Martín Palermo, la otra cara del gol
La afirmación podrá ser poco original, pero no por eso menos cierta: Martín Palermo es un jugador fuera de serie. Potente, trabajador y persistente, el argentino de 34 años se mantiene tan vigente como peligroso. Actualmente, el capitán y goleador del multicampeón Boca Juniors ha superado la barrera de los 180 goles con esa camiseta y se prepara para convertirse en el máximo anotador en la historia de la institución Xeneize.
Mientras se alista para afrontar una nueva semifinal de Copa Libertadores con sus compañeros, a la que accedió gracias a sus tres goles como visitante del Atlas la última semana, este futbolista oriundo de la ciudad de La Plata mantuvo una charla íntima con FIFA.com. El presente, su visión respecto a los distintos aspectos que rodean al fútbol y hasta un futuro posible como entrenador, en una entrevista exclusiva.
Señor Palermo, el pasado 2 de marzo, ante Gimnasia y Esgrima La Plata, anotó su gol número 180 con la camiseta de Boca Juniors. ¿Cuántas entrevistas le han solicitado desde aquel hecho histórico en su carrera?
¡Uf! Tantas, que he perdido la cuenta. La verdad es que ese gol tuvo mucha trascendencia en muchos aspectos, así que tuve que dar muchas entrevistas. Y no sólo para medios estrictamente deportivos.
¿Le incomoda ese asedio o ya se ha acostumbrado a que lo soliciten?
No, molestar no molesta. Obviamente, no es fácil atender a todos y responder todo lo que te piden porque hay que acomodarse los tiempos. Hay muchas concentraciones y partidos también, pero intento manejarlo lo mejor posible.
Ante tantas marcas y títulos, ¿qué tipo de metas encuentra un futbolista a la hora de motivarse?
Es complejo. Yo nunca pienso, por ejemplo, en cuántos goles quiero meter cada temporada. Sí pienso en ganar el torneo local, la Copa Libertadores y volver a Japón por ejemplo. Me gustaría repetir aquella experiencia. Lo importante no es tanto ponerse metas, sino conseguir logros concretos.
Hagamos un repaso a sus más de 180 goles con la camiseta de Boca. ¿Cuál fue el más lindo de todos?
El que le convertí a Independiente desde la mitad de cancha en 2007, pero también hubo otros. Por importancia, destacaría los dos que le marqué al Real Madrid en Japón. Y si hablamos de emotivos, el que le hice a River en los cuartos de final de la Copa Libertadores de 2000. Venía de una lesión seria, ingresé pocos minutos y definí el resultado. Esos son los tantos que más recuerdo.
También ha marcado muchos de cabeza. ¿Sabía que los usuarios de FIFA.com en español lo señalaron como el mejor cabeceador del mundo?
Sí, me enteré y está bueno tener ese tipo de reconocimientos. El cabezazo ha sido mi máximo potencial a lo largo de mi carrera, quizás, en parte, por mi pasado en el voley. Aprendí a tomar distancias, calcular el salto e impactar el balón en el momento justo. Después, claro, perfeccioné todo en los entrenamientos.
¿Qué sueños le quedan por cumplir en el fútbol?
Mientras uno juegue, siempre habrá sueños por realizar. Pero no sé si me iría del país, por dar un ejemplo. Hoy por hoy, pienso en disfrutar acá aunque uno nunca sabe lo que puede llegar a pasar en el futuro. Hasta el 30 de junio tengo contrato con Boca y aspiro a renovarlo un año más. Si bien uno tiene que estar preparado para lo que sea, mi idea es quedarme.
Ronaldo es el mejor de todos. Algunos dicen que no tiene cabezazo, o que estaba gordo. Para mí no tiene comparación con ninguno, un verdadero fenómeno.
Martín Palermo y su preferencia: el mejor delantero del mundo.
Usted es palabra autorizada en la materia. ¿Quién es el mejor delantero del mundo?
Ronaldo es el mejor de todos. Algunos dicen que no tiene cabezazo, o que estaba gordo. Para mí no tiene comparación con ninguno, un verdadero fenómeno. Ojalá se recupere pronto.
Hace unas semanas, Sebastián Abreu nos comentaba su sorpresa al ver lo enfervorizado que se ha vuelto el público en las canchas argentinas. ¿Coincide con él?
Sí, claro. Para mí fue muy notorio cuando regresé de España. La gente está un poco exaltada y exige demasiado. No digo que pidan más de lo que uno pueda dar, pero nunca se terminan de conformar. Uno puede ganar un torneo pero, si no gana los primeros partidos del campeonato siguiente, enseguida escucha insultos y disconformidad. Eso es mucho más efusivo que en otras épocas, y las familias ya no pueden concurrir a disfrutar en los estadios. Tienen miedo.
¿Qué le genera todo este fenómeno en su rol de jugador?
Es una lástima, porque en ninguna otra parte del mundo se vive el fútbol como aquí. El espectáculo, las hinchadas... es una pena que no se pueda disfrutar y potenciar aún más al fútbol argentino. Si bien no tenemos el nivel económico que hay en Europa, contamos con una calidad impresionante de jugadores. Deberíamos revalorizar eso con otra imagen, no con violencia y disturbios.
