A qué se dedican los hijos del
poder de América latina
LaNacion - martes, 4 de
febrero de 2014
Muchos de ellos crecieron en la
residencia más importante de sus países, rodeados de agentes de seguridad y
ante los flashes que persiguen a sus padres. Sus adquisiciones siempre están
bajo la lupa y sus acciones, a veces excéntricas, pueden convertirse en una
cuestión de Estado.
Los hijos de los presidentes
llevan una vida que a algunos les fascina y a varios les pesa.
Por eso, mientras unos se
embelesan con el poder y eligen seguir el camino de sus padres, otros prefieren
alejarse de la política y tomar diversos caminos, desde el empresarial hasta el
artístico, como ocurre con algunos "herederos" de los mandatarios de
América latina.
En la Argentina, Máximo Kirchner
(36) heredó la ambición de sus progenitores por el poder, pero prefiere
ejecutarla desde las sombras.
Los rumores sobre sus
aspiraciones al Congreso o a un cargo público siempre son desmentidos por la
realidad, que lo muestran viviendo en Río Gallegos, donde administra los bienes
de la familia, lejos de cualquier exposición mediática.
Desde esa ciudad patagónica, está
a sólo un llamado de incidir en la opinión de su madre, Cristina Kirchner, y de
colocar en posiciones estratégicas a los miembros de La Cámpora, la agrupación
juvenil kirchnerista que él mismo creó.
Otro joven sin título
universitario y con una alta influencia en su país -pero con una carrera
universitaria de Economía recién empezada- es Nicolás Maduro Guerra (23), el
hijo del presidente venezolano que lleva ese nombre.
El heredero político de Hugo
Chávez ubicó a su único heredero sanguíneo como jefe del Cuerpo de Inspectores
Especiales de la Presidencia, que supervisa las acciones de gobierno de cada
rincón para nuevo informar sobre las irregularidades al mandatario. "Me
toca por ser mi papá el presidente", dijo, en un tono casi épico.
Geográfica e ideológicamente
cerca de Nicolás Maduro Jr., Alejandro Castro Espín (48), en Cuba, se perfila
como un auténtico "heredero" político. Quienes apuntan a la
continuidad castrista en la isla comunista señalan al único hijo hombre de Raúl
Castro como el próximo mandatario.
Además de ser uno de los hombres
fuertes del régimen, ostenta en su currículum varios títulos: es ingeniero,
magíster en Relaciones Internacionales (escribió el libro El Imperio del
Terror, un rapto antiyanqui) y coronel del Ejército.
Desde ese rol, participó de la
Guerra de Angola, en la que perdió un ojo y ganó el sobrenombre de
"tuerto" entre los opositores.
Mientras Alejandro es el más
temido, su hermana Mariela (51) es, por lejos, la más mediática de los cuatro
hijos Castro Espín.
Conocida por luchar contra la
homofobia desde su Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba (Cenesex), esta
sexóloga decidió llevar su popularidad a la Asamblea Nacional en febrero del
año pasado.
Es la niña mimada del régimen,
aun cuando es una gran generadora de controversias, como cuando confesó que
"votaría por Barack Obama" y cuando lucha por derechos que la isla no
está dispuesta a ceder, algo que -se sabe- generó más de una discusión con su
padre. "Mi papá me dice «Bueno, ya estás en la Asamblea, ya no me plantees
más problemas los domingos; di lo que tú quieras en la Asamblea»", confesó
el año pasado.
A Paula Araujo Rousseff (37), la
única hija de la presidenta brasileña, le fue más fácil combinar su profesión
con la política: es abogada y es procuradora de Trabajo en San Pablo.
Aunque lejos del Palacio del
Planalto, aseguran que es una voz clave en la toma de decisiones de Dilma.
También abogado pero sin un
sueldo estatal, el mayor de los tres hijos del presidente colombiano Juan
Manuel Santos, Martín (25), ayuda a su padre desde el marketing político y
desde su pluma.
