Con un crecimiento explosivo, YouTube vale el
doble que Netflix
The wall street journal-Jueves, 31 de Diciembre
de 2015
La última final del campeonato de
fútbol americano, conocida como Super Bowl, acaparó en febrero 114 millones de
espectadores en Estados Unidos y es el programa más visto en la historia de la
televisión de ese país. En junio, un usuario de YouTube subió un video de niños
jugando en una bañera repleta de bolas de colores y nombrando los colores. Ha
sido visto 249 millones de veces. Para ser justos, el partido de fútbol
americano se prolongó por horas, mientras el video, titulado The Ball Pit Show
(algo así como El show de la piscina de pelotas), dura alrededor de dos minutos.
Pero el partido terminó, mientras el video sigue rodando, y ni siquiera figura
entre los 25 clips más vistos este año en YouTube.
El video más visto, 1.300
millones de veces, es del rapero Wiz Khalifa con una canción de la séptima
entrega de la franquicia cinematográfica Rápidos y furiosos. El redactor de
mediana edad, que no es afecto al rap o a las carreras, le dio una mirada. Si
hubiera estado ante la televisión, podría haber visto un comercial basado en el
contenido juvenil del video de, por ejemplo, Gatorade. En lugar de eso, recibió
una oferta de descuento de Brooks Brothers. El autor había comprado
recientemente trajes allí y estaba pensando en unas camisas.
Los inversionistas deben darle
una nueva mirada a YouTube, por tres razones. En primer lugar, crece a un ritmo
asombroso. La empresa matriz, Alphabet, que hasta agosto se llamaba Google, no
desglosa el aporte de YouTube en sus resultados trimestrales, pero a principios
de 2014 indicó que el tiempo de exposición a los videos había saltado 60%
respecto al año anterior, y que el tiempo de visualización en dispositivos
móviles se había duplicado. La televisión, mientras tanto, sólo ha mantenido
constante su audiencia con los espectadores de 50 años y más, mientras que el
segmento de 25 a 34 redujo en 8,6% su tiempo ante los televisores en el último
trimestre respecto del mismo período del año previo, según Nielsen. En cuatro
años, el tiempo de visualización de ese grupo ha caído casi 24%.
Eso es un desafío a largo plazo
para la televisión porque el gasto entre los estadounidenses alcanza su máximo
alrededor de los 45 años, y las empresas tratan de forjar una fidelidad de
marca décadas antes de llegar a ese umbral. Además, en la mayor parte del mundo
se mira mucho menos televisión que en EE.UU. Un 80% de la audiencia de YouTube
proviene de fuera de EE.UU.
La segunda razón por la que los
inversionistas deben sintonizarse con YouTube es que el dinero va detrás de los
espectadores. Las acciones de Netflix subieron 141% este año, con lo que se
convierte en el valor más atractivo del índice Standard & Poor’s 500. Esto
se debe a su rápido crecimiento: se espera que los ingresos de Netflix crezcan
23% en 2015, a US$6.800 millones. Pero YouTube, que tiene casi 15 veces el
número de usuarios de Netflix, podría facturar casi US$9.000 millones este año,
y se expande más rápido.
Netflix aumentó recientemente en
US$1 el precio en EE.UU. de su servicio de streaming al mes a US$9,99, lo que
insinúa su fuerte posición competitiva. YouTube recientemente lanzó su propio
servicio por suscripción, pero en el corto plazo, gran parte del crecimiento de
sus ingresos provendrá de los anunciantes que simplemente buscan ponerse al día
con las tendencias de videos. El ingreso promedio por espectador de YouTube
podría duplicarse en cinco años. Si YouTube fuera una empresa que cotiza por
separado, podría valer US$100.000 millones, casi el doble de la reciente
capitalización bursátil de Netflix.
Eso conduce a la tercera razón
para apostar a YouTube. La acción de Alphabet ha subido 44% este año debido a
que la compañía ha hecho dos de las tres cosas que los inversionistas habían
reclamado durante un largo tiempo. Devolvió efectivo a los accionistas; en
octubre, anunció una recompra de acciones por US$5.000 millones. También ha
contenido el crecimiento interanual de los costos a 9% el último trimestre
frente a 28% un año antes. Ahora los inversionistas quieren saber más acerca de
cómo la empresa invierte y el desempeño de sus negocios individuales.
YouTube y Alphabet no facilitaron
el acceso a sus ejecutivos para este artículo, pero Alphabet dice que comenzará
a dar reportes más detallados con sus resultados del cuarto trimestre,
previstos para finales de enero. Eso podría hacer que más inversionistas
piensen en la suma de las partes de la empresa, del mismo modo que este año
Amazon.com ha comenzado a desagregar el crecimiento de su floreciente negocio
de computación en la nube para ver como el precio de su acción más que se duplicaba.
