El contenido es crucial en la
revolución de los medios
FORBES- Lunes, 14 de Diciembre de 2015
Una carta de Manuel Arango, el
cofundador de Aurrerá, cuelga enmarcada en la oficina de Clemente Serna Alvear:
“Estoy seguro que nunca recibirás el reconocimiento que mereces por la
autenticidad y apertura en la información, que tú iniciaste y de la que hoy
nos congratulamos de escuchar diariamente a través de todas aquellas
estaciones que posteriormente intentaron copiar, sin el mismo éxito, el formato
que tanto satisface al público oyente”.
El multimillonario le había
hablado por teléfono unos días antes de enviarle la misiva al dueño de Grupo
Medcom, en septiembre de 1999, y le dijo que con emoción y recuerdos que no se
borran escuchó su entrevista con José Gutiérrez Vivó, celebrando los 25 años de
Monitor.
“Lo que hoy damos por un hecho y
vemos con normalidad implicó visión, talento y riesgo que tú supiste asumir,
haciendo honor a lo que tu padre con esfuerzo admirable había iniciado”, le
escribió Arango. “Esperamos que México continúe con paso firme hacia la muy
deseada democracia en la que la información veraz y oportuna resulta vital
para toda participación ciudadana en este proceso tan significativo de cambio.
Con orgullo puedes sentirte satisfecho de haber sido una pieza esencial, por
lo que muchos debemos quedarte agradecidos”.
Clemente Serna Alvear comenzó sus
actividades en la industria de la radiodifusión en la década de los 60, en la
Cadena Radio Programas de México, la primera cadena de radio en el país
(fundada por su padre, Clemente Serna Martínez, y por el abuelo de Emilio
Azcárraga Jean, Emilio Azcárraga Vidaurreta).
Al ser adquirida en su totalidad
por su familia, cambió su nombre a Grupo Medcom, y Serna Alvear fue
consolidando su nombre entre la clase empresarial y política del país. Uno de
sus logros fue posicionar a Radio Red como la estación de radio más poderosa
de México, de la mano de José Gutiérrez Vivó y su programa Monitor, el
noticiario más popular durante décadas.
Sin embargo, para las nuevas
generaciones su nombre no dice mucho. Es un empresario que dejó los medios
masivos de comunicación poco a poco, después de vender sus estaciones a Grupo
Radio Centro y su revista Expansión. Clemente Serna Alvear se alejó de los
reflectores, hasta hace poco, cuando nos abrió las puertas de su oficina en
las Lomas para platicar acerca de lo que hace dentro de la empresa que hoy está
en manos de sus tres hijos.
En su escritorio está el libro
Porfirio Díaz, Entre el mito y la historia, de Paul Garner. Dos tazas medio
vacías de café están a la mano, cerca de su teléfono fijo, no trae celular, y
detrás de él, Disparos en la oscuridad, de Fabrizio Mejía Madrid e Historia de
los Medios de Comunicación, de Rueda, Galán y Rubio. Clemente Serna Alvear
tenía en mente revolucionar la industria editorial mexicana cuando compró la
revista Expansión, ése era su objetivo.
“En verdad fue una experiencia
muy satisfactoria, sí sentíamos que, sobre todo estoy hablando específicamente
del producto Expansión, la revista Expansión, sentíamos que llenaba un espacio
muy necesario. Para darle, como diríamos, un medio de comunicación al ambiente
de negocios. Funcionó, en realidad ahí empezó a surgir pues, un gran
intercambio de ideas. En fin, siento yo que sí se logró en su momento, como se
está viendo hoy en el caso de Forbes, lo tengo que decir, que llena una
necesidad real de mantenernos en contacto con una tónica, de un enfoque a la
actividad empresarial, que creo que es muy importante. Imagínense que quitamos
esos medios, se queda un vacío muy importante de comunicación”.
Recuerda que hoy estamos en un
proceso revolucionario impresionante en el mundo de la comunicación.
“Impresionante, que ya empieza a causar transtornos y cambios radicales: ya las
nuevas generaciones no tienen los hábitos que tuvimos anteriormente, de lectura
mucho menos; tienen otras formas de comunicarse”.
Dice que mantenerse en ese
negocio, el de hacer dinero con material de interés para las audiencias, es un
reto interesante. Pero, le recordamos que los empresarios mexicanos son
particularmente celosos de su privacidad y que no les gusta hablar de sus logros,
éxitos y fortuna. “Estoy de acuerdo”, dice Clemente Serna. “Pero contribuimos
a que vieran que no era algo que trabajara en su contra, porque aquí en mi
grupo nunca se practicó, como en otras publicaciones que no voy mencionar
mucho, pero sí había una manipulación de: ‘Oye, si quieres yo digo esto y
resalto esto, pero qué me das a cambio’”.
