Los efectos sorprendentes de
tratar a los empleados como familia
Miércoles, 23 de diciembre de
2015
En conversación con
Knowledge@Wharton, Bob Chapman y Raj Sisodia, coautores de “Todo el mundo es
importante: los efectos sorprendentes de tratar a las personas como familia”,
explican cómo cualquier empresa puede integrar este punto de vista en su organización.
La paternidad dio a Bob Chapman,
consejero delegado de Barry-Wehmiller, un proveedor global de tecnología y
servicios para la fabricación, un momento de Epifanía sobre la naturaleza del
liderazgo: “La paternidad es la gestión de vidas preciadas que nos llegan por
nacimiento, adopción o un nuevo matrimonio. El liderazgo es la gestión de vidas
preciadas que nos llegan a través de la gente que entra por la puerta y se
compromete a compartir sus dones con nosotros”. Esta idea finalmente transformó
la manera que tiene Chapman de gestionar su negocio. En un nuevo libro titulado
“Todo el mundo es importante: los efectos sorprendentes de tratar a las
personas como familia”, Chapman y Raj Sisodia, coautor de la obra, explican
cómo cualquier empresa puede integrar este punto de vista en su organización.
A continuación, la versión
editada de la entrevista.
- Bob y Raj, gracias por estar
aquí hoy […] Bob, escribió en una parte del libro acerca de su viaje: “Lo que
pudo romperme acabó por convertirme en lo que soy”. ¿Podría comentarnos cómo
esto ha sido un tema recurrente en su vida personal y empresarial en
Barry-Wehmiller?
Bob Chapman: Al reflexionar sobre
mi viaje, me di cuenta de que los momentos en que tuve que enfrentarme a los
mayores desafíos, fueron los de mayor aprendizaje […] Cuando descubrí que my novia desde hace
muchos años y yo esperábamos un bebé, pasé de ser un estudiante normal a ser un
estudiante ejemplar. Todos nos enfrentamos a retos en la vida. Mi experiencia
es que durante estos desafíos, en los que el aprendizaje puede tener lugar, y,
de hecho, ocurre, debemos tener la mente y el corazón abiertos a ello.
No hay duda de que en estos
tiempos de grandes desafíos personales y profesionales, mi mente se pregunta:
“¿Cómo puedo sortear esta etapa?” Mi mente estaba abierta a nuevas ideas.
Muchas de esas ideas, tanto sobre el modelo de liderazgo, como de nuestro
modelo de negocio, nacieron efectivamente de un contexto muy difícil en que
nuestra mente buscó nuevas alternativas.
- Usted se hizo cargo de la
dirección de Barry-Wehmiller cuando tenía poco más de 30 años después de la
muerte de su padre. La empresa estaba pasando por una situación financiera mala
en ese momento. ¿Qué decisiones tomó para expandir el negocio y hacerlo crecer?
Con lo que sabe ahora sobre la gestión de personas, ¿qué habría hecho de forma
diferente?
Chapman: En primer lugar, he
aprendido que no se puede gestionar a la gente. Uno sólo puede inspirarlos. El
liderazgo es una parte de ese proceso de inspiración. Cuando mi padre murió, la
compañía tenía 90 años de antigüedad. La innovación acabó con la muerte del
señor Wehmiller, a principios de la década de 1900, y la compañía sobrevivió
gracias a las innovaciones que había realizado. Tomé las experiencias de mi
programa de MBA y la ventaja que mis estudios me proporcionaron y dije: “¿Cómo
podemos crecer? ¿Qué posibilidades tenemos para hacerlo?” La empresa no creció
durante décadas. Ella sobrevivió mal desde el punto de vista económico. Introduje
nuevas ideas para hacerla crecer.
Básicamente dije -creo que lo
aprendí en mi MBA- lo siguiente: crecer o morir. Yo estaba decidido a encontrar
alternativas de crecimiento. Y acabé encontrándolas en el campo de la energía
solar. Acabó siendo en el campo de la electrónica, las nuevas formas de
embalaje, la tecnología de envasado […] Yo dije: “Estamos orgullosos de nuestra
historia, sin embargo, no es nuestro futuro”. Es esta la responsabilidad que
tenemos en el liderazgo: entender dónde estamos, pero lo más importante es
entender qué camino tomar para proporcionar un futuro mejor a nuestra gente.
En retrospectiva, eso es lo que
pasó. Los desafíos a que nos enfrentamos, la oportunidad que me dieron, me
hicieron pensar acerca de lo que podía hacer para crear un futuro. No sólo
existir, sino para crear un futuro y darle forma. Esto ocurrió en el período
después de la muerte de mi padre.
Empezamos a crecer de forma
espectacular desde 1976 hasta 1981 ó 1982. Crecimos de US$ 18 millones a US$ 72
millones después de entrar en nuevos sectores y desarrollar nuevas tecnologías.