La acción de Alphabet, recientemente en US$760, tiene una buena oportunidad de
llegar a US$1.000 durante el próximo año, para acumular una ganancia de más de
30%.
YouTube, que fue comprada por
Google hace nueve años por US$1.650 millones, es un sitio web para compartir
videos, tanto aficionados como profesionales. Un buen ejemplo de lo primero es
el clip de 19 segundos Me at the Zoo, subido en 2006. En él, un joven de 25
años revela que “lo bueno de estos chicos es que, es que tienen una trompa muy,
muy, muy larga. Y eso es, eso es genial”. Lo bueno de quien aporta la voz,
Jawed Karim, es que fue cofundador de YouTube.
Un buen ejemplo de un clip
profesional es el más visto de todos, Gangnam Style, que presenta el baile del
cantante coreano Psy. Ya va por los 2.500 millones de vistas, pero su ventaja
no está garantizada. Entre los 14 videos con más de 1.000 millones de vistas,
nueve han sido subidos desde comienzos de 2014. Muchos de los más vistos son
videos, ya que a los usuarios les gusta subir sus temas favoritos y utilizar el
sitio como una emisora de radio. Hay espectáculos con guión, videos caseros,
guías de cómo hacer, avances de películas y meteduras de pata —la coronación
erróneamente como Miss Universo de la Miss Colombia por el comediante Steve
Harvey fue un claro favorito hace poco.
Pero tratar de clasificar lo que
a los usuarios de YouTube les gusta es perder de vista lo más importante. Es la
presión que cargan los ejecutivos de televisión: tratar de predecir los gustos
del público, y luego poner el capital en riesgo para someter a prueba sus
predicciones. YouTube recibe su contenido sin costo y simplemente divide los
ingresos por publicidad 45/55, una distribución en el que sus “celebridades”
obtienen la mayor tajada.
Es una máquina que refleja los
gustos del público, para bien o para mal, en tiempo real. Pocos ejecutivos de
televisión podrían haber previsto la locura que inspiraría el simple acto de
desempacar, videos en los cuales todo lo que hacen los usuarios es abrir los
embalajes de juguetes y jugar con ellos ante la cámara. Una de las estrellas
que obtuvo los mayores ingresos de YouTube el año pasado, visible sólo como un
par de manos muy bien cuidadas, ganó un estimado de US$5 millones. Su primer
éxito, nueve minutos utilizando un pedazo de plastilina Play Doh para hacer
vestidos de muñeca, ha sido visto más de 400 millones de veces. Es probable que
este año, un sueco de 26 años, de lengua filosa y astuto editor de video que se
hace llamar PewDiePie, duplique aquellos ingresos. Ninguno de sus videos ha
superado individualmente los 100 millones de visitas, pero publica uno casi
todos los días y tiene 41 millones de suscriptores, frente a los seis millones
de la chica de Play Doh.
Eso significa que PewDiePie tiene
cientos de videos con cinco millones de vistas o más, un éxito fenomenal para
los estándares de la televisión. En conjunto, sus videoclips (bailando con su
perro, comiendo malvaviscos con su novia, jugando videojuegos, etc.) se han
visto 10.000 millones de veces. El planeta tiene 7.000 millones de personas.
YouTube es popular, en parte,
porque tuvo un comienzo temprano y disfruta de un claro efecto de red: los
editores de video van a donde están los espectadores y los espectadores van a
donde están los videos. Al igual que Google, es un sitio limpio, rápido de
cargar y fácil de usar. También es social. Los usuarios pueden escribir
comentarios en los videos y, más importante, descubrir lo que otros están
mirando. A los anunciantes les gusta YouTube tanto por sus posibilidades de
personalización como por su alcance. “Uno puede construir eficazmente su propia
cadena de televisión”, dice Mike Henry, director ejecutivo de OpenSlate, que
hace seguimiento a los datos de cientos de miles de canales de YouTube, o
colecciones de videos de editores individuales. Su software va más allá de
contar vistas para medir aspectos como la consistencia de un usuario de YouTube
y la capacidad de influir en las decisiones del espectador. Puede vincular
empresas con canales que son seguros para sus marcas y que pueden ser vistos
por posibles clientes.
Alphabet puede enfocar campañas
en función de la demografía, la ubicación y mucho más con la ayuda de los datos
de acceso de sus otros sitios, como Gmail. A diferencia de la televisión, se
puede realizar un seguimiento de los consumidores una vez que salen de YouTube
conforme evalúan productos en otros sitios. También a diferencia de la
televisión, donde los anunciantes compran tiempo a granel antes de que
comiencen los programas, YouTube les permite comenzar en forma moderada, cuando
lo estimen conveniente. Uno de los mayores atractivos para los anunciantes es
TrueView, una función que le permite al público saltarse un anuncio (“skip this
ad”) después de los primeros cinco segundos. Los espectadores que se quedan han
elegido hacerlo, y eso los hace valiosos. Los que se van no son molestados por
la marca, y los anunciantes obtienen cinco segundos gratis para hacer su
presentación.
