El ‘smartphone’, una ventana a su
solvencia crediticia
The wall street journal- Jueves,
3 de Diciembre de 2015
Un puñado de nuevas empresas
respaldadas por Silicon Valley busca revolucionar los préstamos en los países
en desarrollo, donde los bancos son escasos y muchos aspirantes a tomar un
crédito carecen de historial financiero.
La fórmula de estas empresas es:
muéstrenos su smartphone y nuestra aplicación determinará su capacidad de pago.
Los teléfonos inteligentes pueden
reducir drásticamente el costo de los préstamos, predicen algunos expertos,
debido a que las aplicaciones que contienen generan enormes cantidades de datos
de textos, correos electrónicos, coordenadas GPS, publicaciones en redes
sociales, recibos de compras, y así sucesivamente, lo que aporta miles de
sutiles patrones de comportamiento que guardan correlación con el cumplimiento
o incumplimiento de los pagos.
Incluso variables tales como la
frecuencia con que un usuario recarga la batería del teléfono, el número de
mensajes de texto recibidos, la cantidad de kilómetros que viaja en un día
determinado o cómo añade contactos en sus teléfonos —la decisión de incluir
apellidos se correlacionaría con la capacidad de pago del usuario— puede
influir en la decisión de otorgar un préstamo.
Branch.co ofrece una aplicación
para Android en Kenia que permite a los usuarios solicitar un crédito y obtener
la aprobación y acceder a los fondos en forma inmediata. Los préstamos
promedian US$30, suficiente para que un conductor de taxi pague la gasolina o
una vendedora de frutas se abastezca de mercadería. Branch aplica un interés de
entre 6% y 12%, dependiendo de la capacidad crediticia del prestatario, que
habitualmente paga el préstamo en plazos que oscilan entre tres semanas y seis
meses.
El microcrédito tradicional
tiende a ser mucho más caro —las tasas de interés superan a menudo 25%— en
parte porque los acreedores deben visitar los prestatarios en terreno para
evaluar su capacidad de reembolso. Los bancos se han mantenido al margen de
esta operatoria debido al alto costo de la construcción de sucursales físicas.
Las nuevas empresas de préstamos
basados en aplicaciones están respaldadas por algunos de los nombres más
poderosos de Silicon Valley. Branch, que fue fundada por el pionero de los
microcréditos Matt Flannery, ha recibido financiación de Joe Lonsdale, cofundador
de Palantir Technologies, una empresa de análisis de datos. InVenture, con sede
en Los Ángeles, es dirigida por una ex funcionaria de las Naciones Unidas y es
financiada por los inversionistas de riesgo Chris Sacca y Zachary Bogue. Saida
cuenta con el financiamiento de Y Combinator, una incubadora de nuevas firmas.
Omidyar Network, una firma de inversión y una fundación establecida por Pierre
Omidyar, el fundador de eBay Inc., tiene una participación en Lenddo, un
prestamista que determina la solvencia mediante el análisis de redes sociales
como Facebook.
Al instalar estas aplicaciones en
sus smartphones, los usuarios les autorizan el acceso a cualquier información
que pueda ayudar a evaluar su solvencia crediticia, usando desde el contenido
de sus textos y mensajes de correo electrónico hasta la duración y el volumen
de sus llamadas.
Los algoritmos de InVenture, por
ejemplo, encontraron que los usuarios que esperan hasta después de las 10 de la
noche para hacer llamadas —cuando las tarifas son más bajas—, son los
prestatarios de menor riesgo. En cierto modo contra lo que podría asumirse,
Branch halló que los usuarios que son conocidos por hacer apuestas —algo que la
aplicación puede determinar al escanear los mensajes o los pagos a las empresas
de juegos de azar— son más propensos a pagar sus préstamos que los no
jugadores.
“Uno es capaz de acceder (a la
información) y entender realmente la vida cotidiana de estos clientes”, dice
Shivani Siroya, presidenta ejecutiva de InVenture. El algoritmo en que consiste
la fórmula de puntuación de su empresa analiza unos 10.000 indicios por
cliente.
Estas nuevas empresas de crédito
se basan en la popularidad de la banca móvil en muchas economías en desarrollo
y el rápido aumento del uso de teléfonos inteligentes. Un informe del Centro de
Investigación Pew publicado en abril muestra que 34% de los sudafricanos, 27%
de los nigerianos y 15% de los kenianos poseen un smartphone.
Los clientes de Branch e
InVenture en Nairobi, Kenia, dijeron que habían utilizado los préstamos para
financiar la operación o mejorar sus pequeñas empresas. Algunos tenían acceso a
los bancos, pero percibieron que las tasas que podían obtener a través del
teléfono eran mejores; otros habían pedido prestado informalmente a los vecinos
a altas tasas de interés.
El propietario de un centro de
belleza y control de peso cuenta que los pequeños préstamos cubrieron artículos
tales como limpiadores de la piel cuando su cuenta bancaria quedó corta de
fondos.
Samuel Njuguna, un chef, compró
platos, cubiertos y ollas. “He tenido que rechazar algunas oportunidades de
negocio debido a la falta de equipamiento”, explica. Ahora dice que está
volcando la mayor parte del dinero en su negocio.
“Estas son personas que no tienen
un puntaje de crédito”, señala Flannery, de Branch, cuya empresa anterior,
Kiva.org, ayudó a expandir el microcrédito. “Su huella digital puede establecer
su historial crediticio”.
Nuevas empresas de préstamos como
Branch podrían ofrecer crédito formal por primera vez a entre 325 millones y
580 millones de personas en las economías emergentes, según un informe reciente
de Omidyar Network.
Mientras que los prestamistas en
smartphones se centran en los mercados emergentes, sus esfuerzos para evaluar
el riesgo a partir de fuentes de datos no tradicionales es parte de una
tendencia más amplia en Silicon Valley. Affirm, LendUp, ZestFinance y otras
firmas utilizan datos de fuentes tales como las redes sociales, el
comportamiento en línea y los revendedores de datos para determinar la
solvencia de decenas de miles de consumidores estadounidenses que no tienen
acceso al crédito.
Y competidores con bolsillos más
profundos están incursionando en el negocio. Visa Inc. ha creado aplicaciones
de pago móvil en Ruanda y trabaja con International Business Machines Corp.
para utilizar registros de transacciones al por menor o remesas para crear una
alternativa a los sistemas de puntaje crediticio. Alibaba Group Holding Ltd.,
el gigante chino del comercio electrónico, lanzó recientemente un programa de
puntuación basado en el tesoro de datos sobre transacciones de la propia
compañía para evaluar el riesgo.
Defensores de la privacidad se
han quejado de que quien solicita un préstamo puede sufrir un rechazo debido a
una publicación en Twitter que diga, por ejemplo, “mi auto se averió”. Las
empresas estadounidenses tienen amplio margen de maniobra para ofrecer préstamos,
siempre y cuando no vendan las puntuaciones de crédito o discriminen a las
minorías étnicas, las mujeres o personas con discapacidad.
Omidyar Network encuestó a
decenas de personas en los países en desarrollo sobre los aspectos positivos y
negativos de la privacidad, para encontrar que una mayoría de los entrevistados
no tenía ningún problema en compartir datos personales a cambio de los fondos
que necesitaban.
Como ex funcionaria del Fondo de
Población de las Naciones Unidas, Siroya, la presidenta ejecutiva de InVenture,
ha realizado más de 3.000 entrevistas en profundidad con pequeñas empresas en
los países en desarrollo. Dice que los prestatarios de estos países son mucho
menos riesgosos de lo que creen las instituciones financieras.
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