EN EL PUGILISMO NO EXAGERAN A OTROS DEPORTES DE RIESGOS
Chon Romero
Activistas agraden por la muerte de Cho Hi
Las necesidades de épocas, obligaron al hombre común a elegir la profesión más accesible, para hacerse notable y vivir en comodidad. Todos los deportes presentan advertencias inexorables de peligros, unos más que otros y el pugilismo ocupa el octavo lugar en las estadísticas
Los que tratan en vano de abolir, la existencia del deporte del pugilismo, volvieron a la carga y esta vez, en Oriente, por el fallecimiento del joven boxeador japonés de 22 años de edad Cho Hi, el 19 de mayo, en cartel que se desarrolló en el Korakuen Hall de Tokio, Japón.
Razón por la cual, publico nuevamente este ensayo, que una vez mostré, hace ya tres años, como arma defensiva al deporte del boxeo, que fue asediado como pocas veces, por los que jamás justificarán su práctica y hoy, lo reproducimos, como reto directo a los equivocados que insisten en la extinción del pugilismo.
Con lo precario que significa vivir y como anda el mundo, con constantes borrascas de la naturaleza, que dejan miles y miles de óbitos, heridos y damnificados por distintos países, hay que aceptar los riesgos que toman hombres y mujeres, para ganarse el sustento y un techo provisional.
Si se le permite al hombre, en LAS FATALIDADES frentarse a un toro donde surgen acciones espeluznantes, cornadas y el fenecimiento de toreros en el ruedo, donde se recibe mucho más los clamores !ole¡ ¡ole¡ de la enardecida fiesta taurina, que lamentaciones por heridos y fenecidos, en ejercicio de su modo de subsistir.
¿Por qué oponerse, que el hombre se mida con su semejante en deporte reglamentado y humanizado como lo es el boxeo?
Las corridas de toros por las calles de Pamplona, España, con motivo de las fiestas de San Fermín, como también, en Colombia, en el Departamento de Córdoba, a diferencia a los españoles, las corridas la celebran en plazas cerradas.
No están clasificadas de deporte, sin embargo, es una forma de exponer la vida gratuitamente, por costumbre de divertir a un pueblo que poco le importa, cuántos heridos y muertos, surgen de la temerosa aventura, porque se considera parte del gran espectáculo y la prensa lo destaca como gran día de fiesta.
Los expertos seculares nos han dicho que, la prosperidad, es la respuesta a los problemas de la humanidad. Una buena educación, un trabajo decente, una casa y dinero en el banco.
Todas estas cosas, están supuestas a proporcionarles dignidad y paz mental a las personas y contrario, por lógica, a los que no pueden alcanzar ni siquiera educación elemental, son los que viven con la mente atribulada.
No debemos olvidar, que los adictos a los estupefacientes, la mayoría se deben a auto-valorización y es la gran verdad, que enfrentamos cada día.
De estas verdades que antepongo, nos percatamos de lo mezquino que se ha sido con el pugilismo desde su inicio como deporte, por escritores, que por generaciones, no han captado el concepto generalizado de las necesidades que obliga a hombres y mujeres, a jugarse la vida por el pan de cada día y un techo aunque sea improvisado.
Los colegios estadounidenses certifican el desafío del hombre al deporte de más riesgo, como lo es el fútbol norteamericano (profesional y aficionado), que supera a todas las disciplinas deportivas en las estadísticas de lisiados a lo extenso de décadas y mucho más fatalidades que en el pugilismo.
La ostentación de obtener fama y fortuna lo antes posible, ha claudicado con los estudios para distintas facultades, de millones de estudiantes, aún con la salvedad de lo trágico y peligroso, que resulta la práctica del fútbol norteamericano, por la fuerza, violencia y protección que implica el juego por tosco.
Bien lo expresó la ex entrenadora de boxeo aficionado y periodista mexicana Raphaella Cruz: "Miles de personas incitan el límite competitivo no sólo por ímpetu o por incentivo de dinero, también las cobertura de la televisión y constituir récord.
