La empresa que creó tarjetas
bancarias a partir de maíz
FORBES lunes 3 de Agosto del 2015
Algunos bancos buscan ser
ecofriendly, por medio de la introducción de tarjetas hechas a base de
biopolímeros que no contaminen el medio ambiente al desecharse. Según datos del
banco central, existen 133.6 millones de tarjetas de débito y 29.7 de crédito
en el territorio nacional.
Hasta hace pocos años, el sistema
bancario había sido poco empático con el deterioro ambiental. Basta pensar en
la cantidad de agua, papel, tintas y más recientemente polímeros que son
necesarios para fabricar un billete. De acuerdo con el Banco de México,
actualmente circulan poco menos de 3.7 millones de billetes de distintas
denominaciones.
Una alternativa al uso de
billetes se encuentra en las tarjetas de crédito y débito. Según datos del
Banco Central, existen 133.6 millones de tarjetas de débito y 29.7 de crédito
en el territorio nacional. Sin embargo, estos instrumentos son fabricados con
un plástico denominado PVC (policloruro de vinilo), obtenido del petróleo, que
al desecharse genera compuestos altamente tóxicos para el medio ambiente.
De acuerdo con el Anuario
Estadístico 2014 de la Asociación Nacional de Industrias Químicas (ANIQ), en
2013 se consumieron en México 565,296 toneladas de PVC, 10.4% más que el año
anterior.
Sin embargo, el reciclaje de
plásticos en 2014 apenas alcanzó 18% en México, según datos del Centro
Empresarial del Plástico. Aunque destaca el organismo que la cifra se mantiene
en aumento.
Tarjetas biodegradables
Frente a esta problemática,
Gemalto, proveedor de servicios bancarios, diseñó una solución: reemplazar el
plástico utilizado por las tarjetas bancarias con un polímero biodegradable
fabricado a base de maíz: el PLA (ácido poliláctico).
Gemalto afirma que la solución no
fue sencilla ni barata. Tras tres años de investigación, observó que el PLA era
capaz de cumplir con los requerimientos de seguridad que ya presentan las
tarjetas fabricadas con PVC.
“Las primeras tarjetas bancarias
de menor impacto ambiental eran de plásticos reciclados, pero que sólo podían
reutilizarse un cierto número de veces y que de cualquier forma contaminaban
al ser desechados”, refiere Dimas Gómez, director de Mercadotecnia del área de
Finanzas de Gemalto.
Antes de utilizar este material
en tarjetas bancarias, Gemalto probó la funcionalidad del PLA en tarjetas de
prepago y SIM de empresas de telefonía en Europa. Este año, la solución comenzó
a implementarse en tarjetas bancarias de instituciones en Dinamarca, Francia,
Líbano, Alemania, Italia, Finlandia y más recientemente en México.
Más valor al valor
Una de las metas de esta
estrategia era la de demostrar que es posible añadir un valor a algo que los
seres humanos siempre le han dado tanta importancia: el dinero. Uno de los
principales aliados en esta tarea fue Visa, que si bien no se encarga de
producir los plásticos, está consciente de que su marca está impresa en
millones de tarjetas de crédito y débito que se convertirán en contaminantes
una vez que caigan en desuso.
Mauricio Braverman,
vicepresidente de Productos para Visa México, explica: “Nosotros nos sentamos
con los bancos para conocer sus necesidades. En conjunto buscamos soluciones
innovadoras que vayan de acuerdo con sus estrategias”.
Así fue como lograron con CI
Banco el convenio para reemplazar sus tarjetas de PVC por las de ácido
poliláctico. De acuerdo con Gemalto, éste es el primer banco en América Latina
que adoptó la solución en todas sus tarjetas.
“CI Banco es el primer banco
verde en el país. Es una filosofía que logramos implementar desde 2012. La
sustentabilidad para nosotros es una estrategia que le da más valor a nuestros
clientes”, refiere Jorge Rey, director de Sustentabilidad del banco.
