La conexión Miami en el escándalo
de la FIFA
The wall street journal- Miércoles, 9 de Diciembre de 2015
Los acusados en la red de
corrupción en el centro de la amplia investigación de Estados Unidos a la FIFA
son ejecutivos de marketing y dirigentes de fútbol de América del Sur y
Central.
Sin embargo, un importante
capítulo en el desarrollo de ese ardid no sólo tuvo lugar en territorio
estadounidense, sino en un tribunal de ese país, donde varios de los presuntos
coconspiradores contrataron a los algunos de los mejores abogados que el dinero
puede pagar, entre ellos el ex director jurídico de la NBA, la liga de
básquetbol profesional de EE.UU.
El papel desempeñado por una
corte y abogados estadounidenses, que no había sido divulgado previamente,
comenzó cuando una empresa de marketing brasileña llamada Traffic Sports tuvo
una disputa contractual con directivos de fútbol a quienes presuntamente había
sobornado, incluyendo varias de las figuras más poderosas de ese deporte.
El contrato entre ellos —al que
tuvo acceso The Wall Street Journal— especificaba que las disputas serían
resueltas en los tribunales estadounidenses. En dos ocasiones, Traffic presentó
demandas en la corte estatal de Florida, en Miami, contra ciertos socios.
Gran parte de la evidencia en el
caso penal proviene del testimonio del fundador de Traffic, José Hawilla, de 72
años. El ex periodista de fútbol en Brasil ahora es un testigo clave para los
fiscales estadounidenses.
Hawilla se ha declarado culpable
de cargos de colusión para delinquir y ha pagado más de US$25 millones en
indemnizaciones. El ejecutivo, quien está libre bajo fianza, no pudo ser
contactado para que realice comentarios. Funcionarios del gobierno federal
estadounidense no quisieron decir ni siquiera en qué país vive.
La acusación de 240 páginas
revelada el jueves por fiscales estadounidenses menciona a 16 dirigentes de
fútbol bajo cargos de colusión para delinquir y soborno, quienes se suman a los
14 que recibieron las mismas acusaciones en mayo. Cerca de la mitad de los
ardides de sobornos incluidos en la acusación involucraba a Traffic.
Durante más de dos décadas,
Traffic adquirió de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) los
derechos a vender contratos de patrocinio y televisación de la Copa América.
Los fiscales afirman que varios
directivos que controlan el torneo, algunos de ellos también miembros del
comité ejecutivo de la FIFA, vendieron a Traffic los derechos para
comercializar la Copa América a un precio muy por debajo del valor de mercado.
A cambio de ese bajo precio, varios funcionarios que controlaban el campeonato
exigieron a Hawilla el pago de decenas de millones de dólares en sobornos y
pagos ilícitos durante los últimos 25 años, según los fiscales.
Traffic tenía contratos para
vender los derechos de marketing de varios eventos de fútbol grandes y pequeños
a lo largo de Sudamérica y Centroamérica. Cuando el futuro de sus derechos a
los partidos de la selección hondureña se puso en disputa en 2006, Traffic
presentó una demanda en Miami. Al final, la empresa perdió el caso contra la
Federación Nacional de Fútbol de Honduras, que argumentó con éxito que el
contrato no le otorgaba a Traffic el derecho a prolongar el acuerdo de forma
unilateral.
La semana pasada, fiscales
federales estadounidenses acusaron a dos veteranos dirigentes hondureños de
recibir sobornos a cambio de aprobar contratos de patrocinio y medios. Los dos
directivos no pudieron ser contactados para obtener sus comentarios.
Traffic no se jugaba mucho en el caso de Honduras.
No obstante, en 2011 la compañía enfrentó la posibilidad de perder 80% de sus
ingresos cuando un competidor empezó de repente a vender derechos de marketing
para la Copa América de 2015. Después de investigar, Traffic descubrió que,
pese a los sobornos que presuntamente había pagado a la Conmebol, la
confederación había otorgado los derechos del torneo de 2015 a un rival.