Los críticos definen el pugilismo de ser el único deporte donde los competidores están entrenados para herirse uno al otro, que es así, pero en otros deportes competitivos, estas actitudes no se denuncian y siempre son más peligrosas".
Para subsistir, hombres y mujeres, desafían las adversidades, aún sabiendo que su vida está en juego en cada exposición. Todos los deportes tienen sus riesgos y el pugilismo no es el demás.
Por estadísticas se ha comprobado que el pugilismo ocupa el lugar número ocho entre los deportes más peligrosos y lo superan: el fútbol norteamericano y más el de los colegios, las carreras de autos, motocicletas, hípica y en especial la equitación, buceo, montadores de toro (bullrider), taurino, alpinismo, combates fundamentales (ultimate fighting), que se lucha a base de fuerza con todos los objetos con que se pueda golpear hasta el agotamiento total. En Brasil, se conoce con el nombre de "Toro Vale".
El activista antiboxístico Manuel Velásquez, en la presentación de su colección de archivo físico en 1984, donde denunció la cantidad de boxeadores que fallecen y son afectados cerebralmente, obligó a McCunney conjuntamente con P.K. Russo, hacer estudios sobre el tema y se confirmó, que el boxeo es deporte de salvedad, comparado con todos los demás, siguiendo los resultados de fatalidad deportiva en Estados Unidos por cada 100,000 participantes.
Ese año de 1984, las carreras de autos dejaron saldo de 128 fatalidades, paracaidistas 123, vuelo libre 56, alpinismo 51, buceo 11, carreras de motocicletas 7, fútbol de colegio 3 y boxeo 1.3 resultó ser el mínimo en percances de óbitos.
Lamentables, son los accidentes de consecuencias fatales y siempre servirán para agudizar los estudios que ayuden a evitarlos con frecuencia, pero, jamás, a erradicarlos, con todas y las extremas precauciones que se tomen.
Por esta razón, siempre se sentirán las tragedias en los cuadriláteros y por la misma verdad, no deben causar caos deportivos, comprobándose que se aplican sumo cuidado de prevención y aún así, sucede lo inesperado como en todos los deportes.
Nadie niega que la práctica del boxeo, enfrenta riesgos de problemas visuales, cerebral y del habla, más que cualquier otro deporte. Empero, ha servido de refugio predilecto a jóvenes que se liberaron de compartir con millones de candidatos lo precario de vivir en las calles, ser presa fácil de la imperfección y delinquir por la misma condición, de enfrentar lo arduo de poder vivir y más en comodidad.
LOS PERCANCES, SE PUEDEN CONTROLAR, PERO NO ERRADICARLOS DE LOS DEPORTES DE RIESGOS
Los accidentes predestinados, se generan en cualquiera actividad y por supuesto, mucho más ejecutando los deportes peligrosos.
Cuando surge deceso en el pugilismo, la publicidad es universal, lo que no sucede con otros deportes. En la temporada de la liga de fútbol norteamericano (NFL), suceden varias eventualidades fatales y muchos quedan baldados de por vida y las críticas son leves, comunes y hasta se juzgan de normal.
Las del pugilismo son rojas, constantes y drásticas, debido a que surgen de adversidad singular y no de conjunto y es donde se pierde la veracidad por juicio anticipado.
En el fútbol latinoamericano hemos tenido este año varias defunciones, que en parte se debieron al estado físico del participante, como también lo obtuvimos en el deporte del boxeo.
El examen físico a que se somete al pugilista en América, dista enormemente, al que se le exige en Europa, que por riguroso y costoso muchos boxeadores no pasan la prueba médica y son devueltos a su país de origen.
Hemos tenido decesos de causas extrañas en los tinglados del mundo, que ni los galenos han podido determinar el por qué de la fatalidad, como en el caso del boxeador panameño Pedro Alcázar, que perdió la vida en Las Vegas, el 23 de junio de 2002, veinticuatro horas después de haber perdido por nocaut contra el mexicano Fernando Montiel, en forma natural y saludable, pero sin lograrse explicación explícita de su deceso.