Todo sigue siendo muy frágil económicamente, pero muchas de estas nuevas
iniciativas fueron financiadas por los clientes y las ideas.
Sólo me olvidé de una cosa. Yo
estaba tan enamorado de la idea de crecimiento después de décadas sin ningún
crecimiento -y la atención que suscitó ese crecimiento- que me faltaba
disciplina financiera dentro de mi conjunto de herramientas.
Como resultado, nuestros ingresos
crecieron mucho, pero dependíamos en gran medida de la deuda para financiar
este crecimiento. El banco estaba dispuesto a financiarnos, porque creía en los
principios de nuestro crecimiento. Sin embargo, este fue uno de mis mayores
errores: no tener una disciplina financiera de mejor calidad.
- La otra cosa que me interesa es
la forma en que utilizó las adquisiciones para expandir la empresa. Usted dice
en el libro que hizo adquisiciones cuyo fracaso hubieran significado una muerte
segura. ¿Podría hablar un poco acerca de su filosofía acerca de las
adquisiciones y la forma en que utilizó las adquisiciones realizadas para
generar valor, en lugar de extraerlo?
Chapman: Bueno, tengo que dar un
paso atrás. Cuando yo era joven, en el área de St. Louis donde estábamos
instalados, había una empresa muy importante y de gran éxito, Emerson Electric
Company. Emerson fue construida por Chuck Knight a través de numerosas
adquisiciones. Yo también estaba influenciado por un estudio de caso de Harvard
sobre cómo hacer crecer empresas maduras en mercados maduros.
Yo presencié cómo Emerson
Electric pasó de ser una empresa relativamente pequeña —creo que su valor era
de US $ 500 millones— a $ 20.000 millones a través de una serie de compras en
industrias más o menos maduras.
En mi caso yo sólo tenía una
idea. No tenía dinero. Yo no tenía experiencia ni nadie que me asesorase. Todo
lo que sabía era que Emerson Electric había crecido a través de adquisiciones.
Yo tenía un bagaje anterior en finanzas, no en ingeniería o desarrollo de
productos. Pensé entonces que podía hacer lo que tenía en mente. Empecé a hacer
adquisiciones en que, una vez más, contraté un préstamo respaldado por activos.
No podía fallar en absoluto. Cuando, en 1984, me dirigí a mi consejo de
administración externo, gente muy profesional, y dije que iba a hacer mi
primera compra, me miraron muy serios y dijeron: “Bob, estamos de acuerdo en
que esta pequeña compañía de $ 3.000.000 encaja y puede ser una buena
adquisición. Sin embargo, queremos que entiendas una cosa: si fallas, se
acabó”.
No porque ellos me fueran a
despedir. Si no, debido a que, económicamente, la empresa era demasiado frágil,
no había margen de error. Mirando atrás, el plan funcionó y fue bueno para
nosotros. Esto es porque la única cosa que podía comprar eran cosas que nadie
más quería. Si te dicen que tu vida depende de algo, creo que pones la máxima
atención y disciplina posibles. Por lo tanto, sabiendo que no tenía otra opción
en mi primera adquisición, es decir, tenía que trabajar, me dediqué la mayor
parte del tiempo a ella. Nuestra primera adquisición fue un gran éxito. Era una
empresa que nadie quería.
Así es como empecé este viaje. Al
no tener dinero, tuve que hacer toda el rastreo, la investigación y los
negocios. Comencé comprando empresas que, en mi opinión, encajaban en nuestro
futuro, que nadie más quería tocar. He trabajado intensamente para tener éxito,
ya que el fracaso significaría la muerte. No podía fallar. Aunque hoy en día la
empresa es mucho más próspera y sólida desde el punto de vista financiero, sigo
cultivando la misma disciplina. La adquisición es algo que no deja espacio para
los errores. Estadísticamente, el 77% de todas las adquisiciones fracasan. No
es nuestro caso, aunque hemos hecho más de 80 adquisiciones.
- ¿Hay una fórmula secreta para
que las adquisiciones funcionen?
Chapman: Disciplina […] Nunca
hacer cualquier negocio por impulso. Nunca participar en concursos de
licitación. Se termina pagando más de lo que uno es realmente capaz de hacer
funcionar. Desde el primer día, ya que no me quedaba otra, he desarrollado una
disciplina. No ha habido ningún negocio en el que yo me haya involucrado
emocionalmente, que entrara y saliera decepcionado. Hay que asegurarse de saber
exactamente cómo esa compañía se convertirá en algo mejor y rentabilizar la
inversión. Nadie entra con esperanzas y sueños. Sólo con mucha disciplina. Sé
exactamente lo que voy a hacer para mejorar la empresa.
- Hablando de involucrarse
emocionalmente en las adquisiciones, esto sirve de gancho para la siguiente
pregunta. ¿Cómo se dio cuenta de que había una brecha entre usted, como
propietario, preocupado por hacer que los beneficios crecieran y reducir los
costes, sea cual sea el coste humano, y su compromiso de ser un buen esposo y
padre de familia? ¿Cómo lidia con esos dos aspectos de su vida?
Chapman: Cynthia y yo […]
habíamos tenido un matrimonio anterior. Cuando formamos nuestra familia, ella
llegó con sus hijos, yo con la mía y luego tuvimos los nuestros. No recuerdo
qué fue lo que me motivó, pero realmente me tomo muy en serio esto de ser un
buen padre de familia heterogénea. Asistí a cursos y eventos educativos para
ayudarme a ser un mejor administrador de la vida de mis hijos y mi esposa, para
poder ser un padre y un marido responsable.
Se aprende mucho acerca de cómo
cultivar una buena familia. Al mismo tiempo, sin embargo, por otro lado
aplicaba lo que había aprendido en mi programa de MBA, en mis estudios, en mi
experiencia en PricewaterhouseCoopers para tratar de desarrollar un buen negocio.
Sin embargo, me pareció que eran cosas completamente diferentes. Pensé que la
familia es la familia y el negocio es el negocio.
En los años 80 y 90, mientras
seguía con mi exploración intelectual de la conducta humana […] De repente, me
di cuenta de que lo que había aprendido acerca de la paternidad tiene que ver
con el liderazgo. Lo que yo había aprendido en la escuela de negocios tiene que
ver con la gestión y el liderazgo supera la gestión. La gestión tiene más que
ver con decirle a la gente lo que debe hacer; el liderazgo es dejar que la
gente haga lo que ellos son capaces de hacer hacia una visión común.
Este fue un gran despertar para
mí. En mi educación empresarial aprendí que todo tenía que ver conmigo y mi
éxito. Nunca nadie me dijo que mi viaje hacia el éxito financiero afectaría las
vidas de otros. Nunca me enseñaron a ser consciente de ello. Pensé: “los
negocios son los negocios, la gente tiene familias, pero una cosa no tiene nada
que ver con la otra”. Hemos aprendido que para tener éxito, teníamos que tener
una empresa, contables, secretarias, vendedores e ingenieros. Ellos nunca me
enseñaron a cuidar de estas personas. Me enseñaron indirectamente a asumir el
principio de que las personas eran funciones. Mientras los necesitara, incluso podría
ser amable, prestar atención a su familia, etc. Pero todo giraba siempre en
torno a mí y mi éxito, no alrededor de ellos.
La paternidad es la gestión de
vidas preciadas que nos llegan por nacimiento, adopción o un segundo
matrimonio. El liderazgo es la gestión de vidas preciadas que nos llegan a
través de las personas que entran a través de nuestras puertas y se comprometen
a compartir sus dones con nosotros.
Los que trabajan para nosotros no
son contables, secretarias, ingenieros y vendedores: son preciados hijos de
alguien de los cuales eres responsable. La forma de hacer esto afectará
profundamente su vida … Estas personas están bajo nuestro cuidado 40 horas a la
semana. La forma en que les tratamos afectará profundamente la forma en que
viven sus vidas personales […]
Cuando nos fijamos en una persona
y la vemos como recepcionista, esto significa que no nos preocupamos, de forma
necesaria, por ella. Usted podría incluso ser agradable cuando esa persona se
cruza con usted. Pero si nos fijamos en alguien como el preciado hijo de otra
persona en quien tienes la posibilidad de influir, eso cambia profundamente la
forma que tienes de ver a estas personas. Dejan de cumplir una función para que
tengas éxito. Son valiosos para alguien, personas que tienes que saber quiénes
son y que lo que hacen es importante.
- Raj en relación con el
aprendizaje de la experiencia en Barry-Wehmiller, ¿cómo pueden aplicar las
empresas algunas de las lecciones aprendidas durante más de 40 años para
impulsar su crecimiento?
Raj Sisodia: Barry-Wehmiller
difiere de otras empresas en la manera que tiene de pensar sobre los negocios
[…] En primer lugar, existe la idea de propósito. No es necesario un nuevo
producto, de tecnología punta, para tener un propósito más elevado. Su propósito
no es necesario que siempre se integre con lo que usted hace para su cliente a
través de su producto o servicio.
En este caso, puede pensar en las
personas como su propósito. Si piensa en ello, las personas son el principal
objetivo de la empresa […] Creo que, en gran medida, perdemos de vista eso
también. En Barry-Wehmiller, las personas son lo primero: “Medimos nuestro
éxito por la forma en que tocamos las vidas de las personas”. Esto aparece en
la parte superior de sus principios rectores.