En una demanda presentada en
Miami en noviembre de 2011, Traffic argumentó que el contrato que le había
concedido los derechos de marketing a todos los recientes torneos también le
otorgaba el derecho a extender el contrato por otra década. En la demanda, sostuvo
que la Conmebol había otorgado los derechos a su rival “en una desestimación
flagrante e indefendible de los derechos exclusivos de Traffic”.
La demanda fue presentada en
nombre de Traffic por Jeffrey A. Mishkin, el principal abogado de deportes del
bufete neoyorquino Skadden, Arps, Slate, Meagher & Flom. La biografía de
Mishkin en el sitio de la firma señala que ha representado a la NFL, la MLB y
la NHL (las ligas de fútbol americano, béisbol y hockey sobre hielo de EE.UU.),
además de haber sido director legal de la NBA.
“El Sr. Mishkin ha participado en
todas las decisiones importantes que han afectado a la NBA en los últimos 35
años”, indica.
Mishkin y un vocero del bufete no
quisieron ser entrevistados para este artículo.
Un abogado cercano a otra parte
en ese caso dijo que no sabía que el contrato en disputa estaba basado en un
presunto intercambio de sobornos.
El contrato entre Traffic y la
Conmebol estipulaba un pago total de US$46 millones por parte de Traffic por
los derechos exclusivos de marketing de tres ediciones consecutivas de la Copa
América. Para el torneo de 2011, el contrato indicaba que Traffic pagaría US$15
millones a cambio de todos los ingresos que pudiera generar de patrocinios y
publicidad.
Los ingresos probablemente llegaron
a US$150 millones, según documentos judiciales y expertos de la industria. En
su querella contra la Conmebol, Traffic describió la Copa América de 2011 como
el acontecimiento deportivo más visto del mundo ese año.
Para un evento de tal magnitud,
el pago de US$15 millones de Traffic era relativamente bajo, dice Christopher
Renner, presidente ejecutivo de Helios Partners, un consultor financiero de
deportes internacionales.
Más inusual, señala, fue la falta
de una estipulación que le permitiera a la Conmebol recibir un porcentaje de
los ingresos después de que Traffic recuperara sus US$15 millones y otros
costos. Normalmente, cualquier ingreso obtenido después de cubrir los costos se
dividiría en partes iguales, explica Renner.
Traffic, que se ha declarado
culpable de cargos de asociación delictiva a través de Hawilla, no quiso
realizar comentarios.
Los fiscales estadounidenses
afirman que Traffic obtuvo enormes ganancias del contrato y redistribuyó el
dinero a directivos de la Conmebol en la forma de sobornos y pagos ilícitos.
La demanda de Traffic contra la
Conmebol nunca fue a juicio. A principios de 2013, cerca de un año después de
que fue entablada, las partes les informaron a sus abogados y el tribunal que
habían alcanzado un acuerdo.
Según fiscales federales, Traffic
y sus adversarios habían concebido una conciliación que incluía lo que los
fiscales llaman uno de los mayores ardides de sobornos en la historia del
deporte internacional.
El acuerdo estipulaba que Traffic
y dos firmas de marketing rivales formaran una empresa conjunta y compartieran
los derechos de marketing de las Copas América de 2015, 2019 y 2023. A cambio
de esos derechos, las dos firmas pagarían a la Conmebol US$300 millones, según
la acusación federal.
Algo no especificado en el
contrato, pero decidido en privado, era que las tres empresas pagarían más de
US$100 millones en sobornos a dirigentes de la Conmebol y otras organizaciones
de fútbol, indica la acusación.
Los fiscales estadounidenses han
acusado a los máximos ejecutivos de las dos firmas rivales: Hugo Jinkis de Full
Play y Alejandro Burzaco de Torneos. Ambos se negaron a realizar comentarios.
El mes pasado, Burzaco se declaró
culpable de conspiración delictiva, fraude electrónico y lavado de dinero, y
acordó pagar más de US$22,6 millones.
Jinkis ha acudido a los
tribunales en Argentina para luchar contra la extradición.
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