El líder de los Serna dice que
ese periodismo no sirve, ni aquí ni en ningún otro país.
“Nosotros pensamos en el lector,
en el interés del lector. ¿Qué enriquece los conocimientos del lector? Ésa era
la preocupación, cómo aumentamos los conocimientos, y eso es lo que guió
nuestra tarea ahí”.
Recuerda que antes de entrar a
los impresos ganaron mucha experiencia en la radio. “El radio nosotros lo
convertimos en un medio de información en México. Está mal que yo lo diga,
pero de ser un medio de diversión o de entretenimiento, nosotros le dimos un
giro cuando creamos Radio Red, fue la primera emisora que realmente aportó
información”.
Dice que ahí también se fijaron
objetivos, todo fue calculado, no fue una mera idea que se lanzó al aire sin un
respaldo intelectual ni económico sólido.
“Pusimos una serie de objetivos y
en el caso de radio decíamos: al público nunca hay que hablarle para abajo,
nunca hay que hablarle de una manera que se baje el nivel, vamos a llamarle
cultural. Ni tampoco muy arriba, para no sonar pedantes, que te están hablando
los catedráticos. Hay que hablarle al nivel adecuado, pero con la vista de
darle la mano para que suba un escalón. Es decir, no bajarlo, no usar
vulgaridades, sino ayudarle a que después de escuchar se haya enriquecido su
conocimiento, que saque un beneficio genuino de haber escuchado esa
transmisión. Y eso fue lo que gobernó la actividad y de alguna manera es lo
mismo que quisimos hacer en el mundo impreso”.
—Lo hacían bien. ¿Por qué se
salieron de la radio y de los impresos?
—Porque como empresa tuvimos que
dar un giro, ver hacia dónde marchaba el mundo de la comunicación. Entonces nos
metimos a estudiar los temas satelitales y una serie de cosas en donde vimos el
futuro. Creíamos que ya habíamos cumplido con la función y no quisimos
permanecer ahí nosotros en esa tarea.
“Somos, el nombre lo dice, somos
empresarios, entonces había que emprender nuevos caminos siempre en el lado de
la comunicación. Y eso es lo que hemos venido haciendo y seguimos haciendo,
cosas menos, vamos a llamarles, menos notables quizá, pero que están más en
línea con lo que viene, con el futuro”.
Serna Alvear no puede darnos
detalles de sus negocios, principalmente de SSL, la empresa de señalización
digital, publicidad y comunicación corporativa. Es publicidad digital o
canales privados de televisión, por ejemplo, los contenidos que hallamos en los
bancos HSBC, en Banamex, Sephora, Martí, El Palacio de Hierro, Santander, el
Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México y muchos más que de pronto
fueron diseñados específicamente para las empresas.
“SSL sí representa lo que es el
futuro de este grupo”, dice Clemente Serna Alvear. “Estamos por iniciar unos
cambios que vamos a dar a conocer muy pronto, pero básicamente es el negocio
del mundo digital, ahí es donde estamos nosotros, donde está nuestro futuro.
No les puedo dar demasiada información”, se disculpa. “Las pantallas y la
información desde satélites es lo que más se conoce, lo que está detrás es un
proyecto de infraestructura, está en desarrollo, pero eso es sólo el comienzo”.
Siempre van a ser servicios de
comunicación, aclara, pero hay muchas formas de proporcionarlos. “En
telefonía, en satélites, internet, digo, es un mundo impresionante, la
revolución de los medios de comunicación es impresionante”. Y nos advierte:
“Apenas estamos sintiendo los indicios de los cambios que van a venir. Pienso
que se va a transformar mucho la sociedad, el mundo”.
No solamente es hablar de
plataformas, de internet y de aplicaciones. “No, no, porque también es
contenido, nada más que tiene que ser de acuerdo con las modalidades que se
presentan ahora. Sí, sí estamos claramente interesados en contenidos”.
Pensamos en usted cuando
comenzaron a hablar de licitaciones de televisión de las nuevas cadenas. ¿Por
qué no participó?
Porque no es nuestro interés… Con
todo respeto, pero la televisión abierta está siendo seriamente afectada,
primero por la televisión de paga en todas sus modalidades. En todas partes
del mundo, si ustedes vieran lo que fueron las cadenas de televisión
americanas, la CBS, la NBC y la ABC, a lo que son ahora comparativamente hablando,
digo es, a mí hasta me da —como le diría—, me da un poco de ansiedad ver cómo
se redimensionó todo esto (…) Pero ahora va mucho más allá de eso, la gente
joven no pasa sus ratos de ocio viendo una pantalla de televisión y ustedes lo
saben, están los iPhones y todo este mundo que… es otra dimensión, pero que
también tienen contenido, ¿verdad?
