2016... Muy pocas esperanzas de
un gran repunte económico mundial
Bolsamanía - martes, 29 de
diciembre de 2015
El año empezó con el temor a que
la teoría del estancamiento secular se convirtiera en la que mejor explica la
evolución de la economía global, y acaba de la misma forma. Los economistas no
esperan un repunte del PIB mundial para el próximo año.
La economía global podría
enfrentarse en 2016 a un año similar al que estamos a punto de finalizar,
marcado por un crecimiento reducido al ritmo de las economías desarrolladas
ante la desaceleración de los emergentes, y con una baja inflación y tipos de
interés reducidos.
Economistas consultados por
Reuters recuerdan que hay problemas en las principales economías del mundo como
el aumento del coste del endeudamiento en Estados Unidos, la ralentización del
crecimiento de China o la recesión en la que está inmerso Brasil.
LA CLAVE ESTÁ EN EE.UU.
“La pregunta clave es si la
economía de Estados Unidos tiene la suficiente solidez como para sostener su
propia recuperación e impulsar el comercio y el crecimiento mundial, eliminando
así las presiones deflacionistas que pesan en la economía estadounidense”,
señalan los economistas de HSBC Janet Henry y James Pomeroy, según recoge
Reuters.
Como a la Reserva Federal (Fed),
a estos expertos les preocupa la fortaleza del dólar que, junto a los bajos
precios del petróleo, provocan que la inflación esté lejos de la meta del 2%
del banco central estadounidense.
El crecimiento es probable que
esté apoyado por un repunte del consumo, ayudado por una mejora en los salarios,
la fuerza del sector servicios y la mejora de la actividad en materia de
vivienda y construcción,
Pese a ello, la Fed apretó el
gatillo por fin en diciembre y elevó la tasa de fondos federales (tipos de
referencia en Estados Unidos desde el rango entre cero y 0,25% hasta el 0,5%.
La presidenta, Janet Yellen, aseguró que se trata de una muestra de confianza
en la economía.
El comunicado de la Fed y el
discurso posterior de Yellen el pasado 16 de diciembre rebosó de optimismo.
Además, las perspectivas del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) sitúan a
los tipos entre el 1,25% y el 1,5% al terminar 2016, lo que supondría al menos
tres subidas más.
Este pronóstico se basa en la
actualización de previsiones de crecimiento para Estados Unidos, que se mantiene
en el 2,1% para el conjunto de 2015 y se eleva en una décima hasta el 2,4% en
2016.
“La economía de Estados Unidos
sigue estando en buena forma y debe seguir mejorando a un ritmo moderado en
2016”, opina Stephanie Sutton, directora de Inversiones en EEUU de Fidelity, en
declaraciones a Bolsamanía.
“El crecimiento es probable que
esté apoyado por un repunte del consumo, ayudado por una mejora en los
salarios, la fuerza del sector servicios y la mejora de la actividad en materia
de vivienda y construcción”, añade.
Sutton recuerda que las
perspectivas de inversión para la mayor economía del mundo tienen apoyo en en
varias tendencias estructurales, como “un innovador entorno empresarial,
menores costes en la producción de petróleo tipo esquisto, y una mayor
independencia energética”.
Aun así, y pese a que Yellen ha
asegurado en diciembre que Estados Unidos está cerca del pleno empleo, “la
economía necesita mejorar para ello”, expresa la experta de Fidelity.
DIFICULTADES DE LOS EMERGENTES
Como si predecir los tipos de
cambio y de interés no fuera ya suficientemente difícil, puede estar en camino
el fenómeno El Niño.
Las perspectivas de crecimiento
de las economías emergentes no son mucho más halagüeñas que la realidad vivida
durante este año. La desaceleración de China es cada vez más latente y no se
espera que cumpla con su objetivo de expansión del PIB a un ritmo del 7% anual,
Brasil está en recesión, con una inflación del 10,5% anual en noviembre y en
plena crisis de confianza política, y Rusia en graves problemas por su
dependencia del petróleo y las sanciones internacionales tras el conflicto de
Ucrania.
A este complejo entramado en las
economías emergentes se suman riesgos climáticos, más difíciles aún de
predecir. El Niño, un fenómeno climático vinculado al calentamiento del
Pacífico oriental en la zona del Ecuador, y que provoca fuertes lluvias, podría
aparecer el próximo año. “Como si predecir los tipos de cambio y de interés no
fuera ya suficientemente difícil, puede estar en camino este fenómeno”, advierte
en Reuters el director de estrategia de renta fija para mercados globales
emergentes de Bank of
America Merrill Lynch, Alberto
Ades. “Así que los economistas y los inversores tendrán que mantener también un
ojo en el tiempo”, agrega.
No todo es negativo entre las
economías en desarrollo. Algunos ejemplos como India o México, después de las
reformas llevadas a cabo por los Gobiernos de Narendra Modi y Enrique Peña
Nieto respectivamente, podrían vislumbrar una mayor fortaleza de su
crecimiento.
LA TEORÍA DEL ESTANCAMIENTO
SECULAR
La teoría del 'estancamiento
secular' fue inicialmente acuñada por Alvin Hansen en 1938. Se refirió a que
ante una desaceleración del crecimiento de la población y en un periodo de
avances tecnológicos, las empresas no tienen incentivos para invertir en
capital físico, lo que provocaría estar ante una economía deprimida.
A principios de año Yellen puso
el foco del debate académico en esta teoría ante el temor a una ralentización
del crecimiento global que finalmente se ha producido, y que según los
expertos, persisitirá en 2016.
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