La ciberseguridad de la banca empieza por casa
The wall street journal- 27 de Diciembre de
2015
Aterrorizados por una serie de
recientes ataques cibernéticos, los bancos están gastando miles de millones de
dólares en su intento por defenderse de un ejército sin rostro de intrusos
digitales.
No obstante, las mayores amenazas
pueden venir de dentro.
Los bancos temen que los
empleados estén exponiendo involuntariamente información valiosa a los hackers
o dejando pistas en línea que hagan posible un ataque digital. Para fortalecer
sus defensas, las compañías prohíben a sus empleados usar dispositivos
portátiles, como unidades USB, les advierten que tengan cuidado con lo que
publican en las redes sociales e incluso los desalientan a poner mensajes como
“Estoy fuera de la oficina” como respuesta automática en sus correos
electrónicos.
Varios bancos también analizan si
sus empleados abren sin querer la puerta de sus empresas a los hackers cuando
son víctimas de intentos de phishing, un tipo de engaño en el que los
delincuentes persuaden a los destinatarios para que hagan clic en enlaces que a
menudo contienen malware que permite acceder a contraseñas u otra información
sensible.
Semanas después de que J.P.
Morgan Chase & Co. sufrió una violación masiva de datos que expuso la
información de 76 millones de clientes, el mayor banco de Estados Unidos por
activos envió un e-mail de phishing falso a sus más de 250.000 empleados para
ponerlos a prueba. Aproximadamente 20% de los destinatarios hizo clic en el
enlace, según fuentes cercanas.
Un representante no quiso hacer
comentarios sobre las iniciativas que el banco ha llevado a cabo desde entonces
para prevenir que sus trabajadores hagan clic en correos electrónicos que
podrían exponer datos. La empresa prohíbe a su personal usar sus direcciones de
e-mail laboral para uso privado, tales como registrarse en sitios de compras o cuentas
de redes sociales como LinkedIn, según una nota enviada a los empleados tras el
ataque cibernético. J.P. Morgan ha indicado que en 2016 prevé invertir
alrededor de US$500 millones en seguridad cibernética, aproximadamente el doble
que en 2014.
Aunque empresas de todos los
sectores se enfocan en salvaguardar su seguridad en línea, los bancos están en
una posición única, ya que deben proteger tanto la información confidencial de
sus clientes como enormes sumas de dinero.
Brian Moynihan, presidente
ejecutivo de Bank of America Corp., ha manifestado que el presupuesto de
ciberseguridad es ilimitado y que se está focalizando cada vez más en sus
trabajadores.
Wells Fargo & Co., el mayor
banco del mundo por capitalización de mercado, también está aumentando su
inversión en seguridad cibernética. “Gastamos un océano de dinero” en
ciberseguridad, dijo su presidente ejecutivo, John Stumpf, en una entrevista
reciente. “Es el único gasto que me pregunto si es suficiente”. Una portavoz se
negó a cuantificar el presupuesto de la empresa para este fin.
Una de las mayores preocupaciones
de los bancos es determinar hasta qué punto deben monitorear la conducta de sus
empleados en los medios sociales, donde pueden fácilmente publicar detalles
sobre sus responsabilidades laborales que los hackers podrían utilizar para
decidir quién es el mejor blanco dentro de una organización. La situación puede
volverse más delicada cuando se trata de publicaciones de carácter personal,
tales como fotos de las vacaciones, que podrían alentar a los delincuentes a
entrar en el domicilio y robar su computadora portátil de trabajo, señalan
expertos en seguridad cibernética.
En general, alrededor de 30% de
las violaciones de datos registradas este año fueron por errores de los
empleados, según un sondeo publicado este mes por la Association of Corporate
Counsel.
“No saben que lo que están
haciendo aumenta el riesgo para su organización”, dice Theodore J. Kobus III,
abogado especializado en seguridad de datos del bufete BakerHostetler, en Nueva
York.
Morgan Stanley fue víctima de un
reciente ataque cibernético prominente, en el que un asesor financiero accedió
ilegalmente a datos de clientes del banco, que luego se llevó a su casa. El
asesor, Galen Marsh, se declaró culpable de un delito grave en septiembre y
está a la espera de la sentencia.
Los fiscales sospecharon
inicialmente que Marsh también había sido partícipe de la publicación en línea
de algunos de esos datos, lo que él niega. Según documentos dados a conocer en
los tribunales este mes, los ejecutivos de Morgan Stanley creen que hackers
rusos tuvieron acceso a la computadora en la casa de Marsh, robaron los datos
de los clientes y los publicaron en Internet. Morgan Stanley se ha negado a
hacer más comentarios al respecto.
Para los hackers, el phishing,
que se realiza cada vez más a través de correos electrónicos que parecen
provenir de un alto ejecutivo dirigidos a un empleado, siguen siendo una
táctica básica.
La oficina cibernética del FBI en
Nueva York recibe quejas sobre este tipo de ataques “casi a diario”, dice
Richard Jacobs, agente especial a cargo de delitos cibernéticos del organismo.
TD Bank Group, compañía de
servicios financieros canadiense que tiene aproximadamente 1.300 sucursales en
EE.UU., informó que este año comenzó a enviar ataques simulados de phishing a
sus empleados donde se les pedía que, por ejemplo, hicieran clic en un enlace
para recibir un paquete o descargar un formulario del departamento de recursos
humanos.
Cuando alguien hacía clic en ese
enlace falso, aparecía un mensaje de video en la pantalla diciéndole que había
sido víctima de un falso ataque de phishing y explicándole cómo deberían haber
manejado la situación. “Nuestro objetivo no es asustar a la gente”, explica
Glenn Foster, jefe de seguridad cibernética de TD. Los empleados que cayeron en
el intento simulado de phishing probablemente recibirán otro e-mail falso
pronto, agrega.
Incluso bancos pequeños están
monitoreando la conducta de sus trabajadores. Pinnacle Financial Partners Inc.,
que tiene cerca de US$6.000 millones en activos, envía e-mails de phishing
falso a sus 1.100 empleados más o menos cada tres meses. “Todos bromean al
respecto”, cuenta Clayton Weber, director de seguridad de la información de la
entidad.
A pesar de que los empleados
saben que el banco los pone a prueba con regularidad, alrededor de 2% hace clic
en el correo electrónico de phishing falso, señala.
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