra a la llamada “encuesta” que, cada mes más o menos, expele la Universidad de Lima.
Ayer, esa muy exitosa fábrica de egresados de difícil chamba volvió a castigarnos con sus cifras hinchadas por la silicona, depauperadas por el arreglo y/o disimuladas por el interés.
Lourdes Flores, caserita de dichos “científicos sociales”, sale anabolizada toda ella con un 48,6 por ciento que aprueba su gestión. ¿Qué gestión? ¿La de lideresa de la oposición? No me hagan reír. ¿La de combatiente por los fueros democráticos ahora que la intolerancia los amenaza y Alva Castro pretende aprehenderlos? No me hagan estornudar. Aparte de méritos personales que nadie discute, la única gestión que se le conoce a la doctora Flores es la de derrotada de antemano y la de desaparecida intermitente. Los benaventes señalan que sólo un 39,7 por ciento de limeños la mira con ojo crítico. Es que a Lourdes hay que conservarla como carta para el 2011 y las encuestas de la U de Lima parecen ser la traducción numérica del libreto de la derecha más enemiga de las humanidades.
El archijefe de las hordas saqueadoras del SAT, por ejemplo, es otro que está hecho de titanio y diamantes, según el feudo de doña Ilse. Sólo un miserable 14,9 por ciento (U. de Lima dixit) censura su gestión mientras un aluviónico 82,4 por ciento le rinde culto. ¿Y lo de las revisiones técnicas? ¿Y lo de la suspensión de las licitaciones para la vía expresa? ¿Y lo de la vía expresa paralizada? ¿Y lo de la millonaria indemnización que tendrá que pagarle a su ex socio Lidercón? ¿Y lo de sus groserías hidrófobas salpicadas en RPP? ¿Y el BMW de su vice Marco Parra? ¡Nada de eso importa! La Universidad de Lima ha decretado orden de inmovilidad para las cifras que atañen al hombre que Fujimori puso en el Seguro Social. Y con esos resultados Castañeda ya tiene otra patente de corso para tratar de “parásitos” a sus críticos. ¿Y no será el señor Benavente su parásito ad hoc?
La referida fábrica de cartones y papel prensado también nos dice que Castañeda Lossio es, con el 36 por ciento de adhesiones, el político más simpático (y por ende el de la pole position para el 2011). ¿Y saben quién le sigue, si bien es cierto con un lejano 13,2 por ciento? ¡Adivinaron! ¡El favorito de los benaventes y las ilses! El japonés de las maletas sacadas clandestinamente, el ideólogo de la guerra sucia, el tutor de Saravá, el líder de Martin Rivas, el jefe de Susy Díaz, el valiente del fax, está segundo, con los motores rugiendo, esperando que Benavente se anime y lo arrime unos metros más adelante en la próxima entrega. ¡Es que mientras más se acerca la sentencia más adorable (para la de Lima) es el sujeto en cuestión!
Tercera en esa lista de simpatías con implicancias electorales inmediatas está, por supuesto, la señora topo, es decir doña Lourdes Flores. No necesito decir que en este tipo de encuestas siempre se infiere que la protesta está desacreditada, el humalismo pide la extremaunción, el populismo es veneno, la empresa privada es mejor que hacer el amor y a la inversión extranjera no que hay que pedirle ni siquiera el pasaporte.
Y por supuesto que, inyectada de esteroides benaventinos, en la encuesta de ayer aparece primerísima en una lista –no podía faltar el detalle– la señora que estudió en Estados Unidos con la plata negra de su papi, es decir doña Keiko Fujimori, o sea nuestra Pucca, la que rima con yuca (la que exhibía su daddy como agrónomo). ¿Y cómo habrá sido el arreglo con Humberto Lay para que este finadito hondamente llorado figure en esa misma lista con un 6,3 por ciento de simpatizantes? ¡Benavides es como Guadalupe Posadas, el mayor calaverista del arte popular mexicano!
A este paso alguien se va a animar a poner una encuestadora que sólo dé cifras por encargo (eso sí, siempre con fracciones porque sólo con números redondos la cosa no parecería “científica”). Por ejemplo va Saravá con su chequera, paga su marmaja, espera silbando salsa 24 horas, y recibe su “sondeo demoscópico”. Entonces llama a Vargas y va a la radio –ya saben cuál– y se lanza:
Cuadro 1
–¿Cuál es el eslogan que usted más recuerda?
–“Honradez, tecnología y trabajo” (71,32 por ciento)
–“Chino, contigo hasta la muerte” (20,08 por ciento)
–“No recuerdo ninguno” (7,91 por ciento)
–“Otros” (0,69 por ciento).
Y así por el estilo.
Es que las encuestas nacieron honradas como costureritas de Gardel, pero en el camino los malos hombres las fueron desnudando con la mirada, embraguetando con mano propia y perdiendo en el bosque de las chinas perdidas. Y aunque algunas resistieron y ejercen el señoritismo, otras –demasiadas– terminaron sin falda en el arroyo, gritando números que parecen tiques y voceando nombres de la clientela.
