¿Baja productividad?, la clave está en la
innovación
FORBES, 17 de Agosto del 2015
A petición expresa de Forbes, los
autores del segundo estudio anual sobre el estado de la innovación en México y
América Latina ofrecen un diagnóstico detallado sobre la materia y afirman que
la innovación empieza a germinar. Sin embargo, aún falta una estrategia para
materializarla.
Al igual que el resto de américa
latina, México enfrenta un reto, pero también la oportunidad de incrementar
los bajos niveles de productividad que permitan crecer a tasas más aceleradas
y sostener el progreso social y económico que se ha tenido en años recientes.
Una de las causas más importantes de la baja productividad es la escasa –o
deficiente– innovación que se hace en el país.
Los desafíos a la innovación han
sido muchos y muy variados, desde el marco institucional hasta la escasa
inversión y la estructura de producción, lo cual se refleja en ciertos
indicadores como los bajos niveles de investigación y desarrollo (I+D), que se
ven reflejados en el número de patentes registradas (222 el año pasado,
comparadas con las más de 3,000 de India y 8,700 de China) y en otros factores
cualitativos.
Si bien estas condiciones limitan
el crecimiento económico y el progreso social, debemos reconocer que México
tiene una de las economías más abiertas del mundo; quizá la menos
proteccionista de América Latina.
Las recientes reformas
estructurales aprobadas por el Congreso y en vías de aplicación por el Poder
Ejecutivo Federal están abriendo nuevas oportunidades de desarrollo en
sectores estratégicos como telecomunicaciones, energía, servicios financieros,
que están atrayendo inversión, tecnología e innovación.
Esto crea un ambiente
competitivo sano entre empresas en México y está provocando que cada vez más
organizaciones tengan interés por innovar. Este año, por ejemplo, han
participado un número mayor de empresas de varios tamaños y sectores, y en
varios rubros se nota un avance cualitativo y cuantitativo en la importancia
de la innovación como una función estratégica crucial.
Los resultados del Segundo
Estudio Anual sobre el Estado de la Innovación, que el EGADE Business School e
INSITUM han realizado, dejan ver claramente dónde están las mayores
oportunidades y cuáles son los retos que las grandes organizaciones presentan
al momento de innovar. A partir de esto, resumimos algunas ideas sobre la
innovación en México: El ‘expertise’ se está desarrollando. Notamos respuestas
más elaboradas y completas que demuestran cierto grado de experiencia y mayor
conocimiento del tema.
Los procesos formales se están
implementando. Este año hay un mayor número de empresas que comienzan a
implementar procesos de innovación y metodologías más formales y rigurosas.
La innovación comienza a permear
otras funciones. Cada vez son más diversos los proyectos de innovación, abarcan
más áreas en la organización y más personas siendo responsables de innovar.
Falta mucha estrategia para dar
sentido a la innovación. Aunque muchas empresas se creen creativas, todavía
hay mucho por hacer para darle un sentido estratégico a la innovación.
El compromiso del ‘top
management’ es escaso. No es suficiente con tener al ceo involucrado en las
iniciativas de innovación, sino que debe de existir un compromiso por hacerlo
(esto no es visible en muchas organizaciones todavía).
La escasa colaboración es una
debilidad. Para muchas organizaciones, la desconfianza, la sobreprotección
intelectual, la confidencialidad o la cultura individualista son los factores
que siguen perjudicando el trabajo en equipo y la capacidad de ejecución.
Las empresas más pequeñas tienen
mayor dificultad para innovar. Sigue existiendo el mito de que la innovación
requiere un gran presupuesto, cuando en realidad no hay correlación entre la
creatividad y el presupuesto. La innovación es más cara si no se hace.
La inversión es tímida, pero
tiende a crecer. Se percibe una clara tendencia a incrementar el presupuesto
en innovación. Aquellas organizaciones que han obtenido resultados positivos
con innovación tienden a invertir más en años subsecuentes.
La cultura es el talón de
Aquiles. En muchas organizaciones siguen existiendo barreras culturales: visión
de corto plazo, aversión al riesgo y al fracaso, desconfianza y bajos
incentivos personales a innovar.
Hay mucho por hacer, pero vamos
en la dirección correcta. Como suele suceder, las oportunidades son muchas y
cuando hay demasiadas opciones nos cuesta trabajo decidir por dónde empezar.
Hacer innovación no es una tarea fácil, requiere disciplina, compromiso,
presupuesto y capacidad de ejecución. Pero todos sabemos que hasta el reto más
difícil comienza dando el primer paso.
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