Influencia
positiva: 10 fórmulas para desarrollarla
FORBES-
Martes, 15 de Diciembre de 2015
¿Quieres ser apreciado y
trascender, ya sea en el trabajo, con la familia o los amigos? Te comparto
algunas reflexiones que te ayudarán a desarrollar la habilidad de influir
positivamente en los otros.
La vida moderna es complicada, a
veces extenuante: salir adelante económicamente, las presiones por el tráfico,
la salud, el trabajo, la familia, por un lado, y por otro, llevarla bien con
los vecinos, la contaminación, la delincuencia, violencia, adicciones, ruidos,
olores, voces, saturación y hacinamiento.
Pero ni hablar. Siendo seres
sociales, urbanos e interconectados, y ya casi en víspera del año nuevo, he
aquí algunas reflexiones que hemos conjugado de nuestra experiencia profesional
para desarrollar la habilidad de influir positivamente en los otros, para dejar
una huella de nuestro paso, ser apreciados y trascender en cada oportunidad de
convivencia, ya sea laboral, comercial, festiva, de pareja, de negocios, de
amistad o de servicio,
Desarrolla gratitud:
Cada minuto
que estás vivo, cuenta; cada amigo, vale. Todas las cosas que pasarán en tu
vida son dignas de apreciarse; no esperes a que no las tengas para
disfrutarlas. Aprecia lo que otros hacen por ti. No escatimes en reconocimiento
y agradecimiento; son las mejores herramientas para que las personas pongan lo
mejor de sí mismas.
Respeta el principio de
reciprocidad:
La vida te cobra las cosas, tarde o temprano. ¿Quieres que te
respeten? Comienza respetando. ¿No quieres chismes acerca de tu vida? No hagas
caso de los que te dicen de otros, no hables a sus espaldas y mucho menos te
metas en las vidas ajenas. Dar, siempre es bienvenido; todo gesto de nobleza y
cordialidad seguramente tendrá su recompensa. Confianza, entendimiento, respeto
y amistad no pueden existir sin una contraparte; son absolutos, se cultivan en
la medida que los vas sembrando todos los días.
Mira siempre al frente:
No hagas
a nadie sentirse inferior, tampoco busques ser petulante ni prepotente, mira a
los ojos, da un saludo que perdure, descubre los gestos y las expresiones de
quienes te rodean. Hay miles de cosas buenas que te estás perdiendo por no
tomarte el tiempo. Las buenas maneras, la cortesía, la civilidad, los
ordenamientos son fundamentales, básicos, imprescindibles hasta en el infierno.
Paciencia, diplomacia y pulcritud son expresiones de personalidades poderosas,
asertivas, seguras, cultivadas, disciplinadas y de una autoestima sana y
estable.
Erradica los negativos:
Deja
atrás al pesimismo; el discurso programa. Así que mejor limpia de tu vida las
quejas, culpas, miedos, inseguridades, dolores, maldiciones, enfermedades… y
ponlas a trabajar con un nuevo enfoque: voy a recuperar mi salud, voy a mejorar
mis hábitos, no hay flojera que me dure ni burócrata que me joda, traigo caviar
(que es hueva, pero no es lo mismo).
Vive con compromiso: La autoridad
moral nace de la congruencia y la consistencia. Para ser un modelo social, para
que te conviertas en una persona que influya en los otros, de quien se busca
consejo, causa admiración y los motiva a seguirte, debes vivir bajo una sola
línea entre tus ideas, tus acciones, tus motivaciones, tu palabra y tus
resultados.
Nunca dejes de aprender:
La
sabiduría, el conocimiento, la habilidad, el ingenio, todas esas cualidades te
generan prestigio, seguidores y respeto. La influencia positiva existe cuando
los otros te piden consejo, recurren a ti cuando quieren resolver un problema,
te consideran una referencia, te recomiendan y hablan bien de ti. La validación
social de tu reputación es la mejor publicidad de tu talento productivo.
Disfruta cada momento a plenitud:
Si tu concepto de una cena romántica es revisar tu mensajería, actualizar tus
redes sociales en un buen restaurante, donde no sabes qué comiste ni qué
bebiste, incluso inventando que estuviste con alguien, pero la compartiste con
todos tus “amigos” y sacaste 20 likes, piénsale a fondo si te conviene
cabildear una iniciativa para que se permita el matrimonio entre humanos y
celulares, y que se incluya una app para formalizar el compromiso. Aquí y ahora
es muy breve. Usar y disfrutar tienen diferencias, y éstas se aplican hasta en
el sexo.
Aférrate a lo bueno:
Agárrate
hasta con los dientes de la gente positiva, humanista, optimista, así como de
las cosas buenas; si salió el sol, bien; si no, también. Que nada modifique tu
estabilidad, no te dejes quebrar, saca fuerzas, coraje, voluntad, motivación de
ti mismo, todos los días. Aguanta, resiste, lucha, perdura, supera la crisis.
En momentos adversos, la gente quiere seguir a quien sabe mantener el rumbo con
mano firme. Una tormenta puede desviar y hundir el barco, pero las historias se
escribirán por la memoria de quienes lucharon contra ella –hayan ganado o
perdido– y olvidaremos a quienes simplemente claudicaron.
Integridad y honestidad siempre:
La única persona con quien vas a estar toda tu vida eres Tú. No la puedes
abandonar, no te puedes divorciar, ni le puedes ocultar nada; te sabe hasta lo
que a veces tú mismo no sabes de ti, y si te pones a pensar en lo que los otros
se imaginan, mejor ni le muevas. Rectitud e integridad son escasas; ponte de
ese lado. Aliviana el costal de tu vida, pues no falta quien le eche piedras.
Nunca renuncies a dar lo mejor:
Si eres de quienes ponen todo en su trabajo, en sus relaciones, respetas las
reglas y ves que otros no lo hacen, no te desanimes, que no te importe y mucho
menos que te desaliente. No culpes a nadie de tus errores; mejor busca cómo
superarlos y no volver a cometerlos. Enfrenta los obstáculos: prográmate,
proyéctate, visualízate, enfócate para vencer retos. No pidas no tener
problemas; piensa, actúa y ruega por tener la fuerza para vencerlos.
Alfredo Paredes-CEO de Capitol Consulting&Communication. Experto
en comunicación estratégica. Consultor y académico internacional. Asesor de
empresas y gobierno.
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