César Hildebrandt
No le creo una palabra a la llamada “encuesta” que, cada mes más o menos, expele la Universidad de Lima.
Ayer, esa muy exitosa fábrica de egresados de difícil chamba volvió a castigarnos con sus cifras hinchadas por la silicona, depauperadas por el arreglo y/o disimuladas por el interés.
Lourdes Flores, caserita de dichos “científicos sociales”, sale anabolizada toda ella con un 48,6 por ciento que aprueba su gestión. ¿Qué gestión? ¿La de lideresa de la oposición? No me hagan reír. ¿La de combatiente por los fueros democráticos ahora que la intolerancia los amenaza y Alva Castro pretende aprehenderlos? No me hagan estornudar. Aparte de méritos personales que nadie discute, la única gestión que se le conoce a la doctora Flores es la de derrotada de antemano y la de desaparecida intermitente. Los benaventes señalan que sólo un 39,7 por ciento de limeños la mira con ojo crítico. Es que a Lourdes hay que conservarla como carta para el 2011 y las encuestas de la U de Lima parecen ser la traducción numérica del libreto de la derecha más enemiga de las humanidades.
El archijefe de las hordas saqueadoras del SAT, por ejemplo, es otro que está hecho de titanio y diamantes, según el feudo de doña Ilse. Sólo un miserable 14,9 por ciento (U. de Lima dixit) censura su gestión mientras un aluviónico 82,4 por ciento le rinde culto. ¿Y lo de las revisiones técnicas? ¿Y lo de la suspensión de las licitaciones para la vía expresa? ¿Y lo de la vía expresa paralizada? ¿Y lo de la millonaria indemnización que tendrá que pagarle a su ex socio Lidercón? ¿Y lo de sus groserías hidrófobas salpicadas en RPP? ¿Y el BMW de su vice Marco Parra? ¡Nada de eso importa! La Universidad de Lima ha decretado orden de inmovilidad para las cifras que atañen al hombre que Fujimori puso en el Seguro Social. Y con esos resultados Castañeda ya tiene otra patente de corso para tratar de “parásitos” a sus críticos. ¿Y no será el señor Benavente su parásito ad hoc?
La referida fábrica de cartones y papel prensado también nos dice que Castañeda Lossio es, con el 36 por ciento de adhesiones, el político más simpático (y por ende el de la pole position para el 2011). ¿Y saben quién le sigue, si bien es cierto con un lejano 13,2 por ciento? ¡Adivinaron! ¡El favorito de los benaventes y las ilses! El japonés de las maletas sacadas clandestinamente, el ideólogo de la guerra sucia, el tutor de Saravá, el líder de Martin Rivas, el jefe de Susy Díaz, el valiente del fax, está segundo, con los motores rugiendo, esperando que Benavente se anime y lo arrime unos metros más adelante en la próxima entrega. ¡Es que mientras más se acerca la sentencia más adorable (para la de Lima) es el sujeto en cuestión!
Tercera en esa lista de simpatías con implicancias electorales inmediatas está, por supuesto, la señora topo, es decir doña Lourdes Flores. No necesito decir que en este tipo de encuestas siempre se infiere que la protesta está desacreditada, el humalismo pide la extremaunción, el populismo es veneno, la empresa privada es mejor que hacer el amor y a la inversión extranjera no que hay que pedirle ni siquiera el pasaporte.
Y por supuesto que, inyectada de esteroides benaventinos, en la encuesta de ayer aparece primerísima en una lista –no podía faltar el detalle– la señora que estudió en Estados Unidos con la plata negra de su papi, es decir doña Keiko Fujimori, o sea nuestra Pucca, la que rima con yuca (la que exhibía su daddy como agrónomo). ¿Y cómo habrá sido el arreglo con Humberto Lay para que este finadito hondamente llorado figure en esa misma lista con un 6,3 por ciento de simpatizantes? ¡Benavides es como Guadalupe Posadas, el mayor calaverista del arte popular mexicano!
A este paso alguien se va a animar a poner una encuestadora que sólo dé cifras por encargo (eso sí, siempre con fracciones porque sólo con números redondos la cosa no parecería “científica”). Por ejemplo va Saravá con su chequera, paga su marmaja, espera silbando salsa 24 horas, y recibe su “sondeo demoscópico”. Entonces llama a Vargas y va a la radio –ya saben cuál– y se lanza:
Cuadro 1
–¿Cuál es el eslogan que usted más recuerda?
–“Honradez, tecnología y trabajo” (71,32 por ciento)
–“Chino, contigo hasta la muerte” (20,08 por ciento)
–“No recuerdo ninguno” (7,91 por ciento)
–“Otros” (0,69 por ciento).
Y así por el estilo.
Es que las encuestas nacieron honradas como costureritas de Gardel, pero en el camino los malos hombres las fueron desnudando con la mirada, embraguetando con mano propia y perdiendo en el bosque de las chinas perdidas. Y aunque algunas resistieron y ejercen el señoritismo, otras –demasiadas– terminaron sin falda en el arroyo, gritando números que parecen tiques y voceando nombres de la clientela.
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