“Hubo algunos retos al
implementar esta tarjeta en todos nuestros productos, la mayoría de ellos por
las limitaciones que tenemos en el tipo de diseño que se puede aplicar sobre el
plástico. Sin embargo, estamos satisfechos con los resultados”, agrega el directivo
de CI Banco.
Los primeros pasos que dieron
para convertirse en un banco verde fue ofrecer créditos para adquirir autos
con baja emisión de CO2 o para instalar páneles solares en los hogares. También
ofrecen estos servicios a empresas que quieran mejorar su desempeño ambiental.
Gemalto asegura que más bancos en
México y América Latina también incluirán su tarjeta biodegradable, pero la
mayoría sólo en algunas de sus líneas de tarjetas. Por el momento CI Banco está
solo en esta iniciativa, con 15,000 plásticos en una primera etapa en la que
todas las nuevas cuentas tendrán estos plásticos. Aunque es un esfuerzo grande,
apenas representa menos de 0.01% del número de tarjetas que hay en el país.
¿La mejor alternativa?
Si bien las tarjetas de PLA producidas
por Gemalto parecen tener una buena acogida por varias instituciones
financieras alrededor del mundo, algunos organismos han criticado la forma en
la que se produce dicho biopolímero.
Dimas Gómez señala que el
desarrollo de sus tarjetas utiliza un reducido porcentaje de las cosechas de
maíz, ya que incluso la producción anual de sus tarjetas necesitaría unas 7,000
toneladas, lo que representaría 0.03% de la producción anual en México.
Sin embargo, un informe del
Departamento de Agricultura de Estados Unidos reveló que entre 2014 y 2015 la
demanda de maíz en México será de 32.75 millones de toneladas. No obstante, la
producción local sólo alcanzará las 22.5 millones de toneladas, lo que genera
un déficit de 45.5%.
Por su parte, la Anipac señala
que el uso de materia orgánica para producir polímeros, como el maíz o la soya,
pueden generar impactos como la erosión de la tierra, deforestación o
contaminación por pesticidas en las cosechas, si no se realiza con la
supervisión debida.
Esta asociación de plásticos
también advierte que para que estos bioplásticos ofrezcan un beneficio
ambiental completo, deben de ser tratados correctamente. De lo contrario,
también podrían convertirse en contaminantes.
Gemalto tiene en Europa y Estados
Unidos un sistema de recolección para poder recuperar los plásticos y darles el
tratamiento adecuado. Pero este sistema no ha llegado a México, en donde la
recolección y tratamiento está en manos de distintas instituciones.
El futuro del pago
Pese a que en el país existen más
tarjetas que personas, lo cierto es que menos de la mitad de la población está
bancarizada. Según el Global Findex, elaborado por el Banco Mundial, 39% de la
población en México se encuentra bancarizada.
Al respecto, Mauricio Braverman asegura
que es necesario ofrecer distintos sistemas de transferencia para aumentar el
interés y la confianza de las personas en los instrumentos financieros.
Día con día los sistemas
biométricos de transferencia bancaria evolucionan, lo que apunta que en un
futuro ya no será necesario usar dinero ni tarjetas para realizar
transacciones. Bastará la lectura de la huella digital, del iris o el registro
del pulso para pagar cualquier cosa.
No obstante, dice Braverman, en
México este futuro no es tan cercano: “La tecnología todavía no está como para
migrar a toda la población mexicana hacia sistemas completamente electrónicos.
Como la aceptación universal es un tema prioritario para Visa, debemos ofrecer
siempre la mejor forma de pagar y ser pagado, que en muchos casos siguen siendo
las tarjetas de contacto”.
En un escenario como éste, queda
claro que buscar reducir el impacto ambiental que las tarjetas bancarias
producen es fundamental, ya sea a través de plásticos biodegradables o de
sistemas de reciclaje más eficientes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario