La verdadera competencia de Tesla
son Apple, Uber y Google
FORBES, 18 de julio del 2015
No, Tesla no compite con GM o
Ford. Considerando su incursión en el terreno de los autos autónomos,
eléctricos y conectados, la verdadera amenaza viene de fuera de la industria
automotriz tradicional.
¿Qué pasaría si la competencia
real de Tesla Motors en el futuro fueran Uber y Google más que los fabricantes
de automóviles tradicionales a los que desafía hoy en día?
Ésa es una pregunta que el
analista de Morgan Stanley Adam Jonas reflexiona en una nota a clientes, y él
piensa que el fabricante de automóviles propiedad de Elon Musk podría tener una
posición de liderazgo en el mundo de los coches compartidos, conectados y
autónomos.
“Las empresas con experiencia en
tecnología autónoma y en aprendizaje de las máquinas en red pueden aprovechar
las ineficiencias” en el marco actual del transporte, escriben Jonas y sus
colegas, argumentando que Tesla tiene una posición única para acaparar una
buena parte de los más de 16 billones de kilómetros recorridos por los
automóviles de todo el mundo cada año en caso de que se dé la transición de
autos tradicionales conducidos por humanos a los autos autónomos y/o
compartidos.
La capitalización bursátil actual
de Tesla, de 32,000 millones de dólares (mdd), llega en un momento en que esos
16 billones de kilómetros aún son dominados por los fabricantes de automóviles
como GM, Ford, Toyota y sus diversos contemporáneos, así que no es difícil
imaginar cuánto podría valer la compañía si nueva tecnología y conectividad le
permiten superar a esos grandes rivales.
En el escenario hipotético que
plantea sobre la base de una línea de productos actualmente inexistente, Morgan
Stanley cree que Tesla podría tener un enfoque doble que “venda kilómetros
además de coches”. Ese negocio, que Jonas denomina “Tesla Mobility”, podría
posiblemente más que triplicar los posibles ingresos de la compañía para 2029”
–escribe–, y representar casi tanto valor como el negocio automotriz actual.
La visión futurista de Morgan
Stanley ciertamente tiene algunos elementos de ciencia ficción, pero el camino
hacia esa visión ya está en construcción. Los vehículos de Tesla ya son
eléctricos, conectados y tienen un firmware que puede actualizarse sin necesidad
de realizar modificaciones físicas.
En un mundo en el que todas sus
expectativas llegan a buen término, Morgan Stanley cree que las acciones de
Tesla valen 611 cada una, más del doble del precio de apertura del lunes por la
mañana, de 253 dólares. Eso también está muy lejos de su precio base de 311
dólares, y su precio objetivo oficial de 465 dólares por acción se encuentra en
el punto medio entre ambos.
En cuanto a pistas que sugieran
que Tesla persigue este tipo de iniciativas (que Musk y su equipo no han
anunciado aún), Jonas subraya las proyecciones de gastos de capital y de I+D
hasta 2020, que según él “superan enormemente su tamaño y huella de producción
actuales”.
Tampoco es que Musk y compañía
vayan a ser los únicos que intenten ponerse a la delantera en la eventual
transformación de los fabricantes de automóviles que controlan el mercado
actual, como señala Morgan Stanley:
“Sumándose a la sensación de
urgencia de que un modelo de Tesla Mobility podría llegar más temprano que
tarde está la aceleración de nuevos rivales tecnológicos que usurpan su lugar
en el área de movilidad compartida, eléctrica y autónoma. Hemos escrito mucho
sobre los esfuerzos de Google, Apple y Uber para entrar en esos terrenos. Tesla
está en una batalla por el talento, el capital, la ventaja de ser los primeros
en el sector, y la cooperación con los gobiernos y municipios en una variedad
de iniciativas de movilidad. Y Tesla no está solo.”
Entonces, ¿cuánto podría valer
todo esto? “Una característica distintiva de un gran producto o servicio es que
debe ser sustancialmente más barato o mejor que las alternativas
prevalecientes”, escribe Jonas.
Antes que los inversionistas
empiecen a correr la loca idea –las acciones subieron marcadamente el lunes por
la mañana–, Jonas advierte que si bien se espera un anuncio en este sentido por
parte de las empresas dentro de los próximos 18 meses, “hay un grado de
incertidumbre en cuanto a si este producto será desarrollado, cuándo y cómo”.
El factor de competencia es de
especial importancia, ya que muchas empresas –incluyendo algunas que
probablemente no han sido creadas– buscan solucionar el problema de mejorar la
eficiencia y el uso del mercado automotriz.
Dada la forma en que los
inversionistas han recibido aparentemente cada esfuerzo perseguido por Musk y
Tesla –desde el concepto de vehículo
eléctrico inicial hasta la incursión más reciente en el almacenamiento de
energía alternativa–, lo más probable es que será un actor importante en la
transición que viene, pero también tendrá varios competidores, algunos de ellos
muy acaudalados.
Las acciones de Tesla subieron
más de 5% el lunes, y han ganado 14% este año, incluso después de otra ronda de
capital que la empresa completó la semana pasada.
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