Según Alphabet, las 100
principales marcas globales han colocado recientemente anuncios en TrueView, y
la inversión publicitaria de ese grupo ha estado creciendo 60% al año mientras
el número de espectadores para ese tipo de anuncios ha crecido 40%. Sin
embargo, las ganancias de YouTube están por debajo de su potencial. Ken Sena, analista
del banco de inversión Evercore ISI, estima que YouTube mostrará más de 543.000
millones de anuncios en video este año a un costo por mil de US$13,50, así como
más de 815.000 millones de anuncios gráficos que se ejecutan con los videos, a
un costo de US$1,95 por mil. Eso equivale a casi US$9.000 millones en ingresos
brutos antes de que YouTube pague la tajada que les corresponde a los creadores
de los videos.
Si se asume que YouTube tiene
1.300 millones de usuarios, esa cifra representa alrededor de US$7 en ingresos
por usuario, un valor que está al nivel del de Twitter, y muy por detrás de los
US$11 de Facebook, por no hablar de los US$106 de Netflix y los US$198 para el
floreciente AMC Networks, que trasmite en EE.UU. la exitosa serie de zombis The
Walking Dead. Sena predice un aumento de los ingresos por usuario para muchos
anunciantes en línea en los próximos años, con una proyección de US$13 para
YouTube hacia 2020.
No es una meta especialmente
elevada. YouTube aloja hoy 19% de los videos que se ven en Internet, pero sólo
9% de los anuncios en video. Hacia 2020, el negocio podría facturar US$28.000
millones al año, quedarse con cerca de la mitad después de pagar a los
creadores de videos, y aun así disfrutar de un crecimiento de 20% anual. Sena calcula
que YouTube vale hoy US$85.000 millones, es decir más de US$65 por usuario,
pero señala que la estimación podría ser conservadora. Se asume que los
usuarios de YouTube no son mucho más valiosos que los de Twitter, a pesar de
que, en tiempo, los primeros tienden a estar conectados el equivalente 10 veces
más que los de Twitter.
No está claro si los
inversionistas se dan cuenta de que YouTube aporta quizás 15% de los ingresos
de Alphabet y que podrían acercarse a 25% a finales de la década. Alphabet probablemente
se ha conformado con cubrir los costos para invertir en infraestructura,
trabajadores, investigación y nuevos productos. Con el tiempo, se puede retraer
la inversión a medida que los ingresos crecen, y desbloquear los márgenes de
ganancias que están a la par con los abultados promedios de la compañía. Esa es
una de las razones por las que Alphabet, que ya es una de las cinco mayores
empresas de EEE.UU. por ganancias, tiene el potencial de crecer tan
rápidamente, y quizás duplicar esas ganancias hacia el final de la década.
A fines del año pasado, cuando
Barron’s recomendó su compra, la acción de Alphabet rondaba los US$528. Ha
subido 44% desde entonces. Mark Mahaney, analista de RBC Capital Markets, tiene
un precio objetivo de US$880, lo que implica un alza de 15%, una proyección que
basa en un múltiplo de ganancias. Pero después de que la empresa comience a
presentar informes más detallados de sus negocios centrales, como los vehículos
de conducción autónoma y automatización de hogares, una valuación que
represente la suma de las partes podría tener más sentido. Dependiendo de los
márgenes, eso podía impulsar la acción a US$1.000, escribió Mahaney a comienzos
de diciembre.
Pese a lo brillante que puede
parecer el futuro de YouTube, también tiene desafíos por delante. El principal
de ellos es Facebook, que sólo el año pasado hizo del video una prioridad, y
que el mes pasado informó que las reproducciones de clips se habían duplicado
desde el segundo trimestre a 8.000 millones al día. Eso significa que ha
alcanzado a YouTube, y Facebook es una plataforma de ensueño para las empresas,
con un gran tesoro de datos sobre los usuarios que ayuda a definir el público
objetivo. A juzgar sólo por las recientes declaraciones sobre su crecimiento,
Facebook hace que YouTube parezca lo que YouTube hace parecer a la televisión.
Pero los números podrían inducir a error. Facebook contabiliza como una visión
de video después de haberlo pasado tan sólo tres segundos, independientemente
de si un usuario lo hace intencionalmente o no. Esto significa que cuando un
usuario, por ejemplo, se desplaza verticalmente por su muro y pasa por un video
de reproducción silenciado, Facebook puede contarlo como una vista. Y eso, a su
vez, significa que Facebook tiene una tasa de retención promedio mucho menor que
YouTube.