Una de las causas de accidentes en los tinglados de carácter internacional y resuelto hace muchos años ya por las entidades del boxeo, fue el ocultamiento de reveses de boxeadores que eran noqueado en el extranjero; para continuar combatiendo sin sanciones de las comisiones de boxeo.
Chon Romero
Activistas agraden por la muerte de Cho Hi
Las necesidades de épocas, obligaron al hombre común a elegir la profesión más accesible, para hacerse notable y vivir en comodidad. Todos los deportes presentan advertencias inexorables de peligros, unos más que otros y el pugilismo ocupa el octavo lugar en las estadísticas
Los que tratan en vano de abolir, la existencia del deporte del pugilismo, volvieron a la carga y esta vez, en Oriente, por el fallecimiento del joven boxeador japonés de 22 años de edad Cho Hi, el 19 de mayo, en cartel que se desarrolló en el Korakuen Hall de Tokio, Japón.
Razón por la cual, publico nuevamente este ensayo, que una vez mostré, hace ya tres años, como arma defensiva al deporte del boxeo, que fue asediado como pocas veces, por los que jamás justificarán su práctica y hoy, lo reproducimos, como reto directo a los equivocados que insisten en la extinción del pugilismo.
Con lo precario que significa vivir y como anda el mundo, con constantes borrascas de la naturaleza, que dejan miles y miles de óbitos, heridos y damnificados por distintos países, hay que aceptar los riesgos que toman hombres y mujeres, para ganarse el sustento y un techo provisional.
Si se le permite al hombre, en LAS FATALIDADES frentarse a un toro donde surgen acciones espeluznantes, cornadas y el fenecimiento de toreros en el ruedo, donde se recibe mucho más los clamores !ole¡ ¡ole¡ de la enardecida fiesta taurina, que lamentaciones por heridos y fenecidos, en ejercicio de su modo de subsistir.
¿Por qué oponerse, que el hombre se mida con su semejante en deporte reglamentado y humanizado como lo es el boxeo?
Las corridas de toros por las calles de Pamplona, España, con motivo de las fiestas de San Fermín, como también, en Colombia, en el Departamento de Córdoba, a diferencia a los españoles, las corridas la celebran en plazas cerradas.
No están clasificadas de deporte, sin embargo, es una forma de exponer la vida gratuitamente, por costumbre de divertir a un pueblo que poco le importa, cuántos heridos y muertos, surgen de la temerosa aventura, porque se considera parte del gran espectáculo y la prensa lo destaca como gran día de fiesta.
Los expertos seculares nos han dicho que, la prosperidad, es la respuesta a los problemas de la humanidad. Una buena educación, un trabajo decente, una casa y dinero en el banco.
Todas estas cosas, están supuestas a proporcionarles dignidad y paz mental a las personas y contrario, por lógica, a los que no pueden alcanzar ni siquiera educación elemental, son los que viven con la mente atribulada.
No debemos olvidar, que los adictos a los estupefacientes, la mayoría se deben a auto-valorización y es la gran verdad, que enfrentamos cada día.
De estas verdades que antepongo, nos percatamos de lo mezquino que se ha sido con el pugilismo desde su inicio como deporte, por escritores, que por generaciones, no han captado el concepto generalizado de las necesidades que obliga a hombres y mujeres, a jugarse la vida por el pan de cada día y un techo aunque sea improvisado.
Los colegios estadounidenses certifican el desafío del hombre al deporte de más riesgo, como lo es el fútbol norteamericano (profesional y aficionado), que supera a todas las disciplinas deportivas en las estadísticas de lisiados a lo extenso de décadas y mucho más fatalidades que en el pugilismo.
La ostentación de obtener fama y fortuna lo antes posible, ha claudicado con los estudios para distintas facultades, de millones de estudiantes, aún con la salvedad de lo trágico y peligroso, que resulta la práctica del fútbol norteamericano, por la fuerza, violencia y protección que implica el juego por tosco.