A veces, esa desesperación lleva a la afición a criticar a sus propios ídolos. ¿Le afecta?
No me genera nada en particular, ¡estoy acostumbrado! Quizás a otro compañero pueda afectarle un insulto o que lo presionen, pero a mí ya no. Tomo esas cosas como vienen e intento revertirlas con mi manera de ser dentro de una cancha: con un gol y listo.
Hace instantes mencionó el nivel actual del fútbol argentino. ¿Qué medidas tomaría para mejorarlo?
Habría que potenciarlo con la retención de los futbolistas más jóvenes. Hay que aprovecharlos más y evitar que partan tan chicos. Deberían quedarse hasta que cumplan 24 ó 25 años, que todavía tienen un largo camino por recorrer. Cerca de los 20, los jugadores que le dan verdadero valor al fútbol local se van a Europa y dejan un hueco difícil de cubrir.
Sabemos que le gusta ver fútbol en su casa. ¿Habrá un Palermo entrenador en un futuro?
Me gustaría, claro. Quisiera manejar un grupo y vivir la experiencia de estar del otro lado. Pero bueno, llegará a su debido tiempo y habrá que ver también qué posibilidades se presentan. No entrenaría en cualquier lado. Cuando uno juega en Boca se acostumbra a cosas grandes, habrá que esperar.
Me acerco al pensamiento de Carlos Bianchi y Alfio Basile. ¡No hay que inventar nada nuevo en el fútbol!
Martín Palermo y su perfil como futuro entrenador.
¿Y cómo jugaría un equipo suyo?
Me acerco al pensamiento de Carlos Bianchi y Alfio Basile. ¡No hay que inventar nada nuevo en el fútbol!
¿Podría decirnos qué virtud es infaltable en un delantero de área?
Pensar siempre que la pelota va a caer en uno, sin importar de dónde venga la jugada. Lo que se denomina el olfato goleador. Hay que ser siempre optimista y pensar que la jugada va a terminar en uno, estar ahí pendiente. En eso influye lo anímico, desde ya. Si uno está con confianza jamás pensará "no voy a llegar, ¿a qué la voy a ir a buscar si viene muy alta?". Si estás convencido y bien, el balón va a llegar.
Acaba de definirse a usted mismo prácticamente. ¿Podemos afirmar que Palermo jugaría en un equipo dirigido por usted?
Y sí, un jugador de mis características siempre tendría que estar en mi equipo.
La afirmación podrá ser poco original, pero no por eso menos cierta: Martín Palermo es un jugador fuera de serie. Potente, trabajador y persistente, el argentino de 34 años se mantiene tan vigente como peligroso. Actualmente, el capitán y goleador del multicampeón Boca Juniors ha superado la barrera de los 180 goles con esa camiseta y se prepara para convertirse en el máximo anotador en la historia de la institución Xeneize.
Mientras se alista para afrontar una nueva semifinal de Copa Libertadores con sus compañeros, a la que accedió gracias a sus tres goles como visitante del Atlas la última semana, este futbolista oriundo de la ciudad de La Plata mantuvo una charla íntima con FIFA.com. El presente, su visión respecto a los distintos aspectos que rodean al fútbol y hasta un futuro posible como entrenador, en una entrevista exclusiva.
Señor Palermo, el pasado 2 de marzo, ante Gimnasia y Esgrima La Plata, anotó su gol número 180 con la camiseta de Boca Juniors. ¿Cuántas entrevistas le han solicitado desde aquel hecho histórico en su carrera?
¡Uf! Tantas, que he perdido la cuenta. La verdad es que ese gol tuvo mucha trascendencia en muchos aspectos, así que tuve que dar muchas entrevistas. Y no sólo para medios estrictamente deportivos.
¿Le incomoda ese asedio o ya se ha acostumbrado a que lo soliciten?
No, molestar no molesta. Obviamente, no es fácil atender a todos y responder todo lo que te piden porque hay que acomodarse los tiempos. Hay muchas concentraciones y partidos también, pero intento manejarlo lo mejor posible.
Ante tantas marcas y títulos, ¿qué tipo de metas encuentra un futbolista a la hora de motivarse?
Es complejo. Yo nunca pienso, por ejemplo, en cuántos goles quiero meter cada temporada. Sí pienso en ganar el torneo local, la Copa Libertadores y volver a Japón por ejemplo. Me gustaría repetir aquella experiencia. Lo importante no es tanto ponerse metas, sino conseguir logros concretos.
Hagamos un repaso a sus más de 180 goles con la camiseta de Boca. ¿Cuál fue el más lindo de todos?
El que le convertí a Independiente desde la mitad de cancha en 2007, pero también hubo otros. Por importancia, destacaría los dos que le marqué al Real Madrid en Japón. Y si hablamos de emotivos, el que le hice a River en los cuartos de final de la Copa Libertadores de 2000. Venía de una lesión seria, ingresé pocos minutos y definí el resultado. Esos son los tantos que más recuerdo.