Peor aún, algunos usuarios de
YouTube se quejan de robo rampante. Facebook otorga prioridad a los videos que
están incrustados en su sistema en desmedro de los que se publican como enlaces
de YouTube. Cazadores Inescrupulosos de clics pueden robar videos que han
tenido efecto viral en YouTube y publicarlos en Facebook, una táctica llamada
filibusterismo. El mes pasado, una celebridad de YouTube devolvió el golpe con
una explicación altamente producida con el título How Facebook Is Stealing
Billions of Views (algo así como: Cómo Facebook roba miles de millones de
vistas), que ha sido pasado 2.400 millones de veces en YouTube. El corto acusa
a Facebook de hacerse de la vista gorda ante el filibusterismo y, como
resultado, ganó 17.000 millones de visitas adicionales sólo en el primer
trimestre de este año.
YouTube, por supuesto, también
fue alguna vez un Viejo Oeste de robo de propiedad intelectual y manipulación
de clics antes de refinar y hacer cumplir las normas. Facebook dice que tres
segundos es una opción común para medición de vistas y que ofrece a los
anunciantes métricas detalladas. La compañía agrega que está construyendo la
nueva tecnología de comparación de videos para luchar contra la piratería.
En última instancia, hay un
amplio espacio para estos dos pesos pesados, además de plataformas de video más
pequeñas como Snapchat y Twitter, para atraer una creciente tajada de los
dólares que hoy van a la publicidad en televisión. Aunque los datos de los
usuarios podrían ser una ventaja para Facebook, la red social debe mantener un
equilibrio entre la satisfacción de sus usuarios y el acceso a los anunciantes.
Los cambios realizados a mediados de año, que dan a los usuarios más control
sobre quién aparece en la parte superior de sus canales de noticias, podría
hacer más difícil ponerse a la vista de los usuarios. En YouTube, encontrar un
video a través del motor de búsqueda constituye la mayor parte del juego.
En el largo plazo, YouTube puede
establecer una ventaja sobre Facebook en contenido premium. YouTube Red,
lanzado en octubre, ofrece una visualización sin publicidad por US$9,99 al mes.
El servicio incluye la posibilidad de guardar y ver videos en línea, y concede
libre acceso a Google Play Music, que es comparable a la de Apple Music en disponibilidad
de temas y está muy por delante de Amazon Prime Music. Queda por ver si un
número significativo de los fans de YouTube estará dispuesto a pagar. Si Red
cobra impulso, Alphabet puede utilizar los ingresos para agregar contenido
exclusivo, y quizás competir más directamente con Netflix y Hulu.
El criterio abierto de YouTube
sobre la publicación de videos también tiene un lado oscuro. Se ha convertido
en una plataforma preferida para los fanáticos de la violencia, especialmente
los yihadistas. Las reglas de uso de YouTube prohíben las representaciones de
violencia cuyo único propósito sea causar shock o faltar el respeto, por lo
cual los videos de decapitación de Estado Islámico son dados de baja, pero no
siempre con la inmediatez suficiente, porque se publican sin revisión previa.
La incitación a la violencia también va contra de las reglas de YouTube, pero
hay zonas grises.
“No hay vuelta atrás para el
movimiento yihadista en todo el mundo”, se burla en uno de los miles de videos
de YouTube Anwar al-Awlaki, un imán radical nacido en EE.UU., que es una
especie de celebridad de YouTube. “Ustedes aún están inseguros, incluso en el
más sagrado de sus días sagrados, el día de Navidad”, proclama. Su carrera de
charlas motivacionales se terminó en Yemen a causa de un misil Hellfire a
finales de 2011, pero su obra vive a través de YouTube. El sitio ha eliminado
algunos de los videos de Al-Awlaki en los últimos años sólo para volver a
aparecer después, reportó The New York Times este mes.
Trazar la línea entre libertad de
expresión e incitación al odio no es fácil. Tampoco lo es vigilar las 400 horas
de videos que cada minuto entran en la plataforma. Pero Alphabet, una empresa
cuyos proyectos secundarios incluyen el diseño de lentes de contacto que pueden
medir los niveles de glucosa en las lágrimas, también podrá encontrar la mejor
manera de impedir que los terroristas islámicos usen YouTube como un arma. Y
los compradores de anuncios deben empujar a Alphabet en la dirección correcta;
Procter & Gamble y Anheuser-Busch se sorprendieron al saber a principios de
este año que sus anuncios habían sido pasados sobre videos de yihadistas.
“Tenemos políticas claras que
prohiben el reclutamiento de terroristas y el contenido cuya intención sea
incitar a la violencia, y rápidamente eliminamos videos que violen estas
políticas cuando nuestros usuarios nos avisan”, dijo un vocero de YouTube en un
comunicado.
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