Bien lo expresó la ex entrenadora de boxeo aficionado y periodista mexicana Raphaella Cruz: "Miles de personas incitan el límite competitivo no sólo por ímpetu o por incentivo de dinero, también las cobertura de la televisión y constituir récord.
Los críticos definen el pugilismo de ser el único deporte donde los competidores están entrenados para herirse uno al otro, que es así, pero en otros deportes competitivos, estas actitudes no se denuncian y siempre son más peligrosas".
Para subsistir, hombres y mujeres, desafían las adversidades, aún sabiendo que su vida está en juego en cada exposición. Todos los deportes tienen sus riesgos y el pugilismo no es el demás.
Por estadísticas se ha comprobado que el pugilismo ocupa el lugar número ocho entre los deportes más peligrosos y lo superan: el fútbol norteamericano y más el de los colegios, las carreras de autos, motocicletas, hípica y en especial la equitación, buceo, montadores de toro (bullrider), taurino, alpinismo, combates fundamentales (ultimate fighting), que se lucha a base de fuerza con todos los objetos con que se pueda golpear hasta el agotamiento total. En Brasil, se conoce con el nombre de "Toro Vale".
El activista antiboxístico Manuel Velásquez, en la presentación de su colección de archivo físico en 1984, donde denunció la cantidad de boxeadores que fallecen y son afectados cerebralmente, obligó a McCunney conjuntamente con P.K. Russo, hacer estudios sobre el tema y se confirmó, que el boxeo es deporte de salvedad, comparado con todos los demás, siguiendo los resultados de fatalidad deportiva en Estados Unidos por cada 100,000 participantes.
Ese año de 1984, las carreras de autos dejaron saldo de 128 fatalidades, paracaidistas 123, vuelo libre 56, alpinismo 51, buceo 11, carreras de motocicletas 7, fútbol de colegio 3 y boxeo 1.3 resultó ser el mínimo en percances de óbitos.
Lamentables, son los accidentes de consecuencias fatales y siempre servirán para agudizar los estudios que ayuden a evitarlos con frecuencia, pero, jamás, a erradicarlos, con todas y las extremas precauciones que se tomen.
Por esta razón, siempre se sentirán las tragedias en los cuadriláteros y por la misma verdad, no deben causar caos deportivos, comprobándose que se aplican sumo cuidado de prevención y aún así, sucede lo inesperado como en todos los deportes.
Nadie niega que la práctica del boxeo, enfrenta riesgos de problemas visuales, cerebral y del habla, más que cualquier otro deporte. Empero, ha servido de refugio predilecto a jóvenes que se liberaron de compartir con millones de candidatos lo precario de vivir en las calles, ser presa fácil de la imperfección y delinquir por la misma condición, de enfrentar lo arduo de poder vivir y más en comodidad.
LOS PERCANCES, SE PUEDEN CONTROLAR, PERO NO ERRADICARLOS DE LOS DEPORTES DE RIESGOS
Los accidentes predestinados, se generan en cualquiera actividad y por supuesto, mucho más ejecutando los deportes peligrosos.
Cuando surge deceso en el pugilismo, la publicidad es universal, lo que no sucede con otros deportes. En la temporada de la liga de fútbol norteamericano (NFL), suceden varias eventualidades fatales y muchos quedan baldados de por vida y las críticas son leves, comunes y hasta se juzgan de normal.
Las del pugilismo son rojas, constantes y drásticas, debido a que surgen de adversidad singular y no de conjunto y es donde se pierde la veracidad por juicio anticipado.
En el fútbol latinoamericano hemos tenido este año varias defunciones, que en parte se debieron al estado físico del participante, como también lo obtuvimos en el deporte del boxeo.
El examen físico a que se somete al pugilista en América, dista enormemente, al que se le exige en Europa, que por riguroso y costoso muchos boxeadores no pasan la prueba médica y son devueltos a su país de origen.