En el sitio estadounidense The Huffington
Post, por ejemplo, escribió recientemente una columna para defender el diálogo
de paz del gobierno con las FARC. No obstante, Martín Santos forja su propia
carrera al margen de la de su padre y de su país.
En 2012, viajó a Nueva York para
ser asesor en el Consejo de Seguridad en Naciones Unidas, después tomó un avión
para entrar en el mundo financiero con Merril Lynch en Miami y el año pasado se
unió think tank Abc Foundation, también en Florida.
En Chile, la primogénita de
Sebastián Piñera, Magdalena (38), decidió estudiar Historia. Pero no pudo
desviar su destino. Mientras rendía los finales, aconsejaba a su padre en el
camino que lo llevó a abandonar el mundo empresarial para llegar al Palacio de
la Moneda.
Algunos incluso la señalan como
un factor fundamental durante la campaña electoral de 2010 en la que estuvo a
cargo de los mítines políticos y la campaña online.
Menos de un año después de
tomarse un respiro de la política -tras la asunción de su padre-, "la
Mane" ya volvió al ruedo y en alta velocidad: llegó a ser jefa de
Gabinete.
En cambio, los dos hombres de la
dinastía Piñera Morel prefirieron el poder económico al político. Sebastián
(33) estudió ingeniería comercial en su país e hizo una maestría en
Administración de Empresas (MBA) en los Estados Unidos.
Creció como empresario en las
compañías de su padre y creó su propia empresa junto a un socio el año pasado,
BP Capital, que, según su página, "se dedica a la estructuración de
financiamientos y fondos de inversión".
Su hermano menor, Cristóbal (29),
se recibió de psicólogo y se las ingenió para aplicar esa profesión a los
negocios. "Cuando estuve en la universidad nunca me imaginé atendiendo
pacientes; lo que me movía era tratar de comprender la mente humana y para eso
Internet es una herramienta increíble".
Así nació su emprendimiento
tecnológico llamado Hop.In, una suerte de red social para compartir comentarios
sobre páginas web, que creó junto a dos amigos. "El apellido Piñera abre
puertas, pero también genera prejuicios", expresó.
También en Chile, el mayor de los
tres hijos de la presidenta electa, Michelle Bachelet, Sebastián Dávalos
Bachelet (35), supo complementar la política con los negocios, aunque
finalmente se inclinó por los números.
Estudió Ciencia Política y trabajó
en la Dirección de Relaciones Económicas de la Cancillería, incluso durante la
presidencia de su madre. E
ntonces recibió denuncias por
conflictos de intereses, ya que aseguraban que al mismo tiempo manejaba junto a
su mujer consultoras que asesoraban a empresas orientales.
En julio de 2012 finalmente
renunció al puesto para dedicarse full-time al mundo privado y abrir nuevos
emprendimientos.
Del mismo modo, en Paraguay
parecen estar destinados a seguir con los negocios que el padre debió
sacrificar el año pasado cuando asumió la presidencia.
Según informan los medios
locales, los hijos mayores de Horacio Cartes, Juan Pablo (29) y Sofía (25),
tienen participación accionaria en el emporio del mandatario.
De hecho, él estudia Negocios
Internacionales e inglés en Miami (donde fue detenido hace unos meses por
agresión física) y ella estudia Administración de Empresas en Paraguay. La duda
que queda es si María Sol Cartes, de 16 años, seguirá el mandato familiar o si
transitará un camino distinto.
Además, Sofía tiene otro rol, del
que reniega: el de primera dama.
El año pasado, Horacio Cartes la
designó para que ocupara ese lugar, pese a que su ex mujer, la argentina María
Angélica Montaña, se había autodesignado ese cargo protocolar. "Lo estoy
acompañando como hija pero no como primera dama. Siempre voy a estar a su lado,
pero no hay nada oficial de que yo cumpla ese rol", aclaró la joven el día
de la asunción.
Eva Liz Morales (19), la hija a
la que Evo reconoció de adolescente, también cumple el rol de primera dama,
pero en este caso, la lleva con alto perfil, hasta ser denominada por algunos
"la Evita de Evo".
