El negocio del lujo, según François Pinault
The wall street journal - Domingo,
6 de Diciembre de 2015
François-Henri Pinault,
presidente de la junta y presidente ejecutivo de Kering, el grupo de bienes de
lujo con un valor de mercado de US$21.000 millones, piensa que la palabra
“lujo” se usa excesivamente. “Uno siempre es más lujoso que otro, y uno siempre
es menos lujoso que otro”, dice Pinault, cuya empresa es dueña de 22 marcas
deportivas y de moda, incluidas Gucci, Saint Laurent, Balenciaga y Puma.
Como quiera llamarlo, el mercado
global de bienes de alta gama se ha desacelerado recientemente. Aun así, Kering
está creciendo. Los ingresos del conglomerado en 2014 ascendieron a US$10.700
millones, un alza de 4,9% frente al año previo. Una de las metas de la
compañía, señala, es tratar a los directores creativos y presidentes ejecutivos
de cada marca como socios empresariales.
Pinault, de 53 años, pasó recientemente
algunos días en Nueva York para aceptar el Premio de Liderazgo Internacional de
la Liga Antidifamación, tradicionalmente conocida como B’nai B’rith. Sentado en
una sala de conferencias en el octavo piso de las oficinas de Kering en Nueva
York, describe la forma en la que reinventó la empresa que su padre fundó en
1963 como una compañía de materiales construcción.
Nacido en Rennes, Francia, Henri
Pinault siempre se interesó por el trabajo de su padre. Después de graduarse de
la Escuela de Estudios Superiores de Comercio de París (HEC, por sus siglas en
francés) y completar un período en las fuerzas armadas de Francia, se incorporó
en 1987 al negocio de la familia. En 2005, tomó las riendas de Kering.
Durante la gestión de su padre,
la empresa era un conglomerado de diferentes tipos de negocios que variaban
desde materiales de construcción hasta tiendas minoristas, todos concentrados
en Europa. Al ver que el mundo empresarial se volvía más global, Pinault
decidió especializarse en el mercado internacional de moda, artículos
deportivos y estilo de vida de lujo. En 2008, Francia aportaba 55% de los
ingresos de Kering. El año pasado, el país galo generó menos de 5%.
También cambió el nombre de la
empresa de PPR a Kering. Inspirado en la palabra “ker”, que significa “casa” en
bretón, el nuevo nombre sonaba como “caring” en inglés y tenía el objetivo de
suavizar la imagen de la compañía. Pinault dice que la empresa también ha
realizado un esfuerzo por contratar más mujeres. En 2014, 60% de los empleados
del grupo eran mujeres; 80% de su clientela es femenina.
Una salida notable fue la de la
directora creativa de Gucci, Frida Giannini, quien dejó la empresa el año
pasado. Kering contrató como reemplazo a Alessandro Michele, alguien
relativamente desconocido. Giannini está entre un puñado de nombres reconocidos
en el mundo de la moda que han decidido dejar sus cargos en los últimos años,
incluyendo Alexander Wang de Balenciaga y Raf Simons de Christian Dior, parte
de LVMH, lo que ha planteado interrogantes sobre un agotamiento creativo en la
industria.
Es un trabajo difícil, señala
Pinault, pero no cree que eso sea novedoso. “La industria es difícil”, dice.
“El ritmo es lo que es”. Para tratar de facilitar el trabajo de los directores
creativos, procura juntarlos con presidentes ejecutivos que los complementen y
que manejen el lado administrativo. “El riesgo es que la persona en el cargo
creativo no es un gerente”, dice.
Lo que ha cambiado de forma más
amplia el mundo de la moda, agrega, es el comercio electrónico. De todas
formas, Pinault recalca que es difícil para una marca de alta gama trasladarse
a una audiencia masiva en línea. “Si lo que se hace en línea no es percibido
como tan de lujo como lo que hace fuera de Internet, hay un problema”, dice. La
mayoría de sus empresas usan la web para promocionar el reconocimiento de marca
más que para atraer nuevos clientes.
Una de las estrategias probadas
que siguen usando las marcas de Kering es el uso de celebridades. Pinault
asegura que la mayoría de los patrocinios de famosos a sus marcas están basados
en una conexión auténtica. Por ejemplo, la cantante Rihanna, que en su
adolescencia usó zapatillas deportivas Puma, ha diseñado ahora algunos modelos
para la marca.
Pinault se ha familiarizado más
con el mundo de las celebridades a través de su esposa, la actriz mexicana
Salma Hayek, con quien tiene una hija de 8 años. El ejecutivo también tiene una
hija con la modelo Linda Evangelista y dos adolescentes con su primera esposa.
Viaja con frecuencia, pero le gusta pasar el mayor tiempo posible con su
familia en sus casas de París y Londres. “Tratar de tener una vida familiar muy
sólida es muy importante para mí”, cuenta. “Y debo señalar que mi esposa es una
maga para eso”.
Últimamente, ha tratado de
encontrar la forma de explicarles a sus hijos los recientes ataques terroristas
en París. Pinault asistió a una reunión cerca del teatro Bataclan horas antes
de la masacre allí el 13 de noviembre. “Por un lado, es importante que sepan
qué pasa”, dice, pero no quiere que tengan miedo.
Más allá de una mayor seguridad
en las tiendas minoristas y los desfiles de moda, el ejecutivo planea seguir en
su mayor parte dirigiendo la empresa con normalidad tras los ataques.
“La moda que estamos haciendo es
parte de nuestra forma de vida”, anota. “Deberíamos ser incluso más creativos,
más consistentes, para dejar claro que continuamos. Esta es la forma en la que
vivimos, y nadie nos obligará a vivir de forma diferente si es a costa de
nuestra libertad y nuestros valores”, dice. “El lujo es una celebración de la
vida (…) y tenemos que ser un ejemplo de eso”.
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