Hemos tenido decesos de causas extrañas en los tinglados del mundo, que ni los galenos han podido determinar el por qué de la fatalidad, como en el caso del boxeador panameño Pedro Alcázar, que perdió la vida en Las Vegas, el 23 de junio de 2002, veinticuatro horas después de haber perdido por nocaut contra el mexicano Fernando Montiel, en forma natural y saludable, pero sin lograrse explicación explícita de su deceso.
Una de las causas de accidentes en los tinglados de carácter internacional y resuelto hace muchos años ya por las entidades del boxeo, fue el ocultamiento de reveses de boxeadores que eran noqueado en el extranjero; para continuar combatiendo sin sanciones de las comisiones de boxeo.
Los boxeadores y sus managers, no lo reportaban y fue motivo de varios accidentes funestos como fue el caso de Willie Classen quien fue noqueado en Inglaterra y dos semanas después combatió contra Wilford Seypion en el Felt Forum del Madison Square Garden, el 23 de noviembre de 1979 y murió dos días después en el Bellevue Hospital.
El examen actual que se le practica al boxeador en América, para declararlo apto para combatir, no puede detectársele males cerebrales porque no se le examina con esa intensidad requerida, de observación física, por lo que también, creo fuera saludable obligar al pugilista al renovar su licencia, presentar examen médico exhaustivo, que garantice su estado de salud para bregar en los tinglados, que debe ser tarea obligada de los manager, apoderados o representantes.
TODOS LOS DEPORTES PRESENTAN RIESGOS PARA SUS PARTICIPANTES, SIN DEJAR DE ADVERTIR, POR DESENVOLVIMIENTO, QUE UNOS, MÁS QUE OTROS
Los constantes golpes son los causantes de lesiones en el individuo y más grave resulta si lo recibe en la cabeza, por el deterioro que puede ocasionar en el cerebro. Los deportes del pugilismo, fútbol norteamericano, latinoamericano y baloncesto, son en los que ocurre con frecuencia los choques de cabeza y colisiones que pueden ocasionar hemorragias cerebrales y por consecuencias serios agravantes de salud.
Constantemente, el hombre inventa deportes y más peligrosos que el boxeo, tratando de llamar la atención del público por medio de la súper violencia o extremo peligro, como también, exhibir condición excesiva de pelaza y entre tantos podemos nombrar los ya conocidos: Esquí, del patín largo de madera que ha ocasionado múltiples lesiones y ha impedido a cientos de miles de jóvenes alrededor del mundo.
Esquí en entablado con patín de metal, que se golpean a barbarie por prevalecer de primero. Kickboxing, que además de los puños se usan las piernas como en el deporte de Kárate. Y el más rudo: combates fundamentales (ultimate fighting), que se golpean con todo lo que encuentren en área hermética para los espectadores.
En las prácticas de los deportes, siempre se ha visto más lisiadura en los demás que en el boxeo. En el pugilismo es común una cortada en el pómulo o en los arcos superficiales, las lesiones de las manos y narices fracturadas.
En los otros deportes, huesos rotos más que en el pugilismo, piernas, brazos, costillas, rodillas, los pie, heridas y parálisis, como suele ser en el baloncesto, fútbol norteamericano, fútbol latinoamericano y carreras de autos.
También, conllevan serios peligros las prácticas de otros deportes más populares como lo son: béisbol, natación, las competencias de ciclismo y patinaje. Cuántos lesionados y hasta por toda la temporada no obtenemos en el baloncesto (NBA), Las Grandes Ligas de B éisbol (MLB), fútbol norteamericano (NFL) y latinoamericano.
LOS ACCIDENTES EN EL BOXEO, SIEMPRE LOS LAMENTAREMOS, PERO YA NO SON ARMAS PARA ABOLIR EL PUGILISMO
En décadas pasadas las tragedias en los cuadriláteros era el grito de Tarzán en la selva, para los asiduos enemigos de é sta disciplina deportiva, que exigían derogarlo exponiendo con más perspicacia que se trataba de la práctica de un deporte salvaje.