— ¿Dónde ven la mayor
oportunidad?, ¿en desarrollos de contenidos, en plataformas tecnológicas o en
los dos?
— Yo creo que son paralelas, es
decir, uno no se hace sin lo otro, la plataforma tecnológica es lo que facilita
crear nuevos hábitos, surgen nuevos hábitos, nuevas facilidades. Pero, al
mismo tiempo, el contenido justifica que exista esa tecnología, entonces no se
puede separar una cosa de la otra…
— ¿Veremos próximamente cambios
radicales entonces? ¿Algo revolucionario?
— La palabra radical sugiere que
va a suceder de la noche a la mañana y no es exacto… Si ustedes observan,
ningún medio jamás ha desaparecido. Siempre narro yo esta historia de cuando
se inventó la escritura, hace miles de años, eso causó un trauma impresionante
entre los oráculos, quienes tenían el monopolio de la comunicación. Se paraba
un señor en tiempos antiguos a hablar y todos los tenían que escuchar, hasta
que a alguien se le ocurrió escribir en unas tabletas de piedra y mandarlas a
otra aldea. Hubo oposición muy seria para que la escritura se desarrollara,
pero muy seria, ¿eh? Porque estaba trastocándose el poder: lo ejercían
hablando. Y eso nada más para señalarle lo que sigue, pues ustedes lo conocen,
cuando surge la imprenta, cuando surge la primera comunicación inalámbrica,
cuando surge la radio, cuando surge la televisión, cuando surgen los satélites,
internet… Digo, todo es una historia que siempre confirma lo mismo…
— ¿La información sí es negocio?
— Sí, bueno porque, es negocio
porque despierta el interés, el interés digamos del sujeto, de la persona, la
información es vital. Yo creo que es inherente al ser humano querer estar
informado. Lo que las sociedades democráticas buscan es que no haya un monopolio
de esa información, que la gente tenga acceso a la información con absoluta
libertad, que pueda escoger sus fuentes de información, que pueda comparar. La
información es vital y cada día se busca que haya una mayor oferta de
información para que la persona pueda juzgar y elegir.
El Financial Times dice que
compró por menos de 10 millones de dólares la revista Expansión y la vendió en
100 millones de dólares…
Yo no digo nada. Ni niego ni
confirmo…—, responde Clemente Serna a botepronto soltando una carcajada.
— ¿Así de bueno fue el negocio?
— Es lo que buscamos los
empresarios.
Clemente Serna insiste en que los
medios no desaparecerán, al menos los medios de calidad. Periódicos, asegura,
siempre habrá en el mundo. Pero el mismo número de compradores no.
“Los periódicos están sufriendo
ahorita una transformación en el mundo, una adaptación, muchos medios se están
yendo a la parte digital como todos prácticamente, pero no desaparecen. Y se ve
inmediatamente cuando hay calidad, cuando digo calidad quiero decir que
realmente cumplen con la función de interesar al sujeto, a la persona que se
busca”.
Insistimos en saber si tiene
interés en comprar algún canal de televisión, alguna revista, alguna plataforma
tradicional. Regresar a ese mundo que conoce tan bien.
Dice que hoy en día no hay
limitantes, no ocurre como en el pasado, en el que era obligatorio conseguir
una concesión. “Hoy en día no existe esa limitante, nuevamente, el reto es el
contenido. La tecnología nadie la puede monetizar, se adquiere. Y el contenido
pues a ver quién acierta, dependiendo de cada proyecto, no les puedo dar mucho
más”.
Clemente Serna no quiere seguir
hablando de medios. Recordamos la carta de Manuel Arango, en la que el
multimillonario le dice que espera que sus hijos continúen desarrollando el
campo de las comunicaciones, la tercera generación. Serna Alvear dice que sus
tres hijos están involucrados en el futuro de Medcom. “Son tres hijos los que
tengo y son los que están… Patricio, Alejandro y Clemente. Está organizado de
tal manera que hay campo de acción para cada uno de ellos”.
— ¿En estos últimos 10 años usted
qué ha hecho?
— Analizar, observar, opinar,
criticar… (Clemente Serna suelta otra ruidosa carcajada). Ése es mi trabajo
actual. No, y pensar, estamos trabajando cosas muy interesantes en cuanto a
contenido…
Demostró ser muy bueno
administrando medios masivos. La situación de los medios hoy es difícil. ¿Si
llegara alguien a ofrecerle un medio, podría rescatarlo? Una radiodifusora o
una revista…
La pregunta es si desearía
hacerlo. Por qué hacerlo, qué ofrece eso… No puedo contestar de una manera
absoluta que no. Pero no, no está en el radar por decirlo de una manera, andar
haciendo eso.
— ¿Cuál es su impresión o su
análisis que hace de la situación económica que está viviendo México? Usted
hace unos años era muy crítico.