También ha marcado muchos de cabeza. ¿Sabía que los usuarios de FIFA.com en español lo señalaron como el mejor cabeceador del mundo?
Sí, me enteré y está bueno tener ese tipo de reconocimientos. El cabezazo ha sido mi máximo potencial a lo largo de mi carrera, quizás, en parte, por mi pasado en el voley. Aprendí a tomar distancias, calcular el salto e impactar el balón en el momento justo. Después, claro, perfeccioné todo en los entrenamientos.
¿Qué sueños le quedan por cumplir en el fútbol?
Mientras uno juegue, siempre habrá sueños por realizar. Pero no sé si me iría del país, por dar un ejemplo. Hoy por hoy, pienso en disfrutar acá aunque uno nunca sabe lo que puede llegar a pasar en el futuro. Hasta el 30 de junio tengo contrato con Boca y aspiro a renovarlo un año más. Si bien uno tiene que estar preparado para lo que sea, mi idea es quedarme.
Ronaldo es el mejor de todos. Algunos dicen que no tiene cabezazo, o que estaba gordo. Para mí no tiene comparación con ninguno, un verdadero fenómeno.
Martín Palermo y su preferencia: el mejor delantero del mundo.
Usted es palabra autorizada en la materia. ¿Quién es el mejor delantero del mundo?
Ronaldo es el mejor de todos. Algunos dicen que no tiene cabezazo, o que estaba gordo. Para mí no tiene comparación con ninguno, un verdadero fenómeno. Ojalá se recupere pronto.
Hace unas semanas, Sebastián Abreu nos comentaba su sorpresa al ver lo enfervorizado que se ha vuelto el público en las canchas argentinas. ¿Coincide con él?
Sí, claro. Para mí fue muy notorio cuando regresé de España. La gente está un poco exaltada y exige demasiado. No digo que pidan más de lo que uno pueda dar, pero nunca se terminan de conformar. Uno puede ganar un torneo pero, si no gana los primeros partidos del campeonato siguiente, enseguida escucha insultos y disconformidad. Eso es mucho más efusivo que en otras épocas, y las familias ya no pueden concurrir a disfrutar en los estadios. Tienen miedo.
¿Qué le genera todo este fenómeno en su rol de jugador?
Es una lástima, porque en ninguna otra parte del mundo se vive el fútbol como aquí. El espectáculo, las hinchadas... es una pena que no se pueda disfrutar y potenciar aún más al fútbol argentino. Si bien no tenemos el nivel económico que hay en Europa, contamos con una calidad impresionante de jugadores. Deberíamos revalorizar eso con otra imagen, no con violencia y disturbios.
A veces, esa desesperación lleva a la afición a criticar a sus propios ídolos. ¿Le afecta?
No me genera nada en particular, ¡estoy acostumbrado! Quizás a otro compañero pueda afectarle un insulto o que lo presionen, pero a mí ya no. Tomo esas cosas como vienen e intento revertirlas con mi manera de ser dentro de una cancha: con un gol y listo.
Hace instantes mencionó el nivel actual del fútbol argentino. ¿Qué medidas tomaría para mejorarlo?
Habría que potenciarlo con la retención de los futbolistas más jóvenes. Hay que aprovecharlos más y evitar que partan tan chicos. Deberían quedarse hasta que cumplan 24 ó 25 años, que todavía tienen un largo camino por recorrer. Cerca de los 20, los jugadores que le dan verdadero valor al fútbol local se van a Europa y dejan un hueco difícil de cubrir.
Sabemos que le gusta ver fútbol en su casa. ¿Habrá un Palermo entrenador en un futuro?
Me gustaría, claro. Quisiera manejar un grupo y vivir la experiencia de estar del otro lado. Pero bueno, llegará a su debido tiempo y habrá que ver también qué posibilidades se presentan. No entrenaría en cualquier lado. Cuando uno juega en Boca se acostumbra a cosas grandes, habrá que esperar.
Me acerco al pensamiento de Carlos Bianchi y Alfio Basile. ¡No hay que inventar nada nuevo en el fútbol!
Martín Palermo y su perfil como futuro entrenador.
¿Y cómo jugaría un equipo suyo?
Me acerco al pensamiento de Carlos Bianchi y Alfio Basile. ¡No hay que inventar nada nuevo en el fútbol!
¿Podría decirnos qué virtud es infaltable en un delantero de área?
Pensar siempre que la pelota va a caer en uno, sin importar de dónde venga la jugada. Lo que se denomina el olfato goleador. Hay que ser siempre optimista y pensar que la jugada va a terminar en uno, estar ahí pendiente. En eso influye lo anímico, desde ya. Si uno está con confianza jamás pensará "no voy a llegar, ¿a qué la voy a ir a buscar si viene muy alta?". Si estás convencido y bien, el balón va a llegar.
Acaba de definirse a usted mismo prácticamente. ¿Podemos afirmar que Palermo jugaría en un equipo dirigido por usted?
Y sí, un jugador de mis características siempre tendría que estar en mi equipo.
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