Desde que el presidente boliviano
la reconoció en 2002, después de siete años de un juicio, el padre le cumple
todos los caprichos y no tiene vergüenza en manifestar que es su preferida.
Morales tiene otro hijo con otra
mujer, Alvaro, a quien también reconoció hace unos años y es apenas meses menor
que su hermanastra. Eva Liz estudia Derecho y quiere dedicarse "al ámbito
internacional".
"En el Ejército, yo no fui
hijo del Presidente sino soldado", subrayó el año pasado Esteban Santos
Rodríguez (19), al finalizar su servicio como soldado bachiller. Sin embargo,
el hijo menor de Juan Manuel Santos no se imagina en el Ejército toda su vida
(ya manifestó que quiere estudiar Economía -como el padre- e Historia).
"Fue una experiencia que
marcará mi vida. Desde pequeño, cuando mi papá era ministro de Defensa, soñé
con portar uniforme, ser soldado", señaló al finalizar el servicio en
agosto pasado, y reafirmó que "el servicio militar debe ser para todo el
mundo sin excepciones"
Durante su año de servicio,
encendió más de una vez la polémica en Colombia, como cuando marchó junto a
uniformados que tenían más años de entrenamiento que él o cuando elogió a su
padre pese a que los militares no pueden hablar de política.
Cecilia Piñera prefirió siempre
la ciencia antes que la política. Por eso estudió Medicina, se especializó en
pediatría, viajó a los Estados Unidos a realizar una práctica mientras su
esposo cursaba un MBA y ahora realiza una subespecialización en Infectología en
su país.
Sus acercamientos al poder son
tímidos y casi obligados, como cuando en 2009 llevó a su padre candidato al
hospital donde trabajaba para que diera una conferencia, o cuando acompañó al
presidente en la comitiva que viajó a la asunción del papa Francisco.
En cambio, las hijas de Bachelet
no estudiaron pediatría como su madre, aunque una de ellas sí hará vida de
consultorio: Sofía (21), la menor de sus hijas, que estudia Psicología.
Por su parte, Francisca Dávalos
Bachelet (29) estudió Antropología en la Universidad de Chile e hizo un
posgrado en Buenos Aires.
Si bien tiene poca relación con
los medios, llegó a los titulares cuando, en mayo de 2005, chocó con su auto
bajo los efectos del alcohol. "Claro que es un error y asumo la
responsabilidad", admitió en ese momento.
En Colombia, la única mujer de la
dinastía Santos, María Antonia (23), estudió Neurociencia en Estados Unidos,
mientras que en Cuba, la hija mayor de Raúl Castro, Deborah, es ingeniera y
estudió química aplicada a la alimentación humana.
Según dicen, su objetivo es ser
ministra de la Industria alimenticia.
El ecuatoriano Rafael Correa
debió abrirse a nuevos mundos con las profesiones de sus hijas.
La mayor, Sofía (19) se consagró
como campeona nacional en Escalada y el año pasado ganó una medalla en esa
categoría en los Juegos Bolivarianos de Trujillo, siempre ante la atenta mirada
de su padre.
Para perfeccionarse, viajó a
Francia, considerada por el mandatario como "una potencia mundial en
escalada".
Anne Dominique (17), en cambio,
se inclinó por la actuación. Ya participó en películas y novelas televisivas,
aunque sin abandonar el colegio, contó orgulloso su padre.
Si de cine se trata, entra en
escena Florencia Kirchner (23), la menor de la familia presidencial argentina.
La joven comenzó a estudiar Dirección de Cine en una academia de Nueva York
pero, con la repentina muerte de su padre en 2010, decidió volver al país.
Sin embargo, su carrera en el
séptimo arte no se vio frustrada. Florencia -que suele acompañar a Cristina en
sus viajes- colaboró en el documental sobre Néstor Kirchner y, el año pasado,
coordinó un proyecto del Festival Internacional de Cine Unasur en San Juan.
Además, hace dos meses, estuvo
detrás del video que la primera mandataria grabó al regresar a la vida política
tras más de un mes de reposo motivado por una operación cerebral. Por ahora,
parece tener trabajo asegurado.
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