— Bueno yo creo que es una
característica del empresario, y tenemos ejemplos muy importantes, de
enfrentar las situaciones y sortear los problemas que se presentan. Digo, no
voy a decir nombres, pero uno de los empresarios más importantes, por no decir
el más, pues surgió en un momento en el que en México había muchos problemas, y
así sucede. Los empresarios no se arredran frente a condiciones en un momento
dado difíciles, se adapta uno y se busca librar el obstáculo. Eso es lo que, si
analizan ustedes históricamente, es lo que han hecho todos los empresarios.
Han habido ejemplos enormes con
los empresarios que crearon los trenes, de repente surge el avión. Y así le
digo: ¿Qué hacen? ¡Pues adaptarse!
— ¿Y en estos meses será más
fácil hacer negocios en México? Porque al menos así lo pintan…
— Yo creo que México está pasando
por un momento, vamos a llamarle pronegocios, de oportunidades,
definitivamente. Y aparte dejamos atrás, gracias a Dios, la época del estatismo
absurdo y del nacionalismo exagerado de: “Esto es de mexicanos y nadie se puede
mover”. Todo esto contribuía a una mentalidad de cerrazón.
— ¿Y la parte política? Me
gustaría preguntarle, la parte económica o macroenómica de pronto pinta bien,
¿y la parte política? Porque últimamente ya ve que hemos escuchado mucha
corrupción. Desde su palestra, ¿qué está viendo?
—
Yo creo que la parte política es importantísima, importantísima. Creo
que ustedes conocen la historia reciente de México, cómo de repente evolucionó
y finalmente se volvió democrática la acción política. Yo creo que muy pocos
países tienen la cantidad de partidos políticos que tiene México. Estamos en
otros terrenos, yo creo que entendiendo cómo funciona la sociedad entre tantas
opciones que se presentan. Pero lo que sería muy deseable es que no hubiera
cambios drásticos en las políticas de los que trazan los gobiernos una vez que
entran a la toma del poder.
“Yo creo que en lo general han
sido muy aceptados por el sector empresarial los cambios que este gobierno
anunció y que está llevando a cabo, creo que son muy aceptables y podrán tener
algunas dificultades para implementarse. Pero lo que sería deseable es que esto
no se viera perturbado en un futuro por un cambio político, eso sería lo
deseable”.
Que en 2018 llegara otra fuerza
política y que cambiara todo nuevamente…
Pues eso siempre crea trastornos.
Hay decisiones que no tienen vuelta atrás, como hoy, una vez que se abre el
mundo de la telecomunicación, pues se está abriendo, y ya no se puede dar
marcha atrás. Yo sí creo que los cambios han sido muy positivos, yo creo que es
la opinión que, por lo general, tienen los empresarios.
— ¿Y su opinión personal?
—De lo que yo conozco, yo creo
que lo que se ha hecho es bastante acertado, bastante acertado. Creo que no
podríamos evolucionar sin esos cambios.
Yo imaginaba, la vez que nos
encontramos en el Club de Industriales, que usted estaba viviendo en una isla
con un yate a su disposición, acostado en la playa… Fue una grata sorpresa
encontrarlo. ¿Por qué sigue trabajando?
(Risas) Pues me divierte…
— ¿Cuándo se va a retirar?
— No, para qué, mientras esté uno
aquí observando, digo, insisto, la generación mía tiene ese papel. Los que
están realmente trabajando, desarrollando los proyectos, es otra generación.
Pero uno cuenta con experiencia, camino andado, ¿no? Y eso, de repente con
inspiración, a veces llega, y ahí estamos.
— ¿Qué gustitos se da?
— Bueno, juego golf muy seguido y
viajo. Pero me interesa mucho todo eso de estar observando todo lo que está
pasando y opinando…
— ¿Mantiene su amistad con el
señor Slim?
— Así es…
— ¿Se ven de vez en cuando?
Platica con el señor Slim?
— Sí, nos vemos, yo lo veo, no
con mucha frecuencia, pero sí lo veo, lo respeto mucho, es un ejemplo y en
muchos sentidos…
Oiga y el señor Vivó, ¿ya no
tiene contacto con él?
¿Con quién?
José Gutiérrez Vivó…
No, hace mucho que no…
Pero vive en Estados Unidos…
Vive en San Antonio… Sí cuando se
iba a ir vino a despedirse de mí y me explicó que se iba, ya no lo he vuelto a
ver, deseo que esté muy bien…
— ¿Usted no se va a retirar?
— No tengo por qué hacerlo así…
no tengo que hacerlo oficial.
Hiroshi Takahashi-Sigue la
innovación con énfasis en lo social y los negocios. Formado en las redacciones
de Milenio Diario y Semanal, El Universal, El Financiero, larevista, Excélsior
y 24 HORAS…
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