El tiempo transcurrió y el boxeo en turbulencia sobrevivió y hoy, los cimientos que se tenían definidos para juzgarlo de ser el peor de todos los deportes, se ha desvanecido, conociéndose por estadísticas que no es el deporte más peligroso del mundo y para volverse a exigir su abolición, se tendría por ley, ética y moral, que eliminar a siete disciplinas deportivas- y afirmaría que muchas más- que lo superan por extrema violencia, lisiaduras y generan más fatalidad en el mundo de los deportes.
Es cierto, que existe marcada diferencia entre riesgo y peligro y como también señala la ex entrenadora de boxeo aficionado y periodista Raphaella Cruz: "No se puede negar que sin el extremo cuidado de los oficiales de los deportes, terribles accidentes pueden ocurrir en todos las disciplinas de contactos".
Los accidentes fatales dentro de la normalidad, ya no pueden desatar caos en el pugilismo porque como señalamos en renglones anteriores, en los deportes de riesgos y peligrosos, existe la posibilidad de eventualidades fatales, aún con las máximas precauciones que se tomen.
Lo más conveniente en casos límites, es lo que se practica por el mismo desarrollo y humanización de la disciplina: indemnizar a los familiares por compañías de seguros cuando se trate de combates de campeonatos mundial como está estipulado en los reglamentos del boxeo profesional.
La ayuda que presta la familia del boxeo a los deudos como fue el caso del boxeador colombiano Carlos Meza, que perdió la vida después de quedar en estado crítico al ser noqueado por el panameño Ricardo Córdoba hace tres años, en combate no de campeonato universal, que no está protegido por seguros de vida, debido a conflictos surgidos tratando de lograr acuerdos las compañías aseguradoras, con los organismos de boxeo, que esperamos se obtenga en el futuro, para que haya compensación en ambos casos como debe ser.
El pugilismo es deporte de riesgos peligrosos y a la vez, deporte más factible, para los que menos esperanzas tienen de lograr base que le sirva de bastón en la vida, aunque tenemos que salvaguardar que ayer se ejecutó más por vocación e instinto y hoy es refugio de ilusiones de conglomerado de millones de entes, de poder alcanzar la liberación de la humildad y pobreza, como también, reconocimiento atlético público, de magnitud tanto nacional como internacional.
Posdata -Cuántos jóvenes boxeadores cambiaron su vida económica y de su familiares a lo extenso de la historia de ésta disciplina, aunque aceptamos que la gran mayoría la derrocha en compras de automóviles, prendas de vestir y antojos que no están de acuerdo al enorme sacrificio y la ardua actividad del pugilismo, como tampoco para su futuro financiero.
Sin embargo, entendemos que el propósito se cumplió y mantener el cambio económico de vida depende del carácter, asesoramiento y aprendizaje, que se haya logrado de tantas historias lamentables de la ruina típica del boxeador.
Como caso distinto a los deportes, está comprobado que el trabajo más peligroso a nivel mundial es la construcción y como es lógico, es el más nutrido de obreros, que en búsqueda de mantener nivel económico para asegurar los gastos del hogar, se arriesgan a las distintas facetas que exige la edificación y es el trabajador que más accidente sufre a nivel continental.
En Estados Unidos, desde 1980 a 1995 murieron en accidentes de construcción según información gubernamental más de 18,000 obreros a nivel nacional.
La velocidad de automóviles es lo determinante de más accidentes y muertes a nivel mundial y aún con la comprobación, las carreras de autos son tan famosas como el boxeo, siendo la causante de más defunciones y usted, no escucha a nadie opinar, de que se debe abolir y nos preguntamos: ¿Cuál es el anhelo con el pugilismo convertido en especial entretenimiento de disciplina noble a nivel continental?
Por esa convicción, a mis asiduos lectores de extensos años, sigo vociferando en voz alta: "Viva el boxeo".
El autor fue Editor de la prestigiosa y extinta Revista Guantes y actualmente es analista boxístico de HBO en Español. Además, reputado crítico, defensor, narrador de más de mil combates campeoniles, escritor e historiador de boxeo.
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