Otra lección es articular
exactamente lo que usted realmente cree y lo que significa, por lo que
realmente significa algo. Es casi como la Declaración de Independencia en un
país: el principio rector, la lista de control.
En tercer lugar viene lo que Bob
estaba comentando: la definición de liderazgo va más allá de los horarios
diarios o semanales. Repercute en la manera de vivir. Es el cuidado de las
vidas que se nos confían. También va más allá de lo que en “Capitalismo
consciente” (Libro del que Sisodia es co-autor) comentamos sobre liderazgo
consciente. Eso estaba en cierta manera centrado todavía en cómo es la gente en
el trabajo y en qué medida se siente satisfecha y cuánto significado y
propósito sienten. Todo esto es fantástico, pero creo que hay más.
Estos son algunos de ellos.
Cualquier empresa, incluso en el viejo paisaje industrial de las ciudades
pequeñas, puede anhelar esto. Se inicia con una visión de un futuro mejor.
- Mi siguiente pregunta es para
los dos. Es importante hablar de la articulación de lo que defienden. Sin
embargo, prácticamente todas las empresas dicen que valoran su personal por
encima de todo. ¿Por qué es tan fácil de decir y difícil de hacer?
Sisodia: Siempre es fácil de
decir, por supuesto. También puede ser fácil de hacer en los buenos tiempos,
cuando la empresa va bien y la economía es fuerte. Hay, de hecho, que tomar
decisiones difíciles.
Inevitablemente, cuando se pasa
por tiempos difíciles es cuando el compromiso se pone realmente a prueba. Uno
de los aspectos más llamativos de esta historia es lo que sucedió en 2008,
cuando la grave crisis financiera golpeó la industria, la producción de bienes
de capital, incluso más que a la mayoría de otras industrias, ya que se trata
de compras que se pueden posponer durante mucho tiempo por los clientes.
La respuesta normal a la que
muchos de nuestros competidores recurrieron fue reducir los costes de un 30% a
un 40%, a raíz de la disminución de los ingresos, despedir a mucha gente y
manejarlo como una respuesta de rutina para los tiempos difíciles. La forma en
que Bob y Barry-Wehmiller respondió estaba más pensada en la premisa de que […]
medimos el éxito por la forma en que tocamos las vidas de las personas. Se
entiende que esto tendría un impacto devastador en muchas vidas, especialmente
en ciudades pequeñas donde no hay otros empresarios o muy pocos puestos de
trabajo […] La solución que encontramos fue muy creativa. Ellos hicieron la
siguiente pregunta: “¿Qué hace una familia afectuosa cuando se enfrenta a
tiempos difíciles?”
Entonces propusimos que todos
compartirían las dificultades, por lo que nadie tendría que sufrir mucho. Se
tomaron bajas, en lugar de haber despidos, en las que todos tomaron un mes para
hacer otras cosas. Resultó ser una experiencia muy enriquecedora en la vida de
las personas, ya que pueden utilizar este tiempo de manera fascinante.
Esto también elimina el temor de
que la empresa realice despidos. Eso permitió a la empresa ahorrar una cantidad
significativa de dinero. Esto, junto con la reducción en el monto de la pensión
complementaria, que fue suspendido por un año, permitió soportar ese momento
difícil. Así que cuando la empresa comenzó a recuperarse se reintrodujo el
fondo de pensión que había eliminado, como un gesto de buena voluntad.
De hecho, se recuperó muy
rápidamente en su caso porque tenía fuertes relaciones con sus clientes y las
habilidades de su personal todavía estaban en pleno apogeo. De ahí que se hayan
recuperado mucho más rápido y tengan una gran ventaja sobre otras empresas que
se enfrentan a enormes dificultades para volver a contratar personal.
Chapman: Hemos dicho que medimos
el éxito por la forma en que tocamos las vidas de las personas. Esto no es una
expresión que algún asesor nos ha enseñado. Esto surgió cuando nuestro equipo
de marketing creó un video para poner a prueba nuestra empresa y rendir cuentas
de ello. Nuestra cultura aún estaba evolucionando en esta etapa. Es un vídeo
sobre nuestra empresa. Al final, estábamos intentando crear una expresión que
mostrara nuestro grado de éxito: el crecimiento de las ventas, los beneficios.
Fue en el momento del escándalo de Enron y Monica Lewinski en la política,
cuando la imagen de los consejeros delegados, las empresas y los políticos
estaba muy desgastada.
Pensé, “medimos el éxito de una
manera completamente equivocada en este país. Mucha gente gana millones, miles
de millones de dólares, pero han destruido millones de vidas personales.
¿Consideraríamos a esta gente exitosa?” Por lo tanto, basado en el sentimiento
sobre el escándalo político, el escándalo corporativo y Arthur Andersen,
decidí: “Vamos a medir el éxito por la forma en que tocamos las vidas de las
personas”.
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